Descontando obras magistrales como la removedora “Leviatán” de Andrey Zvyágintsev[1], un verdadero monumento que tomó nota radiográfica sobre la Rusia del nuevo milenio a través de una analogía con el Libro de Job, el 2015 apenas registró una media docena de títulos que puedan catalogarse como valiosos.

Dentro de esta selecta lista -a juicio de quien suscribe- también se destacó “Dos días, una noche”, de los hermanos Dardenne[2], donde la estupenda actriz Mario Cotillard encarnó, con gran sensibilidad, el papel de una joven madre que buscaba conservar su empleo visitando a sus compañeros de trabajo para que votaran por ella en asamblea y así recuperar su puesto laboral.

A nivel estilístico, quizás la película más jugada fue “Birdman”, de Alejandro González Iñárritu que reposicionó al Michael Keaton en un trabajo que hubiera merecido el Oscar (arrebatado por Eddie Redmayne en “La teoría del todo”, un fallo discutible, si se quiere).

Con diversos niveles de lectura, “Birdman” lanzó sus dardos a la crítica, la maquinaria hollywoodense y el ego actoral mientras articulaba su discurso narrativo en prolongados planos secuencia que sumergían al espectador en los fascinantes entretelones teatrales. Una joyita.

También “El capital humano”, de Paolo Virzi[3], dictó cátedra de lenguaje audiovisual entrecruzando diversas miradas de un mismo relato para dejar al desnudo mezquindades varias en un mundo contaminado por el mercantilismo y la hipocresía. (El enunciado que da nombre al largometraje viene del posible rédito económico que las compañías de seguros dan a un ser humano según su “capacidad productiva” y status social).

En resumen, un plato fuerte que caló hondo en los espectadores que accedieron a la propuesta.

Esta apretada síntesis tampoco puede dejar fuera a la polaca “Ida” de Pawel Pawlikowski sobre novicia huérfana que -contra su voluntad- debe indagar en el pasado de su familia llegando a descubrir algún que otro secreto inesperado.

Justicia es decirlo, la fotografía de Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski dotó a la producción de un particular encanto en medio de tomas fijas, diálogos acotados y un sugerente diseño de los acontecimientos.

En otro orden de cosas, realizaciones como “El código Enigma”, de Morten Tyldum recordó la historia del matemático Alan Turing (notablemente interpretado por Benedict Cumberbatch) que logró descifrar los mensajes crípticos de los nazis, salvando miles de vidas en la Segunda Guerra Mundial pero pasando posteriormente- a la humillación pública por su condición de homosexual.

Un peliculón que dejó buena dosis de reflexión en el ambiente. Casi finalizando este breve registro, nos atrevemos a considerar “St. Vincent”, de Theodore Melfi, como otra labor a tener en cuenta, sobre todo por el seductor carisma de Bill Murray en el rol de un pintoresco malhumorado dotado de un corazón de oro bajo su piel rinoceronte huraño.

(También nos permitimos hacer una mención aparte para la animación “Intensa- Mente” de Pete Docter y Ronnie del Carmen” junto al entrañable documental de “Serrat y Sabina: El símbolo y el cuate” de Francese Relea)

Finalmente, “Puente de espías” de Steven Spielberg logró cierta cuota de interés sobre el no tan lejano pasado de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética mientras que, en otro nivel de consideración, estrenos como “Truman” de Cesc Gay generaron una tierna simpatía en el auditorio.

En el marco del cine nacional, nos quedamos con “Una noche sin luna” de Germán Tejeira, que propuso un corte minimalista para ofrecernos un cruce de destinos solitarios en un pueblito perdido que aguarda la llegada de un nuevo año.

Más que atendible por su humilde tratamiento al contar una buena historia sin pretensiones grandilocuentes.

Luego de lo señalado, para los cinéfilos eruditos quedó bien poco, a la manera de “Sueño de invierno” del turco Nuri Bilge Ceylán o la sueca “Fuerza mayor” de Ruben Östlund, como obras de consideración artística que siempre merecen mayor repercusión..

A la fecha que el cronista redacta esta nota, todavía no se han estrenado postulantes al Oscar como “La chica danesa” de Tom Hooper o “The revenant” (otra vez González Iñárritu), entre otras que -muy posiblemente- podrían estar integrando esta lista si se exhibieran antes que finalice el año. Por ahora, es todo.