"La incapaz", de Carlos María Domínguez, en el Teatro Circular |
Historias tristes de la clase alta
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La gacetilla de prensa de “La incapaz” presenta una historia triste, casi de terror, basada, según su decir, en una novela de Carlos María Domínguez “El bastardo” sobre Roberto de las Carreras (Montevideo, 1873-1963) y su madre, Clara García de Zúñiga (Montevideo, 1845-1896). Clara es casada contra su voluntad (?) por razones de economía familiar, a los 14años, padeció violencia de sus padres y de su marido, José María Zuviría. Heredera de una fortuna, es declarada incapaz, privada de sus bienes y separada de sus hijos mediante un proceso judicial fraudulento, apoyado por el presidente de la Argentina, Bartolomé Mitre) y el de Uruguay, Lorenzo Latorre.
En primer lugar debe decirse que “El bastardo” no es una “novela” sino una investigación histórica encargada por la editorial “Calicanto” a Carlos María Domínguez, quien consultó una nutrida bibliografía, documentos inéditos y el proceso judicial de incapacidad de Clara, existente en el Archivo General de la Nación del Uruguay. Es posible que algunos diálogos de “El bastardo” sean reconstrucciones conjeturales; pero el autor no pretende la transcripción literal y sigue con esmero las líneas que proponen los documentos.
El lector puede admirar el buen trabajo de investigación de Domínguez, pero le será difícil compartir las apasionadas afirmaciones con que desacredita a todos los médicos que intervinieron en la declaración de incapacidad de Clara García de Zúñiga: “…(el) esfuerzo de una sociedad de médicos intelectuales” (sic) “empeñados en atrapar las vidas de Clara y Roberto en la cadena” (sic) “ de una lógica que se disuelve en la sangre”(?). “En ninguno de estos discursos asoman los conflictos reales que padecieron…Nadie los enfermó. Nadie los volvió locos. Fue la sangre, aseguran…” (pag. 462). En otras palabras, una conjura social y plural los enloqueció; no obstante, el mismo prolijo detalle con que Domínguez cumplió el encargo de la editorial, su mismo libro, donde la locura de Clara García de Zúñiga está más allá de cualquier discusión, hace ver a su epílogo como una arriesgada teoría que vincula la demencia de sus personajes con una siniestra conspiración, hipótesis expuesta sin más apoyo que frases altisonantes.
Como un subproducto de “El bastardo”, el mismo Carlos María Domínguez escribió el libreto de “La incapaz”, que con dirección de Armando Halty y actuación de Elisa Contreras se estrenó en el teatro de la Gaviota en enero de 1998. El juicio que nos mereció (“La República, 31 de enero de 1998) puede, reproducido tal cual, valer para esta puesta en escena de Cecilia Baranda, con actuación de Denise Daragnès, en el teatro Circular:
“…la elaboración de “La incapaz” es insuficiente. El episodio pudo servir a varios temas, pero debió tener uno. Tal vez Zola hubiera elegido la locura hereditaria…Ibsen la lucha por salir del altillo de las muñecas, Flaubert la demostración de la tontería humana y del daño que causa el exceso de lecturas, producto del ocio. Domínguez permanece deliberadamente en lo anecdótico como hilo conductor… (una) estampa de época como único efecto, pero …las anécdotas son muy pocas…toda la acción está suplantada por la narrativa”.
La puesta en escena de hoy viene bajo las banderas del actual feminismo y su lucha por la igualdad fincada en la desaparición de las diferencias de género, que serían una “construcción” social arbitraria; pero no nos convence que las triviales “libertades”, a lo Emma Bovary, de una mujer acaudalada de nuestro siglo XIX puedan integrar un discurso válido sobre el tema, en particular teniendo en cuenta que simultáneamente con sus poblados ocios existieron, amaron y sufrieron las misérrimas trabajadoras a domicilio de las que se ocupó Florencio Sánchez en “La pobre gente” y aún, en “Marta Gruni”, de las mujeres de pueblo en general, de cuyos amores, adulterios, embarazos, abortos, tifus y crímenes no hay registro; diferencias de clase que este curioso interés de la pequeña burguesía por las frivolidades de las clases altas tiende a ocultar. Hay mucho más feminismo, y más auténtico, tanto en “Los muertos” de Florencio Sánchez (1905) como en “La hija de Iorio” de D’Annunzio (1904).
En la versión actual no hay nada nuevo y Denise Daragnès, cuyas aptitudes son sobresalientes, hace lo mejor que puede con un personaje que sólo alude a los acontecimientos de su vida, entre interjecciones, sacudidas e incómodas risotadas.
LA INCAPAZ, de Carlos María Domínguez, con Denise Daragnès. Escenografía y vestuario de Paula Villalba, luces de Martín Blanchet, dirección de Cecilia Baranda. Estreno del 12 de enero 2018, teatro Circular. |
"La incapaz" en Teatro Circular de Montevideo. Micro promocional"La incapaz" con Denise Daragnès. Texto de Carlos María Domínguez. Dirección: Cecilia Baranda. Vestuario: Paula Villalba. Iluminación: Martín Blanchet. Estreno: enero 2018. |
"La incapaz", una obra unipersonal que presenta la voz agónica de Clara García de Zúñiga
Publicado el 11 ene. 2018
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Jorge Arias
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