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La formación ciudadana escolarizada en Cuba, entre 1898 y 1940

 Dr. C. Jorge Valmaseda Valmaseda

Profesor Titular de la universidad de la Habana, Cuba y

Asesor Internacional del Instituto de Informática y Computación. A.C.
jvalmaseda@yahoo.es

 
 
Introducción ....................................................................................................................................................... P – 4

Capítulo I: Claves históricas de la evolución de la formación ciudadana escolarizada ............................................... P – 13

Antecedentes de una disciplina o asignatura: La Educación Cívica .......................................................................... P – 15

Imposición del Modelo Imperial en la enseñanza de la Educación Cívica, en la ocupación militar norteamericana ........ P- 23

Defensa de la nacionalidad por los sectores progresistas, durante las dos primeras décadas de la República Neocolonial .. P - 34

La Reforma de la educación y la enseñanza hasta 1940. Cristalización de la formación ciudadana escolarizada .......... P – 45

Capítulo II: Bases sustentadoras de la Nación de formación ciudadana que manejamos ........................................... P – 59
 

Reforma de la enseñanza de la educación cívica ................................................................................................... P – 61

Doctrina y prácticas pedagógicas que van a la conquista de nuevas luces docentes ................................................ P – 65

La Educación Cívica. Fundamento de la Educación Integral  ................................................................................... P – 72

Especialidad del conocimiento cívico y su tributo a la formación ciudadana ............................................................. P – 76

Capítulo III: Estructuración pedagógica para la formación ciudadana ..................................................................... P – 84

Paradigmas Educativos ...................................................................................................................................... P – 85

Lógico-positivistas ............................................................................................................................................ P – 85

Hermenéutico Interpretativo .............................................................................................................................  P – 86

Socio crítico ...................................................................................................................................................... P – 87

Características pedagógicas ............................................................................................................................... P – 96

La educación moral como socialización ................................................................................................................ P – 96

La educación moral como clarificación de valores ................................................................................................. P – 97

La educación moral como desarrollo .................................................................................................................... P – 99

La educación moral como formación de hábitos virtuosos ................................................................................... P – 100

Método empleado para el estudio de las cualidades ............................................................................................ P – 104

Explicación del método ..................................................................................................................................... P – 105

Preparación de los profesores ........................................................................................................................... P – 108
 
Conclusiones y bibliografía  ............................................................................................................................... P – 110


Anexos ............................................................................................................................................................ P – 132
 

Introducción

 

El tema que se presenta en este libro posee una gran significación en el campo de la educación, por constituir uno de los principales objetivos de este proceso: el desarrollo moral de nuestros niños, adolescentes y jóvenes; desarrollo que, aunque polémico y no exento de contradicciones, debe producirse en correspondencia con los principales valores del proyecto social latinoamericano.

 

No existe investigación profunda en este sentido, en nuestro medio cultural y académico, tampoco resulta un tópico sobre el cual se haya escrito mucho; de ahí su importancia científica además de social y deviene del resultado de largos años de investigación e impartición, por parte de los autores, en su práctica pedagógica, de este y otros afines, entre los que se encuentran la participación en numerosos eventos, de carácter nacional e internacional, en algunos de los cuales, ese trabajo ha sido publicado.

 

Dentro de las pretensiones no está la de agotar el tema, sino más bien trazar una brecha y abrir un camino para futuros proyectos, donde se pueda abarcar el proceso histórico educacional y pedagógico de las tres etapas: Colonia, Neocolonia y Revolución, con las particularidades específicas que cada una de ellas encierra en su momento histórico en cada país.

 

La formación ciudadana de los educandos en la realidad actual, se presenta ante los diferentes sistemas educativos, como una necesidad, debido a su repercusión en la vida personal y social del hombre, en un ámbito en el que van siendo más complejas sus obligaciones. Esta necesidad está planteada en el encargo social del Sistema Nacional de Educación, en Cuba, al expresarse en el Programa del Partido Comunista que: “La finalidad esencial de la educación es la formación de convicciones personales y hábitos de conducta, y el logro de personalidades integralmente desarrolladas que piensen y actúen creadoramente, aptas para construir la nueva sociedad y defender las conquistas de la Revolución.” ([1])

 

Los antecedentes de esta formación, en la escuela cubana, rebasan los marcos de este siglo y su concepción, en mayor o menor medida, ha respondido siempre al logro de una ciudadanía acorde con los principios éticos de cada etapa de desarrollo histórico de nuestra sociedad; pero se adolecía de un ordenamiento de estudios que la convirtiera en una disciplina con su objeto de estudio propio e independiente. En este sentido, invocamos la enseñanza de la Educación Cívica, como asignatura en vínculo con la historia patria y la gramática de nuestra lengua, como marco referencial que abordaremos en nuestro trabajo para contribuir con ello al afianzamiento y consolidación de la conciencia cubana que fructificó en el magisterio republicano.

 

La formación ciudadana ha comenzado a ser una expresión y una necesidad educativa cada vez más conocida y asumida por buena parte de los que nos dedicamos a tareas formativas, tanto desde la educación escolarizada como no formal. En el plano jurídico también ha logrado su reconocimiento. Tampoco podemos soslayar las disposiciones de los convenios y pactos internacionales relativos a la educación para la paz, los derechos humanos y las reuniones a favor de la infancia y otras ecológicas, que el estado cubano ha firmado, convocadas a iniciativa, fundamentalmente de la UNESCO, y también de las Naciones Unidas. Desde esa perspectiva, además de las razones pedagógicas, sociales, políticas y ecológicas que la sustentan y demandan, la formación ciudadana de los educandos se ha convertido en un imperativo legal de nuestro tiempo y sin embargo, poco se ha investigado y escrito, a pesar de la influencia que ejerce en la evolución y desarrollo de la vida cultural, política e ideológica de nuestros pueblos latinoamericanos.

 

Aunque parezca paradójico, lograr la formación ciudadana en nuestros educandos, no es ni resulta algo armonioso, exento de conflictos o que concite unanimidad. Así, la primera polémica surge al determinar, desde  el punto de vista teórico, el soporte que posibilite una programación de contenidos coherentes y significativos, deviniendo en núcleo de esa formación, al estar insertados en todas las demás asignaturas o disciplinas. En segundo lugar, hay que determinar la especificidad de ese contenido nuclear, que en el caso que nos ocupa, son los conocimientos y habilidades cívicos, traducidos en valores que conformen una disciplina o asignatura: La Educación Cívica ([2]) y, en tercer lugar, dilucidar la polémica desde el punto de vista práctico de la propia denominación a utilizar; ¿son sinónimos expresiones como Enseñanza Cívica o Educación Cívica?; ¿persiguen los mismos objetivos?; ¿se fundamentan los mismos conceptos?; ¿utilizan los mismos recursos y estrategias didácticas?; ¿proceden de un mismo devenir histórico? ; ¿cuál es la especificidad del conocimiento cívico y cómo tributa a la formación ciudadana?

 

Para dar respuesta a las interrogantes citadas, nos planteamos las siguientes hipótesis de trabajo:

Ø  La intención de fundamentar psicopedagógicamente la formación ciudadana escolarizada cubana en el período republicano no faltó y, a pesar de que su concepción tributaba al logro de ciudadanos acordes con los principios éticos que rigieron esa etapa de desarrollo histórico de nuestra sociedad, se hacía necesario, en la práctica, subvertir ese diseño que engendró la enmienda platt, apéndice que se le anexó a la Constitución de 1901 y la accidentada evolución política a partir de 1928 y hasta 1940, en que se promulgó una nueva ley fundamental.

Ø  En los programas de enseñanza y en el enfoque de los textos escolares de Educación Cívica, de ese período, se intentó fundamentar una formación ciudadana escolarizada contraria al orden de los valores generados a partir de la ocupación militar norteamericana en la Isla de Cuba, que fructificó sólo en un reducido número de aquellos que tenían acceso a este sistema de enseñanza; sin embargo, los aportes reflejados en el desarrollo del pensamiento pedagógico cubano, de este período, nos permiten proponer un modelo alternativo de formación ciudadana, para el rescate de los valores universales.

 

Para contextualizar la hipótesis complementamos nuestra suposición con dos criterios: uno obtenido en el trabajo de campo, donde partimos de los programas de enseñanza y del enfoque de los textos escolares de Educación Cívica, durante el periodo republicano, y el otro elaborado a partir del estudio exploratorio, donde advertimos los aportes pedagógicos reflejados en el desarrollo del pensamiento cubano de este período, que nos permitieron elaborar el modelo alternativo de formación ciudadana para el rescate de los valores universales dado que la intelectualidad cubana conformó un conjunto de ideas alternativas que indicaban la existencia de un nacionalismo burgués, que pretendía modificar el “status quo” implantado en Cuba a partir de 1902 y que, aunque no se concretó en realidades hasta la generación posterior, legó su herencia al desarrollo alcanzado en la formación ciudadana escolarizada cubana de este período histórico.

 

Objetivos.

 

1. Analizar el nivel de desarrollo alcanzado en la formación ciudadana cubana, en el período histórico comprendido entre 1898 y 1940.

2. Sistematizar la evolución de la Educación Cívica escolarizada y su contribución a la formación ciudadana, en el período indicado anteriormente.

3. Determinar la interrelación existente entre formación cívica y formación integral, en tanto que bases sustentadoras, para la noción de formación ciudadana que proponemos.

4. Rescatar los aportes realizados por los educadores cubanos y algunas tradiciones pedagógicas latinoamericanas que contribuyeron a la formación ciudadana de las generaciones republicanas.

5. Proponer un modelo alternativo para la formación ciudadana de los educandos de la escuela cubana y latinoamericanas actuales, a partir de los análisis  realizados anteriormente.

 

En el presente trabajo, se dan respuestas a las interrogantes planteadas inicialmente. Para ello, primeramente examinamos las claves históricas de la formación ciudadana en Cuba, en el período propuesto y, en segundo lugar, destacamos algunas experiencias y propuestas metodológicas que nos proporcionaron un bagaje valiosísimo, sugerente y lleno de posibilidades para intervenir, con sus posibles adaptaciones, en nuestras realidades educativas de hoy.

 

Nuestra investigación se encaminó a desarrollar, en la segunda parte de este trabajo, una amplia temática referida al concepto de formación ciudadana, como expresión de la educación cívica y sus repercusiones concretas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para una mejor comprensión, la hemos subdividido en dos partes. En la primera nos adentramos en los conceptos de educación cívica y educación integral, en tanto que bases sustentadoras de la noción de formación ciudadana. En la segunda: la estructuración pedagógica, presentamos los  modelos o paradigmas de la formación ciudadana para, a partir de aquí, dilucidar el significado, los objetivos, las características y los componentes que integran nuestra propuesta de modelo de formación ciudadana.

 

En esta investigación también presentamos los criterios vertidos acerca de la realidad social cubana, enarbolados por un sector de la burguesía cubana en el período analizado, a través de publicaciones que reunieron bajo su coherencia y continuidad editorial a un grupo importante de pensadores, cuyas expresiones no se adjudican solo a los representantes de las élites gobernantes.

 

La importancia de este trabajo está en haber podido ordenar, sistematizar y articular diversas manifestaciones del pensamiento cubano y determinar su contribución a la formación ciudadana escolarizada, en el período enmarcado; además, rescatar algunas experiencias y propuestas metodológicas que sintetizan la tradición de la escuela cubana, enriqueciendo sus postulados con las concepciones pedagógicas latinoamericanas actuales; así como develar la herencia cultural de la República, para proponer nuestro propio modelo alternativo de formación ciudadana cubana y latinoamericana.

 

Consideramos que otro logro fundamental de esta investigación consiste en estudiar críticamente un período muy generalizado, pero poco analizado en sus especificidades, sobre todo en lo referido a conocer las posturas intelectuales con respecto a los problemas sociales de la república y la manera de proponer la subversión del orden existente para preservar sus valores universales.

 

Cerramos este período en 1940, porque fue un momento crucial en los acontecimientos educacionales que lo caracterizan políticamente. Muestra de ello fue el establecimiento de un nuevo plan  de estudios –Plan Guzmán del 14 de agosto de 1939-, para los Institutos de Segunda Enseñanza (que sustituye el Plan Varona) y la incorporación de demandas populares en la Constitución del 40, entre las que sobresalen los artículos dedicados a la naturaleza autóctona de las asignaturas de formación humanística y ciudadana, como la Educación Cívica, que tendría que ser impartida por profesores cubanos de nacimiento y mediante textos que tuvieran la misma condición.

 

Otra razón que nos convenció para no extender más el período, fue que desde el año 1926 no se modificaban los planes y cursos de estudio, estos fueron una repetición, con algunos reajustes, de los promulgados en el año 1922 y no fue hasta fecha muy posterior, que se volvieron a reformar éstos, a pesar de que continuaron siendo una relación carente de unidad de los conocimientos que habían de enseñarse en las escuelas. A partir de entonces no se produjeron más cambios, hasta después del triunfo de la revolución cubana, con la reforma integral de la enseñanza. Por eso, consideramos aconsejable para el análisis, distanciarnos de acontecimientos ulteriores, y así abordar con el máximo de objetividad lo acontecido sólo en las cuatro primeras décadas republicanas.

 

Para el desarrollo de la investigación se requirió el análisis de variadas fuentes: publicísticas, documentales y bibliográficas, en orden de importancia. De las fuentes publicísticas obtuvimos la mayor información, las cuales fueron consultadas en los fondos de la colección de libros raros y valiosos de la Biblioteca Central de la Universidad de la Habana, Cuba y en la Biblioteca de Literatura y Lingüística, de esta misma ciudad.

 

El espacio publicístico empleado para polemizar, analizar o simplemente resaltar dichos puntos de vista, es la publicación periodística, siendo las revistas de la época marco idóneo de reflexión. Entre ellas se destacan las revistas Cuba Pedagógica, Revista de Educación, Cuba Contemporánea y la Revista Bimestre Cubana, las cuales son objeto de nuestro estudio.

 

Entre estas fuentes publicísticas, las revistas Cuba Contemporánea, Revista Bimestre Cubana y La Reforma Social, divulgan los problemas sociales fundamentales que afectan el desenvolvimiento de la República desde su instauración en 1902, así como los rasgos burgueses que se expresan en este período, y dentro de ellos, aquellos que se refieren a la herencia hispánica y la influencia de los mismos en la sociedad cubana.

 

La Revista de Educación y Cuba Pedagógica, fueron órganos de orientación educacional que se dedicaron, fundamentalmente, a la publicación de materiales de instrucción escolar, métodos pedagógicos y demás recursos científicos útiles para la enseñanza. Además, constituyeron un vehículo de información, un campo natural abierto a todas las ideas, un taller de valores nuevos y también un amigo y colaborador del profesorado cubano.

 

Entre estas publicaciones, a pesar de lo valiosa que resultaron la Revista de Educación y Cuba Pedagógica, se destaca para la presente investigación, Cuba Contemporánea, por la denuncia que en ella se realiza a los males sociales republicanos, alcanzando su más alto grado la corrupción reinante en la esfera educacional. Sus promotores mostraron un gran interés por el aspecto sociocultural y político de nuestros vínculos con España y con los Estados Unidos, y la incidencia de estos en la vida nacional; pero fue  precisamente, Cuba Contemporánea (1913-1927), la que dio unidad a los esfuerzos dispersos de los intelectuales de la primera generación republicana. La característica esencial de la publicación queda definida de este modo: “Tribuna de una intelectualidad comprometida con la reorientación nacionalista de un proyecto burgués de nación que había sido subordinado a intereses foráneos y tempranamente sumido en la inercia y la corrupción, fue un vocero de las nuevas tendencias del pensamiento social,...” ([3]

 

Entre las fuentes documentales, contamos con la obra científica: Historia de la Educación, de la Escuela y la Pedagogía en Cuba; desde el siglo XVI hasta la década del 80 actual, de un colectivo de autores adscriptos al Museo de la Educación, a partir de la cual definimos la dirección metodológica para el estudio de la formación ciudadana escolarizada en Cuba, ya que la misma aborda el proceso histórico educacional y pedagógico en las tres etapas: Colonia, Neocolonia y Revolución, subdividiendo las mismas, dadas sus apreciables diferencias e identificando la Neocolonia como un período con fisonomía propia donde la ocupación militar norteamericana, sentó las bases de la política educacional y del sistema de enseñanza asimilacionista.

 

La fuente bibliográfica fundamental, la constituyó la obra de Jorge Ibarra, Cuba 1898-1921. Partidos Políticos y Clases Sociales, dada la información que nos aporta sobre el período republicano que nos ocupa. Del mencionado trabajo utilizamos la estructura socioclasista definida por el autor.

 

Cuba: Cultura y Sociedad, de Francisco López Segrera, que nos permitió profundizar en el análisis sociocultural de la época.

 

Ensayos de Identidad, de Enrique Ubieta, es un trabajo que se encuentra en la misma dirección de nuestra investigación, aunque su autor limita el análisis cultural al aspecto literario. Más allá de lo que expresa Ubieta, quien habla de movimiento cultural, nosotros vemos la cultura en términos más abarcadores, reflejando el conjunto de los males de la sociedad, donde se tiende a conformar un proyecto alternativo.

 

Como se observa en la bibliografía del trabajo, numerosas fueron las obras consultadas que aportaron en mayor o menor medida información válida para nuestra investigación, pero sólo hemos querido destacar las que nos resultaron más importantes.

 

Notas:
 

[1] Programa del Partido Comunista de Cuba. Editora Política, La Habana, 1987, p. 45-46.

 

[2] La palabra Cívica, en sentido estrictamente literal no debería usarse, porque dicha palabra no es un sustantivo sino un adjetivo. Por consiguiente debe ir siempre acompañada de un sustantivo, como lo hizo nuestro filósofo Enrique José Varona, cuando con mucho acierto la incluyó en el plan de Estudios de su nombre, denominando este aprendizaje: Enseñanza Cívica. Sin embargo aunque se ha generalizado la costumbre de llamarla sencillamente Cívica, en el transcurso de este trabajo, aparecerá denominada: Educación Cívica.

 

[3] Ubieta Gómez, Enrique: “Ensayos de Identidad”. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1993, p 56-57.

 

Jorge Valmaseda Valmaseda
jvalmaseda@yahoo.es

De “La formación ciudadana escolarizada en Cuba, entre 1898 y 1940”

 

 

 

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