Fusco Sansone, Nicolás |
En los últimos años de su vida, Nicolás
Fusca Sansone, sobre quien la REVISTA DE LA BIBLIOTECA NACIONAL publicó,
en su número 4, un extenso ensayo de Ildefonso Pereda Valdés, preparaba,
morosa y fervorosamente, un libro de poemas, proyectado con el título
Sin saltar la propia sombra. Los poemas que ahora se publican,
rescatados, por la viuda del poeta, señora María Esther Méndez de Fusca,
de entre los manuscritos inéditos del mismo, estaban todos destinados a
integrar el libro mencionado. El orden en que ahora se publican no fue
establecido por el autor. Se han ordenado cronológicamente según la
fecha que figuran en algunos de los originales, ubicándose al final los
que no estaban datados. Estos poemas revelan ese expandido amor al mundo
que constituye como el corazón de su poesía. Revelan, asimismo, ese
claro amor a la naturaleza que fue himno jubiloso en Las trompetas de
las voces alegres (1925) y que se mantiene en sus libros posteriores
(Preguntas a las cabezas sin reposo, 1930, Los caminos del día, 1933,
Presencia de canción, 1941, No toda la noche es de la luna, 1952)
aunque, como es natural, con mayor maduración interior y sin el desborde
juvenil de su libro inicial. Esta sabia maduración de sus mundos
interiores, que se traduce en una igualmente sabia contención poética,
es ostensible, también, en estos poemas de su total madurez. |
En tierras de Cerro Largo el viajero oye tres voces - Emilio Oribe - Justino Zavala Muniz - Juana de Ibarbourou |
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