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Después de jubilarse como docente en 1980, su principal tarea fue orientar y aconsejar, penetrando realmente la vida cotidiana de la gente, compartiendo sus angustias y alegrías, acogiendo al prójimo, buscando en la vida de las gentes las historias de perdón, de caridad, de conversión, la aceptación del sufrimiento, de cumplimento del deber aunque cueste sacrificio, asumir su elocuente ejemplo en la vida de todos los días trabajaba para instaurar una solidaridad efectiva, con una vida que difundía amor a cuantas personas encontraba en su camino.
José Luis Padrós, el religioso que tuvo el mérito de vivir el carisma de la regla de San Francisco de Asís, la dimensión real franciscana, es la situación de una perfección no alcanzada al momento de ingresar en el claustro, que hay que conquistar día a día con renuncias y sacrificios; sorprende su sencillez, bondad y mansedumbre, la oración, la devoción, la soledad, la lectura de los libros sagrados, la meditación, el reposo amigo de la contemplación, llevaba en la sangre la tradición del buen ejemplo, su total dedicación a sus fieles.
En invierno calzaba zapatillas de abrigo, enfundado en su inseparable hábito, recubierto con una abrigada capa, con dos vueltas de una gruesa bufanda al cuello y gorra de vasco en la cabeza, salía a altas horas de la noche y con bajísimas temperaturas, para asistir a los moribundos, ayudarlos a bien morir y volver al convento con la satisfacción del deber cumplido, a pesar de su delicada salud, no le importaba ni el tiempo ni la distancia, su trabajo era callado, oculto, casi anónimo, pero estaba donde se lo necesitaba, en los hogares, junto a la cabecera de los enfermos, de conversación amena, era crítico en sus opiniones, agudo en sus observaciones, analizaba con profundidad situaciones, era entrañable devoto de la virgen, tan devoto que contagiaba su devoción, siempre con su infaltable místico Rosario de María en sus manos.
Tras casi treinta años de brindarse en estas tierras y 10 días después de festejar jubilosamente, sus 50 años de Sacerdocio, dejó de latir su Corazón víctima de un repentino infarto, sin producir el menor ruido, como quien no quiere distraer a los demás del obligado quehacer, nos dijo adiós, fue de madrugada, cuando se percibían las primeras luces del día y despertaban del sueño sus cotidianos acompañantes, pero por lo inesperado de su muerte. ¡ ha sido todo tan rápido ! sin previo aviso, ni indicios de despedida, se ha ido, sólo Dios sabe el porqué de su silencio.
Con Fray José Luis Padrós, se nos fue un Santo en zapatillas, y esa imagen es como que resume la vida de Fray Padrós, falleció en pleno invierno el 29 de junio de 1993, a la edad de 74 años, en la festividad de San Pedro y San
Pablo. Descanse en paz del Señor.
¿ Habrá cambiado allí sus queridas zapatillas de abrigo ?
Celeste Comelli
"Obra Pía de Tierra Santa"
Datos extraídos Diario Puntal 29 de Junio de 2000.
Gracias Padre Padrós por habernos asistido (espiritualmente en los momentos difíciles que pasamos) a nuestra familia, ya mi madre Fallecida pero siempre recordándolo cuando bendecía nuestra Hogar.
Los Santos nunca mueren (dejan esa presencia con energía positiva) y las enseñanzas que todos debemos de aprender y aplicar en los momentos mas complicados de nuestra vida.
Eduardo Tyrrell 08-10-2007
Ver Mas Información de la Biografía de Fray José Luis Padrós en : Fray
Salvador Sola Vilalta Ofm,
retazos de su vida y de su ingenio, por P. Fray Pedro Audet Fabré.
Eduardo Tyrrell :Trabajo de Recopilación de datos y Fotos. |
