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Informe crítico-literario comparativo de posible plagio

OBRAS: El túnel del tiempo de María Eugenia Garay

          Karumbita la patriota de Nelson Aguilera 

por José Vicente Peiró Barco

FUNDAMENTOS TEÓRICOS

      Este informe es puramente técnico. Atenderá a conceptos literarios concretos y no se ajusta a las definiciones legislativas de los países ni de las instituciones a las que pueda afectar cualquier asunto literario.

      Por esta razón, nos centramos en aspectos concretos comparativos para definir si entre las dos obras citadas existen suficientes concomitancias como para considerar que una de ellas ha plagiado a la obra.

Concepto de plagio

      Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, plagiar está definido como “Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. En el ámbito del derecho de la propiedad intelectual se suele entender que “una persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece haciéndose pasar por el autor de ello. En el caso de documentos escritos, por ejemplo, se comete plagio al no citar la fuente original de la información incluyendo la idea, párrafo o frase dentro del documento sin comillas o sin indicar explícitamente su origen”.

      En el ámbito estrictamente literario, Serafín Estébanez Calderón ajusta el concepto a la definición de la Real Academia de la Lengua en su Diccionario de Términos Literarios (Madrid, Editorial Alianza, 1996).

      Por esta razón, entendemos que para considerar la existencia de plagio debemos sujetarnos a dos acciones por parte del *plagiador:

  1. Copia o imitación de una obra o parte de ella sin citar la autoría.

  2. Literalidad de las ideas copiadas sin citar la fuente original.

Concepto de fuente literaria.

      El concepto metafórico de fuente literaria se aplica a aquel texto que sirve de inspiración o modelo a otro posterior. Esto permite que exista una tradición literaria y que el tema de los celos, por ejemplo sea recurrente a lo largo de la historia universal.

      Casi la totalidad de las obras de la literatura universal han bebido en distintas fuentes, literarias o no. Incluso se produce la interacción entre diversas artes, antiguamente la pintura y la escritura y hoy en día el cine y la literatura, por ejemplo. Un argumento puede ser el mismo en una ópera como en una novela, como ocurre con La dama de las camelias de Alejandro Dumas, cuyo argumento es también el de la ópera La Traviata de Verdi, u Orfeo, que desde tiempos inmemoriales ha ocupado la mitología clásica, la Metamorfosis de Ovidio, siguió por la literatura medieval, renacentista y hasta nuestros días, con obras de Jean Cocteau o Rilke, a su vez que ya en el siglo XVII, el músico Monteverdi le dedicó una ópera, a la que siguieron otras de Gluck o la parodia de Jacques Offenbach.

Y un caso ejemplar, de argumento similiar en dos géneros diferentes, relacionado con la literatura hispánica sería la historia narrada en "La mujer brava" (relato/cuento),  incluida en  El Conde Lucanor de Don Juan Manuel (s. XIV), que dos siglos después reaparece en la comedia  The Taming of the Shrew (La fierecilla domada) de William Shakespeare.  También ecos de otro relato de El Conde Lucanor  ("De lo que aconteció a un Deán de Santiago  con Don Illán, el mago de Toledo"), donde hay un viaje en el tiempo (salto del presente al futuro y vuelta al presente narrativo), aparecen en el episodio de la cueva de Montesinos del Quijote de Cervantes y más de trescientos años después Jorge Luis Borges recrea el mismo argumento del relato de Don Juan Manuel en su cuento "El brujo postergado".  

      Esta alimentación mutua de argumentos entre artes, géneros y obras es un concepto distinto al de plagio, puesto que, además de la dificultad existente para definir argumentos que forman parte del acervo común o de una tradición culta o popular, ha sido habitual en la creación de autor sin que hubiese en ningún momento ánimo de copia. En este caso, habrá que tener en cuenta que la consideración de una obra como fuente literaria en el plano crítico, nada tiene que ver con el concepto de plagio.

En lo relacionado con las ideas de originalidad y creación literaria, Jorge Luis Borges define la tarea del escritor, incluyendo la suya propia, como un acto de re-escritura.  Él rechaza esas ideas (originalidad y creación)  porque, para él, la literatura es la infinita lectura de unos textos que surgen de otros y que siempre remiten a un texto original, perdido o inexistente. 

      Por otro lado, es reconocida la existencia del dictatum en la literatura. Así, era frecuente en la Edad Media. El anónimo Libro de Alexandre, pieza clave de la literatura española del Mester de Clerecía, tiene su inspiración y contiene párrafos íntegros del Aleixandreis de Gautier de Chatillon, escrito dos siglos antes. Sin embargo, una obra estaba escrita en romance y otra en latín. ¿Se puede considerar plagio o, como indica el mismo autor anónimo de la obra española, la existencia del dictatum reconocido eliminaba cualquier pertinencia autorial?

      Ocurre lo mismo en los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo un siglo antes. Están inspirados en las veintiocho historias contenidas en el manuscrito Thott 128 de la Biblioteca Real de Copenhague. Incluso las quince primeras historias son las mismas. Pero Gonzalo de Berceo no dudó en reconocer que “seguía un relato previo”, aun sin citar la fuente.

      El mismo arcipreste de Hita, glosa en su Libro de Buen Amor el Ars Amatoria de Ovidio. ¿Es la glosa un plagio? Y no digamos el tema de la honra a lo largo de la comedia clásica española, o la historia de El Cid contada en el teatro francés de Racine.

      ¿Existe plagio en estos casos? No parece poderse considerar a pesar de ser los mismos temas, muchos de ellos en circulación entre oyentes y lectores. Por ello, el concepto de plagio debe diferenciarse técnicamente de la coincidencia temática, estructural o de la afinidad de proyectos literarios.

      Por otro lado, en el caso de las obras que utilizan datos históricos, sólo existirá plagio si realmente se aporta algún descubrimiento histórico por un autor, no por el simple hecho de utilizar datos que figuran en otros manuales y obras anteriores. 

Existencia de plagio.

      Para que exista plagio debe haber una voluntad previa de un autor para copia a otro, lo cual se traduce en varias cuestiones:

  1. Duplicidad argumental.

  2. Igualdad argumental. No se considera la similitud argumental como elemento constitutivo de plagio: sólo la igualdad.

  3. Copia y reproducción de fragmentos de manera exacta o parcial.

  4. Voluntad de plagio. No se puede considerar plagio la cita indirecta dado que entre las lecturas numerosas de un autor puede existir alguna frase que haya quedado en su memoria y que puede ser susceptible de reproducción en un momento dado sin voluntariedad.

    Sin estas tres circunstancias, es imposible considerar la existencia de plagio.

     Por ello, no se puede considerar plagio a cualquier obra que contenga un argumento semejante a otro o un motivo temático común. Tendrán que existir una voluntad firme de copia y que en ningún momento se cite esa fuente.

Por ejemplo, y sólo a modo de ilustración, no se puede decir que:  a) "La fierecilla domada" de Shakespeare sea un plagio de "La mujer brava" de Don Juan Manuel; b) que el episodio de la cueva de Montesinos del Quijote de Cervantes y "El brujo postergado" de Borges estén plagiados de "El Deán de Santiago...", también de Don Juan Manuel; o c)  que la novelita El último sol (una de las dos contenidas en Viajes fantásticos, 1994) de Elías Miguel Muñoz sea un plagio de "La noche boca arriba" de Julio Cortázar, aunque Shakespeare, Cervantes, Borges y Muñoz tengan (y tienen), en sus respectivos textos, argumentos y otras coincidencias en común con obras anteriores.  Tampoco se puede decir que d) el cuento  "Un día de estos" de Gabriel García Márquez sea un plagio de "Espuma y nada más" de su compatriota Hernando Téllez (publicado unos 10-12 años antes), a pesar de que haya muchas coincidencias entre las dos obras y estén ambas situadas en la época de la Violencia en Colombia. 

     No entraremos en consideraciones legales, como los posibles permisos de un autor a otro, puesto que eso atañe a la legislación de cada país o sus sociedades de gestión de derechos de autor. 

     POSIBLE PLAGIO ENTRE LAS OBRAS CITADAS

     Se me solicita por una de las partes interesadas que emita un informe técnico, puramente de analista literario, acerca de un posible plagio entre dos obras. Teniendo en cuenta mi amistad hacia ambos autores implicados, y en virtud de mi condición de Doctor en Literatura Hispánica y mi trayectoria profesional, así como mi condición de miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Críticos Literarios, me siento capacitado para evaluar la solicitud de que D. NELSON AGUILERA me formuló, dado que también me considero amigo de DÑA. MARÍA EUGENIA GARAY, la otra parte implicada, por lo cual, carezco de posible parcialidad por relación personal decantada hacia una u otra persona.

     Una vez leídas las obras, mi conclusión es la siguiente:

  1. La obra de María Eugenia Garay se editó en 2005 mientras que la de Nelson Aguilera en 2010. La posibilidad de plagio se constriñe a la obra de Nelson Aguilera.

  2. Ambas presentan un motivo temático común: el viaje en el tiempo. Sin embargo, este motivo no es nuevo en la literatura. Existió en la literatura desde tiempos ancestrales, incluso en las leyendas persas y árabes que dieron lugar a conocidos cuentos como los de El Conde Lucanor del infante Juan Manuel.

    Ya en la literatura moderna, cuando hablamos de viajes en el tiempo, el nombre de Herbert George Wells es el primero que nos viene a la cabeza por la obra homónima publicada en 1895. Desde entonces, el tema se ha sucedido.

    Sin embargo, en 1887 se editó en España una obra anterior a la de Wells con el mismo tema: El anacronópete de Enrique Gaspar y Grimbau (se puede consultar en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes).

    Ante ello ¿Wells plagió a Gaspar y Grimbau? Pregunta de fácil respuesta: imposible puesto que no se conocieron personalmente ni el autor inglés leyó  la obra del español.

    ¿Y qué decimos de Un yanqui en la corte del rey Arturo de Mark Twain?

    (También anterior a la obra de H.G.Wells ya que es de 1889.)

    Por ello, este tema es archiconocido en el mundo literario por lo que considerar plagio temático a la utilización del mismo no es factible técnicamente hablando.

    En la literatura contemporánea el tema del viaje en el tiempo sigue siendo archiconocido y está presente, para dar algunos ejemplos, en las obras de Connie Willis, Edgar Rice Burroughs, Diana Gabaldon; en Slaughterhouse Five de Kurt Vonnegat, en Johnny and the bomb de Terry Pratchett,  en Timeline (Rescate en el tiempo) de Michael Crichton; en Puerta al verano de Robert A. Heinlein; en Somewhere in Time (Cita en el pasado) de Richard Matheson; en El mapa del tiempo del español Félix J. Palma; en programas televisivos como las series de Dr. Who (BBC) y Life on Mars (también de la BBC); en películas como Time after timeThe Butterfly Effect, Timecrimes (Los cronocrímenes) y  varias más... 

  1. En el ámbito de la literatura infantil, el tema de niños viajando a través del tiempo ha sido muy tratado, incluso utilizado para rememorar la historia de un país o de la propia humanidad con un objetivo incluso didáctico (enseñar la historia nacional). Hasta la reina blanca de Alicia en el país de los espejos de Lewis Carrol saltaba del pasado al futuro.

    Y en el mundo del cine son muchas las películas protagonizadas por niños-jóvenes que viajan por el tiempo, entre ellas: El niño invisible, la serie de  Regreso al futuro, Time Bandits, Bill and Ted's Excellent Adventure, etc.

    Sería interminable un inventario de obras con este tema. Por centrarnos en el ámbito americano, era un tema recurrente de las obras del escritor infantil brasileño José Monteiro Lobato. En el ámbito del español, el cubajo Yoss escribió Los pecios y los náufragos en el año 2000, un viaje del presente al siglo XXIV.

    Fijémonos en si es recurrente, que en mundo del libro infantil actual en serie, donde se incluyen aventuras de un personaje famoso, sigue siendo un argumento manido. Ahí está la edición en 2006 de la aventura del ratón detective Gerónimo Stilton, libros de fama internacional y ventas masivas, titulado Viaje en el tiempo.

  1. El argumento de la obra de María Eugenia Garay es el siguiente: la imaginación de unos niños les permite vivir un viaje en el tiempo. Atraviesan hasta el mundo fantástico de La Atlántida, y finalmente en la historia paraguaya, para llegar primero a la revuelta de los Comuneros, en el siglo XVIII, y en los sucesos de la revolución del 14 de mayo de 1811. El repaso a la historia paraguaya es sumamente minucioso y existe un proceso didáctico dado como fin de la obra el de dar a conocer a los jóvenes la historia paraguaya de la independencia.

    El objetivo pedagógico de "enseñar (léase aquí  'historia') y divertir", regla y práctica recurrentes durante el neoclasicismo literario, está  muy claro desde el principio: la idea de divertir, en el título de la serie ("Un viaje fantástico"), y la de enseñar a lectores jóvenes, en el subtítulo ("Relatos basados en hechos históricos escritos para niños y jóvenes").  Y la gran cantidad de notas al pie (48 en total) con datos de fuentes usadas, descripciones, aclaraciones varias, etc.,  le dan a la obra de María Eugenia Garay la seriedad de un libro de historia.   

  1. El argumento de Nelson Aguilera es el siguiente: narra las aventuras de la tortuga Karumbita y sus “hermanos”, los niños Manuel y Anahí. Entre los tres han construido una máquina del tiempo y en una de las tantas pruebas que realizan, la tortuga viaja al 14 de mayo de 1811, fecha de la revolución de la independencia de Paraguay. Manuel va tras ella para traerla de regreso pero su “sospechosa” apariencia y manera de hablar ya referencias objetos de su mundo de 2011, provocan que lo confundan con un espía de Belgrano. Desde su casa de Loma Pytã, Anahí intentará hacer funcionar de nuevo la máquina para poder rescatarlos antes de la revolución.

    A diferencia de El túnel del tiempo, esta novelita (¿o cuento largo...?) de Nelson Aguilera refleja su característica de obra de ficción desde el título que anuncia a Karumbita, una tortuguita, como la protagonista "patriota" del relato.   Incluso los lectores que no entienden guaraní –y por lo tanto no saben que "karumbe" significa tortuga—pueden deducir, al ver la ilustración de la tapa, de que Karumbita la patriota probablemente cuenta la historia de una tortuguita y de qué hizo para ganarse el calificativo de "patriota".

  1. Es obvio el parecido temático. Como también lo era el de las obras de Gaspar y Grimbau y H. G. Wells. Es obvio que la construcción de una máquina para viajar en el tiempo es común en todos los casos, dado que era la manera de dar verosimilitud y cientificismo a la historia ficticia. Pero tengamos presente que estamos ante un tema recurrente de la historia de la literatura universal, no es algo inventado por la literatura paraguaya contemporánea. Y no hay similitud de argumentos dado que unos personajes de ficción, incluso la tortuga, intervienen en la historia, mientras los de El túnel del tiempo no tienen ese objetivo.

    Además de intervenir en la historia, los personajes de Karumbita... conviven con la abuelita Juana María (de Lara) y aprenden/enseñan palabras comunes relacionadas con los dos siglos en que se mueven (e.g., boticario, calzas y cirios de la época de independencia, mayo de 1811; okay, calefacción y championes del futuro en que se sitúa la acción, mayo de 2011).   Otra diferencia, significativa, en la composición de los personajes es que mientras en la obra de María Eugenia Garay los personajes infantiles femeninos (Manolita y Lucila) no participan de la aventura de cruzar fronteras temporales a bordo de la nave del tiempo, en la de Nelson Aguilera los personajes femeninos (Karumbita y Anahí)  colaboran con Manuel en la construcción del túnel del tiempo y los tres participan activamente en el experimento:  Karumbita y Manuel como "viajeros" y Anahí como la "técnica" encargada de traerlos de vuelta a casa a su hermano y a Karumbita.  El mundo protagónico de El túnel del tiempo es mayoritariamente masculino (los dos hermanos y el abuelito) mientras que en el de Karumbita la patriota predominan los personajes femeninos (Karumbita, Anahí y la abuelita Juana María). 

  1. Es obvio que un viaje al pasado comporta la inclusión de datos históricos. Sin embargo, no encontramos datos históricos en ambas obras que aporten sucesos que no figuren en los manuales de historia del Paraguay, e incluso de historia sobre la independencia de las repúblicas hispanoamericanas, como, por ejemplo, los del profesor de Historia de América de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España, el catedrático D. Carlos Malamud.

  2. Datos históricos como la elaboración de una corona con los tres colores de la bandera paraguaya son suficientemente conocidos. La coincidencia de la aparición prevalente de Doña Juana María de Lara en ambas novelas es fruto de la ubicación histórica de los relatos.

  3. A pesar de este parecido temático y espacial, no existe ningún parecido argumental inherente a la historia de ficción. En la novela de María Eugenia Garay, el viaje por el tiempo es muy amplio y más bien se asemeja a un paseo cronístico por la historia, donde el abuelo va contando los sucesos. A diferencia de éste relato, el de Nelson Aguilera ofrece un mayor detenimiento en las peripecias de la tortuga humanizada y Manuel. En la obra de Garay los seres del presente son testigos de los sucesos, mientras que en la de Nelson Aguilera, Karumbita y Manuel participan en los mismos, mientras que Anahí trata de rescatarlos del pasado con la presencia del ejército y la prensa a causa del invento realizado por los jóvenes (la máquina del tiempo).

    Las épocas y los personajes históricos incluidos en la obra de María Eugenia Garay son muchos y variados en el tiempo y en el espacio.  En el libro se narran historias y leyendas de tiempos remotos, como también y en detalle la historia del Paraguay desde sus inicios con los Comuneros hasta su Independencia. Es una novela histórica (¿o tal vez historia novelada...?), relativamente larga, y en donde la información histórica la da, predominantemente, el abuelo César.  El relato de Nelson Aguilera es mucho más breve y se centra en viajar a un momento específico de la historia del Paraguay para llegar en la víspera del día de su independencia. Por su extensión es más bien un cuento o relato largo  que una novela.  Hay más diálogo  (menos lecciones de historia) que en El túnel del tiempo, y eso le da más agilidad a la narración.  Con algunos cambios, Karumbita la patriota podría fácilmente adaptarse al teatro.  Se necesitarían básicamente sólo dos espacios en el escenario: uno para reflejar la Asunción del 14 y 15 de mayo de 1811 y otro para  mostrar la Asunción del 14 y 15 de mayo próximos, aniversario del bicentenario de la Independencia de Paraguay.  Sería imposible, o muy difícil, adaptar al teatro El túnel del tiempo.

  1. La novela de María Eugenia Garay está fundamentada en la narratividad referencial. La de Nelson Aguilera sitúa por delante la acción de lo puramente narrativo. Es una diferencia enorme entre ambas obras que impide cualquier plagio estilístico posible.

    Tanto en estilo como en estructura estas dos obras son radicalmente diferentes  y ambas reflejan, en mayor o menor grado, algunos intereses y/o elementos biográficos de sus respectivos autores. El interés por la historia de María Eugenia Garay, presente en otras obras, narrativas y poéticas, y en artículos históricos publicados, nutre también esta novela y define el estilo particular de El túnel del tiempo, i.e., con segmentos narrativos de descripción histórica extensos y muchas notas al pie,  aclaratorias o de información de fuentes.  Estilo y estructura son también auto-referenciales en la obra de María Eugenia.  Se abre el primer capítulo ("I. Bajo las maravillosas nubes") con fotos familiares y la mención del viaje de los dos niños (Rodrigo y Jerónimo, ¿hijos de la autora...?) llegando "a finales de la década del cincuenta" a la casa del abuelito César (¿padre de MEG...?).  De los datos de esos primeros párrafos se deduce la inclusión de elementos biográficos y auto-referenciales en El túnel del tiempo, donde también aparecen la autora de niña (Manolita) y su hermana Lucila. En los últimos capítulos se presencia un encuentro entre los dos niños y el Capitán Cavallero y se establece (en la nota # 45) el parentezco, por línea paterna, entre los niños y Pedro Juan Cavallero.  En el útlimo capítulo (XV) entra la autora como narradora de la obra y entre los anexos figura un poema suyo. Ni estilística ni estructuralmente la obra de Nelson Aguilera tiene elementos auto-referenciales. Sin embargo, su interés por el teatro y  por la lengua se ven reflejados en Karumbita la patriota.  Este relato está estructurado en forma de contrapunto entre presente y pasado.  Y se trata de un contrapunto temporal consistente y bien marcado gráficamente en el papel (con tres estrellitas que sirven de divisoria temporal).  Karumbita... empieza en el pasado ("Viaje a 1811")  cuando se despierta en la casa de su abuelita Juana María  (mayo, 1811) y el escenario y la narración dialogada van alternando, contrapuntísticamente, entre ese pasado y el futuro en que se sitúa la acción y el hoy del relato (mayo, 2011), con exactamente 200 años de diferencia. 

  1. En ningún momento hemos encontrado líneas copiadas de una obra a otra. No existen copias ni parecidos de frases ni construcciones sintácticas semejantes, fundamentales para definir una obra como plagio. No puede existir plagio entre ambas obras por este motivo.

  2. La obra de María Eugenia Garay ofrece una profundidad histórica que no ofrece la de Nelson Aguilera. En este sentido, Garay atiende a la comprensión de la historia por los muchachos que viajan por el tiempo, mientras que los niños y la tortuga de Nelson Aguilera participan de los sucesos pero sin entrar en detalles históricos excesivos. Más bien es la confrontación entre el pasado y el presente, con sus dos siglos de diferencia, lo que más interesa al autor, desde luego que muy por encima de la lección histórica didáctica.

    La lectura del texto de Nelson Aguilera revela, si uno se sitúa en el momento de la escritura del relato (2010, un año antes del Bicentenario),  una intencionalidad para mí obvia y puntual: llevar la historia patria a los niños (paraguayos en particular), hacerles conocer los eventos del 14 y 15 de mayo de 1811 y así  hacerlos partícipes de la significación histórica del 14 y 15 de mayo próximos, Bicentenario de la Independencia, a través de un relato relativamente breve, fácil de leer, ágil y divertido.   No veo tal intencionalidad en la obra de María Eugenia Garay. Escrito en 2005, cinco años antes del Bicentenario, El túnel del tiempo incluye como destino importantísimo el viaje temporal al 14-15 de mayo de 1811, pero no es el único viaje ni la única visita-escala incluida en la novela.  Por otra parte, "ir a mayo de 1811"  es el único destino temporal al que quiere ir y va Karumbita. 

  1. Le resulta a Nelson Aguilera más atractiva la confrontación de costumbres de 2011 con respecto a las de dos siglos antes que la indagación histórica penetrante. La voz del abuelo que conduce la narración en la obra de María Eugenia Garay, nada tiene que ver con el perspectivismo y polifonía de la de Aguilera.

  2. No existe una estructura literaria semejante en las dos obras analizadas. Garay utiliza la linealidad descriptiva mientras en la de Aguilera hay un cambio espacio-temporal en tres episodios del relato.

    Espacial y temporalmente, El túnel del tiempo empieza en el primer capítulo en la casa del abuelito César "a finales de la década del cincuenta" y termina en el penúltimo capítulo, el 15 de mayo de 1811, después del encuentro y diálogo con el Capitán Cavallero y antes de que el grupo viajero llegue a la nave que dejaron escondida y que los transportará de vuelta a la casa del abuelo César, adonde llegarán sólo minutos después de haber partido.  Hay un capítulo final, el XV, situado en el presente y en el que la autora-narradora anuncia el contenido de los próximos libros de la serie, al que le siguen algunos textos anexos. En el caso de Karumbita la patriota,  la estructura narrativa empieza en el pasado (1811) y termina en el presente narrativo (que es realmente futuro, i.e., mayo de 2011), en un vaivén pasado-presente-pasado- presente-pasado[...]-presente.   Se inicia en el pasado, con Karumbita situada en el escenario de la víspera de la Independencia y el diálogo refleja un uso más formal de la lengua,  que incluye el tuteo ("¡Despierta, Karumbita, Despierta!") y capta el español/catellano hablado en 1811.  Se cierra la obra con una escena casi idéntica a la inicial, pero ya con Karumbita instalada en el presente-futuro, despertándose en su espacio vivencial de mayo del 2011, y con el uso del voseo en el diálogo similar al de la primera escena (¡Despertate, Karumbita, Despertate!").   En general, la novela de María Eugenia Garay es lineal, temporal y espacialmente, en dirección de ida y vuelta (viaje del presente hacia el pasado y vuelta al presente) mientras que la obra de Nelson Aguilera está estructurada en un zig-zag temporal de va-y-viene en contrapunto de pasado a presente a pasado a presente a pasado [...] a presente.

CONCLUSIÓN

      En virtud de todo lo expuesto en esta evaluación técnica literaria, no hemos hallado ningún fragmento copiado ni levemente alterado de la obra de María Eugenia Garay en la posterior de Nelson Aguilera. No puede existir plagio al no haber ninguna similitud estilística, estructural y argumental entre ambas obras.

      Sí  existe un tema común: el viaje en el tiempo hacia el pasado. Pero tampoco es un tema novedoso en la obra de María Eugenia Garay, ya que pertenece la tradición literaria universal.

      Sí  hay un hecho novedoso en la novela de María Eugenia Garay al aplicar ese viaje en el tiempo a la visita a la historia paraguaya, principal propósito de la autora. Sin embargo, no se puede entender que la obra de Nelson Aguilera haya invadido el territorio creativo de la de Garay dado que en ningún momento Aguilera acomete el análisis de la historia paraguaya, como sí hace Garay, sino que se limita a contar una historia de ficción del presente en conflicto con el pasado. Pero no puede existir plagio, dado que el único punto de concomitancia es el respeto de ambas obras al dato histórico real contenido en los libros y manuales de Historia.

      Concluyamos afirmando que, si alguna voz entiende como plagio la obra de Nelson Aguilera con respecto a la de María Eugenia Garay, habrá que recordar que la historia de la literatura paraguaya, por no hablar de la universal, está plagada de plagios, sobre todo su subgénero histórico. Es normal que distintas obras literarias de tema histórico sobre el mariscal López y Elisa Lynch repitan motivos y situaciones acaecidas en el pasado. Pero todos sabemos que no son plagios.

      Creo que podemos decir lo mismo de dos obras cuya única semejante es que unos niños contemplan la jornada víspera de la proclamación de la independencia del Paraguay, aunque unos, los de El túnel del tiempo, lo hagan como testigos y otros participen en la acción, los de Karumbita la patriota.

      La coincidencia de datos históricos es algo habitual y necesaria cuando una obra literaria se sitúa en el pasado. Además, son datos que no pertenecen al imaginario de un autor, sino del pasado histórico nacional y humano. No son objeto de plagio aquellos que no están expuestos por primera vez en una obra, lo cual no son el caso de las dos que aquí  hemos tratado.

      Certificando la veracidad de este informe para uso donde corresponda, en Valencia (España) a 22 de enero de 2011.

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Fdo: José Vicente Peiró  Barco


NOTA DE TERESA MÉNDEZ-FAITH

Coincido totalmente con la conclusión del amigo y colega José Vicente Peiró  Barco, y me adhiero a todo lo expresado aquí  por él en relación a su lectura crítica  de ambas obras: El túnel del tiempo de María Eugenia Garay y Karumbita la patriota de Nelson Aguilera.  He agregado también, en forma de contrapunto (y en itálicas negras),  comentarios y notas que complementan los aspectos señalados y evaluados por el amigo José Vicente, crítico y gran conocedor de la literatura paraguaya.

Ver: Méndez-Faith apoya el análisis

Teresa Méndez-Faith , PhD 

Modern Languages and Literatures 

Saint Anselm College

Manchester, New Hamphire 03102

Teléfono (oficina): (603) 641-7005        

email: <tmfaith@anselm.edu>                                                                                                                  

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José Vicente Peiró

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