Un rayo de luz acoge el cielo azul resplandeciente
Las nubes preocupadas dibujan mil figuras
Una en forma de paloma nos mira complaciente
Sus pupilas nos contemplan y sonríen
Veo en sus ojos fuerza y alegría
Una mirada que custodia y protege a los suyos
Es que la vida no es sólo presencia material
Es aprehensión angelical que fructifica...
Padre, esposo, hermano, tío, amigo...
Los hombres como tú no mueren nunca...
Amaste con pasión todo lo humano
Y cultivaste la amistad con gran ternura...
No hay razón para llorar a quien no ha muerto
Seguir su ejemplo y su misión es lo mejor...
Recordarle en Baracoa, en la casa, en todas partes
Como “duende” amoroso que espera, desespera y alza el vuelo...
Hombre con cara de niño y ademanes naturales
Nunca olvidaste tus raíces ancestrales
Fuiste tú, y siempre tú, para bien de los demás...
Por eso fuiste grande, lo eres, y para siempre, lo serás... |