Colabore para que Letras - Uruguay continúe siendo independiente |
Desde esta orilla del espejo |
A la eterna Euridice |
Entre
un círculo de hojas amarillas poder
verte
como antes como
ahora te recuerdo: La
calle la
ventana y las ramas desnudas
como negros emblemas el
empedrado solo con
viejísimas huellas vos
mariposa
clavada Diógenes
de un amor siempre en huida. Detrás
de la hermética máscara de duende -fascinante propicia- eras mujer
al fin herida
por un sol ineludible que
nada te importaba. Ibas recorriendo
los hombres cual
hoteles de un viaje extraordinario. Añorabas a
veces
casi
siempre: infancia
lejanísima casa
antigua y
un gato. A
pesar del suave murmullo de tu pelo y
tu piel sin mañana sabías -con
honda y desolada certeza- que
toda cópula es inexacta todo
beso incompleto. En
la mañana con nubes como
lentos veleros que te buscan trato
de fijar la clave de tus ojos esos
pozos de sombra: veo
puertas definitivamente
clausuradas, paradojas
que
te crucificaban: más
que nadie rodeada
de la gente y
sin embargo isla. En
el aura del día que se eleva vuela
tu incurable profundísima
angustia porque
hubo en
los tiempos que fuiste casi
estrella fugaz entre nosotros tan
distante un
brumoso grial -imposible
arquetipo- que
tu ansiedad gigante esperaba
atraer desde
muy lejos como
un oscuro empecinado imán. |
Alejandro Michelena
de "Amores virtuales"
Ir a página inicio |
Ir a índice de poesía |
Ir a índice de Michelena, Alejandro |
Ir a mapa del sitio |