Mirame que nos miran de Julieta Lucena, en el Teatro Circular (Montevideo)

 

¿Romántica o Vitriólica?
por Jorge Arias
ariasjalf@yahoo.com

Si miramos bien esta pieza, que no se entrega en un primer recuerdo, encontramos un propósito muy ambicioso, que apenas osa decir su nombre: la clave para elucidarlo la vemos en un entresacado de frases de las gacetillas de prensa y declaraciones de la autora en entrevistas.

Lucena define la obra como “comedia romántica”, pero a renglón seguido afirma que “la pareja es una ficción compartida”, que los protagonistas, un hombre y una mujer, viven “una cotidianidad de cartón” que su relación “habla de todas las relaciones” y que la obra “desnuda…las grietas del amor que plagiamos… la idealización de la pareja… la romantización de la familia”. Y se pregunta “¿Cuánto de nuestra propia historia nos pertenece? ¿Cuánto es propiedad del formato de felicidad que consumimos, y que consumiendo, reproducimos?

La autora dice verdades de a puño. La “pareja”, el “matrimonio”, la “relación” y la “cotidianidad” no existen: son conceptos, no objetos. La realidad es un hombre y una mujer, sin “cotidianidad”, sin “amor”. “La pareja” es un latinismo retrógrado: “cónyuge viene de 'yugo', madera que unce bueyes y mulas; es hoy un fetiche de los psicoanalistas que sustituye al matrimonio, como el matrimonio “igualitario” sustituyó al canónico de hombre y mujer. Pero quedan molestas ruinas. Como dice Elena Alving en “Espectros”: “… en nosotros corre no solo la sangre de nuestro padre y nuestra madre, sino  también una especie de idea destruida, una especie de  ciencia muerta… somos espectros todos”.

Este espíritu crítico aparece en la pieza en dos momentos. El  primero  acontece cuando los protagonistas son mirados por un vecino, y saben que lo son: la situación y el diálogo son una purificación por la parodia del  poema de Laura Devetach (Reconquista, provincia de Santa Fe, Argentina, 5 de octubre de 1936)  “No me mires”: “No me mires,/ que nos miran./ Nos miran que nos miramos,/ miremos que no nos miren/ y cuando no miren / nos miraremos. / Porque si nos miran/ que nos miramos/ pueden mirar/que nos amamos.”  El segundo punto en que aparece el espíritu crítico de  Lucena es el final: el hombre (Sebastián Martinelli), valija en mano,  parodia  la despedida de Nora en la última escena de “Casa  de muñecas”.

La pieza que vimos no se corresponde plenamente con aquellos ácidos prenotandos. Se la ha dotado de un hilo conductor, un drama  o psicodrama que, como terapia,  crearían (y no crean) los  protagonistas, propósito que más dispersa la atención del espectador que la concentra. El personaje femenino, a diferencia de la autora, es contradictorio y frágil. Se propone  regirse por el raciocinio, analizar todo y después analizar el análisis, en cuyo momento parece una jovencita aturdida; .a veces la obra se desliza al tono de la serie romántica que, en vano, promete la gacetilla; quizás se quiso poner en escena la ambivalencia de los sentimientos y mostrar ambas facetas a la vez. Pero todas estas salvedades aparecen suficientemente contrapesadas por  la vivacidad del texto, del que  destacamos el buen uso del idioma español, libre del seudo lunfardo de moda tan sucio como inexpresivo.

Hemos visto a una actriz de excepcionales condiciones, la misma autora, Julieta Lucena. Muy expresiva, admira su torrente verbal, su perfecta y velocísima dicción, su dominio de gestos y posturas. Es por momentos arrolladora; siempre es un espectáculo por sí misma.

La  puesta en escena de la autora y Soledad Lacassy guarda el ritmo proyectado por la autora. La escenografía aparece, pese a la cama y las sábanas, un tanto irreal, con los objetos cotidianos (¿la “cotidianidad”?) precarios y colgando, como una alusión al carácter provisorio, y ahora inestable,  de la  pareja humana.

La interpretación de Sebastián Martinelli en el papel masculino es sólida y competente.

MIRAME QUE NOS MIRAN, de Julieta Lucena, adaptación de Soledad Lacassy, con Julieta Lucena y Sebastián Martinelli. Escenografía e Iluminación de Guillermo Bonjour, luces de Pablo Caballero, ambientación sonora de María Chartier, dirección de Soledad Lacassy y Julieta Lucena. Estreno del 10 de octubre de 2020, Teatro Circular. Funciones desde el 6 de marzo de 2021
Sábados 21 horas y domingos 19 horas, en Sala 2 -

Teatro Circular de Montevideo Rondeau 1388 esq. Plaza Cagancha
Teléfono: 2 901 59 52

contacto@teatrocircular.org.uy 

Mirame que nos miran - Teatro Circular de Montevideo

19 oct 2020

“Mirame que nos miran” una comedia romántica Funciones: Sábados, a las 21 horas y domingos, a las 19 horas. ¿Qué es la pareja si no una ficción compartida? En un intento por salvar el vínculo de una cotidianidad de cartón, ella le propone a él escribir una obra sobre su relación, que atraviese los diferentes momentos de su vida juntos, siempre volviendo al presente. Un recorrido ágil y no lineal que combina recursos escénicos para transitar la complicidad agónica de una relación que habla de todas las relaciones; un amor que es, que fue, que podría haber sido. La historia que los protagonistas tan verdaderos como ficticios, eligen contarse a sí mismos.

Julieta Lucena presenta la obra “Mírame que nos miran”

6 oct 2020
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Jorge Arias
ariasjalf@yahoo.com 

 

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