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Drogas
Todos se preocupan y pocos se ocupan
Santiago Tricánico
ISBN: 978-9974-8216-5-1 
© Rumbo Editorial

I
La realidad de los de al lado, frente y costado

El fenómeno del consumo de drogas y adicciones es uno de los asuntos más complejos que vive la humanidad. Se relaciona con la química, la biología, la historia, la psicología, la filosofía y el arte. El ser humano puede hacerse dependiente de una amplia diversidad de objetos, y hasta de personas. Es así que se puede hablar de dependencia al juego, a la televisión, a Internet, etc. Esto significa que el fenómeno de las adicciones excede la situación de dependencia de las drogas. 

Una primera definición de drogas psicoactivas realizada por la Organización Mundial de la Salud, se refiere a toda sustancia de origen natural o sintético que al ser consumida altera la fisiología del organismo. 

El uso de drogas es universal. Toda cultura, en todas las épocas, ha consumido una o más sustancias psicoactivas. La única excepción son los esquimales, que no pudieron hacer crecer plantas y tuvieron que esperar al hombre blanco, que les llevó alcohol. Es curioso saber que casi todos los indios norteamericanos que usan el peyote (sustancia alucinógena) o tabaco para sus rituales, consideran que el alcohol es una maldición.Algunos musulmanes consumen opio, pero son muy restrictivos con el uso del alcohol. 

Desde comienzos del siglo XVI todo viajero que visitara el antiguo Perú quedaba atónito ante el consumo constante de hojas de coca entre los nativos, ya fueran de noble cuna o campesinos. El antiguo Perú abarcaba una vasta región de Sudamérica: el Ecuador actual y partes de Colombia, Bolivia y Chile. 

Cuando los conquistadores arribaron a sus costas, en 1532, se había dado por imposible el empeño inicial de los incas de limitar el consumo de coca a la numerosa familia real y a otros privilegiados. Los incas consideraban a la coca como una planta sagrada. Pero el masticado de su hoja es mucho más antiguo que la propia civilización Inca. Las tumbas más antiguas encontradas, en cuyo interior se han descubierto hojas de coca, datan del año 3000 A.C., pero es muy posible que el consumo corresponda al siglo XXI A.C. que fue cuando las tribus de cazadores se establecieron en la zona andina. Se especula que aquellos primeros moradores de la región podrían haber probado las hojas, al observar que los animales se alimentaban de ellas y se tornaban más vigilantes. 

La elevada cordillera de los Andes sudamericanos, con su clima de frío intenso, relativamente poco oxígeno y una luz ultravioleta muy fuerte, es un lugar muy estresante para vivir. En estas circunstancias, el hecho de mascar coca es una ayuda. 

A través de Holanda llegó a Europa la hoja de coca. En 1630 los holandeses se hicieron con el dominio de Pernambuco, en la costa nordeste de Brasil y lo mantuvieron durante 24 años, hasta que los portugueses lo reclamaron. 

El interés en los alcaloides de la hoja de coca iba en aumento. En 1857 se hicieron nuevos experimentos, esta vez en Nueva York . El doctor Percy aseguró haber aislado cristales de lo que él llamó “cocaína”. La Academia de Medicina de Nueva York descubría por esos años las propiedades anestésicas de la coca. 

En 1870, en Francia, Charles Garzeau tomó 30 gramos de hojas de coca y descubrió que el apetito desaparecía. Pensó que ese efecto podría ser utilizado por los soldados en campaña. El ejército no estaba muy interesado en esa droga, pero en un experimento menor, si bien muy interesante, realizado una década después en la recién unida Alemania, Aschembradt echó a escondidas un poco de coca en el agua que tomaban los soldados bávaros cuando se hallaban haciendo ejercicio. Se observó que los mismos quedaban más atentos y considerablemente más valientes. 

El verdadero medicamento vigorizante del cuerpo y de la mente, y anestésico local llamado cocaína, fue creado por los laboratorios alemanes Merck en el año 1862. De ahí el apodo burlón de “mercka”. La familia Merck llevaba años vinculada a la industria farmacéutica. Hasta 1830 su principal producción era la morfina, seguida por la codeína y la quinina. 

En el París de 1870, el Dr. Charles Fauvel empezó a aplicar la cocaína bajo la forma de varios remedios de garganta que usaba para calmar el dolor y examinar las cuerdas vocales. 

La cocaína se expandió más allá del ghetto de la medicina cuando la euforia de los médicos puso sobreaviso al gran público sobre esa nueva maravilla. En 1890 se podía adquirir en cualquier farmacia como cura del alcoholismo, la fiebre, el dolor vaginal, de pezones, la sífilis, la gonorrea y la adicción a la morfina y al opio. 

Entre las Primera Guerra Mundial (1914) y la década del 20 la mafia de Chicago controlaba la provisión de alcohol durante la llamada ley seca. En esa oportunidad se falsificó un polvo que contenía ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, querosén y acetona, llamado “cocaína merck”. Después de la Primera Guerra Mundial, unas cuantas empresas farmacéuticas grandes, todas vinculadas con el gobierno de Japón de la época, importaban hojas de coca procedentes de Taiwan y Java. A principios del siglo XX, la mafia descubrió América. 

Los primeros mafiosos llegaron con la emigración y pronto hallaron grandes oportunidades para sus tradicionales ocupaciones. Pero su dominio de Norteamérica sólo se produjo a partir de la ley Volstead en 1920, que declaró ilegal el consumo de alcohol en los Estados Unidos. Bajo la dirección de Alfonso Capone, la Cosa Nostra ganó la guerra que estalló entre las bandas organizadas con el fin de controlar los enormes beneficios que iba a generar la prohibición entre los traficantes. Una de las principales consecuencias fue reforzar el poder de la hermandad y su control del mercado. Años más tarde, Salvatore Lucky Luciano, el más importante “capo” que ha tenido el sindicato del crimen organizado, controló la red de tráfico de estupefacientes, desde Turquía a Estados Unidos, que pasó a ocupar un papel central en los negocios de la mafia de la postguerra. 

El banco Ambrosiano fue creado durante la Segunda Guerra Mundial, por el Papa Pío XII. Éste fue cuestionado por su estrecha relación con las autoridades nazis. Miembros de las familias mafiosas como los Corleone, Spatola e Inzerillo usaban dicho banco para reciclar sus ganancias. La puerta de Santa Ana era un sitio muy transitado. Las maletas con dinero que representaba ganancias del narcotráfico pasaban entre los guardias suizos y subían las escaleras del banco. El banco cobraba una comisión adicional por manejar las cuentas de los “clientes privilegiados”. Pero en 1997, la Procuraduría General de Gobierno de la República Federal de México, comenzó una investigación sobre dinero donado por narcotraficantes a la Iglesia Católica, que se denominó “narcolimosnas”. El sacerdote Jacques Charveriat, conocido como el capellán del “narcobanquero” Carlos Cabal Peniche, debió huir hacia Francia. Entonces se descubrió el lavado de dinero en la Iglesia Católica y en otros sectores de la economía mexicana. 

Por su parte, en 1934, en los Estados Unidos se prohibió toda aparición de drogas en las películas, en aplicación del Código Hayes, que también prohibía escenas de actos sexuales y desnudos. 

En 1948 sorprendieron al actor Robert Mitchum en una redada por posesión de marihuana. En los años 50 algunos Estados introdujeron la pena de muerte para los casos de venta de heroína a menores de edad. 

En el año 1942 el Ácido Lisérgico Dietilamida-25 fue aislado por primera vez en el hongo ergot. El ergot era el mismo tipo de hongo del centeno que desde la Edad Media causaba estragos. Albert Hoffman, director de investigaciones de Sandoz, descubrió de lo que era capaz el LSD cuando él mismo tragó una cantidad en forma accidental. Cuando lo volvió a probar en condiciones más científicas, uno de los sentimientos que describió fue “estar como fuera del cuerpo”. 

En los años 50, en plena guerra fría, la recién creada central de inteligencia norteamericana, CIA, comenzó a realizar una cantidad de experimentos con LSD destinados a los interrogatorios. En 1953, el director de la CIA Allen Dulles, autorizó un programa de experimentos con LSD en presos extranjeros y enfermos mentales, para observar la potencialidad de esa droga y su aplicación. 

En 1967, Estados Unidos llamó a filas a un número cada vez mayor de soldados para enviarlos a luchar en un conflicto imposible como era la guerra de Vietnam. A los soldados ya no los conformaban las anfetaminas, recurso utilizado para levantar la moral flaqueante de las tropas y optaron por utilizar la heroína. Gran parte de esta droga fue suministrada por caudillos ubicados en sitios como Laos, y que contaban con el respaldo de la CIA. 

Todo ésto se hacía con el beneplácito del poderoso guerrero de las drogas ilegales, el jefe del FBI; Harry Anslinger. Uno de los agentes de Anslinger, George White fue el encargado de estos experimentos y en sus informes hizo comentarios como: “Gloria reacciona espantada. Janet se sube por las paredes”. Cuando White se jubiló, escribió a un ex compañero de la CIA: “Yo solo era un enviado menor… me dediqué con entusiasmo a aquella misión porque era la moda; de lo más divertido. ¿En qué otro sitio podía un muchacho americano de sangre caliente mentir, matar, engañar, robar, violar, cometer tropelías con la sanción y la bendiciones del todopoderoso?” 

La cocaína cruzó toda clase de barreras, según lo reconoció el cantante de pop Elton John, quien consumía grandes dosis de esta droga, que le había generado una fuerte dependencia. 

En los años 80, en los Estados Unidos, el fumado de cocaína tomó dos rutas diferentes: por un lado estaban los fumadores de base libre de clase media y por otro estaban los pobres que fumaban crack. En esa época, hubo una violencia espectacular, causada en muchos casos por la rivalidad entre las bandas traficantes. Para muchos barrios estadounidenses ubicados en las grandes ciudades el resultado fue una guerra urbana desconocida hasta entonces. 

En 1985, el crack se extendió por todo el país. Los fumadores de crack eran totalmente diferentes a los consumidores de cocaína. Provenían de los barrios más desfavorecidos de población negra e hispana. Las investigaciones de ese año indican que la cocaína ya no era una droga de la calle sino que estaba asociada al lujo de determinadas elites. Pero a finales de los ochenta surgió la gran moda de las fiestas “acid” y se produjo un aumento del consumo masivo de otra droga: el éxtasis. Asimismo, algunos médicos en Estados Unidos opinaron que esa droga podría ayudar a las parejas a superar sus problemas de convivencia. 

En 1993, el Secretario General de INTERPOL, Raymond Kendall declaró que la guerra contra el tráfico de drogas estaba perdida. “La producción de opio en el llamado Triángulo de Oro (Birmania, Laos, y Tailandia) se encuentra en las 3000 toneladas, muy por encima de las 160 que se producían en la zona en 1998”, afirmó el máximo jerarca de INTERPOL. 

Entre paramilitares guerrilla y narcotráfico

Los paramilitares surgieron en Colombia en la década del 60, pero después de los 80 tomaron mayor fuerza y combatieron a los grupos guerrilleros con el apoyo velado de las fuerzas armadas de ese país. Las cifras de la realidad socioeconómica de Colombia hablan por sí solas: el 3% más enriquecido de la población posee el 70% de las tierras cultivables y un 50% de la población rural. La más pobre tiene solo el 3% de los espacios cultivables. De los 41.000.000 habitantes de Colombia, hay entre 21 y 25 millones de personas en situación de pobreza, de las cuales 7.000.000 son indígenas. El apogeo de los grupos paramilitares se inicia en 1987, cuando llegaron al país mercenarios británicos e israelíes para entrenar a escuadrones de la muerte, financiados por narcotraficantes en guerra con las dos principales guerrillas del país. Es decir, la mafia de la cocaína ha sido determinante en el crecimiento de la guerrilla y de los paramilitares. 

Entre 1987 y 1990 hubo decenas de matanzas contra campesinos que habitaban regiones históricamente guerrilleras, especialmente en la zona de Urabá. cerca de Panamá. 

En Colombia, la política de estos grupos fue arrasar todas las tierras, para luego venderlas a ganaderos o a narcotraficantes. 

Contra los comandantes paramilitares hay vigentes quinientas órdenes de captura emitidas por la Fiscalía General de la Nación; veintiocho de ellas contra su máximo líder, acusado además por la DEA de Estados Unidos de dirigir un grupo narco que reemplazó al diezmado Cartel de Cali. 

En el libro “Morir por Todo o Nada” de Pablo Biffi (Ed. Planeta.2006) el comandante de los paramilitares Carlos Castaño afirma lo siguiente: “Lo repito y lo digo. El sur es una zona cocalera y no hay otra fuente de recurso que no sea ésa. Por eso se les cobra a los narcotraficantes y se les exigen recursos. Si no lo hago yo, lo hace la guerrilla. Eso no quiere decir que yo sea narcotraficante. Yo le estoy haciendo un bien a mi país”. 

Las FARC poseen 40.000 hectáreas de coca explotadas directamente. Asimismo, las mismas utilizan el sistema de cobro de gramaje, un “impuesto” a la producción de drogas. Colombia tiene el triste privilegio de ser el primer país productor de hoja de coca en el mundo. 

Un ejemplo por demás ilustrativo: la provincia de Caquetá en el sur colombiano, posee nueve millones de hectáreas y 15 municipios de cuatrocientos mil habitantes, de los cuales más de la mitad viven en zonas rurales. Sin embargo, solo tiene unas ochenta y cinco mil hectáreas de cultivos lícitos y unas cuarenta mil plantadas con hojas de coca, siendo el sustento fundamental de ciento cincuenta mil personas que obtienen noventa centavos de dólar por cada gramo de hojas. 

El 8 de noviembre de 1985 se registró en Bogotá uno de los episodios más impactantes de los últimos años: un centenar de miembros de la guerrilla M-19 coparon el Palacio de Justicia. Poco después las fuerzas de seguridad rodearon la edificación. Se generó un violento enfrentamiento, con un saldo de 50 personas muertas entre guerrilleros y rehenes. Todo terminó con un incendio que consumió el edificio. Quedó claro que los únicos beneficiados fueron los narcotraficantes, ya que el siniestro quemó toda la historia judicial de Colombia. 

La ex guerrilla peruana también atravesó por un camino similar a la colombiana. En julio de 1985, cuando asumió el presidente del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), Alan García, el grupo MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru) decidió llegar a una tregua. En ese lapso, aprovechó para organizar los cuadros guerrilleros en la selva del departamento de Cuzco, pero fue desarticulado en 1986 por las fuerzas armadas peruanas. Luego de este revés, el MRTA trasladó su centro operativo a las zonas cocaleras de los departamentos de Junín, Huanuco y San Martín, donde formó un frente guerrillero que le permitió establecer una alianza con algunos traficantes de drogas. Muchos ex guerrilleros hoy son un cartel que controla la zona del Huallaga. 

En el año 2008 y según datos de la ONU, el cultivo y productividad del opio aumentaron en Afganistán y Myanmar. También el cultivo de coca aumentó en Bolivia, Perú y especialmente Colombia, aunque su productividad se redujo. 

En el año 1975, los organismos de represión de los Estados Unidos, comenzaron a incentivar en México la fumigación de los cultivos de marihuana desde el aire. Pero los cultivadores pronto se dieron cuenta de que si cosechaban marihuana inmediatamente después de la fumigación, la planta parecía sana y se podía vender a un muy buen precio en el mercado. De esta manera empezó a venderse la marihuana contaminada con paracuat, una sustancia química herbicida para la eliminación de plantas parásitas. Esta forma de marihuana se vende en el mercado estadounidense. 

El hombre invisible: la conciencia oculta de Brasil

El creciente comercio de drogas afecta a gobiernos y a sociedades en toda la región, impone su lógica en países productores, de tránsito y de consumo por igual, y en todos los casos establece su dominio territorial mediante la violencia y el terror. De acuerdo con las necesidades y con las condiciones políticas, sociales, naturales y geográficas que encuentra en cada país, el narcotráfico se asienta según su conveniencia. Innova continuamente. Desarrolla más modernos y baratos modos de producción, avanza hacia otras formas de comercialización y por supuesto, abre nuevas rutas para enviar droga a los mejores mercados. 

Brasil es un buen ejemplo para observar el poder paralelo que desarrollan las narcomafias. En ese país, el negocio del narcotráfico mueve más de 10 millones de dólares al año. 

Contundentes demostraciones de fuerza revelan el poderío que han alcanzado en las ciudades brasileñas de Río de Janeiro y San Pablo dos temidas bandas narcomafiosas: el Comando Vermelho (Comando Rojo) y el Primer Comando de la Capital (PCC). 

Nacido a mediados de los años 70 en el penal Itha Grande, el Comando Vermelho es el grupo más antiguo y criminal que opera en Río de Janeiro. Esta facción delictiva cuenta con 7 mil miembros y tiene su base de operaciones en las favelas, donde ejerce una autoridad casi omnipotente: controla los accesos a las mismas, imparte justicia y provee a sus habitantes de dinero y medicamentos. Esta banda no ha dudado en efectuar desafiantes demostraciones de su poderío. En el año 2003 organizó tres motines carcelarios. Dos veces logró paralizar la actividad comercial del centro de Río de Janeiro y llegó a poner en jaque al mismísimo carnaval carioca. 

En San Pablo, la violencia tiene nombre y apellido. Se llama Primer Comando de la Capital. Fue creada en 1993, tras la fusión de decenas de bandas delictivas locales. Tienen seis mil integrantes y sus “capos” dirigen las operaciones desde las cárceles. 

¿Cómo ambas organizaciones alcanzaron tan alarmante poder? Múltiples factores permiten a estas bandas seguir actuando: la frágil legitimidad de las instituciones políticas, la alta fragmentación social y los altos niveles de corrupción administrativa. Las dos organizaciones mafiosas tienen un singular código que impone a sus integrantes ritos de iniciación, exige lealtad a sus jefes y los compromete de por vida con la organización. 

Al interior de las cárceles cobran tasas de protección a los presos que no se convierten en miembros. A los que huyen de prisión y no pagan porcentajes por los delitos que cometen, cuando son recapturados, mueren al reingresar a los presidios. El narcotráfico brasilero ha brindado autonomía y posibilidad de subsistencia a los barrios de las distintas favelas. Es indudable que las iniciativas en materia de política social no pueden demorar más, haciendo sentir a los más postergados que forman parte de la sociedad. 

Entrevista con Marcola, líder carcelario brasileño y jefe de la banda Primer comando de la capital 

En mayo del 2008, el diario O Globo de Brasil en su separata Segundo Caderno, publicó una entrevista a Marcola, cuyo verdadero nombre es Marcos Camacho, jefe del Primer Comando de la Capital. Marcola cumple una condena por narcotráfico en una cárcel de San Pablo. La entrevista fue puesta en duda, en el sentido de si realmente existió. En cualquier caso, lo publicado no relata nada de ficción y esta entrevista recorrió el mundo haciendo temblar a muchos de los habitantes del planeta. 

Para algunos periodistas brasileros se trata de una apócrifa pero verosímil entrevista que desató la polémica de ¿Qué capacidad tienen los poderes públicos para suprimir las causas del delito y la violencia? 

El mercado brasilero es el que más consume cocaína en el continente, 890.000 consumidores que equivalen al 0.7% de la población entre 12 y 65 años y el segundo mayor usuario de marihuana en Sudamérica. En el 2001 los adictos a la cocaína en Brasil representaban el 0.4%. Brasil se ha convertido en una importante vía de transporte de drogas entre los países andinos, Europa y Estados Unidos. 

Por Ozorio Fonseca

-¿Usted es del PCC? 

-Más que eso. Yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miserias, discretas periferias: la solución nunca aparecía….¿ Qué hicieron? Nada. 

¿El gobierno alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? 

Nosotros éramos noticia en los derrumbes de las favelas de los cerros o en la música romántica sobre la “belleza de esas montañas al amanecer”... esas cosas. Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social ¿Vio? Yo soy culto. Leo al Dante en la prisión. 

-Pero la solución sería… 

¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de solución ya es un error. ¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miserias de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta de una “tiranía esclarecida” que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice. 

¿O usted. cree que los chupasangres no van a actuar? Si se descuidan van a robar hasta el PCC. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal del país, tendría que haber comunicaciones e inteligencias entre policías municipales, provinciales y federales. Y todo esto costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución. 

-¿Usted no tiene miedo a morir? 

-Ustedes son los que tienen miedo a morir. Yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden matarme, pero yo puedo mandarlos matar ahí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miserias hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y en mal y en medio la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque cardíaco. La muerte es para nosotros la comida diaria, tirados en una fosa común. ¿Ustedes, intelectuales, no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces llegamos nosotros. ¡Ja ja, ja..! 

Yo leo mucho; leí 3.000 libros y leo al Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en la cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la cuidad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escuchaban las grabaciones hechas con autorización de la justicia? Es eso. Es otra lengua. Están delante de una especie post miseria. Eso. La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandos son una mutación de la especie social. Son hongos de un gran error sucio.

-¿Qué cambió en las periferias? 

-Plata. Nosotros ahora tenemos, ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio…¿Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro? ¿Entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila es despedido y colocado en el ”microondas”. Ustedes son el Estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38. 

Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en “super stars” del crimen. Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miserias, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas vienen de afuera, somos “globales” Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros “clientes”. Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos. 

-Pero ¿qué debemos hacer? 

-Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a los varones del polvo (cocaína)! Hay diputados, senadores, generales, hasta ex presidentes del Paraguay en el medio de la cocaína y de las armas. Pero ¿quién va a hacer eso? ¿El Ejército? ¿Con qué plata? No tienen ni dinero para la comida de los reclutas. El país está quebrado, sustentando un Estado muerto con intereses del 20% al año. Y Lula todavía aumenta los gastos públicos, empleando a 40 mil sinvergüenzas. 

¿El ejército irá a luchar contra el PCC? Estoy leyendo a Klausewitz, sobre la guerra. No hay perspectivas de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles anti-tanques. Para acabar con nosotros… solo con una bomba atómica en la villas miseria. ¿Ya pensó en eso? ¿Ipanema radiactiva? 

-Pero… ¿No habrá una solución? 

-Ustedes solo pueden llegar al algún éxito si desisten de defender la “normalidad”. Ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Ser francos, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Solo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. 

Solo la mierda y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame. No hay solución. ¿Sabe por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: “Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno”. 

Santiago Tricánico

Drogas - Todos se preocupan y pocos se ocupan
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ISBN: 978-9974-8216-5-1 
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