¡Tanto buscaste y encontraste en la imagen, Lezama!
Que tú mismo has devenido eterna perdurable imagen con luz propia.
Sustancia infinita y proteica de imagen es tu discurso.
Posibilidad creciente de aprehensiones varias.
Hipótesis ansiosa y viva que se resiste y cede a lo inasible.
Toda tu obra empieza en utopías y termina en paradigmas.
O empieza en paradigma y termina en utopías.
Es un círculo infinito que se expande ante la luz.
O se quiebra o se esconde en la etérea oscuridad.
El vuelo filosófico que orienta tu decir es perceptible a toda vista.
Tender a lo grande y absoluto con ímpetu de altura forma parte de tu vocación literaria
El sentido cultural ecuménico es inmanente a todo lo que haces y dices
Por eso concibes al hombre como siempre prodigio impulsado por la imagen.
Y ésta como “causa secreta de la historia”
Mucho se ha escrito y dicho sobre la imagen
En todos los tratados literarios es objeto de atención
La Enciclopedia la asume y se aferra con fuerza como representación
Y tú haciendo caso omiso de ello, vas más lejos...
Tu oficio consagrado y tu misión han visto más…
Ves en la imagen un continuo vibrar de muchas cosas,
Un devenir trascendente que suscita y llama
Una totalidad abierta fascinante y pletórica de enigmas.
Un Cosmos pleno, inquieto que fluye se revela y ve como águila, y espera...
Un esperar impaciente, que espera luz para alumbrar y hacer.
Una posibilidad de infinitas mediaciones que asciende
Y desciende, a veces dramáticamente e inaprehensible,
Pero siempre presta a realizarse en la historia y en el hombre que la habita.
Es que en Lezama, la imagen, su inmanente posibilidad,
No es un simple recurso literario.
Es un Cosmos de aprehensiones: madre nutricia de pensamientos, ideas, valores y acciones.
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