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Unos
años después el 12 de Marzo de 1940 Don Orione, es
llamado a la casa del Padre, dejando unas obras y un ejemplo en la Tierra,
que sus compañeros de la orden seguirían sembrando en distintas partes
del planeta y uno de ellos fue el Rvdo Padre Geniale
Silvi.
En
los años subsiguientes tiene su historia en suelo Argentino.
El
22 de febrero de 1942, en Mar del Plata, celebró la década de
Sacerdote de las manos de Monseñor Aragone.
Trabajó
en San Fernando (Bs As), en (Rosario Santa Fe), Mar del Plata en la
Parroquia San José, Córdoba Capital, y Río Cuarto Prov de Córdoba.
Cimentó
y acompaño Espiritualmente a la construcción de los Cottolengos en
la Ciudad de Córdoba ( Capital ) Rosario ( Santa Fe ) y en Río
Cuarto ( Prov de Córdoba ), este ultimo sin ningún grado de
responsabilidad de parte de
la Congregación
Don Orione en Argentina.
(
Quizás no comprendido al final de su tercer Cottolengo Fundado, vino
a esta ciudad a prestar servicio, con el permiso del Padre Superior de
la Obra Don Orione en Argentina, el Revdmo Padre José
Zambarbieri quien autorizó la obra, a medida que la misma abanzaba, Don
Geniale fue resistido, no interpretado, por algunos hermanos en
la linea jerárquica de su Orden, en aquella época
pertenecientes a su congregación.
Falleció
el 14 de abril del año 1988, sus restos descansan en el Mausoleo erigido
en el jardín mayor del Cottolengo Don Orione de la Ciudad de Río Cuarto.
Morir
luchando en nuestra Ciudad( solamente con la ayuda del clero local y toda
la ciudadanía) fue algo romántico que tienen las personas iluminadas.
(
Todavía esperando una placa de reconocimiento de la Congregación de Don
Orióne) para colocar donde se encuentra actualmente descansando
sus restos, ojalá los actuales Padres Provinciales o los que vendrán en
un futuro tengan la gentileza de poder realizarlo así las cosas no
quedan inconclusas, y imitan al padre Silvi donde en una carta fechada el
día 09 de marzo de 1986, pide permiso ( con humildad) como lo
hacen los grandes, para poder quedarse en Río Cuarto a terminar la Obra,
la misiva se la envía en contestación a la carta que le envió el Revdmo
Padre Ignacio Terzi, Padre superior de la Orden, de entonces.
Sin
dudas el Reverendo Padre Silvi, se inmoló por los enfermos
desprotegidos, dejo unas raíces bien profundas y arraigadas.
Hoy
su Mausoleo, es un signo de que siempre estará presente para futuras
generaciones de Religiosos de cualquier Orden , que administraran la
" Aldea del amor " o Ciudad de la Caridad como el solía
llamarla.
Fue
un Religioso con muchas virtudes y fuerza interior, pero también un
reconocido carácter, aceptados por todos porque los complementaba con
unos dotes espirituales extraordinarios.
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