"Recuerdo claramente cuando un soldado entró y dijo: venimos a llevarlos a casa". |
Ada Lazarovitz (46), que hace 30 años fuera una de las rehenes en el avión de Air France secuestrado por terroristas
en Entebbe, recuerda su liberación. |
A fin de junio de 1976, cuando partía
con su madre hacia París a visitar familiares, Ada, que en aquel entonces
tenía 16 años, ni se imaginaba cuál sería el dramático curso que
tomaría su viaje. Terroristas palestinos y alemanes
secuestraron su avión y llevaron a todos los pasajeros a Entebbe,
en Uganda, exigiendo a Israel la liberación de decenas de terroristas
presos. Israel no se limitó a responder que no negociará con los terroristas sino que preparó un histórico operativo que terminó con la exitosa liberación de los rehenes. Entre ellos estaba Ada Lazarovitz, que no se olvida más de lo sucedido. |
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Ada Lazarovitz |
P: Ada ¿qué te dejó Entebbe ? ¿Dirías
que aquel episodio te cambió la vida? R: A mi no me quedaron cicatrices ni voy
a tratamiento sicológico.Yo soy de los que digo que recibí la vida de
regalo. Hoy, mirando hacia atrás, me parece que se trata de un cuento en
el que me dijeron que participé.Si no fuera por las fotos, quizás ni
creería que realmente estuve allí. P: Todo fue muy dramático.¿Dirías
que hay algo que resuma todo? R:Los momentos que me quedaron grabados
como los más cargados de emociones fueron el momento del secuestro mismo
y el de la liberación. P: ¿Cómo empezó todo? ¿Cuándo se
dieron cuenta de que estaban siendo secuestrados? R: Al principio no sabíamos qué
pasaba.Dos personas corrieron de una punta a la otra, al final del avión,
gritando y yo ni capté en qué idioma. Estábamos en shock.Pero recuerdo
el momento en que los vimos con revólveres en la mano , diciéndonos-ahí
sí recuerdo que fue en inglés- algo así como "ustedes están en
nuestras manos y harán lo que nosotros les digamos". Nos dijeron
mantener los brazos en alto. Ese fue el momento del secuestro.
Creo que esa misma noche llegamos a Entebbe, sin saber exactamente
dónde andábamos. Pero recuerdo que al menos sentíamos alivio de estar
en tierra, porque todo el tiempo nos amenazaban que si alguno cometía
alguna tontería, según decían, harían volar el avión. P: Y ya allí, directo a la terminal
en las que los tuvieron de rehenes... R: Nos llevaron a la terminal vieja, a un
edificio en el que sólo estábamos nosotros. No entendíamos nada, no sabíamos
realmente qué nos pasaba. Sabíamos
por supuesto que era un secuestro, pero no entendíamos bien qué querían,
qué harían. Allí, ya nos fuimos organizando en grupos, israelíes,
franceses y demás. Los captores mismos llegaban cada tanto a contarnos qué
habían exigido al gobierno de Israel, que esperaban que se acepte sus
exigencias. Llegó en un momento también Idi Amin a decirnos que actuaban
por nuestro bien, presionando al gobierno de Israel para que libere a los
presos, a fin de que así puedan liberarnos a nosotros. P: Y supongo que en un momento así,
uno cree cualquier cosa... R: Uno cree en cualquier elemento que le
puede dar esperanza porque uno quiere pensar que todo puede solucionarse.
La verdad es que también tratábamos de analizar dónde estábamos
realmente y si Tzahal podía venir a salvarnos... P: O sea que el tema se les había
pasado por la cabeza... R: La verdad que sí, pero sabíamos que
estábamos en Uganda, rodeados de países hostiles, Y llegamos a la
conclusión de que no podrían salvarnos y que de allí, no lograríamos
salir. Uno simplemente acepta finalmente su destino. Cuatro o cinco días
después del secuestro, uno prácticamente piensa que va a morir, que no
hay alternativa.Teníamos claro que el gobierno de Israel no liberaría
terroristas, no aceptaría las exigencias que le habían sido presentadas,
aunque de cierta forma, no perdíamos las esperanzas. P: De hecho, a nivel nacional , el
deseo era preservar el principio
de no negociar con terroristas, era claro,
pero a nivel personal, quizás podían creer que de su rompimiento
dependían vuestras vidas... R: Claro, lo que a uno le interesa
personalmente en ese momento es recuperar la libertad. P: Tú estabas en el vuelo con tu mamá.¿Cómo
fue su actitud durante este drama? R: Mi madre actuó con una gran grandeza
de espíritu. Ella logró traerme al mundo recién después de 20 años de
intentos. Nacía cuando ella tenía 40 años de edad. Y me imagino
los momentos que habrá pasado cuando entendió o pensó que está por
perder a su hija, que tanto le había costado dar a luz.Y ni hablemos de
papá,que estaba acá y por supuesto no sabía qué pasaría. Pero a pesar
de las grandes dificultades, mamá todo el tiempo trataba de alentarme.Había
gente histérica , que gritaba y lloraba todo el tiempo.Mamá no actuó así. P: ¿Cuáles fueron los momentos más
difíciles? R: Uno de los momentos más difíciles
fue cuando nos separaron de los franceses. Leyeron nombres de los
pasaportes. A los franceses, también a los judíos de entre ellos, los
colocaron en un sitio y a los israelíes, en otro. Eso nos dio muchísimo
miedo. Nos hizo acordar claramente de imágenes de la Shoa.Además, había
dos terroristas alemanes ... P: ¿Hubo algún contacto con los
terroristas? R: Sí, tuvimos conversaciones. De mañana
permitían que las mujeres y los niños salgan afuera a tomar aire.Ellos
daban vueltas entre nosotros y cuidaban y hablábamos algo en inglés.Yo
recuerdo que le pregunté a uno de ellos qué piensan hacer con nosotros y
si piensan matarnos a todos.El dijo que no, que están allí para hacer
las cosas bien. Si vuestro gobierno libera a nuestros compañeros,
dijeron, nosotros los liberamos a ustedes y todo termina bien, me contestó.
Ese fue el tono.Y en ese momento,uno trata de creerle, de creer que
realmente la intención es que todo salga bien. P: Los mecanismos de defensa sicológicos
funcionan rápidamente... R: Sin duda. Uno necesita creer en eso. P: Pero no se liberó terroristas,
sino que Tzahal fue a liberarlos... R: Así es. Lo que sucedió fue lo
siguiente: era casi medianoche
y estábamos por irnos a dormir. Nos habían secuestrado un domingo y
cuando era el sábado de noche, una semana después, sabíamos que al día
siguiente expiraría el ultimátum , creo que al mediodía.
Súbitamente, a medianoche, empezamos a oir disparos. Nuestra gran
suerte fue que cuando llegaron a rescatarnos, los terroristas no estaban
mezclados entre nosotros. P: Ya que la confusión entre unos y
otros podría haber causado un resultado desastroso. R: Así es.La verdad es que lo primero
que pensamos era que esos sonidos fuertes eran de las cargas explosivas
que nos habían dicho que habían colocado alrededor de todo el edificio.
Yo estaba segura de que simplemente el ultimátum había terminado
antes de lo planeado y que todo se terminaba en ese momento. Pero me quedé
acostada y mi mamá se acostó encima mio.Una bala que le rozó a ella y
le hizo sólo un rasguño, entró de hecho en otro de los rehenes, que
murió luego. Había allí
mucha sangre y yo pensé que era de mi madre. . P: Y todo eso, en un momento muy
especial,cuando venían de hecho a salvarlos. ¿Recuerdas ese momento
preciso? R: Lo recuerdo claramente. Un soldado llegó, con un parlante en la mano, como los que usan los salvavidas en la playa.Y recuerdo sus palabras: "Vinimos a llevarlos a casa".Así lo dijo. "Vinimos a llevarlos a casa". |
Ordenes claras que cumplir |
“Los soldados llegaron y dijeron que nos mantengamos acostados.Así lo hicimos y recién después,cuando se calmaron un poco los disparos, nos dijeron que nos levantemos y salgamos hacia los vehículos militares Así lo hicimos, pero se reanudaron los disparos y nos dijeron que volvamos a acostarnos. Luego todo se calmó . Hacíamos todo como robots. Durante largos minutos las balas nos pasaban cerca. Cumplíamos las órdenes como autómatas, acostarnos, correr hacia los vehículos militares, todo así. De allí nos llevaron hasta los Hercules. Algunos fueron a pie, corrieron. Yo iba en uno de los coches , con mamá. Recuerdo que yo tenía un solo zapato.Es que estábamos por irnos a dormir y allí llegaron los soldados. Nos dijeron que no nos llevemos nada, que salgamos tal cual estábamos.Tampoco teníamos demasiado, sólo el bolso de mano con el que nos habían dejado bajar del avión”. |
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Los liberarlos al llegar a Israel |
“Los soldados llegaron y dijeron que
nos mantengamos acostados.Así lo hicimos y recién después,cuando se
calmaron un poco los disparos, nos dijeron que nos levantemos y salgamos
hacia los vehículos militares Así
lo hicimos, pero se reanudaron los disparos y nos dijeron que volvamos a
acostarnos. Luego todo se calmó . Hacíamos todo como robots. Durante
largos minutos las balas nos pasaban cerca. Cumplíamos las órdenes como
autómatas, acostarnos, correr hacia los vehículos militares, todo así.
De allí nos llevaron hasta los Hercules. Algunos fueron a pie, corrieron.
Yo iba en uno de los coches , con mamá. Recuerdo que yo tenía un solo
zapato.Es que estábamos por irnos a dormir y allí llegaron los soldados.
Nos dijeron que no nos llevemos nada, que salgamos tal cual estábamos.Tampoco
teníamos demasiado, sólo el bolso de mano con el que nos habían dejado
bajar del avión”. “Ya en el avión nos dijeron levantar
los brazos, con la intención de contarnos.Pero algunos de nosotros, también
yo, pensamos por un momento que los secuestradores se habían apoderado de
nuevo del grupo y que nuevamente estábamos en sus manos. Todo era muy
confuso.- Durante unos segundos nuevamente sentimos temor, hasta que se
aclaró que simplemente querían contarnos. Recuerdo que yo todavía no
podía creer que mamá estuviera bien, después de haber creído que
estaba gravemente herida,al ver tanta sangre. No podía creer cuando se
levantó y empezó a caminar hacia los aviones.”. Fortalecida y
dolorida “Tú me estás entrevistando, pero yo
no hice nada.Simplemente, quiso el destino que yo esté allí y que tuve
la suerte de poder salvarme. Y también hoy me cuesta creer que eso fue
una historia real”- nos dice Ada. P: Tú resumes la
historia de Entebbe de forma muy singular..... R: Si. Yo diría que Entebbe me fortaleció.
Tuve momentos difíciles en mi vida y cuando tuve que lidiar con ellos me
recordaba a mi misma ́tú estás aquí de regalo, no tendrías que
estar aquí siquiera, recibiste un obsequió y eso me ayudó a lidiar
con las cosas que fueron surgiendo. . P: Me dijiste que en aquel momento,
cuando hablaban con los terroristas, realmente les creían cuando decían
que quieren ayudarlos. Hoy, 30 años después, siendo ya una mujer ¿estás
enojada con ellos? R: Yo no miro hacia atrás. No sé si
puedo hablar de enojos .Simplemente lamento que la situación sea tal cual
es, que las cosas entre nosotros y los árabes sigan sin solucionarse, que
siga habiendo atentados y tantos muertos.Lo que me duele es que todavía
no veamos la luz al final del túnel. No es algo personal mio, sino que
tantos niños sientan temor por la situación, que en Sderot no puedan
vivir de noche por los cohetes.Eso me duele. Lo mio personal, el hecho que
haya tenido un lugar en la historia, no tiene nada que ver.Eso me pasó
por casualidad. Lo que duele es la situación general. P : ¿Y por eso no le contaste nada a
tus hijos sobre el hecho que tú fuiste una de las rehenes en Entebbe? R: Yo tengo dos hijos: la mayor, de 9 años
y medio, pregunta mucho, investiga mucho todo.Ha leído sobre Entebbe y
conoce toda la historia. La menor tiene 4 años y medio. Mi esposo y yo
siempre consultamos entre nosotros para decidir cómo plantear diferentes
cosas y creo que pronto le contaremos.Ella siente que hay algo en el aire,
pero por supuesto no se le puede ocurrir de qué se trata. Y el motivo por
el que no le contamos es que mi esposo viaja mucho y no queríamos
preocuparla, ponerla nerviosa innecesariamente. Además, al acercarse la
fecha del aniversario redondo, 30 años de Entebbe, habrá programas y
notas especiales, y no queremos que vaya a enterarse a través de otros y
que ello sea peor.. El silencio y la
alegría P: En el avión, cuando ya habían
sido liberados ¿cómo era el ambiente? R: Recuerdo que estábamos en silencio.
Todos callados. Todavía no captábamos. No sabíamos siquiera que Ioni
(Netaniahu, el comandante que murió en el operativo ) había muerto. Recién
me enteré por la prensa, al día siguiente. Recuerdo que durante todo el
vuelo tratamos de digerir lo que había sucedido. Todos estaban como
congelados.Al llegar a Israel fue el gran estallido de alegría. P: Y acá te esperaba tu padre... R: Así es. Papá contó que a las 4 ó 5
de la madrugada lo llamaron por teléfono de la Cancillería o del
Ministerio de Defensa, y le dijeron que los rehenes estaban en camino de
regreso a Israel.Pero no sabía si veníamos muertas, heridas, o enteras y
sanas. No lo supo hasta que nos vió.Llegó al aeropuerto con otros
familiares y amigos. Yo creo que esa semana lo destruyó. Siete años
después en 1983, falleció de un ataque cardíaco. Cuando llegamos, no
era el mismo.Estaba destruido. Nosotras,
mamá y yo, dentro de todo, lidiamos con la situación de otra forma,
porque estábamos juntas y sabíamos qué pasaba.Pero él, sin nosotras,
en medio de una gran incertidumbre, estaba muy mal. P: ¿Cómo está hoy tu mamá? R: Mamá está aún con nosotros, no
perfecta, con 86 años y con ayuda, pero perfectamente lúcida y
relativamente podemos decir ́que no esté peoŕ. Un histórico
resumen P: Ada, hoy, 30 años después, ¿qué
es lo que más te emociona? Yo pienso en aquel momento que describiste,
cuando el soldado entró y dijo "vinimos a llevarlos a casa", y
se me eriza la piel.. R: Si, la verdad es que uno piensa de dónde
lograron sacarnos y parece increíble. Otra cosa muy emocionante fue
cuando el capitán del vuelo, el francés, aunque podía haberse liberado
junto a los otros franceses, optó por quedarse con nosotros. Fue un gran
líder. En una situación así, cada uno quiere salvarse.El tenía la
oportunidad de irse,pero no se fue. P: Sin
olvidar ni por un momento lo traumático de la situación , aunque
no te hayan quedado secuelas en ese sentido, y más que nada sabiendo que
dentro de todo, lo de Entebbe terminó bien y por cierto que tú te
salvaste, se me ocurre que también te puedes sentir privilegiada por
haber sido parte de la historia.... R: Es verdad.
Recuerdo que también en aquel entonces
escribí en mi diario y me dije a mi misma, que si salgo con vida
de eso, me alegraré de haber pasado una experiencia así, porque eso da
dimensiones más claras de la vida. Tuve en la vida que lidiar con
momentos duros y creo que saber lo que yo había pasado en Entebbe, me
devolvió a las proporciones correctas de todo. Lo de Entebbe, a mi, me
aportó a la personalidad . P: Y se me ocurre que habrá sido algo
muy singular, ver a Israel viviendo un momento tan hermoso, forjando por
si mismo ese momento... R: Tienes toda la razón. Vivíamos aquí
en ese momento, lo recuerdo bien, algo muy singular, por lo que se había
hecho.Y recuerdo cuando iba por la calle, cómo todos me rodeaban,cuánto
cariño la gente expresaba, cómo todos en Israel se identificaban y
apoyaban. Parecía que todo el pueblo era parte nuestra.. Todos
participaban de esa vivencia junto a nosotros.
Fue un evento importante en la historia de Israel y la gente se
identificaba con nosotros. P: También hubo momentos difíciles
porque no es que todos volvieron sanos y salvos. R: Así es. Y te diré que en más de una
ocasión me sentí culpable porque Ioni Netaniahu murió y Surin Hershko
resultó herido y quedó en silla de ruedas. No sé qué es lo que yo me
merecía, pero tengo clarísimo que ellos merecían volver sanos y salvos.
Fueron a salvarnos, a arriesgar sus vidas para liberarnos, pero Ioni murió
y Surin resultó herido. A Surin lo vi en actos recordatorios de Ioni y en
ceremonias en aniversarios de Entebbe. P: Ada , el rescate de Entebbe, ¿qué
te hace pensar sobre Israel? A
veces se le presenta en colores negativos, pero tú lo viste en uno de sus
momentos más sublimes, si cabe el término... R: Yo creo que a Israel se le mide en sus momentos más difíciles. Desde Entebbe, pasamos vivencias muy difíciles épocas muy duras de terrorismo.Es verdad que cada uno está en lo suyo y es difícil llegar a sentir lo que sentimos en aquel entonces.Pero aquello no fue algo común y el rescate no es algo que cualquier ejército habría logrado hacer. Y para mi, que estuve allí, todo sigue pareciéndome como un cuento que otros me contaron. Parece mentira realmente haber estado allí. |
Ver: El rescate de los rehenes en Entebbe, treinta años después:
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/jerozolimski/rescate_de_los_rehenes_en_entebbe.htm
Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo
13 de julio 2006
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