Inmigrantes en novelas juveniles argentinas |
Muchos
inmigrantes protagonizan novelas argentinas, o aparecen en esas obras como
personajes secundarios. Menciono aquí algunos de ellos, presentados en
novelas juveniles: Españoles Gallegos Cecilia
Pisos es la autora de Como si no hubiera que cruzar el mar (1),
novela con la que resultó Finalista del Premio Jaén de Narrativa
Infantil y Juvenil (Alfaguara y Caja General de Ahorros de Granada),
Granada, España, 2003 (2). En esa obra, “Carolina tiene doce años y
viaja por primera vez sola en avión hacia Madrid, donde la espera su tío.
La acompañan las cartas de María, su bisabuela, que también cruzó el
mar sola, pero en barco y desde España hacia la Argentina. Aunque las épocas
son muy distintas y las historias se cruzan, las vivencias se parecen
mucho y esas cartas le sirven a Carolina para crecer y entender tantas
cosas que le suceden en ese país tan distinto y a la vez tan similar al
suyo. Cartas, relatos, canciones, chistes, charlas telefónicas, recetas
de cocina y muchos otros géneros pueblan esta novela inteligente y
emotiva, que atrapa página tras página” (3). En
una de las cartas, escribe la bisabuela María del Pilar, que dejó su
Santa Cruz de Portas: “Buenos Aires es muy grande. Tiene ruidos y olores
extraños y las voces que se escuchan son de muchas partes, así que todos
hablan pero no creo que ninguno se entienda. A mí me cuesta: dos o tres
veces tengo que intentar hasta que encuentro a alguien que me hable en
español y a quien yo pueda preguntar por una calle o un sitio
cualquiera”. Notas 1.
Pisos, Cecilia: Como si no hubiera que cruzar el mar.
Ilustraciones: Eugenia Nobati. Buenos Aires, Alfaguara, 2004. 216 pp.
(Serie azul). 2.
S/F: “Datos biográficos”, en Imaginaria, 28 de
septiembre de 2005. 3.
S/F: en Pisos, Cecilia: Como si no hubiera que cruzar el mar.
Ilustraciones: Eugenia Nobati. Buenos Aires, Alfaguara, 2004. 216 pp.
(Serie azul). Italianos
Piamonteses
En
Stéfano (1), novela que dedica a su padre, María Teresa Andruetto
relata la vida de un inmigrante italiano que llega a nuestro paìs con su
bagaje de ilusiones y recuerdos; el hombre recuerda su pasado,
desde la extrema pobreza que vivía en su tierra, hasta que se establece
en la Argentina y espera la llegada de su primer hijo. Al
joven le toca en suerte un viaje accidentado: “En medio de la noche los
ha despertado la tormenta, el ruido del agua contra la banda de estribor.
El llanto de un niño viene del camarote vecino o de otro que está más
allá. Aquí donde ellos esperan, nadie grita, sólo el hombre de jaspeado
dice que el mar esta noche no quiere calmarse y es todo lo que dice; habla
con serenidad, pero Stéfano sabe que está asustado. Al llanto del niño
se han sumado otros, pero nadie ha de tener más miedo que él, que
quisiera que a este barco llegara su madre y lo apretara entre los brazos
y le dijera, como cuando era pequeño y todavía no soñaba con América,
duerme, ya pasará”. “Soy
hija de un partisano que llegó desde el norte de Italia a la Argentina,
en 1948 –escribió-, y por una sucesión de circunstancias más o menos
azarosas, se instaló en un pueblo de la pampa húmeda, donde nací, y ahí
vivió toda su vida. También mi mamá es hija de inmigrantes italianos
que llegaron al país hacia finales del mil ochocientos. El agradecimiento
a la tierra de llegada que le había permitido trabajar y formar una
familia, fue la otra cara de la tristeza que le causaba a mi padre el
desarraigo. A poco de venir, murió su madre y luego otros y otros, hasta
que cada vez se hizo más fuerte la idea de ya no regresar” (2). Notas 1.
Andruetto, María Teresa: Stéfano.
Buenos Aires, Sudamericana, 2001. 2.
Andruetto, María Teresa: Stéfano.
Ilustraciones: Daniel Roldán. Buenos Aires, Sudamericana, 2004. (La pluma
del gato). Rusos
Acerca
de su novela Memorias de Vladimir (1), escribe Perla Suez: “Nací
en Córdoba. Me crié en Basavilbaso, un pueblo de la provincia de Entre Ríos.
Muy cerca de donde transcurre una etapa de la vida de Vladimir. A medida
que la historia avanzaba me reencontraba con espacios vividos. Sabía que
estaba escribiendo un episodio de mi vida. Buscaba dentro mío una voz
propia que naciera de mis palabras. Soy nieta de inmigrantes judíos que
escaparon de Rusia en la época en que el zar Nicolás II los perseguía.
Durante el tiempo en que trabajé en este libro estuve muy preocupada por
la suerte de mi personaje. Sentí ternura por él y esa ternura no me
abandonó hasta el final. Mi personaje habla en esta historia como lo hacía
mi abuelo. Vladimir tiene un aire a mi padre. Vera, el gran amor de
Vladimir se me figura a mi madre” (2). Relata
el protagonista: “Nací en la aldea de Porskurov hace mucho tiempo. El
zar mandaba en Rusia, el zar Nicolás II. No conocí a mis padres. Fui
criado por mi tío Fedor. A los diez años hachaba leña de la mañana a
la noche por apenas un copec. (...)Tío Fedor era colchonero, guardaba la
máquina de cardar en el cobertizo. A veces para soportar el miedo yo
cardaba lana. Cuando oía chirriar el cerrojo de la puerta y reconocía
sus pasos, mi corazón volvía a su remanso”. La
novela fue galardonada con el White Ravens, 1992, Biblioteca Internacional
de la Juventud de Munich, Alemania, y ALIJA, Asociación Argentina de
Literatura Infantil, Sección Nacional del IBBY. Notas 1.
Suez, Perla: Memorias de Vladimir. Buenos Aires, Editorial Colihue,
1993. (Libros del malabarista) 2.
S/F: en www.perlasuez.com.ar Varios
Dimitri
es el nieto de Vladimir. En Dimitri en la tormenta (1), “Dimitri
y su abuelo ayudan a Tania, que viene escapando del nazismo, a entrar al
país. A través de lo que la mujer cuenta, el chico irá descubriendo el
horror de la guerra. Comprenderlo se le hace difícil, muy difícil. Una
novela donde se entrelazan sin tapujos tristeza, odio y dolor con momentos
de intensa felicidad. Any, el amor y la emoción profunda de cumplir trece
años y festejar el barmitzvá” (2). Relata
Tania: “Con el anillo de brillantes de mi madre compré a uno de los
comandantes y escapé. Vagué por cloacas, estuve en una iglesia donde un
sacerdote me ayudó. Disfrazada de mendiga, pude llegar a la bahía de
Gdansk. Y logré esconderme en el barco carguero en el que llegué”. Esta
novela fue seleccionada por la Asociación de Literatura Infantil y
Juvenil Argentina (ALIJA) y por la Fundación de Lectura, Fundalectura,
Bogotá, Colombia, entre los mejores libros para jóvenes. Notas 1.
Suez, Perla: Dimitri en la tormenta. Buenos Aires, Editorial
Sudamericana, 1997. (Primera Sudamericana) 2. S/F: en www.perlasuez.com.ar |
María
González Rouco
Licenciada en Letras UNBA, Periodista
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