El sonido del aguijón |
La sirena de un barco me arranca de mi departamento. Qué otra vida está navegando allá afuera. Beberán alcohol de noche para poder soportar este invierno. Dormirán entre redes y sobresaltos de buques hundidos. Jugarán con naipes húmedos y fósforos agigantados por la lejanía. Los marineros cantarán al ritmo de su soledad y hablarán en idiomas vikingos y acentos de puertos olvidados. El dueño del agua dictará la dirección de los témpanos y ellos obedecerán. Mientras tenga que quedarme anclada en este puerto como una estatua milenaria no soportaré las sirenas de los barcos. Un vaso de cognac para pasar esta noche. |
Patricia Díaz Bialet, de La penumbra de la luna llena
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