El Embrujo de Santa Teresa

(Rocha, Uruguay)

Texto y dibujos de Pierre Fossey

Santa Teresa 23 de abril de 1944

Un rincón del Parque Nacional, que circunda la Fortaleza

Cuando el Mariscal de Francia, Sebastiano Le Prestre, Marqués de Vauban, publicó su "Tratado del ataque de las plazas fuertes y su defensa" ciertamente no pensó que sus innovaciones iban a ser aplicadas en un lugar tan remoto como las provincias que se disputaban España y Portugal en el Este de la Banda Oriental del Uruguay.

No se imaginaba tampoco que allí precisamente iba a conservarse en su concepción original el tipo do fortaleza por él creado mientras que en otras partes iban a ser destruidas o modernizadas.

Debido a su aislamiento después de las guerras de la Independencia, esta región nos ofrece pues, directamente surgida del pasado, un monumento tal vez único en el mundo.

Abandonada en su estado primitivo por su última guarnición la Fortaleza de Santa Teresa, lentamente se incorporó al mundo pétreo y vegetal, las arenas poco a poco invadieron los patios, sepultaron los baluartes, dejando aquí y allí algunas garitas que se obstinaban en vigilar la frontera ...

Hoy desembarazada de su mortaja de arena vuelve a vivir una nueva existencia y como una abuela muy querida nos cuento trozos de gloriosa historia.

La Fortaleza de Santa Teresa no hace el menor esfuerzo para llamar atención, no se entrega, y no levanta los brazos como una catedral; el turista tiene que recorrerla de punta a punta y su encanto le será revelado si se toma la molestia de buscarlo.

Del tipo rasante, la Fortaleza, cuerpo a tierra, interroga el horizonte pronta para la lucha.

Todos sus elementos están concentrados hacia este único fin de fuerza defensiva. Allí no hay luto, ni molduras refinadas o esculturas complicadas: estamos en lo implacable de la mecánica.

Un propósito bien definido ha dirigido la ubicación y el tamaño de los baluartes: la inclinación de los planos de fuego fue cuidadosamente calculada para el rebote de las balas y las aberturas de las troneras exactamente colocadas para mayor potencia de fuego.

La Fortificación del tipo Vauban es un producto de alta selección, como el avión, el automóvil o el templo griego.

Es preciso tender a la creación del standard para afrontar el problema de la perfección...

El Parthenón es un producir de selección aplicado a un standard establecido; después de un siglo ya el templo griego estaba organizado en todos sus elementos. Cuando se ha determinado un standard ejercerse el juego de la competencia inmediata y violenta.

Es necesario hacerlo todo mejor que el adversario; sobre todo, naturalmente si se trata de una construcción militar. Con su sencilla genialidad, Vauban rompió con todas las tradiciones arquitectónicas y afrontó el problema en su verdadera esencia

Para el standard de la Fortaleza, máquina de luchar, Vauban creó un juego acertado correcto y magnífico de volúmenes que se conjuntan bajo la luz .... milagro da un ensueño de piedra, de un concepto rigurosamente utilitario surgió la Belleza ....

Esta misma belleza auténtica que se desprende de un templo griego o de un trasatlántico cuyas líneas responden a un propósito definido y se amoldan al medio en el cual tienen que residir o evaluar: el Partenón, austera casa construida para albergar a un dios, el trasatlántico, grandiosa manifestación de temeridad y de disciplina...

Para conocer y apreciar debidamente a la Fortaleza de Santa Teresa es necesario un pequeño esfuerzo. No es suficiente recorrer los caminos de ronda y mirar por las garitas: suban sobre los planos de fuego a pesar de la inclinación el caminar no es peligroso y las troneras fácil de franquear. Desde esta altura el aspecto del monumento cambia; con la unidad de las líneas generales se descubren perspectivas insospechadas y el poema de piedra adquiere un ritmo de lógica y de serenidad.

¡Después, hay el color de la fortaleza!... Sobre !as viejas paredes crecen, en anchas manchas, dos clases de musgos: uno, gris verdoso muy pálido, el otro, rojo anaranjado que bajo ei sol arde como brasa. La sinfonía se completa con los verdes de la inmensa pradera que rodea al monumento, de los montes y bosques que la salpican, de las piedras de todas formas que la jalonan y del azul potente del Atlántico que aparece en el horizonte entre los tupidos bosques del Paraue Nacional,

Sería imperdonable cerrar esta breva reseña sin tener una palabra de agradecimiento hacia quien hace años tuvo la visión de lo que podría representar esta Fortaleza, salvada de las arenas y puesta al alcance del turista a Don Horacio Arredondo, conservador de la Fortaleza, quien en una lucha férrea hizo retroceder a los médanos, levantó las piedras caídas y de una región desértica hizo un jardín de ensueño.

Ver parte II

El Embrujo de Santa Teresa (Rocha, Uruguay) El Parque Nacional - Texto y dibujos

Garita hacia el Atlántico

El baluarte de la entrada y el polvorín

El baluarte S. E. que mira hacia la Laguna Negra

La comandancia, el camino de acceso y parte de la cuadra

Texto y dibujos de Pierre Fossey

Santa Teresa 23 de abril de 1944

 

Publicado, originalmente, en: Suplemento dominical de El Día  Año XIII Nº 589 Montevideo, 30 de abril de 1944

Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación

Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)

 

Ver, además:

 

                         Pierre Fossey en Letras Uruguay

 

Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce   

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