Hacia una nueva Bossa Nova a partir de la Bossa Nova. (En conmemoración de los 50 años de Bossa Nova) |
“...Rio
é mar/Eterno se fazer amar/ O meu Rio é lua/Amiga, branca e nua. É sol,
é sal, é sul/ Sâo mâos se descobrindo em tanto azul.” Rio. (Roberto Menescal/Ronaldo Bóscoli) |
I.-
El contexto. II.- Su desarrollo sustentable . III- Las proyecciones
futuras. I.-
El contexto. Así
como los viajes transoceánicos y los descubrimientos
generaron un nuevo mundo en el siglo XVI y XVII, la culminación de
la II Guerra Mundial generó
una nueva forma de ver al mundo. Era
el mismo “carpe diem” o “vivir el momento presente” del
Renacimiento lo que motivó a una serie de
pensadores y artistas a enfocar sus
creaciones o diseños para
interpretar mejor la condición humana. La
demostración de la inventiva humana para destruir tanto hombre como
naturaleza tanto con bombas atómicas como convencionales, generó por un
lado, un profundo sentimiento de desolación
y por el otro optimismo, es decir, la posibilidad de
conectarse con el mundo de otra manera, a través del diálogo
entre el hombre y la naturaleza. Sus diseños, por ejemplo en el plano de
la arquitectura debían referirse al ambiente, al contexto en el que se
construía tal o cual edificio o monumento.
De allí la lógica modernista de las construcciones nuevas,
como las
de la ciudad de Brasilia. Desde
un contexto de guerra fría entre
los principales dueños del mundo de aquel entonces – los cuales eran
casi los mismos dueños que ahora- las cuestiones internacionales
comienzan a desenvolverse con la lógica amigo-enemigo
pero sin llegar a otra conflagración mundial de carácter devastador como
lo acontecido en la Segunda Guerra Mundial.
Era la época de la contención mutua o “mutual deterrence”.
Todos los Estados, o al menos los que estaban en capacidad de hacerlo, se
rearmaban como metodología de acumulación
de poder, pero sin necesidad
de usar las armas abiertamente. En
el plano económico se trataba de
mantener la división entre países desarrollados
o industrializados de los demás subdesarrollados
o sea todos aquellos que no
habían ganado la guerra y en
especial en relación a los
que no habían ayudado a
ganar la guerra. En
ese contexto, el Brasil, al haber colaborado
con Estados Unidos, desde la
construcción de bases militares en
el nordeste brasileño como parte de un programa de cooperación e
intercambio con aquel país, hasta el envío de soldados
a luchar del lado aliado en Monte Casino en Italia, marcó
definitivamente una diferencia importante con
los demás países latinoamericanos. En
ese escenario global, un grupo de estudiantes, luego artistas de
la zona sur de Río de Janeiro lanzaran una serie de músicas que tomaban
elementos del samba
tradicional y lo articulaban con el jazz
de Cole Porter, Larry Hart y Gershwin, entre otros, los
boleros de Lucho Gatica y Francisco Alves, junto a
armonías sofisticadas del modernismo
que venía de la música clásica como los boleros de Ravel y la influencia de Debussy. Mucho antes de esa época, había compositores que
incursionaron en el terreno de la samba canción, desde el romanticismo de
los boleros hasta el
tango y las milongas. Artistas como Dolores Durán, Maysa, Dorival Caimmi
y el multifacético abogado y radialista
Ary Barroso – autor del clásico “Aquarela do Brasil”
que fue símbolo de la samba exaltación porque exaltaba las bellezas y
valores del Brasil- contribuyeron al desarrollo de este nuevo estilo
musical. También
se forma en la década de los 40 en Río
de Janeiro, más precisamente en el barrio de Tijuca,
el grupo vocal “Os Cariocas” inspirado en
famosos grupos vocales de la época como “Bando da Lua”, “Os
anjos do Inferno” e “Os quatro Ases e um Coringa”. Por
otra parte, músicos como Dick
Farney, Jonny Alf , Lucio
Alves a través de sus clubes denominados
de “fan clubs” entre ellos, el Sinatra- Farney Club y Ben
Crosby- Lucio Alves creados
en Río de Janeiro durante
los años 50 contribuyeron a la expansión de la bossa nova. En efecto, la circunstancia de pertenecer a estos grupos, significaba
dar un paso adelante en materia musical. De allí, surgieron nuevos
autores de bossa nova, como
el caso del pianista, antes acordeonista,
Joâo Donato seguidor de toda la movida jazzística y en especial
de Frank Sinatra que “era la voz del momento”. Es que el cambio de
instrumento musical deviene importante ya que del acordeón –que era ejemplo de
la música nordestina- se pasa al piano y la guitarra como elemento
primordial de esta “nueva
onda que se respiraba en el aire”. En
tal sentido, también se
agrupaban simplemente simpatizantes
de la música que luego fueron artistas
de renombre como ser
Ronaldo Bóscoli, Carlos Lyra, Nara Lêao – “ A
musa da Bossa Nova”, Sylvina Telles,
Roberto Menescal, Tom Jobim, Jôao Gilberto, Milton Banana, entre
otros. Lo
cierto es que tanto cantores como
músicos en general de la década de los 40 y 50, obedecían al estilo operístico de influencia
europea, vinculados al
exceso en sus diferentes manifestaciones que se ligaban al tango
al bolero y a las baladas norteamericanas. El
suicidio del presidente Getulio Vargas
culpando a “fuerzas oscuras”
que querían derrocarlo de la mano con la nacionalización de la
empresa de petróleo Petrobrás, ya que
dicho presidente en su segundo período
constitucional de gobierno no quería
la privatización total de la empresa
para sostener una política de estado que
se mantuvo – con altos y bajos- hasta
nuestros días. Luego de los años 1950, se abandona el estilo operístico y de “lágrimas derramadas” por causa del engaño amoroso y los celos tan comunes en el tango, el maxixe y el fado portugués, para pasar a desarrollarse un nuevo estilo musical que recibía influencias de otras partes del mundo y agregaba otras nuevas, siempre con esa idea de experimentación musical. Así, la grande orquesta fue sustituida por un conjunto menor, mas camerístico con uso principalmente de guitarra, piano, percusión y bajo en armonía cada uno de ellos sin excederse uno de otros. También la voz sigue ese parámetro intimista, pasando a colocarse de otra manera: es una voz más pequeña, que dialoga con el instrumento musical en vez de exhibir su propia potencia.[2] Es que la democracia en el Brasil de aquellos tiempos, potenció el surgimiento de este tipo de música, la cual fuera liderada por el bahiano Joâo Gilberto, aunque debemos reconocer que dicho liderazgo vino acompañado de otros músicos, es decir, su liderazgo no fue único ni excluyente. En tal sentido, consideramos que todos los músicos de esa época contribuyeron al surgimiento de este estilo musical, ya que ha sido una verdadera movida colectiva que si bien tomaron como base el estilo tan particular de Jôao Gilberto, agregaron otros y difundieron ese género musical mejor que cualquier estrategia comercial moderna para ubicar un producto en el mercado sea nacional como internacional. Por
ello, la bossa nova, no se constituyó
como movimiento con un líder determinado ni o como un proyecto
colectivo vinculado a través de programas, manifiestos y
espíritu combativo como lo fue el tropicalismo de la década de
los 60 constituido a partir
de los Centros Populares de Cultura (CPC) en las diversas universidades
y el rechazo a la dictadura militar que
asumió el poder “de facto”desde 1964 en adelante. Se
trataba de una movida cultural que receptó el optimismo de una época y
lo lanzó al mundo de la mano de otros ingredientes que potenciaran la
cuestión, como el
haber ganado el mundial de fútbol de 1958 en Suecia, la construcción de
Brasilia, el desarrollismo de Juscelino Kubitschek, entre otras cuestiones
coyunturales de ese entonces. II.-
Su desarrollo sustentable La bossa nova también ha tomado algunos elementos del modernismo brasileño de los años 20, principalmente del primer período “antropofágico” de 1922 a 1930 generado por los artistas y escritores de la Semana de Arte Moderna del Teatro Municipal de Sâo Paulo de 1922, por ejemplo a través del estudio y la aplicación de las técnicas de Héctor Villa Lobos que se inspirara en el modernismo de la música clásica. Ello es tan así, porque los músicos de aquella época tomaran elementos del samba y lo mezclaron con los estilos musicales que sucedían en ese momento. Podríamos decir que la primera vez que se escuchó un tema interpretado “al estilo bossa nova”, o sea a través de la batida de Joâo Gilberto y la voz de Elizeth Cardoso, fue con el lanzamiento de su LP “Cançâo de Amor Demais” en 1958, con los temas “Chega de Saudade” (por Tom Jobim y Vinicius de Moraes) y “Outra Vez” (por Tom Jobim). La critica que se le hace a este LP es en realidad que Elizete Cardoso era una cantante más de maxixe que de bossa nova, ya que ella pertenecía a la vieja guardia del samba-canción de la década de los 30 y de los 40, pero lo interesante de ese disco o LP era escuchar la novedosa “batida”, vale decir, ese estilo especial de tocar la guitarra inaugurado por Joâo Gilberto, en el que tanto voz como guitarra se complementan en un matrimonio perfecto como si fuesen dos eternos enamorados. En efecto, puede sostenerse que la Bossa Nova se constituyó en un trípode, cuyas bases articularan y potenciaran este nuevo estilo musical, a saber, la batida de Joâo Gilberto como forma de tocar la guitarra en el sentido de representar el sonido del samba “minimalista” más bien reducida a las cuerdas de una guitarra, así como la bateria también busca esa escala “ de acompañamiento suave” por ejemplo a través de bateristas como Milton Banana y posteriormente Chico Batera. La segunda pata de ese trípode lo constituye la samba con elementos del jazz y todo su esquema de “blue notes” desarrollados por Cole Porter y Gershwin , el bolero mejicano y el impresionismo de Debussy y Ravel, así como la influencia de aquellos artistas de la Semana de Arte Moderna de 1922, entre ellos, el compositor Villa Lobos. Y la última pata de ese trípode está conformada por las composiciones de Antonio Carlos Jobim y las letras de Vinicius de Moraes entre otros autores que fueron surgiendo a partir de esa fecha.[3] Pero la fecha precisa de aparición en el mercado mundial de la música o bien desde que se escuchó bossa nova oficialmente fuera del Brasil es el 21 de noviembre de 1962 cuando un equipo completísimo de artistas promovidos principalmente por el palacio de Itamaraty – o sea el propio gobierno federal brasileño- en combinación con la grabadora americana “ Audio Fidelity” fueron a tocar ese género musical, al Carnegie Hall en Nueva York. Se destacan, además de “la batida” de Jôao Gilberto que fue suceso en ese momento, a Tom Jobim, Luiz Bonfá, Oscar Castro Neves, Agostinho dos Santos, Sèrgio Ricardo, Carlos Lyra, el Sexteto Bossa, el infaltable Roberto Menescal, Milton Banana, Bola Sete, Carmen Costa y Chico Feitosa entre otros.[4] Y en el palco no estaban solamente brasileños, sino que también otros genios de la música jazzística universal como Miles Davis y Tony Bennet que participaran del evento. Nótese asimismo que en Rio de Janeiro durante 1962 hacían furor el grupo “Os cariocas” con sus 45 días de shows en la casa “ Au Bom Gourmet”. Según el compositor Carlos Lyra en un reportaje realizado por la CBN –O Globo- dicho concierto en el Carnegie Hall de Nueva York fue el momento en que la Bossa Nova se instaló en el exterior y además tomaron conciencia que estaban haciendo una cosa seria.[5] De allí, la música bossa nova se dispersó en el mundo y fue tomada por artistas como Ella Fitzgerald, el saxofonista Stan Getz, artistas francesas y el mítico Frank Sinatra. En el caso de Joâo Gilberto, a raíz de dicho recital, ganó 6 Grammys y se quedó un tiempo en Estados Unidos junto a su esposa Astrud Gilberto. Así la bossa nova, como decía Jôao Donato, engrandeció al mundo del jazz y el mundo jazzístico la proyectó al mundo.[6] En el caso de Antonio Carlos Brasileiro de Almeida Jobim (Tom Jobim), se había formado con la escuela de Kollenreuter en la década del 40. Cabe destacar que Hans Joachim Kollenreutter era un músico alemán que se había exiliado del nazismo y que introdujo el dodecafonismo en el Brasil que fuese a su vez creado por Arnold Schoenberg en 1912 y 1922. Se trataba de un método revolucionario de composición, propuesto como una sustitución de la tradicional tonalidad, en la cual cada pieza se estructuraría en torno a una determinada secuencia de doce tonos. También Tom Jobim tomó elementos del músico español Tomás Gutierrez de Terán que se había radicado en Brasil a raíz del proyecto modernista de Villa Lobos.[7] La tropicália, como expresión político-cultural de la década de los 60, tomó elementos de la bossa nova, para incorporar elementos del baiao, del kitch, del forró, también de maracatú, jote, ciranda, frevo, samba de roda, rock inglés – no olvidar que en esa época “The Beatles” eran “lo moderno” y eran furor en el mundo entero-, la música pop y brega. Se trataba en tal sentido, de una música que no era esencialmente regional sino que al mezclar todos los elementos, la estaban nacionalizando aún sin pretenderlo. Por lo tanto, las músicas surgidas del período tropicalista eran, por un lado, regionales y por otro, nacionales y universales, reencarnando el modernismo de Oswald de Andrade de los años 20 y en consecuencia, manteniendo de algún modo, la misma “filosofía de universalismo” de la bossa nova. Más recientemente, podemos observar algunos reflejos de ese tropicalismo en el movimiento “ Mangue Beach”, con Naçâo Zumbi surgido en el estado de Pernambuco en la década de los 90, los cuales mezclaban músicas nordestinas con el rock. También puede verse un fenómeno similar en aquellos artistas considerados de “neotropicalistas” como ser, Marisa Monte, los Tribalistas, Fernanda Porto, Carlinhos Brown, entre otros, cada uno con sus características especiales, tomando algunos elementos de la música electrónica para fusionarlos con lo local y autóctono. Lo importante es que la tropicália, si bien en un primer momento tomó elementos de música de protesta –especialmente contra los gobiernos militares de ese entonces- no se quedó allí, sino que avanzó en el intento de configurar un estilo musical propio que ha llegado hasta nuestros días. Lo mismo sucedió con la bossa nova que sin ser una música de protesta, más bien esencialmente romántica, se proyectó hasta nuestros días a través de cantantes como Leila Pinheiro, Paula Morelembaum, Rosa Passos, Eliane Elías, el grupo samba cuca nova y en la Argentina, Beto Caletti, Adriana Ríos – aunque carioca- y Agustín Pereyra Lucena, entre otros nuevos músicos que van apareciendo como resultado del “ redescubrimiento” para las nuevas generaciones de este género musical que ya es parte de la historia de la música universal. Es de traer a colación en este punto la importancia de los recitales en el bar “La Fusa” realizados por el poeta y ex-diplomático Vinicius de Moraes, Toquinho, María Creuza y María Bethania, tanto en la ciudad de Buenos Aires, como en Mar del Plata y posteriormente en Punta del Este (Uruguay), los cuales dieron vida a la bossa nova en el cono sur. En mi caso particular fue a través de dichos recitales, reeditados en compactos, mi primer encuentro con al bossa nova, encuentro que hasta ahora continúo enamorado, tanto de sus letras; ojalá pudiera decir: “Eu sei que eu vou te amar, por toda minha vida eu vou te amar…”, como de sus refinadas armonías y contrapuntos. Otro hecho histórico para la bossa nova fue la conmemoración que ese hizo en Buenos Aires durante este año en diferentes bares musicales y especialmente con la llegada de Roberto Menescal y de un recital más que hermoso de Leila Pinheiro el último 2 de octubre en el teatro Gran Rex, con músicos invitados de la estatura de Pedro Aznar así como Osvaldo Mederos en el bandoneón, haciendo una verdadera integración cultural argentino-brasileña. Nuestra impresión sobre dicho recital, es que la referida cantante brasileña - por la manera de cantar por medio del uso de todos los registros de voz al muy estilo Elis Regina y por la forma de tocar el piano y de moverse en el escenario ha realizado un gran recital en “la reina del plata” inclusive interpretando algunos temas de tango y samba criolla, lo cual ha dejado a muchos espectadores “sin aliento” o como dirían los franceses de la Nouvelle Vague: “à bout de souffle.” En definitiva, la sustentabilidad estética de la bossa nova, era congruente con el optimismo que marcó el gobierno de Juscelino Kubitschek – llamado de “Presidente Bossa Nova”- con su utopía de construir Brasilia como “la capital del futuro” y de avanzar cincuenta años en cinco. De allí que la arquitectura de Oscar Niemeyer adoptó la misma lógica de concepción constructivista, que orientaba al concretismo y el neoconcretismo en las artes plásticas y en la poesía, en el sentido de buscar una integración con el mundo de la industria y la comunicación de masas que resurgía en ese entonces con una fuerza imparable.[8] Por lo tanto, el “desarrollo sustentable” de la bossa nova, se explica por haber sido el instrumento articulador de una época que salía de la guerra mundial, un modo de superar el subdesarrollo y la introducción en un mundo dominado por el desarrollo tecnológico, cuestión que entendemos se proyectó hasta nuestros días, por ello la vigencia y la “sustentabilidad” de este particular estilo musical.
III- Las proyecciones futuras La
idea de realizar este trabajo, más allá de pretender que sea una
contribución para la recordación de los 50 años de la bossa nova,
fue pensar en un nuevo estilo musical que contribuyó de
alguna manera para que
la gente sea más feliz y a su vez tenga mayor cuidado por la naturaleza o
el medio ambiente donde habita.
Por
lo expuesto, entendemos que la
bossa nova, cumplió con el objetivo de mostrar un
país optimista, inclusive “saludable”-ya que ahora están tan de moda
las “terapias alternativas”- en un mundo que salía del horror de la
guerra, de la mano de dos bombas atómicas de destrucción masiva y
no se sabía si iba a haber otra guerra de esas características. Así, una música que era bella como la bossa nova surgía como respuesta a las agresiones bélicas y como mensajera de paz y libertad en estado natural. Qué mejor mensaje de preservación de la naturaleza que la bossa nova, cuyos compositores adoraban el mar, que lo veían todos los días en un escenario tan natural como lo es la ciudad de Río de Janeiro, que por cierto, imaginamos mucho más preservado en la década de los 60 que en la actualidad. En tal sentido, dice el periodista y escritor carioca Ruy Castro: “ …El día que se reescriba la Constitución, uno de sus nuevos artículos dirá que todo brasileño tiene derecho a un canto y a una guitarra. Tiene derecho también a ciudades saludables, matas verdes, cielos azules, mares limpios y seis meses de verano. Y tiene derecho además a caminar por la playa, enamorarse de gente linda y ser feliz.”[9]
De tal modo, si lo precedentemente manifestado, también lo reescribiésemos para la Constitución o Carta Magna del Mercosur en un futuro posible y en vez de brasileños le agregásemos, “todos los habitantes del Mercosur tienen derecho a…”, sería una buena jugada geoestratégica de cara al siglo XXII inclusive. En tal sentido, la reciente declaración de los países del Mercosur en contra de las medidas contra la inmigración ilegal de la Unión Europea, constituyen la base de un Mercosur que no es sólo un espacio regional de intercambio económico, sino que va más allá e incorpora cuestiones culturales que afectan a los pueblos en su propia individualidad. Es que como también afirmaba Ruy Castro, “…cuando nadie hablaba de paz, salud y ecología, esa era la plataforma de la Bossa Nova.” Y como esos temas actualmente están en foco de debate y parecería que han sido puestos en las aspiraciones nacionales, la bossa nova ha vuelto a ser la trilla sonora de un Brasil ideal, nosotros diríamos de una latinoamérica ideal.[10] En este punto no podemos dejar de lado, que el Brasil es fruto de una cultura antropofágica, cuya característica fundamental es la de deglutir diferentes culturas para mejorar la propia, apalancada en el mestizaje y la multiplicidad. Si bien su historia ha sido construida de manera diferente a los demás países latinoamericanos, no deja de tener puntos en común, especialmente desde su raíz común ibérica fundado en una gran isla tupi-guaraní. Por ello consideramos, que fomentar la construcción de puentes desde y hacia la “isla Brasil” sería una de las tareas a seguir en los próximos años. Porque
en definitiva, entendemos que existe una “lógica relacional”, lo que
en el terreno de la política
se llama de negociación, mediación y conciliación, que en el mundo
económico surge como una
combinación entre una economía
altamente estatizada con una iniciativa privada vigorosa y que en
la religión aparece con la intrigante mezcla entre catolicismo
con religiones afro-populares.[11]
Y
en el universo de la música,
con la mezcla de ritmos africanos con europeos e indígenas y en la bossa nova, se
sintetizaba todo aquello y se
agregaba a su vez lo que venía aconteciendo en la década de los 50
y 60. Lo cierto es que era un
país que avanzaba rápidamente
y que el principal motor de la economía o sea Estados Unidos estaba
ligado a la compra de café y a ciertos desarrollos conjuntos. Además,
no tenemos que olvidar que la Administración
Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) de los Estados Unidos,
la cual cumplió 50 años el
pasado 24 de setiembre de
2008 como la bossa nova,
efectuó investigación y desarrollo (I+D)
durante más de una década para poner al hombre en la luna antes
de 1970. Y
todo ello como dice el sociólogo
brasileño Roberto da Matta nos lleva a la pregunta: “O que faz o brasil, Brasil?”. Y la respuesta que podríamos
ensayar sería esa capacidad de “mezclar elementos contrapuestos” de
potenciar los comandos relacionales,
de combinar los elementos rígidos de las leyes con el acontecer
cotidiano, de interligar vida y muerte a través de otro mundo que sería la religión,
de utilizar la música en todo momento para hacer ese tipo de mezcla. En
suma, recordar los 50 años de bossa nova nos hace reflexionar sobre el
pasado que tuvimos y que quizás desde
el cono sur no supimos compartir con
un futuro, en el cual la bossa nova vuelva a reaparecer, como elemento de unidad y de fusión del pasado con el futuro. Por ello la idea de
intentar reelaborar una nueva bossa a partir de la bossa nova. Así como en la década de los 50
la bossa nova fue una revolución cultural que llegó a instalarse en lo
que era el primer mundo, ahora podría
utilizarse una nueva manera de hacer música para generar en los países
del cono sur el objetivo
de “instalar” ese comando relacional
en el mundo actual
y pos-moderno. Como decía a la sazón Roberto
Da Matta: “... Seria
preciso carnavalizar un poco
más la sociedad como un todo, introduciendo un poco más la sociedad como
un todo, introduciendo los valores de esa fiesta relacional en otras
esferas de nuestra vida social. Con
eso, podríamos finalmente
profundizar las posibilidades de mediación de que, estoy seguro, el mundo
contemporáneo tanto precisa. Ni el desencanto
crítico que conduce a la primacía ciego del individualismo como valor
absoluto, ni tampoco la
primacía igualmente ciega de la sociedad y del colectivo, que aniquila el
primado de un individualismo ciego como valor absoluto; ni el
primado también ciego de la sociedad y de lo colectivo, que aniquila la
creatividad humana y sofoca el conflicto y
la llama de las contribuciones personales. Tal
vez algo en el medio, que permita tener
un poco más de casa en la
calle y de calle en la casa.
Algo que permita tener
aquí, en este mundo, las
esperanzas que tenemos del
otro. Algo que permita hacer del mundo diario,
con su trabajo duro y
su falta de recursos, una especie de carnaval que inventa la esperanza de
días mejores.“ [12]
Y
hacer , como decía el tema “O Barquinho” , un “Dia de luz, festa de
sol/E um barquinho a deslizar/ No macio azul do mar//Tudo é verâo e o
amor se faz/Num barquinho pelo
mar/ Que desliza sem parar”
que con
esa estructura luminosa y
futurista de la bossa nova, acompañó
a los artistas de ese género musical que conquistó al mundo,
siendo patrimonio de la humanidad. Esperemos que este siglo, tome tanto las armonías de la bossa nova como el compromiso político-social del tropicalísimo, para generar una nueva bossa nova construida a partir de la propia bossa nova que todos conocemos, sin perder sus raíces culturales ni su filosofía de paz. Y que sus próximos 50 años sean festejados con el mismo optimismo que generó a todo ese grupo de artistas modernos, en la misma playa, con la misma arena y con el mismo mar.
[2] Cfr. CAMBRAIA NAVES, Santuza, Da
Bossa Nova a Tropicália, Jorge Zahar Editor, Rio de Janeiro, 2001, pág. 13. (
La interpretación del portugués nos pertenece). [3] Cfr. CAMBRAIA NAVES, Santuza, op. cit., pág. 22. [4]
Cfr. CAMBRAIA NAVES, Santuza,
op.cit., pág. 24. [5] Cfr. El podscats, “Como a Bossa Nova conquistou o mundo”. Realizado
por la CBN, 11/4/08 de la cual soy un ferviente oyente. Trátase de uma
serie de reportajes realizados por el periodista Juan Carlos Santana,
http//cbn.com.br/séries/os 50 anos da Bossa Nova. Acc. 6/10/08. [6]
Cfr. http//cbn.com.br/ séries/ op.cit. ibídem. [7]
Cfr. CAMBRAIA NAVES, Santuza, op. cit., pág. 17.
[8]
Cfr. CAMBRAIA NAVES, Santuza, op.cit. pág. 30. [9]
CASTRO, Ruy, A Onda que se Ergueu no
Mar – Novos mergulhos na Bossa Nova-, Compañía das Letras, Sâo
Paulo, 2001, pág.19. [10] Cfr. CASTRO, Ruy, op.cit., ibídem. [11]
Cfr. DA MATTA, Roberto, O Que Faz o
brasil, Brasil?, Rocco, Río de Janeiro, 1986,
págs. 119-20. [12]
DA MATTA, Roberto, op.cit., pág. 122.
( La
interpretación del portugués me pertenece)
Para entender el uso
de las palabras “casa y calle”, nótese que el autor en otros de sus
libros “A Casa e a Rua” habla que en la sociedad existen dos comandos
relacionales, los del orden y las leyes
como sinónimo de sociedad jerarquizada, que
los individualiza con el término “calle” y los de la
“casa” que son todas las costumbres y leyes no escritas que hacen al
universo familiar y el autor articula los dos conceptos para explicar el
equilibrio que debe existir entre los mismos para que una sociedad sea armónica.
También habla del “otro mundo” como parte de una estructura
triangular, allí ubica las creencias en el más allá y a la religión y
cómo interactúan esos tres términos en una sociedad. Búsqueda en Internet: archivos de la cbn.com.br. (red O Globo) y http:// www.luciaverissimo.com.br/oscariocas/biografia.htm. acc. 8/10/08.-
|
Dr.
Alejandro Della Sala
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