Galicia, su alma y su cultura, por Emilio González López. Ediciones Galicia. Centro Gallego de Buenos Aires. Instituto Argentino de Cultura Gallega. Buenos Aires, 217 paginas. Reseña: Lic. María González Rouco |
EI
libro que nos ocupa proporciona al lector la posibilidad de conocer los
aspectos sobresaIientes del alma y la cultura gallegas. Constituye una
primera aproximación, sumamente fundamentada y claramente expuesta, a
aquellos temas que el lector puede ir profundizando en la dirección de
sus intereses, La obra -un clásico en este tipo de trabajos- fue
galardonada con el Primer Premio para libros de prosa castellanos, de tema
gallego, en el certamen organizado a mediados de este siglo por el Centro
Gallego de Buenos Aires. El
autor nació en La Coruña en 1903, se doctoró en Derecho por la
Universidad de Madrid. Emigró a los Estados Unidos en 1939. Acerca de
esta condición de desterrado, escribe Eduardo Blanco-Amor: "El
exilio, con su carga de saudade,
con la irremediabilidad, serenamente admitida, de no vivir 'in situ' la
cotidiana emoción de la tierra, ha venido a prestar mayor estimulo a esta
innata inclinación, un mayor dinamismo a esta vocación generacional,
subyacente bajo los menesteres urgentes que lo profesional exige". "Estos
ensayos -afirma González López- distintos en sus temas, forman, como las
varias partes de un mosaico, una unidad. Son los fragmentos del inmenso
mosaico del arte y de la cultura de Galicia que encontré desperdigados y
fui reuniendo en años de paciente y laborioso esfuerzo para reconstruir
con ellos la imagen de Galicia, del genio y de la estética gallega,
reflejados en sus creaciones culturales a través de la historia". En el primer capitulo, el escritor se refiere a la tesis de Unamuno que identifica lo castellano con lo español, tesis que "ha hecho fortuna entre los pensadores españoles y extranjeros. Lo mismo el castellano Ortega y Gasset, los gallegos Ramón Menéndez Pidal y Salvador de Madariaga que el portugués Fidelino de Figueiredo, la aceptan para analizar unos el carácter español y otros la literatura creada por España. En estos ensayos trata "de precisar los rasgos psicológicos y culturales de un pueblo español, el gallego, que quedó fuera de la caracterización de Unamuno". Seguidamente,
presenta el territorio español dividido en tres regiones, que se
corresponden con tres diferentes maneras de ser: la sensibilidad mediterránea,
el sentimentalismo atlántico y la voluntad dramática de los pueblos que
habitan el interior de España. Sostiene que esta diferenciación ya había
sido presentada por Valle-Inclán en La
Iámpara maravillosa, cuando escribe: "Tres romances son en las
Españas: Catalán de navegantes, Galaico de labradores, Castellano de
sojuzgadores". En esa obra, Valle-Inclán "formuló la doctrina
del amor, base de la estética gallega". La encarnación del amor
gaIlego es -a criterio de González López-, Macías el enamorado,
"representación de la fidelidad sentimental hasta la muerte”. Es
especialmente interesante el capítulo que González López dedica a los
mitos y la religión. En esas páginas analiza la figura de Santiago
relacionada con los gemelos Castor y Pólux y con la diosa Venus. También
se refiere a la Virgen de la Barca y a la inmensa fe que los gallegos
tienen a esa "barca", piedra movediza que se mueve el día de la
fiesta del Santo. Santiago tuvo gran importancia en la historia de España;
Américo Castro –citado por el ensayista- cree que "Sin tal
fermento de vida, la Península hubiera seguido el destino del Norte de
Africa o hubiera sido ocupada por Europeos del Norte". Por
otra parte, la peregrinación que se realizaba a Compostela es descripta
por González López como el medio por el cual se realizó un proceso de
intercambio cultural de doble sentido: de Europa hacia Galicia y de
Galicia hacia Europa. Esta influencia, que abarca también elementos árabes
que habían llegado a Compostela desde el sur, se evidencia en la
arquitectura. Es así como se explica "Ia presencia en el románico
francés de dos elementos característicos del sistema decorativo árabe:
el modillón de lóbulos (llamado por los franceses a copeux) y el arco
lobulado", dice Vázquez de Parga. Junto
aI culto de Santiago, perviven en Galicia creencias anteriores al
catolicismo, como la que niega la separación de la vida terrena y el mas
allá. EI muerto descansa en el cementerio durante el día, y de noche
vuelve a visitar su casa, su tierra, vela el sueño de los suyos, pero
esta posibilidad le es dada sólo si muere en su lugar de origen. Por esta
razón -señala González: López- gallegos tan cultos como Roberto Nóvoa
Santos, "médico formado en el materialismo incrédulo", y
Valle-lnclán, regresaron a Galicia cuando sintieron que les llegaba la
hora. Muchos otros temas son abordados por el ensayista, completando así la visión abarcadora que se propuso. Entre ellos, cabe mencionar la literatura y sus representantes ilustres: Resalía de Castro, Curros Rodríguez, Pondal, Luis Taboada y Julio Camba, por nombrar sólo a los que menciona González López. Se ocupa asimismo el autor de la cultura medieval europea, la lírica gallega, el post-romanticismo español, las novelas de caballería y la novela sentimental, el humorismo contemporáneo y el esperpento, asuntos sobre los que escribe con admirable erudición y profundo amor por Galicia. Para quienes quieren conocer sobre la tierra de sus mayores, y también para aquellos que, sin descender de gallegos, se interesan en la literatura española, este libro será de suma utilidad, tanto en los aspectos culturales como en los que se relacionan con la vida cotidiana de esa región de la que el escritor debió partir. |
María
González Rouco
Licenciada en Letras UNBA, Periodista
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