Entrevista con el poeta Rolando Revagliatti |
Entrevista realizada a Rolando Revagliatti por Claudio González Baeza y Juan Luis Giménez Victorica, |
Entre
los muchos personajes que podemos encontrar, tanto en su poesía como en
la narrativa que ha desarrollado, ninguno se asemeja a él. Es que Rolando
Revagliatti, incansable caminante de las letras y ávido lector, es más
que su propia poesía y esto lo demuestra con hechos. En
dos años coordinó sendos ciclos de lectura y le brindó a una gran
cantidad de escritores y amantes de las buenas letras, un espacio donde
mostrar su obra. También lo hizo con las publicaciones que circulan por
esta ciudad, cediéndole un lugar para presentarse en sociedad. Junto
a Juan Luis nos sentamos a charlar, café de por medio, con Rolando
Revagliatti y descubrimos a un poeta que no sólo utiliza la escritura
como ejercicio. (C. G. B.) La
Bota:
Sabemos que sos un laburador de la poesía y que has coordinado dos
Ciclos, uno en 1999 y otro en 2001, éste último homenajeando a Julio
Huasi. Revagliatti:
El primero se llamó Ciclo de Poesía y Prosa Breve “Nicolás Olivari”.
Considerando mi experiencia como lector de textos literarios en tantos y
tan diversos espacios públicos de difusión oral, le propuse al poeta
Cristian De Nápoli, el que por entonces realizara la primera edición de
mi libro “Picado contrapicado”, asociarse conmigo. Aceptó, e
integramos como co-responsable a Rubén Del Grosso, escritor y propietario
del local que devendría en Centro Cultural El Aleph. A ambos, de
inmediato, les sonó bien ese modo de homenajear al poeta “maldito”
Nicolás Olivari, no suficientemente recordado y bastante mal conocido.
Con frecuencia semanal, se sucedieron treinta y una reuniones
ininterrumpidas. En el primer segmento, la lectura programada con poetas y
narradores especialmente invitados; y en el segundo, tras un breve
intermedio, abríamos el micrófono a todos aquellos que quisieran leer
textos propios o ajenos. No incluimos música, ni siquiera de fondo. Sí
se escuchaban voces de poetas desde algún casette. La
Bota:
También presentaban libros y publicaciones periódicas. Revagliatti:
Sí,
poemarios, y, entre otras, las revistas “Patagonia / Poesía”,
“Plagio”, “La Bota Literaria” (el Nº 1), “Papirolas”,
“Bardo”, “La Guillotina”, “León en el Bidet”, “Extranjera a
la Intemperie”, “El Perseguidor”. La
Bota: ¿Cuántos
autores participaron? Revagliatti:
En
lectura programada unos ciento cincuenta escritores. Y unos setenta en
lectura abierta (incluyendo a los coordinadores). La
Bota: Los
que producimos un medio gráfico podemos llegar a entender estos ciclos
como revistas, pero “en vivo”. Revagliatti:
Algo
de eso hay. Revistas de difusión literaria. Al menos según el diseño
que describí. La
Bota: Un
punto de contacto entre tus ciclos y nuestra revista es que exponemos la
producción de autores como Olivari y Huasi, talentosos y sin embargo
desconocidos para muchos. Revagliatti:
Ambos
son para mí entrañables. Admiro a muchos otros, pero con ellos me pasa
algo más. La
Bota: Ahí
está lo “entrañable”. A Huasi accedimos por vos, nos posibilitó
descubrir a un gran poeta. En la apertura de cada reunión leían un poema
de él. Revagliatti:
El
Ciclo de Poesía “Julio Huasi” sólo fue de poesía (y prosa poética).
Tanto en éste como en el primero, logramos que la convocatoria fuese
verdaderamente amplia. Funcionaron como muestras de poesía. Todas las
generaciones (autores entre veinte y más de ochenta años), diversidad en
las poéticas y en las trayectorias, autores con mucha obra y
reconocimiento y otros con sólo un libro editado, o sin libro editado. La
Bota: En
2001 ya no estabas en “El Aleph” sino en el café cultural “La Maga
de Flores”. Revagliatti:
Así
fue. Ambos en mi barrio (desde hace veinte años): Flores. El de La Maga
se conformó durante 34 semanas; y en el segmento de lecturas programadas
participaron 174 poetas; presentamos siete revistas y unos cuantos
poemarios. Comenzamos la poeta Griselda García como coordinadora adjunta,
la poeta y editora Alicia Gallegos participando en prensa y difusión, y
yo como coordinador general. Transcurridas ya trece reuniones, Alicia
Gallegos se separa (e inicia su propio ciclo en otro café). Quedamos
Griselda y yo, hasta que después de veinticinco reuniones Griselda sólo sigue
llevando a cabo su tarea en prensa y difusión, y el espacio vacante lo
ocupa otra amiga y también poeta, María Dolores Lucero. La
Bota: ¿Qué
comentarías sobre esas experiencias? Revagliatti:
Ha
sido gratificante, por ejemplo, el contacto personal con tantos autores, a
muchos de los cuales conocía profundamente a través de sus libros. Ha
sido gratificante advertir plasmado el propósito de que confluyan, en
numerosas reuniones, poetas de diversas generaciones, de estéticas
contrapuestas, en algunos casos, y que se generaran climas de excelente
atención. Ha sido frustrante, por ejemplo, que algunos autores que habían
comprometido su participación, no se hicieran presentes y ni siquiera se
disculparan con posterioridad. En fin, que Dios les perdone el recóndito
bochorno. La
Bota: Venís
editando mucho. Nos encontramos con unos años muy productivos. Revagliatti:
En
algunos casos, son reediciones (“Fundido encadenado”,
“Tomavistas”, “Picado contrapicado”). En 2001 salió “Propaga”
en la colección Libros del Empedrado. En tu sello, Claudio, salió
“Ardua”. Y con el mío, Recitador Argentino, un par de poemarios
breves, conformados en su mayoría por textos multipublicados a través de
los años en revistas y diarios de unos cuantos países, “Pictórica”
y “Sopa familiar”, ambos con hechura artesanal. La
Bota: Noto
que volvés mucho a lo anterior y lo rearmás, lo reescribís, lo reeditás.
¿Qué te lleva a eso? Revagliatti:
Disconformidad,
desde luego. Y compulsión, casi, a retirar lo que sobra, concentrar. La
Bota: En
lo que hace a tu escritura, ¿por dónde andás? Revagliatti:
Entre
lo que más me motiva se halla un libro llamado “Corona de Calor”, de
unos setenta poemas, y que desde hace años espera su presentación en
sociedad. Tengo también uno que no cesa de expandirse: “Ojalá que te
pise un tranvía llamado Deseo”, y otro, al que más lentamente
incorporo textos, más bien humorísticos, y que preveo titular “Del
franelero popular”. La
Bota: ¿Por
quién te sentís influenciado, marcado literariamente? Revagliatti:
Influenciado,
sin duda, por muchos, tantas son las lecturas y los metejones. Y si
menciono a mis más transitados admirados, insoslayables me resultan James
Joyce, Marcel Proust, Samuel Beckett, Franz Kafka, Jean Genet. La
Bota: Desde
hace tiempo participamos de un derrumbe de valores a punta de decisiones
políticas y económicas. ¿Qué se te ocurre respecto de que subsista
tanta producción poética? Revagliatti: Un pedacito de respuesta que atino a improvisar, es que la Argentina, a través de sus creadores, de sus artistas, se defiende, ofrece resistencia. Cuando es imposible seguir sosteniendo ciertas imágenes y aspiraciones exterioristas respecto de modelos –globalización, dinero-, lo único a lo cual podemos volvernos es hacia la interioridad, o hacia una exterioridad socialmente compartida. No es de extrañar que en etapas de funesta crisis se apele a la poesía. |
Claudio González Baeza y Juan Luis Giménez
Victorica,
Revista (soporte papel) “La Bota Literaria” de la ciudad de Buenos Aires
publicada en el número 10, junio de 2002
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