Arte y Libertad en la concepción filosófica de Juan Marinello Vidaurreta
Eriber Mengana Legra
*
emengana@fcs.cug.co.cu

Resumen:

Comprender la relación del arte y libertad desde  la óptica  marinelliana y  su vinculación  a las complejidades del mundo contemporáneo, constituye un referente teórico y metodológico de gran valor, al dotarnos de conocimientos para entender dichos fenómenos. La libertad de nuestros pueblos hoy está asociada en gran medida al desarrollo del arte autóctono capaz de  revelar la esencia de la actividad humana trascendente, e integradora de nuestra  cultura latinoamericana. 

Juan Marinello Vidaurreta (1898-1976) .Reconocido esteta cubano, hombre de fina inteligencia y dotes excepcionales, dedicó más de 50 años de su vida al desarrollo de la cultura cubana y latinoamericana. Su  pensamiento filosófico encaminado al logro del bien y la felicidad humana tiene gran trascendencia en el enriquecimiento cultural de la nación cubana y latinoamericana en presente y futuro.

Juan Marinello – señala el doctor R. Pupo - forma parte de los pensadores que continúa de modo creador lo mejor de la tradición del pensamiento cubano y latinoamericano de los siglos XIX y gran parte del XX. Su propio discurso da cuenta de ello. Un discurso rico en profundas cogitaciones aprehensivas de la realidad, por estar fundado en una hermenéutica analógica de fuertes raíces culturales, donde los conceptos, las imágenes y las metáforas no hacen más que mostrar su carácter plural, incluyente y el numen ensayístico en que se expresa.

Su cosmovisión, se concreta en una visión compleja del hombre en relación con el mundo y sus circunstancias. Un miraje cósmico de la realidad, donde el hombre se refleja en el mundo, y éste en él, con sorprendente raigambre universal.

El elan cultural - humanista, de raíz martiana, y espíritu ecuménico que penetra su obra y su pensamiento, imprime cualidades especiales a toda su producción intelectual, y a las determinaciones concretas en que toma cuerpo: la ética, la política, la estética, la historia, la filosofía, la literatura, el arte, etc.

Sencillamente, porque el  sentido cultural[1] sirve de mediación central y aporta nuevos atributos cualificadores a un discurso hermenéutico que une en estrecha unidad conocimiento, valor, praxis y comunicación. Esto determina y conforma un pensamiento, pleno de ideas fundantes y de alto vuelo aprehensivo, donde la política  dialoga  con  toda  libertad  con la moral, el arte y las diversas formas de la conciencia individual y social del hombre, en tanto todas ellas son zonas de la cultura existencial del hombre, y expresiones de la ascensión humana” [2]

Su formación cultural al lado de lo mejor de la cultura cubana y su influencia martiana, le permite comprender el carácter liberador del arte en todas sus dimensiones. En varias de sus obras refiere de una forma u otra que el arte puede ser liberador al fomentar el proceso revolucionario, y llenar de sentido la vida y la esperanza, otorgándoles el más alto de sus instintos: libertador de espíritus y de hombres.

En su ensayo: “Creación y Libertad” Marinello expresa “Un gran escritor, suma y ejemplo de letras latinoamericana, José Martí nos dejó advertencias que pueden componer un grueso libro sobre la relación entre la libertad y el arte. Para él su América debía conquistar “la segunda independencia”, si quería dar nacimiento a su Dante, a su Cervantes o a su Shakespear. Y desde luego  que la independencia anhelada y ordenada por el poeta de Ismaelillo no era, sino sacar a su América de la acción imperialista de los Estados Unidos.

Marinello al referirse a los cuadros de Alberto Peña Aranguren (Peñita) Dice: “La obra de Peñita tiene mucho trecho andado hacia la superior unidad, entre la intención revolucionaria y la adecuada expresión pictórica”; refiere además que “su potencia de pintor lo pone en la responsabilidad del triunfo grande, en la obra de ir por el dolor negro, al hombre sin color. Cuando el artista encarna así su deber completa su humanidad y la hace preciosa. Llena de sentido su maestría y esperanza, otorga al arte el más alto de sus instintos: libertador de espíritu, libertador de hombres”. La  actitud estética no está contrapuesta a la práctica revolucionaria. Todo lo contrario, las revoluciones sociales son comadronas de la historia, y abren cauces nuevos al arte, a la ciencia y a la filosofía.

Con el progreso de la sociedad y su tránsito a una sociedad de bien y esperanza para todos  se abren las posibilidades a la  humanidad y a la época  de construir una  sociedad  justa, donde la educación  estética del pueblo constituye un objetivo conformador de un hombre culto y humanista. La concepción filosófica de Marinello: martiana y marxista legó al saber estético, las vías para la apropiación  de la belleza del  mundo por el hombre sin distinción alguna de raza o sexo en la realidad cubana y latinoamericana del presente y el futuro.

El significado de los sentimientos generales producido eleva los individuales, se generalizan y se tornan sociales. No solo aborda una rama del arte, sino que lo hace desde posiciones determinadas por una comprensión  socio-histórica de la mente humana

El arte en cualquiera de sus expresiones, permite una comunicación universal en la que todos de alguna manera, entendemos, apreciamos y expresamos emociones y sentimientos. Es a través de los lenguajes artísticos, con la participación del sentido estético y de otras áreas del conocimiento, que se logra el acercamiento a otras facetas del género humano.

La educación artística, vista como un conjunto de materias que busca la formación de una personalidad con base en las distintas manifestaciones artísticas es tal que, sin la incentivación de sentimientos e ideas a partir del arte, los hombre y mujeres que integran la sociedad, verán incompleta su formación. Se pretende que cada uno participe con todas sus posibilidades de expresión y creación, exteriorizando sus emociones, sentimientos e ideas y que sean atendidos los tres aspectos básicos en el individuo: sensibilidad, creatividad y autonomía, factores esenciales para buscar o preservar la humanización de la sociedad, lo cual constituye arista esencial de las creaciones de Marinello.

La importancia del arte radica en su influencia en el mundo interior del individuo, en sus ideas y en sus pensamientos.[3] Promovido a su debido tiempo, les permitirá alcanzar una imaginación que verá su madurez en la edad adulta, en todas las esferas de la actividad creadora del hombre.

Una formación integral nutrida en el arte, aspira a una concreción de seres humanos proyectados hacia el futuro, que contribuyan a crear y que modifiquen su presente, favoreciendo su socialización y estimulando su aprendizaje y su creatividad, lo que lo hace libre al mostrarle el camino a seguir sin limitaciones cognitivas.

Para Juan Marinello, el arte  incide directamente sobre las facultades humanas: favorece el desarrollo y la respuesta de la sensibilidad, la voluntad, el amor, la belleza, la inteligencia y la imaginación. A partir de la actividad artística potenciamos la expresión, la creatividad y la memoria. 

En el ensayo “Encuentro y continuidad” expresa: “Trabajemos todos, en alianza fraternal, para darle al oficio de las letras la profunda unidad humana en que está su más alto destino” Ese destino  de lograr la libertad y el bien humano, lo cual constituye un legado de nuestros próceres de la independencia.

Para lograr la libertad de los pueblos  de nuestra  América se necesita desarrollar la cultura autóctona eso permitirá desprendernos de las ataduras que impone la cultura europea o del primer mundo, es importante desarrollar nuestros valores culturales con un arte legítimo que nazca de las  raíces americana del sur del río Bravo.

La producción creativa de Juan Marinello es un caudal de conocimientos rico y profundo, con una  filosofía estética nueva, inspirada en lo mejor del pensamiento cubano y universal. Contribuye de forma valiosa al enriquecimiento de la cultura cubana y Latinoamericana, de penetrante carácter humanista. Refiere que: “Frente a las magnas tareas presentes cobra suprema actualidad aquella estampa en que Martí dibuja al escritor cabal que ha de nacerle a sus pueblos: así digno y libre, independiente y sabio, conocedor de los demás y de sí mismo, a la par instruido de inspirado, así ha de ser el que en nuestros días quiera robar una estrella más al cielo para dejarla en la tierra perpetuamente unida a su nombre. Admitamos la sentencia, de lindo romanticismo martiense, y fijemos los ojos en los fundamentos de su mandato. Sigámoslo en su advertencia dialéctica que ordenaba seguir los rumores del tiempo, superando los rumores vencidos”.[4]

Su concepción filosófica, de raíz martiana, le posibilita asumir al hombre como expresión esencial del ser humano, y medida de su desarrollo y progreso. Con profundo humanismo, su cosmovisión y talento le acceden intuir su misión en la  historia de Cuba, y optar por la alternativa más adecuada a su conciencia.

La excelente crítica literaria y artística que realiza Marinello encuentra correspondencia con su  dimensión estética. Parte de lo positivo y busca en su producción filosófica lo bueno, lo hermoso, lo creativo, lo bello, llamando a las cosas por sus nombres. Hace de la crítica un arma que permite el brote de la luz orientadora y creadora, sin dogmatismo y sin anarquía.

Lega al futuro una gran obra escrita, contentiva de enormes valores humanos,  y  de un rico material literario con influencias martianas de significativo espíritu filosófico. Su producción es fuente importante de consulta, portadora de ideas sabias para la formación y desarrollo humano de los hombres y mujeres que componen nuestra sociedad de progreso y de bien. 

Bibliografías utilizadas.

1. Castro F. Una revolución sólo puede ser hija de la cultura y de las ideas. Discurso  en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela», 3 de febrero de 1999, Editora política, La Habana.

2…"Discurso pronunciado en la sesión de clausura de la I Cumbre Sur". En Granma 16/5/2000.

3. Hart. D. A: “Papel y lugar de la cultura y el arte en el cumplimiento de los planes socioeconómicos”. En Pensamiento y Política Cultural Cubanos,  T-III.

4. Guadarrama, P. y N. Pereliguin. Lo universal y lo específico en la cultura. Editora  de Ciencias Sociales. La Habana .1989. Universidad INCCA de Colombia. Bogotá. 1998

5. Marinello J: Socialismo y Cultura. Contemporáneos. Noticias y memorias II, Ediciones UNEAC, La Habana, 1975, p. 240.

6…(1983): Comentarios al Arte. Editorial Letras Cubanas. Ciudad de La Habana.

7…(1964): Españolidad literaria de José Martí. Once ensayos martianos. Comisión Nac. Cubana de la UNESCO, La Habana.

8.(1962): J. Martí, escritor americano. Imprenta de Cuba, La Habana.

9…(1925): La vieja casa. Publicación Chic. Vol. XIV, # 124, Diciembre.

10…(1928): Juventud y Vejez. Ediciones de la Revista de Avance. La Habana.

11…(1929): Una conferencia sobre José Martí. El País. Febrero 20.

12…(1929): Martí, poeta. Excélsior. Febrero  20. (Fragmentos y síntesis).

13…(1964): El caso literario de José Martí. En ensayos martianos. UNESCO. La Habana.

14…(1972): Sobre la inquietud cubana. Orbita de la Revista de Avance Ed. UNEAC. La Habana.

15…(1972): El poeta José Martí. Orbita de la Revista de Avance. Ed. UNEAC. La Habana.

16…(1978): Sobre la interpretación y el entendimiento de la obra de José Martí. Anuario del Centro de Estudios Martianos 1. La Habana.

17…(1980): Dieciocho en sayos martianos. Ed. Política. La Habana

18. Martí, José: “Nuestra América”. En Pensamiento y Política Cultural Cubanos,  T-I

19. Moya Padilla, Nereyda “La identidad cultural en el contexto actual”. En Filosofía y Sociedad I. Editorial  Felix Varela, La Habana

20. Ortiz, Fernando: “Los factores humanos de la cubanidad”. En Pensamiento y Política Cultural Cubanos, T-I.

Notas:

*  Dr.C: Eriber Mengana Legra. Profesor auxiliar de la Universidad de Guantánamo. 32 años en la docencia. Filósofo e historiador. Investigador del pensamiento filosófico cubano y latinoamericano.

[1] Sentido cultural porque todo su discurso, al igual que en Martí, parte del hombre y su actividad humana, concretada en la cultura. Al mismo tiempo concibe la cultura como la razón de ser esencial del hombre y medida cualificadora de su ascensión. Por eso, tanto la política como la ética, son consideradas zonas de la cultura, como sus expresiones, que las funda y mediatiza en todo su devenir.

[2] R. Pupo. Juan Marinello y su hermenéutica discursiva.https://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/pupo_pupo_rigoberto/marinello_y_su_hermeneutica.htm   p. 3 (2007).

[3] Vigotsky, L. S. (2007). La imaginación y el arte en la infancia. Ediciones Coyoacán. DF,México.

[4] Marinello. Martí, escritor americano. Imprenta de Cuba, La Habana, 1962, pp. 326-327.
Sentido cultural porque todo su discurso, al igual que en Martí, parte del hombre y su actividad humana, concretada en la cultura. Al mismo tiempo concibe la cultura como la razón de ser esencial del hombre y medida cualificadora de su ascensión. Por eso, tanto la política como la ética, son consideradas zonas de la cultura, como sus expresiones, que las funda y mediatiza en todo su devenir.

En Letras-Uruguay desde el 5 de marzo del 2012, aportado por el autor.

Ensayo de Dr. C: Eriber Mengana Legra

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Ver, además:

                       Juan Marinello en Letras Uruguay

                                                      Dr. C: Eriber Mengana en Letras Uruguay

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