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Entrevista al Dr. Avelino Couceiro Rodríguez,
Premio Anual de Investigación Cultural 2006 |
"(...) Exáltese al pueblo: su
exaltación |
El doctor en Ciencias sobre Artes Avelino Couceiro
Rodríguez recibió este miércoles, en acto celebrado en el capitalino
Centro "Juan Marinello", el Premio Anual de Investigación Cultural 2006,
que otorga esa emblemática institución, donde ciencia, arte e
investigación cultural son expresión genuina de ética, humanismo y
espiritualidad, fundidos en cálido abrazo. |
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En conclusión, el premio es una gran satisfacción, por supuesto, pero nunca un objetivo, sino que es parte necesaria del proceso de desarrollo y promoción de las obras presentadas. Una parte importante, eso sí, al premiarse, por lo que significa en cuanto a promoción, sobre todo cuando la obra se publica, y ello potencia al infinito los horizontes de la trascendencia, pues permite llegar a muchas más personas y es una propuesta al "gran jurado" de la historia, e incluso retroalimentarme más como autor y como investigador, por lo que puede impactarme para rectificar o profundizar tiempo después, incluida una selección crítica de las opiniones y sugerencias del público en toda su diversidad; es un premio significativo, sobre todo el que otorga el Centro "Juan Marinello", la institución rectora de las investigaciones científicas a propósito de la cultura en Cuba, y la imagen consecuente prestigia, sin la menor duda, y potencia aun más los resultados de la obra para la percepción de los lectores, ya previamente condicionados. Ya había obtenido dos Menciones anteriormente en esa misma categoría y en ese mismo concurso: una por mi Tesis Doctoral "La Cultura Ecológica en la Identidad Cubana" (2001), y otro por la serie de seis volúmenes "Historia e Identidad comparadas en las diversas barriadas del actual municipio Plaza de la Revolución" (2002 (...). Finalmente en el aspecto profesional, pienso que es menester significar muy especialmente a los auténticos promotores, aquellos que ya desde antes habían reconocido los valores de esa obra sin necesidad de que jurado alguno la premiara; así por ejemplo, desde el 2002 la han tenido en cuenta para preparar e impartir los cursos de Antropología Urbana tanto la Maestría en Antropología de la Universidad de La Habana, como los Diplomados del Centro Nacional de Superación del Ministerio de Cultura como del Provincial de la Ciudad de La Habana, fue propuesta como Premio CITMA por la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad Agraria de La Habana y he sido llamado para tutorar tesis de grado, diplomados, maestrías y doctorados en varias universidades cubanas y algunas extranjeras. La Dirección de Cultura de la Ciudad de La Habana ya me habían otorgado la Gitana Tropical y el Premio Provincial de Cultura Comunitaria, propuesto al Premio Nacional por aportes a partir de esa y otras obras y sus múltiples resultados aplicados en función de mejorar el trabajo comunitario, y así otros reconocimientos con especial valor, por haber sido visionarios antecedentes de este premio; son los mejores promotores, y como promotor hago igual: es un placentero deber reconocer a los consagrados, porque los admiramos y nos siguen enseñando y satisfaciendo (honrar honra, es cierto) pero no menos placentero y requiere especial visión, talento y valentía, reconocer a los "pinos nuevos" de quienes también me enorgullezco por mi vasta obra.
En cuanto a los aspectos humano y espiritual, permítame unirlos al
contestar (...), porque para mí (al menos) son inseparables, lo
espiritual define mi humanidad, que estimo el principal talento que no
debiera faltarle a nadie; lo "no espiritual" (sin caer ahora en la
polemizable diatriba entre cultura material y espiritual, material e
inmaterial, etc.) está excluido de mis preocupaciones personales y de
mis ambiciones, para bien y para mal, lo reconozco, aunque lo respeto y
hasta valoro en los otros, siempre que no afecten los valores humanos.
Estudié, entre otras materias, comercio, negociación, marketing, porque
sé lo necesarias que son y los respeto como cultura, pero no es lo que
me incentiva, incluso fui profesor de Mercadotecnia y lo que me incitaba
era que a mis alumnos les agradaban mis clases, puesto que yo las
impartía para salvar una necesidad, pero no me motivaba, cosa que no
recomiendo a nadie, y menos, a un profesor. Y este Premio es también un
reconocimiento a esa espiritualidad que identifica mi humanidad, a todos
los sacrificios y esfuerzos que he tenido que hacer, las dificultades de
todo tipo que he tenido que salvar (...), porque, como sentenciara el
Apóstol, si "(...) la dificultad es grande (...) los que han de
vencerlas, también". • P: ¿Qué línea fundamental de investigación desarrollada por usted lo hizo acreedor a tan importante lauro en la esfera de la cultura caribeña? ACR: El trabajo premiado ahora se titula "Hacia una Antropología Urbana cubana", y como su nombre indica, es fundacional para el área antropológica en nuestro país, pues la enfoca como "antropología de ciudad" y no meramente, "antropología en la ciudad", que eran las experiencias previas en Cuba. Por supuesto, parte del devenir epistemológico universal de la antropología, y en particular de la antropología urbana, pero se devuelve al mismo con nuevas propuestas y experiencias validadas en las comunidades "más urbanas" (por lo metropolitano y cosmopolita) de nuestra ínsula caribeña, y contenidas en el hoy municipio Plaza de la Revolución. Esas nuevas propuestas estriban básicamente en la integralidad del análisis en las culturas urbanas por espacios concretos (espacios no sólo físicos, sino culturales), puesto que las experiencias en otros países no se han identificado por esa integralidad, sino por aspectos muy puntuales de tales culturas; integralidad que ya en ese trabajo integra cada vez más la mismidad y desdibuja los esquemas heredados de una antropología dirigida siempre a un "otro" lo más distante posible, y que históricamente ha obviado que "yo" mismo (en este caso, mi comunidad misma, los investigadores, los artistas, los intelectuales, los profesionales) pueda ser objeto de investigación antropológica en estrecha concatenación con todos los demás "otros", pues también para ellos somos "otros". Aclaro que esa integralidad la cultivo desde hace más de 20 años, cuando de la mano de José Baltar y Juan Mesa en la Dirección Provincial de Cultura de Ciudad de La Habana, en el mismo municipio Plaza de la Revolución fundaba los Estudios Culturales en Cuba, esfera en la que realmente me he especializado y por la que he llegado a la Antropología Urbana y a mis restantes estudios; integralidad que entonces fue bastante cuestionada y tuve que vencer (...), mientras que hoy se ha generalizado, y a mi juicio abusado peligrosamente, pues la integralidad en lo absoluto puede oponerse a las especialidades (con las que se retroalimenta) ni a los talentos y vocaciones, ni con las personalidades. Esa integralidad de la cultura es básica para entender, incluso, cualquier "antropología en la ciudad" que se acometa en una comunidad concreta, y por ende, para todas las restantes áreas antropológicas al diagnosticar el contexto, incluso para otras disciplinas, además de la Antropología, y para todo trabajo comunitario, e implica un valor metodológico esencial y universal que debe aplicarse siempre casuísticamente, por cuanto mi enfoque de la antropología urbana explicita la necesidad de asumir también como objeto de estudio la retroalimentación diacrónica y sincrónica entre comunidades (entendidas estas no sólo como residenciales, sino también las comunidades por otras afinidades, e incluso las comunidades por marginación, etc.) no sólo dentro de un mismo municipio, sino incluso con comunidades bien distintas y distantes, de otras provincias del país y de otras naciones (...) es, por lo tanto, una Antropología Urbana que no es exclusivamente "urbana", pues es indispensable de, con y para una Antropología llamada Rural y otras, y cuyo impacto e interés trasciende en mucho al caso cubano e incluso, al caso latinoamericano. • P:¿Qué es para usted la investigación sociocultural y de qué forma la integra a su labor docente-educativa como profesor titular de la Universidad de La Habana? ACR: De entrada, prefiero hablar de "investigación cultural" y si no fuera por lo extenso, mejor aun, de "investigación sobre problemáticas culturales"... en fin, lo que desde Birmingham en Inglaterra y desde los años 50 y 60 del siglo XX, ha surgido a la palestra pública internacional como "Estudios Culturales". Concretamente en el "sociocultural" me pronuncio contra las aberraciones conceptuales que incuba. No me convencen las explicaciones de que "lo cultural sólo no da para estudiar", cuando todo lo contrario, la cultura es tan compleja que a veces, eso sí, requiere ramas especializadas que deben retroalimentarse; ni que "los demás lo entiendan", concesión imperdonable. Si entendiéramos la "cultura animal" (que yo sí acepto como identifidad de cada especie desde sus instintos, también persistentes en la especie humana) sería más asimilable "sociocultural", aunque también los animales tienen sus sociedades establecidas, incluso con poderes legitimados internamente. Pero no es el caso; mientras entendamos la cultura como exclusivamente humana, qué es lo cultural que no es social? ¿Y qué lo social sin impacto cultural? Es más aberrante aun, si con ello pretendemos diferenciarnos de los angloparlantes, que ha sido otro supuesto argumento. Hecha esa aclaración, y para responder: la investigación es esencial a todo profesional, en buena medida es lo que lo conforma profesionalmente. Es muy difícil valorar el desarrollo óptimo de ningún profesional, si este no investiga, puesto que investigar es lo que lo hace aportar con aciertos comprobados a su rama concreta. El caso de los profesionales de la Cultura (con mayúscula, y me refiero concretamente al sector desde el punto de vista institucional, administrativo, y no a la cultura que incluye todos los sectores y personas) es emblemático de lo que significa investigar para todo profesional. De alguna manera, todo artista tiene que investigar para contextualizar bien su obra. Claro, dentro de las investigaciones, aquellas que son científicas trascienden por su mayor valor y alcance, pues las ciencias son las que nos aproximan a la verdad, y la investigación es la única forma de descubrir el mundo que, en una u otra medida siempre reflejará la obra de arte. He sido profesor por casi 25 años (apenas me gradué, antes de trabajar en mi Servicio Social en Cultura en el municipio habanero de Melena del Sur, ya estaba contratado como maestro, y desde mis estudios primarios fui monitor en todos los niveles de enseñanza constantemente y en las más diversas asignaturas impartía clases), y cada vez con mayor carga de trabajo, sobre todo, desde que la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana me categorizó como Titular (2002), con los que me he mantenido sistemáticamente hasta la actualidad, sobre todo en la municipalización de la enseñanza superior en Centro Habana (también en Plaza de la Revolución y Playa), así como (casi de inmediato) la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad Agraria de La Habana para la Licenciatura en Estudios Socioculturales y la Maestría en Antropología de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana. Son los centros docentes que más me convocan semestre tras semestre, pero también he impartido cursos, conferencias, he sido miembro y presidente de tribunal, tutor y oponente de grados, diplomados, maestrías y doctorados de diversas universidades cubanas y otros centros de educación superior y especializados del país, y ocasionalmente, de algunos extranjeros. En todos ellos, la investigación ha sido la base esencial, la experiencia propia como investigador ha sido protagonista no sólo al impartir Metodología de la Investigación (para formar investigadores, a mi modo de ver es imperioso ser investigador de hecho) sino también Estudios de Comunidades I y II y Comunicación Comunitaria, donde los resultados de mis investigaciones sobre comunidades han desempeñado una función "clave" en la comprensión de los métodos y las técnicas de investigación cultural año (...). He impartido otras asignaturas, por ejemplo Literatura Universal y Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, también Historia Universal y otras; todas ellas exigen grados de investigación como parte indisoluble de la preparación profesional, incluso investigaciones de carácter pedagógico para optimizar la labor docente-educativa en el aula. Más que ser profesores pretendemos ser maestros para acercarnos a ese "evangelio vivo" y poder educar de verdad. Para educar, tenemos que estar educados nosotros mismos (...), comprender y amar cada vez más al ser humano, en particular al claustro de profesores del que conformamos un sistema, y a los estudiantes, saberlos valorar y comprender; sin estudiantes, no hay profesor, y a mis estudiantes (que por supuesto, no constituyen una masa homogenea ni mucho menos, su propia diversidad es otra enseñanza que me enriquece) agradezco mucho lo que me han aportado con sus trabajos, con sus inquietudes, con su visión del mundo, que tanto me retroalimenta y me educa a mí mismo, con sus lecciones de afecto y respeto genuinos, demostrados cotidianamente. Como profesor, voy al aula a enseñar todo lo que sé, pero enseñar no es imponer ideas, sino incentivar el análisis, la polémica, incluso generar y debatir nuevas ideas y propuestas, crear a partir de la información con que contamos... (como decía el padre Félix Varela, "aprender en pensar"), y sobre todo, soy el eterno estudiante que, aun como profesor, voy al aula a aprender todo lo que pueda de mis estudiantes para potenciarme aun más, del resto de los profesores, y también (¿por qué no?), de los trabajadores no docentes. Pienso que de todo en la vida (y la muerte) de cada ser vivo, constantemente podemos estar aprendiendo; cuando no aprendemos (...), tenemos alguna limitación que no nos autoriza como susceptibles al aprendizaje. • P:¿Qué relación percibe usted entre docencia artística, investigación sociocultural y crítica de arte? ACR: La relación entre todas ellas es capital. Ya en la respuesta anterior está contenida la relación que percibo entre docencia artística e investigación cultural, puesto que esta última no se trasmite a nuevos profesionales si no es por la docencia, y entendamos docencia más allá de un aula y de un registro de asistencia; si nos referimos a la investigación cultural más allá de la artística, todo artista requiere de una formación cultural general (al menos elemental), para que no descubra de pronto "el agua tibia", para estimular su propia imaginación, para comprender mejor el mundo que refleja y poder potenciar su obra mucho más allá de sus instintos y de su empiria siempre limitada; la enseñanza que no sea científica (con toda la flexibilidad con que se potencian las ciencias a la luz de la postmodernidad) limita sus horizontes, y si no se sustenta sobre la experiencia investigativa, no es científica.
En el caso de la crítica de arte, a mi juicio se potencia mucho más
cuando es, en sí misma, arte, de forma tal que la crítica no demerite a
la obra misma que analiza; de hecho, hay obras que han pasado a la
historia por las críticas memorables y artísticas de que han sido
objeto. Recientemente, una asociación se interesaba por mis trabajos
como crítico, "pero no investigaciones, sino como crítica pura". ¿Cómo
es posible? La crítica profesional debe ser el "ejercicio del criterio"
(Martí) ese "látigo con cascabeles" pero científicamente fundamentado, y
sólo la investigación le solidifica esas bases; la investigación
(mientras más científica, mejor) es la diferencia entre la crítica
profesional, y la crítica improvisada, "de calle", orientada por el
simple gusto y hasta por los prejuicios de todo tipo. Por otra parte,
todo investigador tiene que ser crítico, someterlo todo constantemente a
la crítica, al cuestionamiento que no es enfermizo ni obsesivo, sino
natural, para acercarnos a la verdad, ser crítico con sus fuentes, con
su objeto de estudio, con el contexto que analiza, consigo mismo; por
supuesto, constructivamente crítico, en busca de soluciones. Es la única
forma a través de la cual la investigación detecta los problemas que
afectan a la sociedad y puede aportar algo a su desarrollo Ver: Hacia una Antropología Urbana en Cuba y en versión pdf (libro completo) |
Por Jesús Dueñas Becerra
Crítico y periodista.
Publicado, originalmente, en LibrÍnsula, la isla de los libros http://librinsula.bnjm.cu/ el Viernes, 29 de diciembre del 2006
Link: http://librinsula.bnjm.cu/1-205/2006/diciembre/156/entrevistas/entrevistas370.htm
En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 2 de mayo de 2013
Autorizado por el entrevistado
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