Juan Manuel Blanes y su gaucho oriental Crónica de Eduardo Vernazza Suplemento dominical del Diario El Día Año XXXVIII Nº 1860 (Montevideo, 26 de enero de 1969)
La doma, c.1875 |
Uno de los aristas más importantes de la obra de nuestro máximo pintor Juan M Blanes. radica en la realización de su temática gaucha. Es indudable que se le debe el principio de una pintura de motivos netamente nuestros. Esencialmente el hombre nuestro del campo, que trazado con características especiales, fuera del sentido puramente campesino. estuvo adornado de otras virtudes magnificas, encaramado en el asta de la defensa patria, cuando se le llamó a encararla por el honor de su libertad. Porque el gaucho nuestro era eso: libertad. Una libertad que se expandía como las leguas del campo en que extendía la mirada y la descansaba en los cambiantes horizontes. Tal vez con algo de filósofo, el gaucho oriental supo entonar el poema a esa belleza del campo. Su meditación se aunaba con la soledad de la naturaleza que le rodeaba. No sólo el trabajo fue un medio de vida, sino que escondido en su espíritu vagaban siempre las notas de la música criolla y los versos del andariego payador. Sus juegos de taba y cartas, su descanso en la pulpería mientras llegaba a los pueblos, supieron también de notas pintorescas, y el caballo atado al palenque, el mate cebado a su estribo por la compañera de todos los días, palpó la tradición en las generaciones que sucediéronse, mientras todas las fuerzas del invasor no pudieron quebrar el grito majestuoso de libertad que había tenido en Asencio el anuncio maravilloso de un amanecer histórico. Pero Juan Manuel Blanes, aun cuando pintó al gaucho en las cruentas luchas, en las más grandes batallas, como la de Sarandí, en cuyo cuadro realizó un verdadero capo-laboro. en el movimiento de cientos de figuras, y en una composición de difícil perspectiva, mire más adentro en el gaucho nacional. Observó y se metió en la piel de su espíritu y le miró vivir cuando la soledad le traía en el recuerdo las verdaderas facetas de su personalidad, de su conformación pura, en la paz y en el descanso. El trabajo del campo supo en sus cuadros enaltecer al gaucho. Pero pudo más la rica vertiente de una fuente perezosa que hacía sentir gota a gota esa vida aparentemente neutra, pero llena de recuerdos y de una llama constante que, como un eco en la inmensidad del campo brotaba de su ademán, de su figura generosa en el canto del “Amanecer". en el lloro del “Atardecer", y en el clásico ademán que se cubre “A pleno sol”. En el alto de una carreta, que paso a paso marca el compás, en un eco sordo, y deja las huellas como dientes en el camino, en la doma del bagual, y en el estudio de su vestimenta, en el “Chiripá Rojo", en las tres generaciones en donde los anos en su transcurso, van elaborando la desproporción de la moda en el vestir, y en donde ya el joven no guarda los testimonios de los héroes legendarios de los entreveros, y un dejo coqueto enarbola el poncho, y deja asomar el sombrero ralo y el saco ajustado... Todo el quehacer del campo supo en sus telas adquirir el carácter de algo documental, al mismo tiempo que el pintor nacía a una nueva temática que aun hoy no halló el continuador neto ni se convirtió en escuela que siguieran nuestros artistas. |
***** Las evoluciones de la pintura moderna, sus movimientos casi caóticos en el mundo entero especialmente en Europa, enrolaron en ellas a casi todos los artistas del mundo, y la aparición del impresionismo despojó de la tradición de muchos temas, naciendo el paisaje como motivo esencial. Tal vez esto distrajo en los pintores del mundo su atención nacía lo puramente nacional, y la fatigo en la búsqueda de soluciones plásticas, abandonó en el tema la vivencia de la obra característica, haciéndose el arte más universal por tales motivos, pero al mismo tiempo dejando en el camino una rica veta por descubrir o seguir. La originalidad perdió pie y el artista, siguiendo derroteros comunes, se internó en el laberinto del laboratorio, adquiriendo métodos técnicas y saliendo de ellos, volviendo a aceptarlos como norma, y cambiando según lo requería el momento y la conquista de la moda. Por otra parte, el mundo fue rodando a una velocidad cada vez mayor en cuanto a investigaciones científicas que el artista pulsaba para hacerlas suyas coincidían o se adelantaban. Ello hizo que la pasión del descubrimiento variara la ruta que la brújula hasta entonces marcara. Desde que el pintor encontró que la ciencia de los colores podía aplicarse, que el espectro solar era el maestro de ella, y que la yuxtaposición de los colores ofrecían tanta o más relación que la mezcla, la pintura fue tomando otros caminos de suyo interesantes y libres. El precio, o uno de los precios que pagó fue tal vez el de malograr el carácter y originalidad de cada país. Hoy toda pintura posee conexión con la que se desarrolla en el mundo entero, y aun cuando el artista crea, escapa al ambiente para hacerse acreedor a entablar el diálogo universal. |
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La abstracción, lo informal, tantas y tantas versiones de técnica y concepto lo liberaron de la fuerza del tema, y éste quedó pequeño ante la amplitud y el desborde de todo un mundo en el cual lo metafísico, lo surrealista, encaraban la naturaleza con una dosis cargante de creación y fantasía, o de despojo y soledad; de la medida hacia horizontes distintos, interiores, matemáticos, bajo la composición rítmica, o en el poema interior individual, o siguiendo directivas de los creadores. Así el arte pictórico se enlazó a una secuencia cambiante, que vibraba no solamente ante un tema conformado o sujeto hacia normas vitales plásticas y de ideas y teorías modernas y totalmente opuestas, sino al estado de ánimo, y lo que fuera personal en el sentido técnico y expresivo, objetivamente visto, se hace hacia adentro, mirándose vivir, y expresando el descubrimiento del poema interior, cambiante y en tono como la propia evolutiva misión de esta nueva pintura de hoy. ***** Fue asi que quedó relegado el tema. Entre ellos por supuesto los que nos legara Blanes en sus cuadros del campo y del gaucho de nuestra patria. El los pintó con el cuidado documental, pero también con la unción del ambiente que le rodeaba, y si no dejó de dibujar hasta el último detalle, tampoco dejó de investir a su figura de la aureola del campo, y de inyectarle como una luz nueva, el propio don vital de su armonio, del lujo del color, o del gris del gaucho "Derrotado". Se cuentan por centenas sus pinturas, generalmente en pequeñas dimensiones, que integran lo que se llamaría ilustración nativista. "Para nosotros formidable (su sentido local) de la obra histórico-iconográfica, social-iconográfica y comentario ilustrativo de nuestro folklore nativista", al decir de Eduardo de Salterain y Herrera. En el fragmento de una conferencia dictada por el escultor José Luis Zorrilla de San Martín, vierte el artista conceptos sobre esta pintura de Blanes y dice: “El Tema épico de nuestro hombre de campo fue estudiado por Blanes con tan profundo conocimiento y amor, que todos hemos tenido que recurrir a él, cuando se ha tratado de encarar nuestro tradicional tema pastoril, en el que nadie ha puesto, todavía, tanta lealtad, apego y respeto a las cosas de la tierra nativa. En el estudio de sus gauchos fue donde Blanes puso quizás la parte más intensa de su inagotable don de observación del carácter de las cosas". Lo anecdótico tiene en dichas telas una especial vivencia. Porque deja la vida misma de los “Gauchos" en sus aspectos locales y costumbristas. Ese sentido contemplativo !o supo interpretar el pintor de “Baqueano". La meditación se adivina en las sombras que bañan al ‘‘Gaucho en el Palenque", y en el “Descanso”, la compenetración del paisaje con la figura del campo. Después el “Rodeo", "La yerra", “Boleando avestruces", nos dicen de su labor, y todavía “El matrero", "El mate", “Dos caminos", “El lazo" y tantos otros están en ese camino neutro de la expresión sensible a su manera. "De fiesta", “Lancero", “El capataz", recalcan los tipos, y en general llegan todos al simbolismo histórico que hoy nos queda como individualización de lo que fuera nuestro gaucho en su etapa más definida. Ver, además:
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Crónica de Eduardo Vernazza
Suplemento dominical del Diario El Día
Año XXXVIII Nº 1860 (Montevideo, 26 de enero de 1969)
Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación
Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)
Ver, además:
Eduardo Vernazza en Letras Uruguay
Dennis David Doty en Letras Uruguay
Catálogo pinturas y dibujos del artista de Uruguay Eduardo Vernazza por el cineasta Dennis Doty (Irlanda/Estados Unidos)
Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce
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