Querido Mario, de Mario Benedetti, en el Teatro Victoria |
Mario Benedetti: mirada retrospectiva
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“Querido Mario” es una selección de poesía y narraciones de Mario Benedetti. De los “Poemas de la Oficina” no podía faltar “Dactilógrafo” (“Montevideo era verde en mi infancia/ absolutamente verde y con tranvías”) y en la novela el idilio y el desenlace de “La tregua”, “Love story” para quincuagenarios. El crítico se pregunta por el valor de los veintiocho volúmenes de sus “Obras completas”; reconoce que la tarea es superior a sus fuerzas. Relee “Montevideanos”: ha oído decir que allí aparece nuestra ciudad y su gente; encuentra solo nombres de calles y pálidas sombras como personajes. La ciudad quiere mentar Dublin: en las antípodas de Joyce, el título de Benedetti propone una estirada simetría. Hojea el libro y el cuento “Puntero izquierdo” le recuerda a “Cincuenta de a mil” de Hemingway y la descripción de salas, comedores, patios, charlas y ocios de la clase media rioplatense a los prosistas de la revista “Patoruzú”, como el Vizconde de Lascano Tegui o Abel Santa Cruz. El comienzo de “Gracias por el fuego”, que se ofrece en “Querido Mario”, evoca el cuento “Un cosmopolita en un café” de O. Henry; el inesperado desenlace de “Los novios” calca la decisión del narrador, en la última página de “Sodoma y Gomorra”, de Proust, de casarse con Albertine. No encontramos ingenio ni complejidad, personajes o paisajes, temperatura o sabiduría; los diálogos desfallecen sobre lugares comunes. El lector acude a la crítica y en “Literatura uruguaya siglo XX” lee que Benedetti halla a Faulkner desagradable, a la par de Céline (pag.52), exasperante (pag.133); cree que odia sus personajes (pag.176), observaciones que no entendemos. Menciona Benedetti “los sórdidos capítulos de “Sodoma y Gomorra” de Proust (pag.53), a quien le atribuye una “índole anormalmente enfermiza” (“El ejercicio del criterio” pag.50) obra donde vuelve con que “Sodoma y Gomorra” es un relato “desembozado”, del tema (su “testimonio” p.55) de Proust, tema que sería la homosexualidad (pag. 51). En nuestra inocencia, salvo un coqueteo homosexual, a la vez cómico y púdico y el estruendoso título, no encontramos en “Sodoma y Gomorra” nada indecente, miserable u oculto; creímos, en cambio, haber leído crónicas de algunas fiestas y de los amores del Narrador con Albertine. Pero en la misma página 53 de “Literatura uruguaya del siglo XX”, en una nota al pie, el inocente es Benedetti. Alude a “la escena de Montjouvain” de “Por el camino de Swann”; y cita “los juegos, en apariencia inocentes” (de) “la hija de Vinteuil y una amiga”. Lea el lector el pasaje y verá que no son ni juegos ni inocentes…se sospecha que parte de esa labor critica se hizo sobre comentarios, reseñas o solapas y no sobre los textos. Buscamos en las obras de Benedetti la experiencia de vida y no la encontramos; no parece haber hecho otra cosa que leer y escribir; luego de leerlo sabremos de la burocracia y de los negocios inmobiliarios lo que sabíamos. Si el lector hojea un par de novelas de Balzac de inmediato se verá en medio de alguna añagaza del mundo forense que descifrará, si puede, con el Código de Comercio en la mano; sabrá de los vaivenes de las imprentas y atisbará, por lo menos, el mundo de la nobleza y el de la política. Si pensamos en el autor, visto o entrevisto a través de sus libros, sólo encontramos en Benedetti un asiduo lector. Esperaba milagros, como escribió en la página 359 de “Literatura uruguaya siglo XX”, y un milagro sucedió. Le llegó el dinero, que lo sorprendió; alguna de sus novelas se tradujo a veinte idiomas: su obra no contiene nada sensacional, provocativo, meretricio o demagógico; los episodios eróticos son harto pudorosos y hasta parecería que lo molestan; las alusiones a escándalos de la vida política son escasas y en tono menor. Era modesto y consciente de su verdadero valor, accesible y sencillo como su prosa. Cuando el crítico lee las obras de sus ilegibles detractores, se queda con la auténtica modestia de Mario. Benedetti es exactamente lo que parece. En la puesta en escena de María Varela vimos un dejo humorístico que no viene de .los textos. Hay una presentación de esos montevideanos y sus costumbres que se despega del libreto y envuelve todo en una nube de suave humor, un tanto nostálgico y algo paródico; la interpretación es correcta, uruguayos haciendo de uruguayos medios; la escenografía, con sus fotografías en blanco y negro, también sugiere distancia. A Mario podemos quererlo, recordarlo con un cariño que merecía; es más difícil tomarlo en serio. QUERIDO MARIO, sobre textos de Mario Benedetti, versión y dirección de María Varela Con Héctor Spinelli, Pelusa Vidal, Sara Bessio, Manuel Caraballo y Mariana Senatore. Estreno del 19 de mayo de 2018, teatro Victoria. |
Querido MarioPublicado el 18 may. 2018 |
Jorge Arias
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