Ficciones, la Biblia, cyber y la enciclopedia: nuevos estudios de crítica literaria sobre la obra de Jorge Luis Borges Ensayo de Ingrid Simson[1]
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Aunque aparece constantemente crítica literaria sobre la obra del escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), en los últimos 15 años ha ganado en intensidad, si bien los años de más publicaciones se explican también, en parte, por una serie de aniversarios: en 1999 el centenario del nacimiento del autor, en 2006 el vigésimo aniversario de su muerte y, en 2011, el vigésimo quinto. En las primeras fases, la recepción y la crítica se concentraron sobre todo en los cuentos “fantásticos” de Borges, con los que ganó fama internacional. De modo que, durante décadas, fue considerado el representante típico de una autoría de América Latina que se orientaba principalmente hacia Europa, sin salir de la torre de marfil. El hecho de que apenas se conocieran otros textos suyos se debía, no obstante, en parte al difícil acceso a estos materiales. Así pues, durante décadas, los ensayos y trabajos críticos de Borges sólo se podían encontrar dispersos en una serie de revistas. Pero, paulatinamente, los investigadores empezaron a dedicarse a toda la obra del escritor en su complejidad. Primero, la comunidad científica amplió su espectro en una serie de temas que habían merecido la atención de Borges: la eternidad, lo efímero, la filosofía del lenguaje, etc.; y al mismo tiempo se analizan también cada vez más motivos de la obra del autor: el espejo, el laberinto, el tigre, etc. Hay dos obras de los años 90 que están en estrecha relación con una nueva orientación de la crítica en la obra de Borges. Por un lado, Out of Context. Historical Reference and the Representation of Reality in Borges de Daniel Balderston, de 1993, en la que el investigador norteamericano de la Universidad de Pittsburgh refuta la visión que había predominado, hasta ese momento, de un Borges a-histórico que escribe en un espacio puro y metafísico. El mismo año, Beatriz Sarlo publica Jorge Luis Borges. A Writer on the Edge, obra en la que se relaciona por primera vez a Borges y su obra con las teorías poscoloniales. Al mismo tiempo, se ponen a disposición de un público más amplio los Textos recobrados de Borges, en una edición de tres volúmenes. En la actualidad, la investigación sobre Borges se puede dividir en dos grupos: por un lado se siguen publicando artículos y monografías que se ocupan de los clásicos del autor, es decir, sus cuentos; al mismo tiempo aumenta la investigación sobre lo que aún queda pendiente de la obra borgeana, esto es, tanto los temas como los tipos de textos hasta ahora apenas tratados: ensayos, reseñas, novelas policíacas y poemas. A continuación, se presentará y comentará una serie de nuevas publicaciones de crítica literaria sobre Borges, aparecidas entre los años 2007 y 2011. Temas y enfoques tradicionales Los dos primeros trabajos que trataremos aquí demuestran la predilección de la crítica literaria anglosajona por los compendios biográficos compactos y las visiones de conjunto sobre la vida y la obra de un escritor. Stephen Boldy y Rex Butler, aunque ponen diferentes acentos y persiguen diversas metas, analizan de forma tradicional la vida y obra del autor en sus respectivas monografías. Stephen Boldy, catedrático de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Cambridge, en su A Companion to Jorge Luis Borges (2009), ofrece a sus lectores en un primer capítulo (“Context”), de unas 60 páginas, un resumen compacto de la vida y la obra de Jorge Luis Borges, orientándose para ello, prioritariamente, en la exhaustiva biografía de su compatriota, Edwin Williamson, aparecida en 2004 bajo el título Borges. A Life. Se presentan la historia familiar, los años de juventud, los primeros trabajos literarios, las crisis y éxitos del autor argentino, para terminar con los contextos en un subcapítulo en el que se mencionan temas y procedimientos del autor, que se extenderán a lo largo de toda su obra: aspectos de la eternidad y del tiempo, los duelos y pruebas de coraje en un ambiente argentino, cuestiones de identidad, la integración de temas y reflexiones en diferentes textos y contextos. Boldy, al exponer la vida de Borges, evita referirse con mayor profundidad al contexto histórico y político. Sus datos al respecto son escasos e incluso equívocos o, también, falsos. De modo que la definición de Perón como un “right-wing nationalist and popu-list” (p. 36), no es muy precisa. El hecho de calificar el golpe de Estado de 1976 como “revolution” (p. 43), habrá irritado al menos a una parte de los lectores. Pero también uno se pregunta por qué Boldy describe el encuentro de Borges con Pinochet y, sin embargo, deja sin mencionar el que hubo entre el escritor y Videla, para, a continuación, resaltar la preocupación del autor ante las atrocidades de la Junta. Hay errores, además, también en otros campos como, por ejemplo, el hecho de que aparezca ciega, en la p. 35, la figura del detective Isidro Parodi, inventada conjuntamente por Bioy Casares y Bor-ges, lo que no es cierto. Otros errores habría que considerarlos simples despistes (como la confusión entre Uriburu y Aramburu, p. 23), lo que indica sobre todo un lectorado deficiente por parte de la editorial. El capítulo principal de la monografía de Boldy (“Key Works”) está dedicado, siguiendo la línea tradicional, a los cuentos. El capítulo comienza con un comentario a “El acercamiento a Almotásim”, “the starting point of Borges’s mature fictions” (p. 63). A continuación se expone una serie de cuentos que forman parte de Ficciones y El Aleph, siguiendo el orden cronológico según la publicación. Junto a los cuentos más conocidos como “Pierre Menard, autor del Quijote”, “El Aleph”, “Tlon, Uqbar, Orbis Tertius”, “Las ruinas circulares”, etc., se tratan también otros textos menos conocidos. El método que elige Boldy para su presentación es el close reading. Se describe el contenido de los cuentos con explicaciones e interpretaciones. Mediante una serie de anotaciones y referencias cruzadas, Boldy consigue una buena exposición del texto correspondiente, clara, fácil de leer e informativa. El autor prescinde de revisar la bibliografía crítica que hubiera sido muy numerosa para algunos textos, una decisión por lo demás comprensible, debido a la cantidad de textos tratados. No obstante, aquí también se han colado algunos errores llamativos. En “Los senderos que se bifurcan”, por ejemplo, a Yu Tsun se le confunde con su antepasado Ts’ui Pen (p. 101) y en “La muerte y la brújula”, el crítico confunde el norte y el sur de la ciudad, lo que dificulta considerablemente la comprensión del relato, ya que el espacio, el movimiento y los puntos cardinales son sus componentes esenciales (pp. 115-116). El libro de Boldy ofrece un panorama compacto sobre la vida y la obra del autor, y seguro que es interesante para estudiantes y demás lectores que quieran informarse de una forma rápida y general. En la parte principal, el contenido de los cuentos está bien resumido y las explicaciones contribuyen a un entendimiento más profundizado. El libro ofrece, así, una introducción a la materia y un panorama general, pero no mucho más. El trabajo de Rex Butler, Borges'Short Stories. A Reader s Guide (2010) -perteneciente a la serie “Continuum Reader’s Guides”, que prepara textos clásicos y los hace más accesibles para un público interesado- también se concentra en los cuentos de Borges, proponiéndose objetivos didácticos de una forma más manifiesta que Boldy. Escrito en inglés por completo, con títulos y citas traducidos de los originales borgeanos, tampoco hay muchos textos en español en la bibliografía ordenada por temas y, en parte, comentada. Tras una introducción de 11 páginas a la vida de Borges, encabezada por una observación sobre la actitud escéptica de Borges frente a la autopresentación y la autobiografía, el autor lanza la tesis de que la mayoría de los críticos fracasan en su acercamiento metódico a los textos borgeanos, pues éstos se resisten a interpretaciones corrientes: “There is thus a subtle inadequacy about most critical methods in relation to Borges’ stories, no matter how much the critic tries to take this into account or even make it the subject of their analysis. The critic applies a methodology the story already addresses” (p. 13). Butler, historiador de arte y profesor agregado en la Universidad de Queensland, Australia, ve una salida a ese dilema interpretativo de los textos borgeanos en un close reading de los textos canónicos, con el propósito de identificar la lógica y la estructura de esos cuentos, las cuales, en opinión de Butler, constituyen el éxito de los textos borgeanos. En cuatro capítulos -“The Labyrinthine”, “The Borgesian”, “Infinity and One” y “Fictions”- Butler analiza diez de los textos más conocidos, entre ellos los clásicos “El Aleph”, “Tlon, Uqbar, Orbis Tertius”, “Funes, el memorioso”, “Pierre Menard, autor del Quijote”. Entre los textos analizados se encuentra también el ensayo “Kafka y sus precursores”, pero Butler no dice nada sobre el género ni tampoco sobre la elección en general. Con los análisis y mediante diagramas gráficos, Butler ofrece una estructura compuesta de tres partes que sirve de base para todos los textos, con lo que se subrayan sobre todo las relaciones entre los elementos más importantes que constituyen la particularidad de la lógica narrativa en la escritura de Borges. Mientras que, en algunos cuentos, estas relaciones se construyen mediante un procedimiento paradójico, la parte más convincente del análisis de Butler es la que está dedicada a la descripción del infinito en la obra de Borges, al que define como “infinity of always one more” (p. 61). El trabajo de Butler ofrece interpretaciones textuales sólidas de algunos de los textos clásicos de Borges, y su carácter didáctico se pone de relieve por las preguntas para el estudio que cierran cada capítulo. La concentración exclusiva en la obra literaria es, seguramente, útil y legítima; no obstante, priva de abarcar otros contextos y llegar a más conocimientos, una constatación que se puede aplicar también al libro de Boldy. Para explicar el éxito de los textos borgeanos, sin embargo, no es suficiente insistir únicamente, como lo hace Butler, en la lógica narrativa de los cuentos sin considerar también los complejos procesos y contextos que habría que buscar fuera de los textos borgeanos. El último capítulo sobre la recepción y el influjo de la obra de Borges abre un amplio horizonte y es interesante de leer; sin embargo, está bastante desconectado del resto de su argumentación. Una forma de biografismo y close reading diferente a la de sus colegas anglosajones es a la que se suscribe Daniel Nahson, catedrático en la Universidad Estatal de Nueva York, en su monografía La crítica del mito. Borges y la literatura como sueño de vida, publicada en 2009. Contiene cinco artículos del autor que tratan de diferentes temas sobre Borges, hasta ahora poco estudiados, y que vienen a ser el fruto de los 35 años que el estudioso ha dedicado al maestro argentino. Nahson enfoca su análisis en el contenido autobiográfico de los escritos de Borges. Rechazando de forma polémica y agresiva otros planteamientos críticos[2], justifica su proceder sirviéndose de un forzado armazón argumentativo, según el cual Borges se apropiaría del conocimiento del mundo y lo transformaría en sus textos de una forma personalísima, de modo que esos textos vendrían a ser “aspectos del mito del ‘yo’ de Borges”, “un mito autobiográfico por el cual la vida y la creatividad literaria pasan a estar íntimamente entrelazadas. Leo toda su producción no sólo como otra instancia de ese ‘sueño dirigido’ que para el autor es toda literatura, sino como el ineludible ‘sueño de vida’ de toda su vida” (p. 24). Borges, en su literatura, se crearía a sí mismo como un mito. Consecuentemente, en el primer capítulo Nahson se ocupa primero de escritos borgeanos decididamente autobiográficos: “Borges y yo”, “El otro” y “An Autobiographical Essay”, cuyos análisis son precedidos por algunos aspectos teóricos de la escritura autobiográfica, si bien para ello no recurre a mucha bibliografía actual. Sus comentarios sobre la estructura de los textos de Borges como palimpsesto, sin embargo, pueden llegar a convencer. “‘Paréntesis pasional’: inminencia y consumación” pone especial énfasis en un texto de la obra temprana borgeana, ya publicado en 1920, una mezcla de verso y prosa. Nahson intenta indagar sus influencias literarias, aunque aquí también vuelve a favorecer el componente autobiográfico como único modelo explicativo. Los dos artículos que siguen a continuación se ocupan de la dedicación de Borges a los textos cristianos, pero, al parecer, también aquí lo que le importa a Nahson es justificar su especial punto de vista en relación con la persona de Borges. En contra de la opinión común que ve en Borges un escéptico ante cualquier forma de dogma, Nahson, en el temprano poema “Mateo XXI:30” y también en otros textos poéticos del periodo más tardío del autor argentino en los que se sirve de ciertos motivos cristianos, interpreta una duda de sí mismo como una búsqueda por la trascendencia y la culminación en una experiencia mística. La antología concluye con un artículo de 80 páginas, el más largo, titulado “‘El Congreso’: el envés del absoluto”. A este breve relato Nahson lo considera clave para la vida y la obra del escritor, y ve en él la quintaesencia de la creación borgeana. A pesar de su enfoque poco original, dudoso y romantizante, defendido por Nahson con vehemencia, su trabajo ofrece una multitud de revelaciones interesantes sobre la obra de Borges. Es por el amplio saber del autor, atestiguado por las muchas notas a pie de página, las explicaciones y una exhaustiva bibliografía, y también por ciertas interpretaciones convincentes de algunos textos que hasta ahora no han sido considerados por la crítica, por lo que esta obra, a pesar de todas sus limitaciones, resulta digna de lectura. Antonio Fernández Ferrer, de la Universidad de Alcalá y autor de una obra que lleva por título La inexistencia de la literatura hispanoamericana y otros desvelos (2004), en su monografía publicada en 2009, Ficciones de Borges: en las galerías del laberinto, concentra su atención en Ficciones, de 1944, una colección de relatos cortos de Borges que ya se han convertido en clásicos. Lo que pretende Fernández Ferrer con este libro es proporcionarle al lector de Ficciones explicaciones y referencias para una mejor comprensión del texto: “Se ha intentado evitar la mera acumulación de datos explicativos que resultan fácilmente asequibles en la Red, así como la charlatanería propia de la basura curricular académica” (p. 13). La primera parte la dedica al contexto en el que se originó Ficciones, presentando para ello, en contra de lo que había prometido en las anotaciones introductorias, una gran cantidad de material biográfico, datos, citas, notas a pie de página en exceso y gráficos. El segundo capítulo ofrece la historia de la publicación de la colección de relatos cortos e informaciones sobre las diferentes variantes. El núcleo de la obra lo forma, al parecer, el tercer capítulo, compuesto ni más ni menos que de 260 páginas, en las que el autor ofrece un breve resumen de cada uno de los relatos de Ficciones, añadiendo además un aparato excesivo con explicaciones y referencias sobre diversos aspectos del contenido del relato. Hay explicaciones detalladas sobre ciudades, paisajes, personas e incluso fragmentos de frases o palabras sueltas, y muchas veces con referencias cruzadas a fuentes y declaraciones de Borges. Aunque en todo esto se puede apreciar el amplio conocimiento que tiene Fernández Ferrer en la materia, algunos pasajes hacen pensar, no obstante, en Wikipedia y se convierten, precisamente, en lo que el autor, según sus palabras introductorias, quería evitar. A esta parte principal le siguen tres breves capítulos. El primero de ellos (cap. 4) cita en pocas páginas las variantes textuales de las diferentes ediciones. El capitulo 5 presenta tres intertextos traducidos al español, que parecen ser de cierta relevancia para el proceso creativo de las Ficciones: “Die Universalbibliothek” de Kurd LaBwitz, “Corputt” de Tupper Greenwald y “The Man with a Scar” de Somerset Maug-ham. Cierra la obra un artículo sobre una película de Bertolucci, basada en un relato bor-geano y, finalmente, una extensiva bibliografía y un índice. La monografía está marcada por una evidente contradicción. Está provista del aparato de una edición crítica, pero no es tal, pues para ello le falta el texto original. Según afirma el propio autor, le gustaría apoyar al lector en su lectura, pero tener que leer semejante cantidad de informaciones imposibilita la lectura paralela de uno de los relatos cortos. Además, presentar simultáneamente una serie de aclaraciones, ¿no destruye, acaso, lo que era el principal interés del texto borgeano, esto es, que el lector quedara incluido activamente en el proceso del pensamiento, que se siembre inseguridad y duda, etc.? Fernández Ferrer parece llevar al absurdo su propio interés, sin el menor rastro de autoironía. Al final, su libro será acogido y utilizado exclusivamente por aquellos que no aprecia especialmente: por los autores de “basura curricular académica”, en trabajos aburridos de estudiantes y tesis doctorales. Desiderata de la investigación Como ya mencionamos, tanto los ensayos y poemas como también una serie de temas no han sido considerados por la investigación borgeana hasta muy recientemente, como se muestra en dos nuevas tesis doctorales, escritas en el área germanohablante, y en un estudio español. Herminia Gil Guerrero, en su trabajo de doctorado publicado en 2008, Poética narrativa de Jorge Luis Borges, defiende la tesis de que la actividad crítico-literaria de Borges es responsable del carácter especial y del éxito de su obra de ficción. Los escritos crítico-literarios de Borges apenas han sido tenidos en cuenta por la crítica literaria, lo que, en parte, se debe, probablemente, al difícil acceso a estos textos durante décadas. La primera parte del estudio se ocupa del Borges de la crítica literaria. Aquí surge la pregunta de si, realmente, la ocupación crítica de Borges era o no “un acto de ocupación territorial que le permite instalar sus ficciones”[3]. Gil Guerrero aborda el problema exponiendo la importancia de la lectura y la recepción para la obra de Borges. El que mayor influjo tuvo sobre él, según la autora, fue Edgar Allan Poe, de quien adopta su concepción posromántica del proceso literario. No hay duda de que, más tarde, también le influye Paul Valéry. Gil Guerrero llega a la conclusión de que Borges, en calidad de crítico practicante no académico y como abanderado de la vanguardia argentina de los años 20 y 30, a través de su actividad crítica preparó el camino para su éxito como autor de relatos de ficción y cuentos fantásticos: “En general puede decirse que Borges aprovechó el espacio de la crítica para preparar el terreno a sus ficciones así como para promocionarlas” (p. 179). Una de las herramientas que contribuyeron a esto fue, según Gil Guerrero, la revista Sur. En el segundo capítulo, Gil Guerrero aborda la cuestión de cuál es la “poética narrativa” sobre la que se basan los relatos resultantes de la actividad crítica. Para ello, la autora analiza la obra narrativa de Borges en tres fases: la “narrativa inaugural” en forma de la Historia universal de la infamia, la narrativa “de los años cuarenta y cincuenta” y la narrativa de la obra tardía, El informe de Brodie y El libro de arena. Gil Guerrero considera como estrategias narrativas de esa “poética narrativa” la brevedad del narrar bor-geano, el hecho de prescindir radicalmente de una psicologización, una tendencia antididáctica y un “propósito desautomatizador”, que sorprende al lector, al igual que una preferencia por lo inusual, muchas veces en forma de paradojas. En este segundo capítulo resulta muy lograda la parte dedicada a la obra temprana de Borges, especialmente porque se encuentran interpretaciones de textos del autor argentino, hasta ahora poco estudiados. Menos convincente, por el contrario, son los análisis de sus textos clásicos de los años 40 y 50, pues se extiende demasiado en el contenido de textos que los lectores del estudio de Gil Guerrero deberían conocer. Apenas hay análisis y se considera muy poco toda la cantidad de bibliografía ya existente. El enfoque del estudio de Gil Guerrero es original, a pesar de que lleve ya consigo sus propias limitaciones. Si Borges fue realmente el gran estratega que la autora quisiera ver en él lo dejamos en tela de juicio, pero probablemente no tiene demasiada relevancia. El mérito de la monografía radica en la importancia que cobran los textos crítico-literarios de Borges, a los que desearíamos que se publicaran más monografías de ellos. El hecho de haber resaltado elementos de la “poética narrativa” ha sido también un logro, a pesar de que aquí no se ofrezca mucho nuevo. La base teórica del método en general resulta, por el contrario, dudosa y un tanto forzada. La relevancia que tienen los textos cristianos y, en especial, la Biblia para la literatura latinoamericana es incuestionable. De ahí que resulte aún más asombroso que haya tan pocos estudios dedicados a este aspecto de la obra de Borges, lo que se debe posiblemente a la actitud profundamente escéptica del autor argentino. El estudio de Gonzalo Salvador sobre la historia de la recepción, Borges y la Biblia (2011), muestra precisamente lo injustificado de esta abstención por parte de la crítica. Salvador, traductor y crítico residente en Barcelona, constata al principio que la Biblia es “la segunda fuente más citada por Borges, en paridad con William Shakespeare” (p. 11). La intención de Salvador es revelar la importancia que tiene la Biblia para la obra borgeana, sobre todo en la poesía, no tan tratada por la crítica[4]. Tal y como constata Salvador en su introducción, son especialmente tres autores a los que se deben las referencias bíblicas en las obras de Borges: Dante, John Milton y William Blake. En un primer capítulo, titulado “Un interés creciente”, el autor resume algunas obras de la crítica literaria dedicadas a la influencia de la Biblia en la literatura en general, como, entre otras, las de Northrop Frye y Harold Bloom; considera, además, The Biblical Presence in Shakespeare, Milton and Blake de Harold Fisch. A esto se añaden algunas páginas en las que Salvador intenta exponer la importancia que tuvo la Sagrada Escritura para Dante, Milton y Blake, una empresa ambiciosa que, necesariamente, no puede calar muy hondo. Si bien se nombra la investigación relevante, Salvador resume tan sólo las ideas de Bloom y Fisch. A pesar de esto, logra marcar una línea de desarrollo desde Dante hasta Blake, al constatar el aumento de la valencia estética de la Biblia a la vez que va perdiendo en autoridad epistemológica, lo que, sin embargo, resulta poco sorprendente. En el siguiente capítulo (“Borges ante la Biblia”), Salvador resume algunas declaraciones de Borges sobre la Biblia, basándose sobre todo en Edna Aizenberg (The Aleph Weaver. Biblical, Kabbalistic and Judaic Elements in Borges, 1984). La idea de literatura como un único y magnífico texto universal, tal y como la concibe Borges, según Salvador se basaría en el concepto judeo-cristiano de la inspiración divina de la escritura. Al mismo tiempo, Salvador remite al interés de Borges por la cábala y algunos de sus conceptos como, por ejemplo, la idea del universo como sistema de símbolos y las reflexiones sobre lo infinito. Muy bien elaborado resulta aquí el interés puramente estético del escritor argentino por la Biblia, así como también sus esfuerzos por hacer fructíferos para la literatura los conceptos de la Biblia y sus interpretaciones. Finalmente, el tercer capítulo, “La Biblia en Borges”, se ocupa de las huellas bíblicas en su poesía, especialmente. En la primera parte se constata la fuerte influencia del Qohéleth o Libro del Eclesiastés en la poesía del escritor. Aquí se encuentra el mismo escepticismo radical, el ser consciente del caos de la creación, la inseguridad de la propia existencia e identidad y una cierta nostalgia por la muerte, como en una serie de poemas bor-geanos. A continuación, el autor indaga sobre las figuras bíblicas de Adán y Cristo en los textos líricos de Borges. Mientras que Adán representa simbólicamente el tiempo y lo perecedero, lo que le fascina a Borges de Cristo es el aspecto de su devenir humano. A otras dos figuras bíblicas, Caín y Judas, van unidas principalmente cuestiones sobre la búsqueda de identidad. El pequeño libro de Salvador ofrece un buen panorama sobre la temática, además de plausibles reflexiones y ejemplos, pero se podría haber procedido de forma algo más sistemática. A veces esas reflexiones quedan descontextualizadas. Criticable es, además, que los pocos textos secundarios que forman la base del estudio no estén tratados con distancia crítica. El mérito principal de este estudio radica en el hecho de que Salvador pone una atención especial en la poesía de Borges. Desde que se publicara el importante libro de Daniel Balderston, Out of Context. Historical Reference and the Representation of Reality in Borges, los lectores interesados en el autor argentino saben de la importancia que tienen la historia y la historiografía en su obra. De una temática semejante, al parecer, se ocupa Christine Rath en su tesis doctoral, Schamhafte Geschichte. Metahistorische Reflexionen im Werk von Jorge Luis Borges (2011). El primer capítulo ofrece un panorama realmente plástico sobre los inicios de la historiografía en Argentina. A esto le sigue, en el segundo capítulo, una exposición sobre la “historia narrada”, para lo que el autor se sirve de algunas tesis de Paul Ricreur a propósito de narraciones históricas y ficcionales, que se encuentran en los tres volúmenes de su obra Temps et récit. Ya que Ricreur en su estudio deja conscientemente de lado la novela, Rath considera que hay que presentar en otro capítulo de forma semejante a Ans-gar Nünning con sus tesis sobre la novela histórica del siglo XX y sobre el narrar metahis-tórico. En la página 68 llegamos, por fin, a Borges. El capítulo titulado “Reflexión histórica en los textos ensayísticos de Jorge Luis Borges” reúne en 27 páginas consideraciones sobre la crítica del lenguaje de Borges, sobre reflexiones del autor a propósito de la selección y combinación del discurso historiográfico, sobre el escepticismo histórico de Schopenhauer, sobre la causalidad como superstición, los aspectos de la representación, del testimonio y de la “esencia verdadera” de la historia. La parte principal del trabajo se encuentra en un capítulo titulado “Lecturas”, el cual contiene interpretaciones de textos muy conocidos de Borges, como “Pierre Menard, autor del Quijote”, “Emma Zunz”, “El jardín de senderos que se bifurcan” o “Deutsches Requiem”. Si bien estos cuentos quedan conectados con lo antes expuesto, no se aclara el porqué de la elección, con lo que, al final, una historia sucede a la otra. El tema es demasiado amplio como para poder abarcarlo de forma adecuada. La cantidad de temas tratados -historiografía argentina, reflexiones teóricas sobre la ficción, historiografía, novela histórica y metaficción, declaraciones de Borges sobre el discurso historiográfico en sus ensayos y relatos- impide un claro planteamiento del problema, una estructura y, en definitiva, llegar a conocimientos al respecto. Seguramente, hubiera sido más apropiado limitarse a uno de los temas ofrecidos, por ejemplo, a los textos ensayísticos del tercer capítulo. A semejanza de como lo hiciera Gil Guerrero, aquí también se presentan los ensayos sólo en relación con los relatos clásicos, como si esos textos no ofrecieran suficiente sustancia para un análisis específico. Otro problema que se presenta es que Rath no ofrece análisis de texto, ni siquiera en el capítulo “Lecturas”, y en su lugar va uniendo cita tras cita, cayendo en un excesivo name-dropping (Foucault, Benjamin, Schopenhauer, Rüsen, Arendt, Lessing); sin embargo, la autora no consigue dar la impresión de haber leído realmente ella misma los textos de todos esos pensadores. De modo que su trabajo aparece como una mezcolanza de temas, pensamientos, relaciones asociativas, sin hilo argumentativo ni actitud crítica. En consecuencia, las conclusiones a las que se llega en el último capítulo son igual de poco concretas que el texto en general. Aquí llegamos a saber que Borges ofrece “alternativas a la historiografía oficial”, que en sus textos se discute sobre las relaciones de poder y, de forma análoga a Benjamin, se le atribuye una dimensión política a su actividad literaria (p. 238). Como en otros ámbitos teórico-discursivos, Jorge Luis Borges también en el terreno de la historiografía parece anticipar en sus ensayos y relatos lúdicamente y de forma encubierta futuras posiciones postestructuralistas y posmodernas. En la monografía de Rath, este hecho se revela en momentos puntuales; pero aún está pendiente una investigación que compruebe decididamente tal hecho[5]. Colecciones Para conmemorar el vigésimo aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges, acaecida en 1986, se celebró un congreso internacional en El Colegio de México. A esta renombrada institución acudieron toda una serie de conocidos latinoamericanistas y/o especialistas en Borges como, por ejemplo, Daniel Balderston, Roberto González Echevarría, Carlos Monsiváis y Sylvia Molloy, pero también otros jóvenes investigadores desconocidos, para rememorar al escritor presentando nuevos enfoques de la investigación. Las contribuciones de este encuentro fueron editadas, en 2008, por Rafael Olea Franco con el título de In Memoriam: Jorge Luis Borges. Los artículos, que cubren un ancho espectro, se dividen en seis bloques: “Sobre el primer Borges”, “Relecturas de los clásicos”, “Una retórica infinita”, “Entre la literatura y la filosofía”, “Un diálogo múltiple” y “En los avatares nacionalistas”. Este temario suena un tanto convencional y, en principio, parece prometer pocas sorpresas. Sin embargo, todos los artículos son realmente originales, se ocupan de problemáticas aún por abordar, ofrecen aportaciones innovadoras y ponen en relación la obra de Borges con nuevos enfoques de la teoría cultural y literaria. La primera parte está dedicada al joven Borges. Daniel Balderston expone el recorrido poético de los años iniciales, caracterizado por rupturas y un distanciamiento frente a las posiciones vanguardistas. Antonio Cajero, tomando como base el intercambio de correspondencia entre el joven Borges y Maurice Abramowicz, Jacobo Sureda, Adriano del Valle, Guillermo de Torre, Rafael Cansinos Assens y Kurt Heynicke, fundamenta sus reflexiones sobre la posición del argentino frente al ultraísmo desde el año 1919 hasta 1923. Herminia Gil Guerrero, a la que mencionamos con anterioridad, investiga la Historia universal de la infamia, llegando a las conclusiones arriba mencionadas. Destacable es la contribución que sigue a continuación de Roberto González Echevarría, la primera del segundo grupo sobre nuevas lecturas de los clásicos de Borges. Bajo el título de “El Cervantes de Borges: fascismo y literatura”, el investigador norteamericano de procedencia cubana logra, por una parte, documentar de una forma plausible la apropiación del gran clásico del Siglo de Oro por el discurso del régimen franquista. Al mismo tiempo, González Echevarría analiza una serie de textos de Borges como contraestrategia, resaltando así, de forma impresionante, que también sirve contextuali-zar a los clásicos atemporales. Los siguientes ensayos de Carlos García y Arturo Echava-rría se ocupan de indagar las huellas cabalísticas en “Pierre Menard, autor del Quijote” y “La muerte y la brújula”. El tercer grupo lo introduce Silvia N. Barei con sus reflexiones sobre la metáfora y la memoria. Aquí destaca el artículo de Carlos Monsiváis, fallecido en 2010, quien se ocupa de algunas de las estrategias más importantes de la escritura borgeana: la ironía y la sátira. A pesar de la gran relevancia de la escritura irónica dentro de la obra del escritor argentino (“clásico de la ironía”, p. 161), no ha sido suficientemente tratada por la crítica hasta ahora. Partiendo de “El Aleph“ con sus irónicos comentarios sobre la industria literaria, que dejan entrever claramente aspectos de la autoironía, Monsiváis presenta, en conexión con esto, el carácter paródico de los relatos policíacos escritos por Borges y Bioy Casares, para luego regresar a la ironía, ejemplificada mediante “Pierre Menard, autor del Quijote” y el cuento, menos conocido, “Tres versiones de Judas”. En otro artículo igualmente excelente, Rafael Olea Franco también se ocupa de la ironía y del humor, insistiendo en la diferencia entre las dos formas de escritura, en la línea de Linda Hutcheon. Olea Franco analiza en ensayos de Borges, hasta ahora poco estudiados, los procesos irónicos y humorísticos, remitiendo también a la estrecha relación literaria que mantuvieron Borges y Macedonio Fernández. La tercera parte de la colección la concluye un artículo de Alfonso de Toro sobre las “estrategias translatológicas” en la obra bor-geana y sobre reflexiones del autor a propósito de conceptos históricos. El tema del apartado que sigue a continuación versa sobre la literatura y la filosofía, y comienza con un estudio de Vittoria Borso. En él, la filóloga de la Universidad de Düs-seldorf indaga la relación entre el lenguaje y la memoria en Borges, llegando a éste a través de Italo Calvino y haciendo referencia a la actitud escéptica del autor. Las reflexiones de Bruno Bosteels sobre el sujeto en la obra de Borges se fundamentan en Foucault, Nietzsche y Lacan. El ensayo de Gabriel Linares, que inicia la quinta parte, se ocupa de la dedicación de Borges a la obra de Francisco de Quevedo. De lo que se trata aquí es de “la supervivencia por la poesía” y del diálogo entre autor, precursor y lector. La cooperación entre Bor-ges y Bioy Casares, y la figura de Isidro Parodi, creada conjuntamente, es el tema del artículo de Lisa Block de Behar, mientras que Amelia Barili se lanza a la búsqueda de puntos en común en las obras y posiciones de Borges y José María Arguedas. La última parte presenta asuntos argentinos. Juan Pablo Dabove trata la figura del “gaucho malo” en la obra de Borges, y el volumen concluye con una contribución breve pero precisa y elegante de Sylvia Molloy sobre el concepto del “poeta nacional” y la posición de Borges como escritor argentino: “sé que es un ‘poeta nacional’junto a quien (pero no en quien) puede imaginarse esa afiliación dislocada, desplazada, para siempre en vías de traducción, que es la nacionalidad” (p. 420). La colección de Rafael Olea Franco reúne una serie de contribuciones de alta calidad sobre diferentes aspectos de la obra borgeana, ofreciendo, tanto al público académico como al lector que se interesa en general por sus textos, una lectura intrigante, variada y esclarecedora gracias a sus temas y métodos innovadores, y por enfocar textos más bien desconocidos del autor argentino. Desde hace años, Borges es considerado un clásico de la literatura mundial y es leído por un público que va mucho más allá del mundo hispanohablante. También en los países de lengua alemana se estudian aspectos de la obra borgeana, incluso fuera del ámbito de la filología hispánica y de los estudios sobre América Latina. En este sentido es sintomática la colección Enzyklopadien des Imaginaren. Jorge Luis Borges im literarischen und künstlerischen Kontext, editada por Monika Schmitz-Emans, Kai Lars Fischer y Christoph Benjamin Schulz en 2011, y que abre otra dimensión innovadora con la recepción creadora y artística de la obra de Borges. En el centro de interés de la colección se encuentra el relato “Tlon, Uqbar, Orbis Ter-tius”, del año 1940, y la dedicación del autor argentino al estudio de las enciclopedias. El cuento trata de la enciclopedia de Tlon, de 40 tomos, una obra que versa sobre un mundo imaginario creado por un grupo de eruditos que están organizados en una especie de asociación secreta. Su meta es redactar una segunda enciclopedia en lengua tlon. La historia termina con una nota un tanto inquietante: en la tierra se encuentran cada vez más objetos de Tlon, ese mundo imaginario de ideas parece irse convirtiendo poco a poco en realidad. Se supone que el descubrimiento de la segunda enciclopedia sucederá a mediados del siglo xxi. Ya a finales del siglo XX se empezaron a formar en Alemania dos proyectos artísticos con la intención de conseguir crear la segunda enciclopedia. Al principio, colaboraron en este proyecto Ines von Ketelhodt, Peter Malutzki, Barbara y Markus Fahrner. Con el paso del tiempo surgieron dos proyectos diferentes de libros artísticos, ambos con el título de La segunda enciclopedia de Tlon. En 2008 la biblioteca universitaria de la Universidad de Bochum organizó, bajo la dirección de la comparatista Monika Schmitz-Emans, una exposición titulada Enciclopedias de lo imaginario, donde, entre otros objetos expuestos, también se podían ver los libros pertenecientes a los dos proyectos de Tlon. La exposición iba acompañada por un simposio cuyas contribuciones quedaron reunidas en esta colección. En su artículo “Kunst als Enzyklopadistik des Buchs: Borges, die beiden zweiten Tlon-Enzyklopadien und die Erkundung des Buchraums durch die Kunst“, Schmitz-Emans presenta dichas enciclopedias con sus diferencias, poniendo de relieve los rasgos borgeanos de ambos proyectos. Además, Schmitz-Emans da a conocer otros proyectos artísticos inspirados en Borges, cuyos objetos se podían ver también en la exposición de Bochum. El anexo de la colección presenta imágenes de la exposición, junto con una entrevista con Barbara Fahrner, una de las artistas del libro, donde explica la génesis del proyecto del libro de Tlon. En la segunda parte de la colección, donde se encuentra también el ensayo de Sch-mitz-Emans, Ulrich Ernst y Martin Müller analizan La segunda enciclopedia de Tlon de la pareja de artistas Ines von Ketelhodt y Peter Malutzki. Ernst subraya el aspecto de la estetización de la enciclopedia y compara el proyecto con novelas enciclopédicas y manuales pictóricos. Martin Müller presenta en su contribución el principio del orden del alfabeto y técnicas de la visualización del saber en el proyecto enciclopédico en concreto. La primera parte de la colección se ocupa de Jorge Luis Borges y su interés por las enciclopedias. K. Alfons Knauth, en su artículo “Heterotopie und Heteroglossie in Tlon”, analiza la importancia que tiene el idioma en el relato para la creación de Tlon, apuntando para ello aspectos de la traducción y de las lenguas extranjeras. En la segunda parte, Knauth remite a la relación entre Tlon y el Orbis Tertius con el totalitarismo del Tercer Reich, consiguiendo de este modo situar el relato históricamente mediante referencias. Achim Geisenhanslüke, conocido por sus trabajos sobre Foucault y la literatura, presenta en su artículo “Enzyklopadie des Unwissens. Zu einer Poetik des Imaginaren bei Jorge Luis Borges und Michel Foucault” reflexiones sobre el saber, la ignorancia y la ficción, analizando sobre todo las relaciones entre Borges y Foucault a partir de la obra de este último Les mots et les choses, de 1966. Concluye que “la equiparación entre el saber y la ficción resulta en una superación de la separación entre el saber y el no saber” (p. 55; traducción I. S.). Mientras Knauth comenta los ejemplos de Derrida y Baudrillard que han sido influenciados por los escritos borgeanos, y Geisenhanslüke comprueba, a su vez, esta influencia respecto a Foucault, Alfonso de Toro convence con sus reflexiones sobre la relación tan cercana que se da entre Borges y la concepción del mundo como estructura rizomática de Deleuze/Guattari. De Toro resume en el artículo “Das Borgeswerk und die Hyperenzyklopadie” su tesis fundamental en relación con Borges, el cual “formula con todo detalle teorías centrales tanto de la posmodernidad y del poscolonialismo como conceptos del rizoma, de la diseminación, la simulación o de la ‘Many World Theory’, etc., sin utilizar esas teorías y conceptos que se acuñarán o desarrollarán mucho más tarde” (p. 67; traducción I. S.). En la tercera parte de la colección, dedicada a la recepción de la obra de Borges, Christoph Benjamin Schulz, en su contribución “Borgesianische Bücher. Ein Rundgang durch die Bibliothek der Borges-Rezeption in der bildenden Kunst”, presenta trabajos artísticos que se inspiran en Borges: gráficos, esculturas y, naturalmente, libros. Del motivo del laberinto se ocupa en el siguiente estudio Kai Lars Fischer, haciendo una comparación entre el relato “El jardín de senderos que se bifurcan” y la novela de Mark Z. Danielewski, House of Leaves. La conexión intertextual de Danielewski respecto a Borges es manifiesta. La parte científica se cierra con el artículo de Achim Holter, “Bemerkungen über fiktive Dichterlexika”, en el que ofrece un espectro amplio de tales enciclopedias con intenciones satíricas y paródicas, que van desde Franz Blei, pasando por Stanislaw Lem, hasta Roberto Bolaño. Este último parece de mayor interés, ya que una gran parte de su obra se puede entender como la aplicación de las ideas y procesos borgeanos en textos novelísticos. Lástima que, al parecer, Holter conozca tan sólo la obra temprana de Bolaño, pues precisamente en 2666, la última novela y a todas luces su obra maestra, publicada póstumamente en 2004, aparece Benno von Archimboldi, una figura que no debería faltar en el trabajo de Holter. La colección editada por Schmitz-Emans, Fischer y Schulz sobre las Enciclopedias de lo imaginario es un libro realmente digno de leerse, perspicaz además de muy informativo, que cubre de forma intermedial una serie de temas que forman parte de las desi-derata de la investigación borgeana. Junto con interpretaciones actuales del relato “Tlon, Uqbar, Orbis Tertius”, ofrece sobre todo una visión de conjunto en un gran número de posibles formas de recepción de la obra de Borges. Al mismo tiempo, se pone en claro de un modo decidido, y con razón, que nuestro escritor anticipó de forma lúdica y encubierta futuras posiciones y teorías de la posmodernidad, influyendo así a importantes pensadores y filósofos de la segunda mitad del siglo xx. Una obra lograda e inteligente, que bien podría convencer incluso a un gran número de lectores. Alfonso de Toro, el ya mencionado catedrático de Leipzig, es, al parecer, uno de los adalides más vehementes de la tesis según la cual Jorge Luis Borges, como visionario, habría anticipado posiciones de la posmodernidad y de los debates poscoloniales. Esta tesis la ha defendido con determinación en una serie de colecciones y un buen número de artículos. Algo distinta es, al parecer, la temática de otra colección, El laberinto de los libros: Jorge Luis Borges frente al canon literario, que fue publicada en 2007 como resultado de un coloquio al respecto. Aquí se revisa, desde muy diferentes puntos de vista y con motivo de la discusión sobre el canon de la literatura, iniciada en Alemania por el crítico literario Marcel Reich-Ranicki, la relación del autor argentino con el canon literario. La lista de los ponentes reúne a una serie de investigadores de Borges, ya mencionados: Rafael Olea Franco, Arturo Echavarría, Edna Aizenberg, Daniel Nahson, Vittoria Borso, y, naturalmente, Alfonso de Toro, que escribe sobre “simulación del canon y estrategias postmodernas”. La ponencia introductoria, “About a Post-Metaphysical Rea-ding of Borges and the Form of Thinking”, estuvo a cargo de Hans Ulrich Gumbrecht, de la Universidad de Stanford, quien considera superado el concepto del Borges posmoderno, ofreciendo a cambio el “post-metaphysical Borges”, “a Borges who does not exclusi-vely belong to the meta-physical sphere of meaning or to the sphere of pure virtuality but, instead, to the dimension of substance, presence and space” (p. 8). Los temas que aparecen aquí son múltiples: el canon, la memoria y el archivo, Cervantes en Borges, Borges y Dante, Borges y el canon filosófico, Borges y la literatura española, Borges y los clásicos, Borges y la literatura hebrea, Borges y la vanguardia, Borges y Musil. Pero a pesar de toda esta variedad temática, la mayoría de los ponentes está totalmente de acuerdo cuando se trata de la posición del escritor argentino, calificado de “anticanónico” por De Toro: “Es un canon [___]‘del goce‘ [...] y no del ‘poder‘, es un canon que recupera libros a través de lecturas que serán base para otras lecturas y algunas reescrituras y por ello contradice el término de canon usual. Borges está creando permanentemente un anticanon” (p. 33). O en palabras de Vittoria Borso: “Borges, quien, al desconstruir las lecturas geopolíticas del canon nacional va construyendo su propio canon” (p. 293). El enfoque defendido por De Toro, que considera a Borges predecesor de las teorías posmodernas y poscoloniales, lo siguen compartiendo de una forma radical, aunque consecuente, Stefan Herbrechter e Ivan Callus en su colección, editada en inglés, Cy-Borges. Memories of the Posthuman in the Work of Jorge Luis Borges (2009). Es muy sintomático que en el grupo de diez autores, mayoritariamente masculinos, sólo se encuentre un representante de la hispanística, mientras que el resto pertenece al ámbito de los “English Studies”. Falta, además, Perla Sassón-Henry, autora de Borges 2.0. From Text to Virtual Worlds, obra del año 2007 con el mismo enfoque, pero que, a diferencia de la colección, se concentra más en Borges. Aquí, a nuestro autor se le trata sobre todo como “fantasy author”, una opinión al parecer más extendida en el mundo anglosajón que en el hispanohablante. Visto así, Bor-ges aparece como precursor y profeta de una época que gira en torno de los cyborgs y de lo poshumano. Pero los editores Herbrechter y Callus parecen no sentirse en un terreno argumentativo muy sólido, ni con su juego de palabras un tanto necio del “Cy-Borges” ni con su enfoque en conjunto, pues tanto la introducción como algunos de los artículos se leen en gran parte como una justificación de la tal vez osada temática. Las tesis principales sobre un “post-humanism without technology” de Borges (p. 17) se basan en Katheri-ne Hayles, teórica que, en sus obras sobre el mundo virtual, a veces se refiere a los escritos de Borges. En conjunto, no hay mucho acuerdo entre los participantes, cuyos conceptos de lo poshumano resultan, en realidad, múltiples y contradictorios entre sí. Sólido y legible es el artículo de Neil Badmington, “Babelation”, una lectura muy convincente de “La biblioteca de Babel”. Resulta lógica también su concepción de lo poshumano y la posición de Borges al respecto: “[...] I want here to celebrate the possibility of posthuman jubilation. Its eruption, I think, is an effect of the difference in being that is activated by a textuality that happily refuses to protect the subject’s consciousness from doubt” (p. 66). También es interesante la contribución de Jonathan Boulter, “Borges and the Trauma of Posthuman History”, un análisis de la presentación de la historia, del archivo y del trauma por parte de Borges, basado en tres relatos cortos. La colección concluye con una especie de estado de la cuestión a cargo de Ivan Callus, donde se reflexiona de forma hipotética sobre las posibilidades de analogizar: “The discomfiting conclusion is that Cy-Borges, as the name for a study of the scope for analogy between these two specificities, might find itself positioned forever in the space of a differend whose timescape is that of the open, unrelated, and unrelatable future” (p. 216). Miscelánea En 2010 Carlos García editó la correspondencia entre Jorge Luis Borges y Alfonso Reyes con el título de Discreta efusión. Alfonso Reyes-Jorge Luis Borges, 1923-1959. Correspondencia y crónica de una amistad. Como subraya el editor, no es éste el único volumen que se publica con las cartas de ambos autores, pero sí el único que contiene todas las cartas conservadas. Carlos García, editor de una serie de volúmenes con cartas de Federico García Lorca, Guillermo de Torre, Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, etc., menciona en una advertencia preliminar cortísima sus fuentes y criterios de edición. A ésta sigue una introducción en la que, más que ofrecer hechos, especula sobre la relación de los dos escritores. La parte principal del libro está ordenada de forma cronológica. Para cada año se van enumerando apuntes sobre Reyes y Borges, sus ocupaciones y estados anímicos, sin una sistemática ni lógica. A estos apuntes se añaden reseñas, artículos, listados, explicaciones del editor, menús de restaurantes (sic), y entre todo esto se encuentra un gran número de cartas, de las cuales algunas pertenecen a la correspondencia mantenida entre Borges y Reyes. Esta aglomeración de textos un tanto dispar incluye un detallado aparato de notas a pie de página del editor con otras explicaciones. Las cartas que se intercambian Reyes y Borges, a las que es necesario buscar en este volumen, son breves y de una nimiedad sorprendente: “Amigo Borges, amigo plenamente admirado: Gracias por la Luna de enfrente. Eso quería: sus nuevas palabras. Y no me canso de celebrar su envío. Mi cordial felicitación - sin palabras de sobra. Alfonso Reyes” (p. 55). Sólo algunas de las cartas son más largas. Más detalladas y también informativas son, por el contrario, algunos ejemplares de la correspondencia entre Reyes y Bioy Casares, y entre Reyes y Evar Méndez. No obstante, el libro consigue dar a conocer el trato que existía entre una serie de escritores. Pero el tema principal, la amistad entre Borges y Reyes, queda difuso y se la trata de una forma vaga y especulativa, lo que hace pensar que, más que una profunda amistad, la relación entre los dos tan sólo era un intercambio cortés de cumplidos amables. En el último capítulo, que lleva el dramático título de “Triste final”, resuena la crítica de Borges frente a las cualidades literarias de Reyes, la que García, sin embargo, invalida: “Mas no es éste un libro de psicología, sino de historia literaria” (p. 432). De esto último, por cierto, se podría dudar. Existe en América Latina una serie de escritores que escriben bajo la constelación, por llamarlo así, de Jorge Luis Borges y, de este modo, se pueden asegurar una humilde carrera literaria. El más conocido sería Alberto Manguel, que se ganó fama por leerle a Borges en voz alta cuando éste ya no podía ver. Y entre éstos se encuentra también Fernando Sorrentino, quien recientemente ha publicado un librito con pensamientos y reflexiones sobre Borges, titulado El forajido sentimental. Incursiones por los escritos de Jorge Luis Borges (2011). La base de este pequeño volumen es un libro publicado en 1974, Siete conversaciones con Jorge Luis Borges, que fue el resultado de un encuentro de Sorrentino con Borges y de una serie de entrevistas. Los temas de este librito son dispares; trata de Borges y Groussac, de Roberto Arlt, se cuentan episodios, anécdotas y comentarios críticos y mordaces. Algunas cosas son realmente interesantes; algunas, aburridas; otras, intrascendentes, enfadosas y, también, divertidas. Ya el título deja entrever claramente cuáles son las intenciones: Sorrentino acusa a Borges de mentiroso y ofrece anécdotas para corroborarlo. O son otros autores los que le imputan a Borges el haber mentido (como, por ejemplo, Cortázar), y Sorrenti-no comprueba que éste se ha equivocado. Este juego de engaños y mentiras tiene sus límites, pues no puede sorprender que se den contradicciones en un autor como Borges, además, en declaraciones hechas en diferentes épocas y contextos. A este tenor juega David Attala con un libro también pequeñito, titulado Macedonio Fernández, lector del Quijote, con referencia constante a J. L. Borges (2009), donde se trata, a primera vista, de la importancia que tuvo el Quijote para Macedonio Fernández, pero que además presenta, y de forma más periodística que analítica y científica, la tesis de que Borges, tanto en sus revolucionarios trabajos sobre el Quijote como en sus ensayos y cuentos, recurre sobre todo a las ideas de Macedonio Fernández. Conclusiones Al hacer un balance de las publicaciones aquí reseñadas, aparecidas en los últimos cuatro años, se puede constatar que los textos críticos pertenecen, en su mayoría, a dos grupos. Por una parte están las monografías que tratan textos tradicionales, los ‘clásicos’ de Borges, entre ellos sobre todo sus relatos cortos más conocidos. Una serie de críticos se sirve además de métodos decididamente tradicionales, sea el biografismo o el close reading propuesto por el New Criticism. Sin embargo, otro grupo se atreve a innovar, bien con métodos sorprendentes, bien ocupándose de géneros del escritor argentino poco estudiados hasta ahora, los ensayos o los poemas. Mientras el análisis de los poemas va claramente en aumento, al parecer hay cierta reticencia ante los ensayos, lo que se evidencia, sobre todo, en las dos tesis doctorales realizadas en Alemania, las de Gil Guerrero y Rath. Ambas tratan, en principio, temas ensayísticos, pero siguen vinculándolos con los relatos cortos. Parece que, al menos en Alemania, los tutores de las tesis doctorales desconfían del valor de los ensayos en la obra de Borges. Otro resultado sorprendente es el hecho de que se trate cada vez más y de una forma intensiva la temática religiosa en los escritos de Borges. En cuanto a su calidad, destacan las colecciones de Rafael Olea Franco y de Sch-mitz-Emans, Fischer y Schulz. La edición de El Colegio de México prescinde de un enfoque temático y presenta una amplia gama de artículos de gran valor, y en esto reside su atractivo. La colección de Schmitz-Emans, Fischer y Schulz, a su vez, convence por la intermedialidad y su innovación temática y metodológica. La polarización entre tradicionalistas e innovadores también se aprecia en la discusión, entretanto incluso polémica, sobre el papel de Borges como precursor de la posmodernidad y del poscolonialismo, o también, según muestra la colección de Herbrechter y Callus, del mundo virtual. No cabe duda que Jorge Luis Borges llegó a formular, en el siglo pasado, una serie de preguntas que resultan de actualidad para nosotros. Al mismo tiempo ofreció de una manera lúdica procedimientos que tocan la fibra de nuestras preocupaciones. Su saber, junto con su capacidad de abstracción y su profundo escepticismo están en consonancia con la actitud de los críticos actuales. Difícilmente se puede negar que Borges ha influenciado profundamente la filosofía posmoderna y que sigue influenciando todavía a autores y pensadores de hoy en día. Por esto mismo hay una tendencia a estilizar a Borges como visionario y pensador innovador. Pero no hay que olvidar que aquí se trata de una construcción superflua, que aun se deja invertir argumentativamente. Los críticos actuales eligen a Borges como figura carismática por ser uno de los pocos que, en su tiempo, supo formular con precisión las cuestiones esenciales del ser humano sin ofrecer respuestas. Esto no lo convierte necesariamente en visionario; también puede ser considerado como prueba de la incapacidad o de la falta de voluntad de las generaciones posteriores para llegar a lo esencial que es, al mismo tiempo, (lo) inacabado. (Traducción de Elvira Gómez Hernández) Bibliografía Attala, Daniel: Macedonio Fernández, lector del Quijote, con referencia constante a J. L. Borges. Buenos Aires: Paradiso 2009. 156 páginas. Boldy, Steven: A Companion to Jorge Luis Borges. Woodbridge: Tamesis (Serie A: Monografías, 277) 2009. X, 208 páginas. Butler, Rex: Borges’Short Stories. A Reader ’s Guide. London/New York: Continuum 2010. VI, 143 páginas. Fernández Ferrer, Antonio: Ficciones de Borges: en las galerías del laberinto. Madrid: Cátedra 2009. 527 páginas. García, Carlos (ed.): Discreta efusión. Alfonso Reyes-Jorge Luis Borges, 1923-1959. Correspondencia y crónica de una amistad. Madrid/Frankfurt/M.: Iberoamericana/Vervuert 2010. 473 pp. Gil Guerrero, Herminia: Poética narrativa de Jorge Luis Borges. Madrid/Frankfurt/M.: Iberoa-mericana/Vervuert (Ediciones de Iberoamericana, A, 40) 2008. 192 páginas. Herbrechter, Stefan/Callus, Ivan (eds.): Cy-Borges. Memories of the Posthuman in the Work of Jorge Luis Borges. Lewisburg, PA/Cranbury, NJ: Bucknell University Press/Associated Uni-versity Presses 2009. 224 páginas. Nahson, Daniel: La crítica del mito. Borges y la literatura como sueño de vida. Madrid/Frankfurt/M.: Iberoamericana/Vervuert 2009. 362 páginas. Olea Franco, Rafael (ed.): In memoriam: Jorge Luis Borges. México: El Colegio de México, Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (Cátedra Jaime Torres Bodet: Serie Estudios de Lingüística y Literatura, 50) 2008. 420 páginas. Rath, Christine: Schamhafte Geschichte. Metahistorische Reflexionen im Werk von Jorge Luis Borges. Bielefeld: transcript 2011. 264 páginas. Salvador, Gonzalo: Borges y la Biblia. Madrid/Frankfurt/M.: Iberoamericana/Vervuert (Ediciones de Iberoamericana, A, 52), 2011. 158 páginas. Schmitz-Emans, Monika/Fischer, Kai Lars/Schulz, Christoph Benjamin (eds.): Enzyklopadien des Imaginaren. Jorge Luis Borges im literarischen und künstlerischen Kontext. Hildesheim/ Zürich/New York: Olms (Literatur-Wissen-Poetik, 1) 2011. 276 páginas. Sorrentino, Fernando: El forajido sentimental. Incursiones por los escritos de Jorge Luis Borges. Buenos Aires: Losada (Col. Aniversario, 132) 2011. 200 páginas. Toro, Alfonso de (ed.): El laberinto de los libros: Jorge Luis Borges frente al canon literario. Hil-desheim/Zürich/New York: Olms (Teoría y Crítica de la Cultura y Literatura, 40) 2007. 308 páginas. Notas: [1] Ingrid Simson es hispanista y latinoamericanista y trabaja en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín. Es especialista en las literaturas y culturas del Siglo de Oro y en la literatura latinoamericana actual. Ha publicado varios artículos sobre diversos aspectos de la obra de Borges, entre ellos un artículo sobre los ensayos del autor argentino.
[2] Nahson nombra como obra ejemplar la arriba mencionada Borges. A Life de Edwin Williamson, que, junto con una gran cantidad de datos y hechos, psicologiza y ofrece la tesis principal, según la cual la vida y la obra de Borges se podría explicar mediante la relación que tuvo con su padre. Nahson, no obstante, subraya a la vez que los hechos no le son suficientes.
[3] Borges, un escritor en las orillas. Buenos Aires: Ariel 1995, p. 38.
[4] Lamentablemente, Salvador no ha tenido conocimiento de los dos artículos al respecto que contiene la obra de Daniel Nahson, arriba mencionada.
[5] Sólo para completar, habría que mencionar el lectorado tan superficial o nulo de la editorial transcript, que en muchos pasajes ignora errores ortográficos y gramaticales, con una especial predilección por los verbos compuestos mal escritos. |
ensayo de Ingrid Simson
Publicado, originalmente, en Iberoamericana, América Latina - España - Portugal XI, 44 (2011)
Iberoamericana
es una revista es editada por el
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American Studies (Hamburgo) y la editorial Iberoamericana/Vervuert
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