El Índice de Hidalgo (1926)[1]Carlos García (Hamburg) |
A ochenta años de su aparición, puede constatarse que un tardío malentendido se ha ensañado con la antología Índice de la nueva poesía americana (1926) de Alberto Hidalgo. Aunque en la portada se anuncia claramente que el volumen contiene un prólogo de Hidalgo, Huidobro y Borges, se ha supuesto erróneamente que la selección fuera obra de los tres, y no falta quien elogie el buen tino de Huidobro o de Borges al adoptar a este o a aquel autor. Así, se atribuye a Huidobro el mérito de la inclusión de poetas chilenos,[2] y a Borges la de los argentinos Brandán Caraffa, Macedonio Fernández y Francisco Piñero, o incluso la de algunos poetas uruguayos.[3] Sin embargo, como aspiro a mostrar, nada más lejos de la verdad que esa atribución tripartita: la antología fue seleccionada exclusivamente por Hidalgo.[4] La participación de Borges se redujo a un prólogo, y la de Huidobro ni siquiera a eso. Antes de pasar a desentrañar el malentendido mayor, dejo en claro que el volumen fue impreso en Buenos Aires, y no en Buenos Aires y en México, como aquí y allá se asegura (en una mala lectura del pie de imprenta): el taller que dio a luz el libro estaba domiciliado en la calle México, N° 1416.[5] El contextoYa antes de 1920 se pensaba hacer un balance de la moderna poesía hispanoamericana; ese proyecto incluía, como el Índice, a un peruano, un argentino y un chileno. El escritor y diplomático peruano Ventura García Calderón (1886-1959) escribía en carta del 1 de enero de 1917 al poeta argentino Fernán Félix de Amador:[6] |
Entre mis proyectos figura una antología que se titulará, por ejemplo, Los más recientes poetas de América, y en donde el joven poeta más celebrado de cada país presentará y seleccionará poesías de sus jóvenes compatriotas. Usted se encargará de la Argentina, [...] Prado o Huidobro de Chile [...].[7] |
Esa antología no se concretó. Al año siguiente, Hidalgo mismo anuncia la preparación de un volumen titulado Los Grandes Poetas Nuevos de América.[8] Si bien no se trataba de una recopilación de poemas ajenos, sino de una obra crítica, que debía contener juicios suyos sobre Gabriela Mistral, Luis C. López, José M. Eguren, Enrique González Martínez y otros, puede verse aquí un posible germen de la obra posterior. En "Los poetas de Chile", de Jardín Zoológico (1919), tras elogiar a la juventud "numerosa", "homogénea y brillante" del país vecino, dedicará algunos párrafos a dos poetas cuyos versos adoptará luego en el Índice: Ángel Cruchaga Santa María y Manuel Hübner.[9] A comienzos de la década siguiente y al otro extremo de América, el actualista y luego estridentista mexicano Manuel Maples Arce planea una de las antologías poéticas más tempranas de la vanguardia americana. En carta del 6 de abril de 1922, Maples comenta al español Guillermo de Torre:[10] |
De
su manifiesto VERTICAL, ya me ocuparé en un estudio sobre el movimiento
ultraísta que insertaré al margen de una antología que tengo en
preparación, con perspectiva de terminar tan pronto sean en mi poder
algunos pedidos que espero de un momento a otro. |
Esa antología tampoco llegó a ver la luz. Sí lo hizo, poco después, la del hondureño Rafael Heliodoro Valle (1891-1959): La nueva poesía de América (México, 1924), que menciono porque el autor tuvo contacto con Hidalgo: en el fondo reservado de la Biblioteca Nacional (México, D.F.) se conserva un ejemplar del Índice con la siguiente dedicatoria manuscrita: "A Rafael Heliodoro Valle, con la antigua adhesión literaria y el afecto entero de Alberto Hidalgo". También un ejemplar de Los sapos y otras personas (1927) se conserva allí: "A Rafael Heliodoro Valle. Estrujón de manos de Alberto Hidalgo. Bs. As. 1927".[11] En Argentina, donde Hidalgo se había radicado en 1919, surgieron, en el breve lapso de dos años, dos importantes antologías dedicadas a la poesía vernácula. Inauguró la serie la Antología de la Poesía Argentina Moderna (1900-1925) ordenada por Julio Noé, impresa a fines de 1925 con fecha 1926. Si bien de tendencia conservadora, la revista Nosotros, a cuyo grupo pertenecía la editorial, había publicado ya desde comienzos de la década obras de los nuevos poetas argentinos y extranjeros. En el número 151, de diciembre de 1921, se dio ocasión a Borges de publicar un artículo sobre el ultraísmo, que recogía poemas de los españoles Pedro Garfias, Gerardo Diego, Juan Las (seudónimo de Rafael Cansinos Assens), Heliodoro Puche y Ernesto López Parra, así como del argentino Guillermo Juan [Borges], primo de Jorge Luis. Un año después, Nosotros 160 (septiembre de 1922) publicaba la antología "Poemas ultraístas", seleccionada por Roberto A. Ortelli, con textos de Borges, Francisco Piñero, Nora Lange, Clotilde Luisi, Helena Martínez, Roberto A. Ortelli, Guillermo Juan [Borges] y Eduardo González Lanuza. En marzo de 1924 Nosotros presentó una "Antología de poetas chilenos modernos", de 23 páginas, y en mayo de 1925 una "Antología de poetas uruguayos contemporáneos", de 40 páginas, documentando así su permanente interés en recoger muestras de otros países del continente y en contribuir a la definición del nuevo canon. La recopilación de Noé fue criticada en el periódico argentino Martín Fierro, uno de los órganos más importantes del movimiento juvenil.[12] A mediados de 1926, Evar Méndez, director de Martín Fierro, quizás como contrapartida de la de Noé y del inminente Índice, anunciado ya desde abril, planeaba armar una antología argentina que iba a contener "30 poetas, 5 composiciones de cada uno, y un auto-juicio", según Borges escribiera a Macedonio Fernández en carta de ca. 15 de julio de 1926, casi paralela, pues, a la esperada aparición del Índice (C. García 2000b, p. 10). El proyecto no se concretó. Sí lo hizo, en 1927, la Exposición de la Actual Poesía Argentina, de Pedro-Juan Vignale y César Tiempo (i.e. Israel Zeitlin).[13] Ésta fue apoyada por Martín Fierro, primero con un texto crítico de Evar Méndez, luego con anticipos y comentarios favorables en el periódico. La positiva recepción no fue, sin embargo, unánime: en la revista La Campana de Palo (II.15, Buenos Aires, mayo de 1927) aparecieron, bajo el título "Nueva exposición de la actual poesía argentina" poemas de varios autores, como "reparación" a omisiones en el libro de Vignale y Tiempo. Y el autonombrado poeta y traductor Francisco Soto y Calvo (1860-1936) publicó réplicas satíricas a las antologías mencionadas: Los poetas maullantinos en el Arca de Noé (Buenos Aires: M. Gleizer, 1926) y la Exposición de zanahorias de la actual poesía argentina (Buenos Aires: Minerva, sin fecha; antes de 1930).[14] El italiano Folco Testena, a la sazón radicado en Argentina, también compilaría por estas fechas una Antologia della poesia argentina moderna (Milano: Alpes, 1927).[15] Como
se ve, el género antológico vanguardista estaba hacia 1925-1927 en su
apogeo, como un canto del cisne, poco antes del regreso
al orden que imperaría a partir de 1928. En
ese marco se inscribe el trabajo de Hidalgo, que paso a estudiar. Para
demostrar mi tesis debo hacer un poco de historia menuda. Me serviré,
para ello, de documentos desconocidos, ignorados o malintepretados
hasta hoy. Hidalgo y Huidobro
Comencemos por estudiar la eventual participación del chileno. En la Fundación Vicente Huidobro (Santiago de Chile) se conserva la carta con la cual Hidalgo le solicitara un prólogo:[16] |
Buenos Aires 11 de enero de 1926 Sr. Vicente Huidobro Santiago, Distinguido compañero: Una madrugada en Madrid, creo que León Felipe nos presentó.[17] Usted no me recordará. Yo sí lo recuerdo. Si no mediara esta circunstancia, igualmente le escribiría. Florit[18] le dirá a usted que estoy por publicar una antología de toda la poesía americana de vanguardia. Espero que este libro tendrá una resonancia intercontinental. Va a resultar una revelación para Europa.[19] Tenemos poetas de izquierda tan buenos como los mejores de Francia.[20] Deseo que usted escriba un capítulo del prólogo.[21] Por su obra personal primero, por los discípulos que ha hecho y luego por lo que significa dentro de la lírica española como solución de una época literaria: el rubenismo, que usted echó por tierra,[22] por todo eso, quiero que usted escriba unas páginas del prólogo, que así tendría tres capítulos; los otros dos llevarían mi firma y la de Jorge Luis Borges, argentino. Pero hay otra razón también que me mueve a pedirle esto: que Chile es uno de los primeros países que en América van a la cabeza del arte nuevo. Salen de ahí acaso los mejores poetas actuales. Usted debe decir unas palabras en la cabeza del libro. El espacio que quiera y para decir lo que quiera. Pero que sea pronto. Mándeme su parte, certificada, a esta dirección: Ventura Bosch 6740. De los poetas más importantes aparecerán 10 composiciones. Me faltan de usted 3 para enterar la cifra. Mándeme Ecuatorial, que es de donde quiero tomar unas que ya no me acuerdo de memoria. O cosas inéditas, si le parece mejor. Pero mándeme siempre Ecuatorial.[23] Le renuevo el apretón de manos de aquella noche en Madrid. Alberto Hidalgo |
El contenido de la carta
permite deducir que Hidalgo
ya había hecho el trabajo de selección. Por cierto, el libro estaba
planeado, a más tardar, desde mitad del año anterior, según se
desprende
de una carta del escritor peruano Luis de la Jara a Hidalgo,[24]
del 12 de agosto de 1925:[25]
|
Al llegar de Lima, hace pocos días, me he encontrado con su carta anunciándome el envío de su libro[26] y la próxima aparición del Índice de la nueva poesía americana, para la que le deseo y auguro todo éxito. |
Nada confirma que Huidobro respondiera a la misiva de Hidalgo arriba reproducida. Ello no es sorprendente, puesto que Huidobro tenía por estas fechas preocupaciones más acuciantes. Había regresado a Chile en abril de 1925; a partir de allí y por un año, viviría una etapa agitada tanto en lo publico como en lo privado. Desde mediados de 1925 venía desarrollando una campaña política, que conllevó toda una serie de situaciones espectaculares, registrada por la prensa chilena: candidatura a la presidencia del país, clausura de su periódico, fundación de uno nuevo, atentados contra su vida... Paralelamente, su matrimonio atravesó una grave crisis, ya que se había enamorado de otra mujer (Ximena Amunátegui), que se convertirá en su segunda esposa tras una fuga espectacular que causó conmoción en Santiago. En 1926, Huidobro pasó nuevamente a Europa. Por todo ello, es altamente improbable que estuviera de ánimo o en condiciones para responder a la carta de Hidalgo, sobre todo ya que, de tener alguna noticia literaria suya, procedería de España no existe (1921) o de algún otro de los libros en que Hidalgo lo silenciara o lo maltratara desde comienzos de la década.[27] En ninguno de los dos archivos que conservan material póstumo de Huidobro he encontrado constancia alguna de que el chileno respondiera a Hidalgo o hubiera mantenido contactos posteriores con él.[28] Dos libros de Hidalgo figuran en la biblioteca chilena de Huidobro: química del espíritu (1923), dedicado "A Vicente Huidobro. Cardíaco recuerdo de su compañero y amigo / Alberto Hidalgo / Bs As 926", y Simplismo (1925), dedicado "A Vicente Huidobro, con un fuerte abrazo por encima de los Andes / Alberto Hidalgo / Bs As 926". Pero no hay ningún ejemplar del Índice en los archivos de Huidobro.[29] Puesto que ambos libros tienen dedicatorias de 1926, puede suponerse que fueron adjuntados a la carta antes citada, a modo de presentación. Tampoco fueron finalmente diez los poemas de Huidobro recogidos en el libro, ni figura en él nada de Ecuatorial, a pesar del expreso requerimiento de Hidalgo.[30] Todo coincide en sugerir, pues, que Huidobro no remitió poema alguno. Los poemas de Huidobro recogidos en Índice, proceden, con una sola excepción, de los libros Horizon carré ("Media noche", "Paisaje"), Tour Eiffel ("Torre Eiffel"), Poemas árticos ("Hijo", "La senda era tan larga" [en realidad, una parte de "Balandro"], "Campanario"),[31] Automne régulier ("Estío en sordina", "Océano o dancing") y Tout à coup ("22").[32] La excepción es la prosa poética titulada "Poema", que apareció en el segundo número de la revista Ariel (Santiago de Chile), el 25 de agosto de 1925. La de Índice es la única publicación de este texto en libro. Huidobro no lo reeditó, pero sí dio a la imprenta una variante, en 1941, en Ver y palpar (1923-1933), bajo el título "Panorama encontrado o revelación del mundo". Lo novedoso del poema sugiere que Hidalgo seguía de cerca los pasos de Huidobro, y quizás la producción chilena en general; de hecho, los poetas chilenos que adopta son realmente de los mejores de la época.[33] No veo resaltado o interpretado como corresponde un detalle pequeño, aunque significativo: el texto de Huidobro que figura en Índice como parte II del prólogo no era inédito, como el de Borges y el del mismo Hidalgo. Había aparecido ya dos veces en francés, primero bajo el título "Manifeste peutetre" en el tercer número de la revista huidobriana Création (París, febrero de 1924), y luego, ligeramente corregido, en su libro Manifestes (París, 1925, pp. 91-99). La versión en Índice es la primera en castellano.[34] Creo legítimo postular, en vista de todo ello, que Huidobro no respondió al llamado del peruano, que éste accedió al texto por otro conducto y que lo dio a luz, probablemente, sin consentimiento del chileno. Abona también esa tesis el llamativo hecho de que, hasta donde alcanzo a ver, Huidobro no menciona el Índice en ninguna de sus publicaciones ni en ninguna de sus correspondencias editadas hasta hoy.[35] Nada
confirma, pues, que Huidobro respondiera a Hidalgo; menos aún, que
contribuyera activamente a la elaboración del libro. Si acaso, restaría explicar
la falta de protesta de Huidobro ante la utilización de su nombre en la
portada. Asimismo
queda por aclarar de quién es la traducción del
"prólogo" y de los poemas
huidobrianos cuyos originales eran en francés.
Conjeturo que fue hecha por Elvira Martínez, la primera mujer de Hidalgo, traductora también de poetas cubistas
franceses de la época,
como Pierre Reverdy, amigo primero, y luego rival de Huidobro. Un tema lateral debe ser planteado: ¿es posible que Huidobro, independientemente de su propia participación, propusiera a Hidalgo algunos autores chilenos? No parece ni probable ni necesario: Por un lado, del pasaje "De los poetas más importantes aparecerán 10 composiciones. Me faltan de usted 3 para enterar la cifra" se desprende que Hidalgo ya había hecho su selección, tanto de los poetas como de las obras a incluir. Por otro lado, nada se opone a la inclusión directa de esos poetas por parte de Hidalgo. Hacia 1923-1925, varios autores chilenos habían publicado en órganos de la vanguardia argentina, donde gozaban de buena reputación, y donde Hidalgo bien puede haber reparado en ellos: Pablo Neruda, Juan Marín, Cruchaga Santa María (o Santamaría),[36] Jacobo Nazaré, Salvador Reyes y Rojas Giménez habían visto sus poemas en revistas de Buenos Aires (en la primera Proa, por ejemplo, publicaron Reyes y Rojas Giménez, y Roberto A. Ortelli reseñó el libro de Reyes en 1923, quien a su vez reseñó por esas fechas, en Chile, Fervor de Buenos Aires, de Borges). Reyes, Marín, Neruda y Rojas Giménez habían publicado también en Martín Fierro. Varios de esos autores publicaban también (a veces los mismos poemas) en revistas peruanas leídas por Hidalgo, como Boletín. Editorial Titikaka, de Puno.[37] También las relaciones personales entre autores de vanguardia de Argentina y Chile eran, en general, bastante estrechas desde comienzos de la década. Ya en carta inédita de marzo de 1922 había escrito Borges a un amigo español: "Siguen arreciando las colaboraciones de Chile y de provincias." Borges mismo mantuvo contacto epistolar con Salvador Reyes, Jacobo Nazaré y con otros poetas jóvenes de Chile o radicados allí, como Rafael Yépez Alvear. Conocía, además, la obra del chileno Gerardo Seguel, integrante del Índice, ya que a fines de 1924 remitió a Rafael Cansinos Assens un ejemplar de su Hombre de otoño. Y, como hemos visto, Hidalgo había conocido a Juan Florit en Madrid, a principios de la década.[38] Todo ello apunta a que la selección fue de Hidalgo, basada en su conocimiento directo de la literatura contemporánea. Tampoco considerado desde este ángulo es, pues, necesario postular la participación de Huidobro en la recopilación del Índice.[39] Hidalgo y Borges
Hidalgo y Borges deben haber trabado conocimiento a fines de 1924 o en 1925. Hacia mayo de 1925, la revista Proa, de cuyo plantel directivo Borges formaba parte, remitió a varios autores argentinos y del exterior una carta circular, solicitando colaboración. En el número 13 de la revista, de noviembre de 1925, se da cuenta de la segunda tanda de adhesiones recibidas, entre las cuales figura una carta de Hidalgo. Pero, a pesar de que el peruano declara su solidaridad con el proyecto de Proa, nada suyo aparecerá en la revista, que estaba en vías de ser clausurada.[40] En el último número (el 15, de enero de 1926 –es decir, paralelamente a la carta de Hidalgo a Huidobro arriba reproducida), Borges comentará elogiosamente su libro Simplismo (1925): |
sus
versos son incautaciones, conjuros, fórmulas de gualicho. Al igual que
los quipus, no les importa nada a los versos de este peruano el sonido
de las palabras, pero sí (y muchísimo) su intención. Eso está muy
bien. A veces se divierte con algún visteo, pero en general su dicción
es tan suficiente, austera y rotunda como cualquier marca de fábrica.
Usa de fórmulas mandonas y va derecho al caracú de las cosas. Lo baraja
de golpe al mundo, sin las zalamerías y agachadas y lentitudes criollas
que suele practicar su colega, el adivino Macedonio Fernández. |
Y agrega: "Es más expeditivo que Macedonio", frase que delata cierta velada ironía, ya que Borges debe haber preferido la modalidad criolla de Macedonio. Había aludido ya positivamente a él en "Ejercicio de análisis" (Proa 14, diciembre de 1925; El tamaño de mi esperanza, 1926, p. 113), al tiempo que enrolaba a Hidalgo en la prosapia de Ramón Gómez de la Serna:[41] |
El
dulce sueño. ¿Qué greguerizador antiquísimo, qué Alberto
Hidalgo encontrador de metáforas dio con esta adjetivación,
según la cual son comparables el sueño y el sabor de la
miel, el paladeo y el dejar de vivir un rato? |
Poco antes de la aparición del Índice, y ante la pregunta acerca del recibimiento preparado al futurista Marinetti, dice Borges ("Marinetti fue una medida profiláctica": Crítica, 20 de mayo de 1926; Textos recobrados, 1997, p. 392): |
Supongo
que no lo haremos figurar en la Exposición de Productos Adulterados.
Habrá banquetes con su reserva de epitafios; habrá conferencias con
abundancia de boleterías y de premeditados aspavientos; habrá una ironía
de Alberto Hidalgo, un susto de Calixto Oyuela y un saludo cortés de Evar
Méndez. |
Si pasamos a estudiar la participación de Borges en el Índice, debemos constatar, en primer lugar, que se desconocen documentos equivalentes a la carta de Hidalgo a Huidobro. Sólo disponemos del prólogo de Borges (que él no volvería a dar a luz ni comentaría en ninguno de sus trabajos y epistolarios conocidos hasta hoy, con una excepción que comentaré más abajo), y de los poemas suyos que el libro contiene. Pero, aparte de que la carta de Hidalgo a Huidobro menciona expresamente que Borges sólo contribuirá con un prólogo, varias razones hablan en contra de que Borges propusiera la adopción de los poemas suyos que figuran en el libro. Uno de los argumentos más fuertes que avalan la tesis aquí defendida (es decir: que la selección fue de exclusiva responsabilidad de Hidalgo), es la inclusión en Índice de poemas de Borges que pertenecían a una etapa superada de su producción y que éste había desechado años antes y excluido de sus libros, como "Rusia" (que ya no condecía con su visión de lo poético ni de lo político),[42] o de poemas que Borges había corregido en el intervalo, como los dos titulados "Atardecer", integrados en Fervor de Buenos Aires en un poema más largo: "Atardeceres".[43] Queda por aclarar si Borges contribuyó con propuestas de poetas argentinos que debían ser incorporados al Índice, según a menudo se afirma. Sabemos que estaba informado de que el Índice incluiría textos de tres autores argentinos, porque los nombra en su contribución al prólogo:[44] |
Desde
esas noches incansables en que el calaverón frailuno Quevedo holgaba
con la lengua española, no han sucedido porretadas de imágenes,
pleamares y malones de metáforas, asemejables a los que en este libro
verás. Desde la travesura y brujería de Macedonio Fernández hasta
el resplandor de Juicio Final que altiveció los versos de [Francisco]
Piñero, desde las firmas acertadas de Hidalgo hasta el rebaño de
vehemencia bíblica que [Alfredo] Brandán [Caraffa] rige bien, hay
obtenciones
de expresión inauditas. El idioma se suelta. Los verbos intransitivos
se hacen activos y el adjetivo sienta plaza de nombre.[45] |
Dos de esas presencias argentinas
en Índice podrían deberse, en
principio, a sugerencias de Borges: la de Macedonio Fernández y la de
Francisco "Pancho" M. Piñero (a quien a menudo se confunde con Sergio
Piñero hijo, el colaborador de Martín
Fierro). Con la firma "Piñero",
el segundo colaboró en Prisma
y en Proa (1922-1923). Borges lo menciona en dos cartas a Jacobo Sureda
(Cartas del fervor, 1999, N° 36
y N° 39, de 1922 y 1923 respectivamente). Murió a los 22 años, a
consecuencia de un accidente, el 30 de mayo de 1923. Borges y Eduardo
González Lanuza le dedicaron sendos obituarios en el último número
de la citada Proa (el primero en
prosa, el segundo en verso). Sus amigos editaron póstumamente una
recopilación de su obra bajo el título Cerca
de los hombres (Buenos Aires, 1923).[46]
Piñero, uno de los más tempranos ultraístas porteños, había
posibilitado a Borges una de las primeras publicaciones poéticas
en Buenos Aires, en diciembre de 1921, en el número 27 de Cuasimodo.
Revista quincenal, donde aparecieron sus poemas "Rusia"
y "Guardia
roja",
ya publicados en España.[47] Borges, por su parte, había
previsto tempranamente la inclusión de Piñero en una antología lírica
internacional (que debía abarcar los cinco continentes, como la de
Ivan Goll) que comenzó a compilar poco antes del 2 de noviembre de 1923,
a iniciativa de y en conjunto con Guillermo de Torre. Por esas
fechas escribe, en carta inédita a Torre: |
Si
ya tienes el plano del prólogo general, no quiero entrometerme en él,
pero en lo atañedero al grupo de Prisma
y a su ramificación romántica del Ultraísmo, quisiera poner yo
unos renglones. (Creo desde luego que debemos incluir en esa rúbrica la
‘Appasionata’ de Francisco Piñero, que me parece el mejor poema de
los ultraístas criollos. Está en Proa-2.). |
A fines de noviembre de 1923, Borges insiste desde Ginebra: |
En nuestra Antología tendría yo especial interés en incluir "Al Hijo de un Amigo" de Macedonio Fernández,[48] "Appasionata" de Piñero[49] y desde luego, poemas de Salvador Reyes[50] y de Luis Carlos López.[51] |
Por motivos desconocidos,
el proyecto no se llevó a cabo, aunque ambos habían compilado (y
Borges traducido) ya mucho material. Borges elogiaría la obra
de Piñero a comienzos de 1926, en su reseña de la Antología de Julio Noé (Proa
15, enero de 1926; Textos recobrados,
1997, pp. 235-236): |
En
la Antología figuran solamente aquellos poetas que ya muestran en su
haber (o en su debe) un libro publicado. Este criterio, de autorizada
estirpe sin duda y útil además para soslayar sablazos de amigos,
le ha conseguido dos pobrezas a la compilación de Noé: la omisión
de todo poema de Francisco Piñero (que sigue siendo el mejor poeta ultraísta
de lengua hispana)[52]
y de Ricardo E. Molinari, poeta originalísimo. |
(También Pedro
Henríquez Ureña, por ejemplo, resaltaría la falta de Piñero
en su reseña de la Antología
de Noé: Valoraciones 9, La Plata, marzo de 1926; reproducido en Jorge
Schwartz, 1991, p. 466.) De los datos antes
mencionados se podría deducir que Borges influyó en Hidalgo para que
éste adoptara los poemas de Piñero en su Índice.
Pero esa hipótesis se basa, apenas, en el sentimiento de amistad que unía
a Borges con Piñero, a quien mencionará repetidas veces en la década
del 20 (Textos recobrados, 1997,
pp. 390 y 397), y, decenios más tarde, en su Autobiografía
(1970): |
Salíamos
de noche –González Lanuza, Piñero, mi primo y yo– armados con baldes
de engrudo […]. Aquellos años fueron muy felices porque las amistades
abundaban: las de Norah Lange, Macedonio, Piñero, mi padre... |
También González
Lanuza, quien había publicado un obituario en 1923, se ocupó de la
posteridad del amigo muerto, tanto en un artículo de Martín
Fierro,[53]
como en una glosa con recuerdos literarios publicado casi hacia el final
de su vida, "Mi
primera conferencia":[54] |
Pancho
Piñero era alto, pelirrojo y de inolvidable autenticidad poética,
recatado en el hablar mecido por su tonada cordobesa, cuya delicada
introversión
hacía más conmovedor su entusiasmo. |
Es
muy probable que Hidalgo llegara por cuenta propia a valorar los textos de Piñero.
Dos de ellos ("Appasionata" y
"Tormenta") habían aparecido en revistas que estaban a su
alcance, y que proveyeron también otro material para su antología: Proa
y Prisma. (Desconozco la fuente
de los demás poemas de Piñero,
titulados "Adolescencia",
"Historia larga, resumida", "Canta el árbol" y
"Canción".) El otro autor que, en principio, podría haber sido favorecido por Borges es Macedonio Fernández, y así se lo asegura en diversos trabajos. El Índice trae tres textos suyos, entre ellos un poema titulado "Elena Bellamuerte". Macedonio había escrito este poema, originalmente, en 1920, en ocasión de la muerte de su esposa, Elena de Obieta. El manuscrito estuvo perdido por años; el original reaparecería decenios más tarde y sería publicado en 1941, en Sur. El texto de 1926 habría sido, según quiere la leyenda, un intento de reconstruir de memoria el texto perdido, aunque el texto parece desmentir esa genealogía.[55] Pero hay indicios de que Macedonio pasó directamente el texto de la versión "reducida" a Hidalgo: hacia mayo de 1926, Macedonio remitió al peruano una carta que decía (Obras Completas, II, 82): |
El
Sábado visitaré su tertulia; espero que antes me cite usted por
teléfono o me visite. Desearía aprovechar algo nuevo mío para
aprovechar su amable invitación.[56]
Es un poema grave. [...] El poema sería de tres cuartillas a lo sumo. |
Considero que ese giro alude al poema que Hidalgo publica en Índice. A mi entender, pues, ni siquiera este texto de su mentor y amigo Macedonio llega al Índice por intermedio de Borges, sino por vía directa, de manos de Macedonio. Como
fuere, la selección de poemas de Borges por parte de Hidalgo parece haber
agriado los ánimos entre ambos. Al respecto es
significativa la carta
que Borges remite a Macedonio Fernández, hacia julio de ese año (Carlos
García 2000b, p. 10): |
De
Hidalgo sé que su Antología
está en ciernes, muy en ciernes, y que la Revista
Oral funcionará los jueves a la tarde en lo de Witcomb. Marechal,
Bernárdez y yo nos hemos descartado. Yo ando un poquito en punta con
Hidalgo; después te explicaré la cosa. |
Hago
notar, de paso, que la referencia a "su
Antología",
desmiente la posibilidad de que Borges haya participado en la selección
del material de Índice.
También Macedonio aludirá a "su Antología" en carta a Hidalgo
de hacia julio de 1926 (II, 86). Y lo mismo hará el poeta peruano Mario
Chabes, en carta a Macedonio (II, 326), del 15 de octubre de 1928:
"Sin referirme a lo que conozco de usted desde antes y que figura en
la Antología
de Hidalgo [...]".[57] Algunos
indicios sugieren que el enojo de Borges por la selección que
Hidalgo
hiciera de sus poemas se prolongó bastante: tal sugieren su retiro de
la Revista Oral (1926) y su
no-participación en Pulso
(1928), revista fundada en 1928 por Hidalgo, aunque
colaboran muchos
de sus amigos y conocidos, incluido
Macedonio. Entre una revista y
otra, Borges publica en Nosotros
"Página sobre la lírica de hoy"
(1927), donde toma a Hidalgo de ejemplo para ironizar acerca del
término "precursor":
"Eso es como decir que Shakespeare
es uno de los trámites de Dios en busca de Alberto Hidalgo". También
el tono de algunos elogios de doble filo en reseñas posteriores (Descripción
del cielo, en Síntesis 13,
1928, y Actitud de los años, en
Selección 1, 1933), apunta en
la misma dirección. Borges no oculta allí su desdén por algunas
preferencias de Hidalgo, sobre todo las explicaciones que éste adosa a
sus poemas: "deploro esa incongruente réclame,
porque los poemas son eficaces",
dirá sobre el último libro. (Ya Güiraldes había reparado, en carta a
Valery Larbaud, en el largo texto explicativo que Hidalgo
adjuntara a Simplismo,
texto que, sin embargo, fue elogiado por Guillermo de Torre.) Hidalgo, por su parte, guardaría una gran inquina hacia Borges. Véase, por ejemplo, el siguiente pasaje de una carta suya a José Carlos Mariátegui, del 21 de diciembre de 1928, escrita tras el conflicto que había tenido lugar entre Macedonio y Borges pocas semanas atrás:[58] |
Cierto muchacho de Buenos Aires es un buen estilista. Usted lo cita a menudo. Pero no tiene una sola idea respetable en la cabeza. Y además, así en lo moral como en lo ideológico, es un perfecto sinvergüenza. Es un alquilón de las ideas y de la conciencia. Se ha dicho por ahí que es él el mejor escritor de América, en el sentido del estilo. Yo creo que es muy bueno, pero no tanto porque al fin y al cabo es un escritor barroco, gongórico, fuera de la época.[59] |
A partir de 1926, Hidalgo no perderá ocasión de denostar y difamar a Borges públicamente, como lo hará repetidamente desde las páginas del diario ultracatólico Crisol y en el Diario de mi sentimiento (capítulos 89 y 165, donde publica cartas abiertas tratándolo de plagiario). El tono cambiará recién en la década del cuarenta, cuando Hidalgo, en sus artículos para el diario El Mundo, y quizás con la ambición de integrarse definitivamente al friso de literatos arribados, utilizará un lenguaje conciliador al referirse a los autores establecidos con quienes se había querellado en la década del veinte (Borges, Girondo, etc.).[60] Borges, por su parte, no hará en su obra ninguna referencia al Índice; tampoco en alguna de sus correspondencias llegadas a mi conocimiento. En el silencio de Borges al respecto leo una crítica y un encono.[61] Borges
y Huidobro
Precisamente la escasez de testimonios de alguna relación entre Borges y Huidobro habla en contra de que el argentino colaborara a gusto con el chileno. Borges debe haberse sentido molesto, además, por la inclusión de Huidobro en el proyecto, que tuvo lugar después de que él e Hidalgo se hubieran puesto de acuerdo. Hasta donde alcanzo a ver, Borges se regodea en atacar a Huidobro en testimonios que van desde 1920 a 1943. (Nada similar ha llegado a mi conocimiento de Huidobro sobre Borges, a quien el chileno parece haber ignorado.) La mención más antigua procede de una carta inédita de Borges a Guillermo de Torre, enviada desde Palma de Mallorca hacia el 3 de septiembre de 1920: |
Te felicito por la culminación bismarkiana de tu duelo à outrance con el hombre de los párpados sin alas.[62] |
Si
bien Borges no menciona allí expresamente a Huidobro, se reconoce al
chileno en el giro final, ya que su poema Ecuatorial
comienza: "Era el tiempo en que se
abrieron mis párpados sin
alas y empecé a cantar sobre las lejanías
desatadas". Pocas semanas después, el 1 de noviembre de 1920, Borges escribirá a Maurice Abramowicz, también desde Palma:[63] |
Comprendo tu sorpresa ante la idiotez de la prosa de Huidobro [...]. A pesar de mi admiración por Huidobro –que es, después de todo, un muy buen poeta–, no tengo simpatía ninguna por su sistema del creacionismo integral. Reducir la poesía a ser una serie ininterrumpida de metáforas y de metáforas a la segunda y tercera potencia, me ha parecido siempre una limitación horrible. Un academicismo peor que el antiguo. |
Y el 25 de julio de 1922 escribirá a Jacobo Sureda (Cartas del fervor, p. 224): |
En Vltra he sabido que me publicaron un artículo mío contra Huidobro, mas no he recibido aún el número.[64] |
Hacia mediados de agosto de 1923, Borges vuelve a escribir a Guillermo de Torre: |
Una
alusión en tu carta no hace sino confirmar un juicio que me afirmó una
vez el pobre [Francisco] Piñero: esto es, el total estancamiento
lírico de [Pedro] Garfias y los suyos. ¡Es
desolador el caso de Garfias! Cinco años de ejercicio lírico y un resultado de seis o siete
metáforas, sempiternamente las mismas y además
derivadas de Huidobro. Es decir, una página de
Cansinos Assens o de Lugones equivale a la obra total de
Garfias... |
El juicio será también peyorativo en carta de comienzos de febrero de 1925: |
Leí lo de
Gerardo Diego = veo que en él todos los caminos llevan a Huidobro. |
Aún en 1943 Borges se referirá despectivamente a Huidobro: al reseñar An Anthology of Contemporary Latin American Poetry, de Dudley Fitts (Sur 102, Buenos Aires, marzo de 1943; Borges en Sur, 1931-1980. Buenos Aires, 1999, p. 263), Borges incluirá al chileno entre quienes practican "el bric-à-brac desinteresado"... La primera recepciónA fortiori, puede aducirse además que ninguna publicación contemporánea afirma o presupone que los tres prologuistas hubieran hecho la selección del material. Por el contrario, todas coinciden en afirmar que la compilación fue obra de Hidalgo – y casi todas en criticarla severamente. En un noticia aparecida sin firma en la revista El Hogar (Buenos Aires, 30 de abril de 1926), el título es ligeramente distinto: "Índice de la poesía americana.- Los talleres gráficos El Inca están ultimando la impresión de un libro antológico acerca de la nueva poesía de América. Se titulará Índice de la poesía americana y estará prologado por Alberto Hidalgo, Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges. En dicha obra figurarán los siguientes poetas argentinos de vanguardia: Nora Lange, Leopoldo Marechal, Jorge Luis Borges, Andrés Caro, Keller Sarmiento, Oliverio Girondo, Brandán Caraffa, González Lanuza, Francisco Piñero, Ricardo Güiraldes y Francisco Luis Bernárdez."[65] Nada se dice aquí acerca del autor de la recopilación, pero sí se hará en otros comentarios. La positiva reseña del anónimo comentarista en el puneño Boletín. Editorial Titikaka (se trata seguramente de Alejandro Peralta; apareció en el número 6, de enero de 1927, p. 3) comienza con estas frases, cuya original grafía respeto: |
Libro de múltiples
pétalos con valores definitivos en algunos países. Es labor que hidalgo
acometió i que ha salido en gran parte admirable |
El mordaz comentario de Emilio Suárez Calímano (Nosotros, Buenos Aires, marzo de 1927), que critica los tres prólogos, se ocupa también de Hidalgo: |
Desde que apareció Les Cinq Continents [de Ivan Goll] teníamos la aprensión de que más de un hispano americano soñaba con pergeñar algo por el estilo. Aquí tenemos el doble! Exclusivista y unilateral como Ivan Goll, Alberto Hidalgo ha lapidado cinco o seis poetas de verdad, incluidos en su antología, al colocarlos al lado de los cincuenta y tantos restantes, que andan a la misma altura de los tres o cuatro mil versificadores producidos por Hispano-América –tierra fértil– en la venturosa época de nuestro romanticismo para maestras de escuela. |
En otra reseña, sin firma (Inicial 11, febrero de 1927; texto completo), se critica igualmente la selección, y se identifica expresamente al "culpable": |
Alberto Hidalgo ha compilado, para la Sociedad de Publicaciones El Inca, el Índice de la nueva poesía americana, que apareció recientemente y del cual adelantamos una breve selección en el número anterior de Inicial.[66] Casi trescientas páginas contiene este volumen y en las sesenta y tantas firmas que junta no hemos hallado, en verdad, un índice de la nueva poesía americana. Ciertamente, el volumen ha sido realizado con un criterio fanático. Alberto Hidalgo es, literariamente, un escritor extremista. Y este volumen parece una justificación de su obra. Se ha tomado de cada autor lo más arbitrario de su obra, lo más impersonal e irrepresentativo. Y se han excluido nombres sin ninguna razón valedera, dando injusto lugar a escritores francamente pasatistas. Oliverio Girondo, por ejemplo, no existe para el compilador, y, sin embargo, cree de su bando al redondillero J. Rubén Romero, al becqueriano Pereda Valdés, a Paco Luis Bernárdez, a Molinari, etc. Es claro que estos mismos aparecen con lo menos bueno de su obra, salvo alguna equivocación... |
El trato de que lo hiciera objeto Inicial no obstó para que Hidalgo y Ortelli (co-director de Inicial y de la editorial y tipografía El Inca) planearan juntos, hacia 1929, una revista llamada Creación, proyecto que no parece haber prosperado. El arriba citado Francisco Soto y Calvo se tomaría en 1927 el trabajo de componer una sátira, titulada Índice y fe de ratas de la nueva poesía americana, para escarnecer la antología de Hidalgo (Borges reseñó críticamente este libro, sin mencionar el de Hidalgo que lo suscitó, en Síntesis 4, septiembre de 1927, pp. 143-144; Textos recobrados, 1997, p. 316; cf. también p. 394). El español Guillermo de Torre (amigo e inminente cuñado de Borges, y, por tanto, bien informado acerca de los entretelones), comentará así el Índice (Revista de Occidente XV.44, Madrid, febrero de 1927, pp. 269-273; cf. el texto completo, con notas a mi cargo, en Álvaro Sarco, ed., 2006, pp. 256-261): |
Tras la
antología nacional que hace pocos meses
ordenó Julio Noé, he aquí
una continental recopilada por Alberto Hidalgo. [...] Ecléctica y
general, la primera; parcial y limitada, la segunda. |
Torre considera prematura la selección, y echa de menos Bolivia, Paraguay y, a excepción de Nicaragua, "toda la América central y las Antillas" (p. 273). Anota, además (p. 271): |
Pero
en este conjunto se percibe una exclusión a todas luces injusta e
imperdonable,
ya que si no encontramos poemas originales del poeta exceptuado,
tropezamos
con otros que delatan su huella: me refiero a la ausencia de Oliverio
Girondo,
figura de toda primacía en la
transmutación de valores poéticos que
viene operándose estos últimos años en la
Argentina. |
También Magda Portal, la zurda y aguerrida escritora peruana, amiga de Hidalgo, critica la exclusión de Girondo en su reseña del Índice:[67] |
Para mí,
Oliverio Girondo tiene un valor subido sobre los escaparates de Ramón,
el desbordado, tumultuoso, verbóreo,
desconcertante y genial Ramón Gómez
de la Serna á quien muchas veces sobra minuciosidad en esta época que
nadie se retrasa en comprender el valor subido, digo, de su sincretismo
ajustado a la época aunque trate los mismos asuntos, que no me consta su
lente de percepción es cien veces más fina y viselada que la del español.
Girondo, Hidalgo, es uno de los buenos poetas en la reducida
producción
de |
Como previendo esa objeción, Hidalgo mismo había explicado en su parte del prólogo por qué dejaba fuera a algunas personas: |
Algunos
desocupados están ahora practicando el espor de copiar a Gómez de la
Serna,
al cual lo usan disfrazado en una solución de Paul Morand más unas gotas
de pornografía. No incluyo muestras de tales engendros para no dar al
plagio carta de ciudadanía artística. |
La alusión a Oliverio Girondo es clara. Por si el párrafo no bastara, Hidalgo retomará el asunto en el último cuento de su libro Los sapos y otras personas (1927), titulado "El plagiario", del cual se desprende que el agredido es Girondo.[68] Extraña esta aversión de 1926, ya que hasta mediados de 1925, cuando menos, Hidalgo mantuvo amistad con Girondo, y permitió que se los fotografiara juntos (cf. la revista Columbia, Buenos Aires, 2-VI-25, p. 14). Desconozco los motivos de esa ruptura, que puede haber sido una secuela de la que hubo a fines de 1925 entre Hidalgo y Evar Méndez, a raíz de la fundación de la Revista Oral, que originalmente había sido ideada por Hidalgo y Méndez en 1925, pero fue llevada a cabo por Hidalgo a partir de comienzos de 1926.[69] Será precisamente Evar Méndez quien, en contestación a una encuesta titulada "Sobre la influencia italiana en nuestra cultura" intente disculpar el parentesco entre Girondo y Ramón:[70] |
(Hay
joven escritor, por ejemplo Girondo, que ha bebido en la misma fuente
francesa
que Gómez de la Serna: Rimbaud, Lautréamont, Laforgue, Schwob, Jules
Renard,
Max Jacob, Apollinaire, los antiliteratos dadaístas, los
post-simbolistas, superrealistas, y que, es claro, ofrece analogía con
el más importante literato español de
espíritu moderno.) |
Para cerrar el gran círculo trazado hasta aquí, remito al capítulo I del prólogo del libro. Leyendo atentamente el mismo, ya hubiera sido posible evitar el histórico malentenido. Allí, Hidalgo da a entender claramente que él mismo ha sido el editor (pp. 7-8): |
Bolivia
no tiene representación en este libro debido a que en mis afanosos viajes
por los mares del mundo no me he encontrado con sus costas. ¿Es que no
existe? Del Paraguay sé que no conoce ni de oídas la palabra arte. Allí
sólo se dan loros y yerba mate. Prometo remendar las ausencias en futuras
ediciones, si aparecen poetas por ahí, o si hay alguno que, demasiado
tímido, no ha emprendido viaje a mi conocimiento. He suprimido datos biográficos y bibliográficos, para no hacer una antología de vulgaridades y ripios. Quien quiera éstos, cómprese cualquier libro de los poetas que nos preceden; quien necesite aquellos, pídalos a los autores: ahí están sus direcciones.[71] Espero que esto me lo agradezcan, además, las admiradoras. |
Louis Aragon dice que toda antología es obra de conciliación. Esta viene a desmentirlo. Yo no me caso con nadie, lo cual es bastante lógico en un hombre que ya no es soltero. Aquí no sobra ningún mal poeta, y es probable que no falte ninguno bueno. Mas confieso que para hacer menos estruendosa la presencia de los mejores, he dilatado el vacío de los pésimos. En su estilo petulante, Hidalgo se vanagloria, obviamente, de la selección que ha hecho. Si bien puede reprochársele algún defecto menor (por ejemplo, la exclusión de algunos países, y de poemas en lengua brasileña, inglesa o francesa, así como el haber dejado fuera a las poetas), su obra constituye un hito insoslayable al estudiar el período de las vanguardias históricas. ConclusiónCreo haber probado que el Índice fue obra exclusiva de Hidalgo. Ese trabajo, unido a otros proyectos suyos a estudiar en futuros trabajos, hace de Hidalgo un precursor ineludible en la lucha por el canon. El canon, paradójicamente, no lo incluye. Quizás debido a que pasó temprano a la Argentina, pero seguramente también a su hosco y aguerrido carácter y a sus posturas políticas (su antisemitismo en la década del treinta y un confuso izquierdismo antes y después), ninguna de sus patrias se ha ocupado hasta ahora de él como lo merecería. En base a todo lo dicho hasta aquí, creo pertinente que en los repertorios bibliográficos y en la historia literaria de Hispanoamérica, sobre todo en la de Argentina y Perú, se dé por fin a Hidalgo el lugar que corresponde a su vasta y variada obra, que, aparte del Índice, incluye poemas, cuentos, textos teóricos, una novela, libelos y panfletos, obras de teatro y periodismo. © Carlos García |
Índice de la nueva poesía americana (Ficha técnica) Ejemplar de referencia N°
30 (Academia Argentina de Letras, Buenos Aires). Justificación de tirada De
este libro, se ha impreso 30 ejemplares suscritos, sobre papel del Japón,
imperial, numerados del 1 al 30, y 1500 sobre papel pluma inglés, para la
venta. Copyright Hecho
el depósito que marca la ley. Copyright
by El Inca. Título completo en portadilla Índice de la / nueva poesía / americana // Prólogo de Alberto Hidalgo / Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges // Sociedad de Publicaciones El Inca / Ediciones Especiales / México 1416 – Buenos Aires / MCMXXVI Colofón Este libro se acabó de imprimir en los talleres gráficos de la Sociedad de Publicaciones El Inca el 30 de julio de 1926. Portada Ilustración
de Carlos Pérez Ruiz (1900-¿?): Abogado, escritor y artista
argentino;
primo segundo de Borges y de las hermanas Lange, por la rama Erfjord.
Colaboró en Proa 4,
noviembre
de 1924 (caricatura de Ramón Gómez de la Serna), Pulso
(en el N° 1, julio de 1928, publicó logrados pastiches de Emilio Pettoruti y de Xul Solar), Revista Oral (ambas de Alberto Hidalgo, de quien hizo una
caricatura, reproducida en Cuentos,
2005, p. [156]), Revista Multicolor
de los Sábados (núms. 2 [19-VIII-33, 3: "Siete
generaciones
de canallas"], 3, 12, 20, 23, 39, 43, 48, 52, 56, 59, 61), dirigida
por Borges y Petit de Murat. Borges y Bioy
publicaron su cuento
"A treinta pasos" en Los
mejores cuentos policiales (Buenos Aires: 1943; no figura en
ulteriores reediciones de la antología,
indicio, a mi entender, de que había
fallecido en el intervalo). Personaje y co-autor de la novela El
Hombre que será Presidente, que
Macedonio Fernández escribiera a comienzos de la década del veinte con Borges, los
hermanos César
y Santiago Dabove y Enrique Fernández Latour (no se ha conservado
el manuscrito). Amigo y descifrador de
Macedonio (en carta a Hidalgo
del 3-III-26, Obras Completas
II, 81, Macedonio anota: "Pérez Ruiz podría pasar en limpio y leer
el adjunto artículo; él me entiende al instante la intención de mis
frases"). Pérez Ruiz es uno de los candidatos a ser el innominado
destinatario de cinco cartas de Borges conservadas en la Virginia
University Library (el otro candidato es, a mi entender,
Carlos M. Grünberg).
En un giro que parece de Borges, Hidalgo anota en el prólogo al Índice: "Mi amigo Pérez Ruiz y yo, hablamos
siempre de
Montevideo como de un arrabal de Buenos Aires." Contenido Reproduzco
el índice del libro en el orden allí consignado al final (pp.
[283]-[285]). Como el volumen, a diferencia del índice, está ordenado
alfabéticamente según el apellido de cada autor (uso que Guillermo de
Torre criticará en su reseña), agrego más abajo una lista de autores en
orden alfabético. Prólogo,
p. 5 (I: Alberto Hidalgo, pp. 5-9; II: Vicente Huidobro, pp. 10-14; III:
Jorge Luis Borges, pp. 14-18). ARGENTINA Bernárdez, Francisco Luis, p. 27. Borges, Jorge Luis, p. 33. Brandán Caraffa, Alfredo, p. 40. Caro, Andrés L., p. 53. Fernández, Macedonio, p. 80. Fijman, Jacobo, p. 88. González Lanuza, Eduardo, p. 98. Guillermo Juan, p. 107. Güiraldes, Ricardo, p. 109. Keller Sarmiento, Eduardo, p. 142. Lange, Nora, p. 143. Marechal, Leopoldo, p. 161. Molinari, Ricardo E., p. 182. Olivari, Nicolás, p. 209. Ortelli, Roberto A., p. 212. Piñero,
Francisco M., p. 227. COLOMBIA Vidales,
Luis, p. 277. CHILE Arce, Fenelón, p. 19. Azocar, Rubén, p. 23. Cruchaga Santamaría, Ángel, p. 55. Del Valle, Rosamel, p. 72. De Rocka, Pablo, p. 75. Diaz Casanueva, Humberto, p. 78. Florit, Juan, p. 90. Gutiérrez, Alejandro, p. 114. Hübner, Manuel, p. 129. Huidobro, Vicente, p. 132. Marin, Juan, p. 172. Moraga Bustamente, J., p. 185. Neruda, Pablo, p. 189. Reyes, Salvador, p. 237. Rojas Jiménez, Alberto, p. 244. Seguel,
Gerardo, p. 253. ECUADOR León, Luis Ángel, p. 146. Mayo,
Hugo, p. 177. MÉXICO Cardoza y Aragón, Luis, p. 49. List Arzubide, Germán, p. 149. Maples Arce, Manuel, p. 154. Novo, Salvador, p. 197. Pellicer, Carlos, p. 221. Romero, J. Rubén, p. 245. Tablada,
José Juan, p. 266. NICARAGUA Salomón
de la Selva, p. 247. PERÚ Bolaños, Federico, p. 30. Bustamante y Ballivián, Enrique, p. 44. Chabes, Mario, p. 63. De la Jara, Luis, p. 68. Hidalgo, Alberto, p. 116. Lora, Juan José, p. 152. Mercado, Guillermo, p. 180. Parra del Riego, Juan, p. 217. Peralta, Alejandro, p. 225. Portal, Magda, p. 233. Sandoval, Francisco, p. 250. Serafín del Mar, p. 256. Vallejo, César A., p. 272. Velázquez,
Juan Luis, p. 275. URUGUAY Delgado, Alexis, p. 71. Fusco Sansone, Nicolás, p. 96. Pereda Valdés, Ildefonso, p. 226. Silva
Valdés, Fernán, p. 260. VENEZUELA Arraiz,
Antonio, p. 21. Autores por orden alfabético Arce, Fenelón, p. 19. Arraiz, Antonio, p. 21. Azocar, Rubén, p. 23. Bernárdez, Francisco Luis, p. 27. Bolaños, Federico, p. 30. Borges, Jorge Luis, p. 33. Brandán Caraffa, Alfredo, p. 40. Bustamante y Ballivián, Enrique, p. 44. Cardoza y Aragón, Luis, p. 49. Caro, Andrés L., p. 53. Chabes, Mario, p. 63. Cruchaga Santamaría, Ángel, p. 55. De la Jara, Luis, p. 68. De Rocka, Pablo, p. 75. Del Valle, Rosamel, p. 72. Delgado, Alexis, p. 71. Díaz Casanueva, Humberto, p. 78. Fernández, Macedonio, p. 80. Fijman, Jacobo, p. 88. Florit, Juan, p. 90. Fusco Sansone, Nicolás, p. 96. González Lanuza, Eduardo, p. 98. Guillermo Juan, p. 107. Güiraldes, Ricardo, p. 109. Gutiérrez, Alejandro, p. 114. Hidalgo, Alberto, p. 116. Hübner, Manuel, p. 129. Huidobro, Vicente, p. 132. Keller Sarmiento, Eduardo, p. 142. Lange, Nora, p. 143. León, Luis Ángel, p. 146. List Arzubide, Germán, p. 149. Lora, Juan José, p. 152. Maples Arce, Manuel, p. 154. Marechal, Leopoldo, p. 161. Marin, Juan, p. 172. Mayo, Hugo, p. 177. Mercado, Guillermo, p. 180. Molinari, Ricardo E., p. 182. Moraga Bustamente, J., p. 185. Neruda, Pablo, p. 189. Novo, Salvador, p. 197. Olivari, Nicolás, p. 209. Ortelli, Roberto A., p. 212. Parra del Riego, Juan, p. 217. Pellicer, Carlos, p. 221. Peralta, Alejandro, p. 225. Pereda Valdés, Ildefonso, p. 226. Piñero, Francisco M., p. 227. Portal, Magda, p. 233. Reyes, Salvador, p. 237. Rojas Jiménez, Alberto, p. 244. Romero, J. Rubén, p. 245. Salomón de la Selva, p. 247. Sandoval, Francisco, p. 250. Seguel, Gerardo, p. 253. Serafín del Mar, p. 256. Silva Valdés, Fernán, p. 260. Tablada, José Juan, p. 266. Vallejo, César A., p. 272. Velazquez, Juan Luis, p. 275. Vidales,
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"Poesía americana de vanguardia": Inicial 10, Buenos Aires, mayo de 1926, pp. [28]-39.
[Reproduce poemas de Pablo Neruda, J. Rubén Romero, Salvador Reyes,
Gerardo Seguel, J. Moraga Bustamante, Vicente Huidobro, Ángel Cruchaga
Santamaría, Alberto Hidalgo, Manuel Maples Arce, Manuel Hübner, Salvador Novo,
Alberto
Rojas Giménez y E. Bustamante y Ballivián.] NN: "Índice de la poesía americana. [sic] Prólogo de Alberto Hidalgo, Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges": Inicial 11, Buenos Aires, febrero de 1927. NN: "Índice de la nueva poesía americana": El Hogar, Buenos Aires, 30 de abril de 1926 (Noticias de nuestro mundo literario). [Peralta,
Alejandro]: "Alberto Hidalgo, Vicente
Huidobro, Jorge Luis Borges. Índice de la
nueva poesía americana": Boletín.
Editorial Titikaka 6, Puno, enero de 1927, p. 3 [Aparecido sin firma
bajo la rúbrica "Glosario de arte
nuevo", donde también se
comentan breve y elogiosamente
tres libros de Hidalgo: Mi libro, química del espíritu
y Simplismo.
Reedición facsimilar a cargo de Dante Callo Cuno. Arequipa:
Centro de
Artes Gráficas / EUNSA, 2004, p. 29.] Portal, Magda: "Índice de la nueva poesía americana. Huidobro e Hidalgo": Diario El Comercio. Edición de la tarde. Lima, sábado 13 de noviembre de 1926, p. 3; : Álvaro Sarco, ed., 2006, 278-280. [El trabajo de Portal, amiga de Hidalgo no contradice la hipótesis aquí postulada. Portal critica a Borges, ensalza a Huidobro y echa también de menos a Girondo.] Roggiano, Alfredo A.: "La vanguardia en antologías. Papel de Huidobro": Revista Iberoamericana XLV 106-107, Pittsburgh, enero-junio de 1979, 205-211 [reproduce en p. 207 la carta de Hidalgo a Huidobro, del 11 de enero de 1926, que he cotejado con el original]. Sarco, Álvaro, ed. (2006): Alberto Hidalgo, el genio del desprecio. Materiales para su estudio. Lima: talleres tipográficos, 2006. [La más amplia recopilación de textos históricos y críticos sobre Hidalgo, de autores peruanos, argentinos y mexicanos.] Schwartz, Jorge: Las vanguardias latinoamericanas. Textos programáticos y críticos. Madrid: Cátedra, 1991. [Reproduce en pp. 328-339, tras una breve introducción, el prólogo de Hidalgo, Huidobro y Borges.] Suárez Calímano, Emilio: "Índice de la nueva poesía americana. Prólogos de Alberto Hidalgo, Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges": Nosotros 214, Buenos Aires, marzo de 1927, pp. 423-424. Torre, Guillermo de: "Alberto Hidalgo: Simplismo. Poemas inventados por A.H.": Revista de Occidente XIII.38, Madrid, agosto de 1926, pp. 253-256. Torre, Guillermo de: "Índice de la nueva poesía americana. Prólogos de Alberto Hidalgo, Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges. (Sociedad de Publicaciones El Inca, Buenos Aires, 1926)": Revista de Occidente XV.44, Madrid, febrero de 1927, pp. 269-273; : Álvaro Sarco, ed., 2006, 256-261, con notas de Carlos García, como Apéndice a mi trabajo "El Índice de Hidalgo (1926)". Torre, Guillermo de: "Revista literaria americana": Revista de las Españas 5-6, Madrid, enero-febrero de 1927, 80 [mención del Índice como antología "recopilada por Alberto Hidalgo"]. Torre, Guillermo de: "Revista literaria americana": Revista de las Españas 9-10, Madrid, mayo-junio de 1927 (entre otros libros, reseña las siguientes antologías poéticas: Valentín de Pedro: Nuevo parnaso argentino; Pedro-Juan Vignale / César Tiempo: Exposición de la actual poesía argentina); menciona al pasar el Índice de Hidalgo)". Torre, Guillermo de: "Alberto Hidalgo: Los sapos y otras personas": La Gaceta Literaria 12, Madrid, 15-VI-27, 4 [incluye retrato de Alberto Hidalgo]; reproducido parcialmente en Alberto Hidalgo: Cuentos. Edición de Álvaro Sarco y Juan Cuenca, con notas de los mencionados y de Carlos García. Lima: talleres tipográficos, 2005, p. 114. |
© Carlos García
(Hamburg, 1 de mayo de 2005 - 1 de julio de 2006)
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