La influencia francesa en el país  

II - Francia en el Uruguay

Octavio Morato

Mientras tanto en el Uruguay, que ha pasado por fases de independencia con Artigas, en su lucha por la autonomía provincial, contra el Directorio de Buenos Aires; por la de un nuevo coloniaje, provocado por los argentinos para castigar a Artigas; bajo el dominio de los portugueses primero y de sus sucesores, los brasileros, después, y por la definitiva independencia por el por el pacto de paz entre la Argentina y el Brasil después de la toma de las Misiones y del triunfo de Iluzaingó, jura su Constitución el 18 de Julio de 1830. Consagra los principios de la más amplia, libertad, bajo la influencia de las ideas liberales de la Revolución Francesa, sostenidas en la Constituyente, con éxito, por Santiago Vázquez y José Ellauri.

 

A partir de esa época, Montevideo se va paulatinamente convirtiendo en asilo de emigrados políticos; argentinos primero y luego en asiento del elemento extranjero del Río de la Plata, eliminados de la Argentina por los avances de la anarquía y de la dictadura que asoma ya con alarmantes caracteres, ante la suma de poderes públicos acordados a Rosas, Gobernador de Buenos Aires.

 

La tiranía extiende sus tentáculos que atraviesan las fronteras argentinas y reducen poco a poco el foco de las libertades del Río de la Plata a Montevideo, que ha de sostener en los límites de sus murallas los avances del dictador durante nueve años, hasta que le prepara y asesta el golpe mortal de Caseros.

 

En este período preparatorio de la tiranía de Rosas hasta la caída del tirano, se produce una serie de acontecimientos, en los que interviene la Francia para reivindicar derechos de sus connacionales: establece el bloqueo de los puertos argentinos, protege en alianza a la expedición de Lavalle y pugna por resolver el conflicto armado con Buenos Aires por sus mediaciones combinadas con Inglaterra. Y a pesar de las indecisiones con que se caracteriza su actuación, en todo el lapso de tiempo que dura el largo sitio, en definitiva presta en ultimo termino, su apoyo moral indiscutible y su apoyo material, hasta el día de la derrota de Rosas en Monte Caseros.

 

O intervienen sus súbditos como componentes de la sociedad rioplatense y se solidarizan en el movimiento defensivo contra la invasión de la tiranía dentro de los muros de Montevideo, tomando las armas primero como legionarios extranjeros y luego como ciudadanos orientales, cuando el Gobierno de Luis Felipe exige perentoriamente, la disolución y el desarme en condiciones tan rigurosas que no pueden admitir dilaciones, que comprometerán el éxito de la Defensa.

 

Intervenciones militares y mediaciones francesas

 

En 1835 llega a Buenos Aires el Marqués Vins de Paysac, en carácter de Cónsul General de Francia en Buenos Aires, con el objeto, se decía, de gestionar la celebración de un tratado semejante al que existía con Inglaterra desde 1825.

 

El reconocimiento de este agente francés da lugar a una serie de incidencias, sobre la base de la oposición, opuesta por el gobierno de Buenos Aires para su reconocimiento. Por fin se autoriza el exequatur «como cónsul interino», pero no se le reconoce facultades para abrir relaciones diplomáticas. Entonces presenta sus credenciales de Encargado de Negocios; Rosas dispone que ese reconocimiento se haga con la cláusula de «que no sirviera de ejemplar, ni produjera consecuencias». No había pues, tal reconocimiento. Esto ocurrió en marzo de 1836, un año después de la llegada del Agente de Francia.

 

Por ese tiempo se produce la encarcelación del litógrafo francés Hipólito Bacle, distinguido artista y cosmógrafo, acusado de traición y maltratado por las autoridades de Buenos Aires. El vice cónsul Roger, encargado del consulado por la muerte del Marques Vins de Paysac, dice Vicente F. López, solicita bajo su responsabilidad el consentimiento en favor de Bacle, a la sazón muy enfermo, para asistirse fuera de la cárcel. Rosas se niega a concederlo. Esta negativa causa viva irritación en el agente francés por esa actitud «que miraba como un proceder bárbaro y corno un desaire personal.»

 

Estos sucesos dan lugar a reclamos enérgicos del vice cónsul Roger, que no son satisfechos. Se le desconoce carácter para hacer esta clase de exigencias, pide sus pasaportes y se retira de Buenos Aires para Montevideo en marzo de 1838. Poco después el contraalmirante Leblanc, jefe de una división naval francesa, llega con sus buques al Río de la Plata; renueva las reclamaciones hechas por el vice - cónsul (libertad de todos los franceses presos; indemnizaciones para ellos o para sus familias y un acuerdo categórico de franquicias y derechos, iguales a las que gozaban los ingleses) y exige además, la libertad de todos los franceses que prestan servicios militares en virtud de una ley 10 de abril de 1821, por la cual todos los extranjeros que contasen con dos años de residencia y que tuviesen propiedades y negocios propios que defender, se enrolasen en el «Regimiento del Orden», a las órdenes del comerciante afincado don Félix Alzaga, dictada entonces con carácter ocasional y restringido al radio urbano, ante la aproximación del caudillo Ramírez, a la ciudad de Buenos Aires.

 

Sea que las antipatías personales de los europeos, más que la muerte de Bacle, que se produce como consecuencia de su mal estado de salud, a raía de la excarcelación; sea que causas sociales muy profundas, militaran para vencer el egoísmo natural al hombre extranjero, según Sarmiento, o sea que la situación interna de Francia, como lo asegura Calvo, hace que el rey Luis Felipe acoja las reclamaciones de Roger, como medio de apartar la atención pública de la política interna de Francia, y debilitar así el poder de las oposiciones, el hecho es, que el bloqueo de los puertos argentinos por las fuerzas navales francesas queda declarado el 28 de marzo de 1838, ante la inutilidad de las gestiones hechas para obtener las reparaciones exigidas.

 

En la Guerra Grande

 

Mientras tanto, en Montevideo se asocian la Francia y los argentinos enemigos de Rosas. La alianza se integra con el gobierno del Uruguay aliado a su vez con la provincia de Corrientes, en pacto ofensivo y defensivo contra Rosas.

 

El Uruguay en cumplimiento del tratado de alianza con Francia de 10 de marzo de 1839, declara la guerra a Rosas y al año siguiente por el tratado Mackau - Arana, que se firma sin intervención de sus aliados, pone fin a la cuestión de Rosas con Francia porque la cuestión de Oriente requiere las fuerzas navales francesas, mientras el ejército de Lavalle se encuentra en las proximidades de Buenos Aires.

 

En octubre de 1840 queda levantado el bloqueo y los aliados privados de tan poderoso auxilio.

 

La expedición Lavalle fracasa y la derrota completa de su ejercito y la muerte del jefe es su infortunado epilogo.

 

A raíz de la Convención Mackau - Arana surge la idea de buscar la mediación del gobierno británico para establecer una paz honorable con el gobierno de Buenos Aires. Desde enero de 1841 se inician las negociaciones de mediación para poner termino a la guerra. El gabinete inglés se presta deferentemente. El Agente inglés en Buenos Aires recibe instrucciones de su gobierno para abrir las comunicaciones con Rosas para el cese de la guerra y para ofrecer su mediación. La apertura pacífica del gobierno inglés no es contestada hasta setiembre de 1842, en términos rencorosos y personales y exige para aceptar los buenos oficios del gobierno británico, condiciones reputadas inadmisibles por el mismo mediador.

 

En ese estado de cosas, los gobiernos de Francia e Inglaterra ya se habían puesto de acuerdo para poner término a la guerra. En diciembre de 1842 a raíz de conocido el desastre de Arroyo Grande en que salen derrotados los ejércitos que pueden oponerse a la entrada de los ejércitos de Rosas, el representante británico en Buenos Aires exige del gobierno de Rosas a nombre de Francia e Inglaterra el cese inmediato de las hostilidades entre los dos países y el retiro de las fuerzas beligerantes a sus respectivos territorios. Los Ministros residentes en Francia e Inglaterra en el Plata solicitan de sus respectivos gobiernos el envío de fuerzas navales de consideración para obligar el cese de las hostilidades en caso que no se accediera a la intimación.

 

Nada detiene ya a Rosas.

 

Rosas aspira a la reconstitución del Virreinato del Río de la Plata y a generalizar su sistema de gobierno sobre todo, en el Uruguay. El poder de la tiranía se extiende progresivamente.

 

Fuerzas numerosas invaden el Uruguay y ponen sitio a Montevideo en febrero de 1843. El sitio habría de durar nueve años y de dar ocasión a acontecimientos heroicos que merecieron la calificación de una Nueva Troya por Alejandro Dumas en el conocido opúsculo que escribió por inspiración de Melchor Pacheco y Obes.

 

En febrero de 1843 con las avanzadas del ejército invasor próximas a Montevideo el Comodoro Purvis intima al almirante Brown, jefe de las fuerzas navales rosistas y súbdito inglés, que se abstenga de tomar parte en el conflicto ahora pendiente como contrario a un acto del Parlamento Británico. Brown se retira del Puerto de Montevideo.

 

El gobierno solicita de los Agentes británico y francés desembarco de fuerzas de marina para protección de las propiedades de sus connacionales; pues el ejercito deberá acudir a las líneas de defensa. Desembarcan 300 hombres de la marina de guerra.

 

La notificación colectiva de los gobiernos francés e inglés a Rosas para el cese de las hostilidades, no tuvo efecto. La acción de los gobiernos de Inglaterra y Francia anunciada por sus representantes, no se hace entonces efectiva, ya sea por las vacilaciones atribuidas a los gabinetes respectivos, o a la circunstancia de formar parte del gabinete de Luis Felipe el Barón de Mackau, negociador de la Convención de 1840.

 

La situación permanece en medio de la inacción y de las indecisiones consiguientes, hasta 1845. El limite de resistencia a Rosas reducido a los muros de Montevideo y los recursos de guerra a los medios propios de acción y de defensa.

 

En agosto de 1843 es enviado a Londres el doctor Florencio Varela, por el gobierno de la Defensa, con una misión especial ante el gobierno inglés.

 

La misión no consigue el resultado esperado: el gobierno inglés le declara oficialmente que no tomará frente en los negocios del Río de la Plata. Dos años después se vería forzado a hacer lo que no había hecho a instancias de Varela.

 

Después se dirige a Francia, donde trata de obtener de esa nación por la opinión pública, lo que por sus esfuerzos no puede obtener del gabinete inglés. Se acerca a los principales oradores de la Cámara de Diputados y particularmente a Thiers, cuya estimación supo captarse.

 

Al año siguiente, regresa Varela, sin haber obtenido éxito inmediato de su gestión.

 

El bloqueo de Montevideo por la escuadra argentina al mando de Brown, se formaliza. Montevideo queda materialmente sitiado y bloqueado.

 

Ver, además:

 
  I - Exordio
  III - Intervención franco - inglesa
  IV - Los residentes franceses
  V - La cuestión del desarme de la legión extranjera
  VI - El romanticismo francés
  VII - La influencia francesa en nuestros días

Octavio Morato
Revista Nacional
Ministerio de Instrucción Pública
Año I - Diciembre de 1938 - Nº 12

Revista perteneciente al archivo personal del escultor don Edmundo Prati. El texto digitalizado y editado por mi, Carlos Echinope, editor de Letras Uruguay - año 2004  

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