La pasión de un visionario Theodor Herzl, por Miryam E. Gover de Nasatsky. Buenos Aires, Milá, 163 pp. (Imaginaria). por Lic. María González Rouco |
“En el Centenario del fallecimiento de Teodoro Herzl –afirman Manuel Junowicz, Presidente de OSA, y Benjamín Schneid, Director Ejecutivo de dicha institución-, la Organización Sionista Argentina (OSA) conjuntamente con el Departamento de Cultura de AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) se enorgullecen de entregar a la comunidad el libro ‘La pasión de un visionario’, de la Prof. Miryam Gover de Nasatsky. (...) Nuestro reconocimiento al entusiasmo y el esfuerzo realizado por la autora para lograr esta novela histórica. El libro nos gustó y esperemos que sirva de material para la comunidad y las nuevas generaciones”. Como
no podía ser de otra manera, de una pluma como la de Miryam Gover
-escritora, poeta, investigadora y docente- surge una obra en la que la
documentación no conspira contra la literatura, sino que se pone al
servicio de ella. En la novela –que se desarrolla en Viena, París,
Londres y otras ciudades, entre 1895 y 1897-, el protagonista surge como
un ser humano vívido, al que agobian sus premoniciones acerca del futuro
de los judíos, pero que también se siente culpable por el descuido en el
que, en pos de su ideal, sume a su esposa e hijos. Basado en la historia,
es, sin embargo, un personaje literario, al que vemos actuar en su vida
cotidiana, y también dirigirse a las mayores personalidades de su tiempo
en busca de un apoyo que difícilmente logra. |
La
escritora lo evoca en cada entrevista realizada en pos de su sueño: una
tierra en la que los judíos puedan vivir en paz, donde no sean solamente
tolerados. Entre estas entrevistas, me resultó especialmente interesante
la que mantiene con el Barón Hirsch, ya que esa conversación alude a la
Argentina. Ambos hombres ilustres debaten acerca de la conveniencia de
sacar a los judíos de los lugares en los que se los oprime, pero,
mientras el Barón está orgulloso de su obra, para Herzl, no es más que
beneficencia. Además –opina Herzl-, el Barón logra salvar a unos
cuantos judíos, no a todos, objetivo que se lograría si existiera un
Estado. La
fundación de Die Welt -el
diario en el que Herzl debe firmar con seudónimo-, el Primer Congreso
Sionista y la proclamación del Programa de Basilea son hitos
fundamentales en la trayectoria de Herzl, que la escritora aborda con
solvencia. La evocación de las jornadas relacionadas con este último
evento, que tuvo el cierre de una fiesta, nos habla del talento de Gover
para retratar personajes y situaciones. Centrada
en el protagonista, y en años decisivos de su vida, la obra evoca
asimismo el panorama de lo que sucedía en el arte, la ciencia y la técnica
en Europa y en otras latitudes, conformando una cuadro de época amplio y
abarcador, que permite comprender aún mejor la gesta del visionario. “Escrita
con pasión y pericia –a criterio de Ricardo Feierstein-, esta recreación
histórica no sólo desecha mitos arraigados sobre el nacimiento del
sionismo. Constituye, sobre todo, una lectura fascinante de alto valor
literario”. Completan el volumen numerosas fotografías sobre Herzl, su familia y el Monte que lleva su nombre, en Jerusalén. |
María González Rouco
Lic. en Letras UNBA, Periodista
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