Eva la primera mujer y primer madre, ella no decidió serlo, ni siquiera se le pregunto si deseaba ser la encargada de gestar en su interior otra vida, jamás se le enseño a cuidar de una institución llamada Familia, pero de igual forma supo parir, criar, amar, educar etc., sus hijas e hijos además del trabajo de cuidar Adán, ese compañero de vida que le asignaron.
Una madre no es un ser que se limita a ser un útero, con la única función de la reproducción humana, la vida diaria nos demuestra que la mujer no se circunscribe a un útero, es una triada perfecta de manos para crear, cerebro para pensar y útero para dar vida, demostrando así que todos los seres que nacemos sexuados mujeres y que deciden optar por permitirse en el arduo trabajo de dar vida se profesionalizan como madres.
Se podría decir que en este oficio maternal existe más de un modelo en la práctica, las referencias van de buenas a malas madres es común los humanos jamás somos todos buenos, ni todos malos, no existe una guía a seguir de ninguna forma rígida, sino que se toma lo más relevante que en el parecer de cada cual le asignen a los valores morales, éticos religiosos etc.
Lo único con lo que contamos en la actualidad para saber cómo ser madres, son con estas modernas “Escuelas para Padres” en donde por casualidad androcéntrica, han olvidan incluir en el título a la madre, que casualmente es quien asiste al noventa por ciento del totalidad de los taller.
|
|
|
Monumento a la madre - escultor Edmundo Prati - Salto, URUGUAY. |
