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Los heridos, de Valeria Fontán, en Teatro El Mura
 
 

Marat-Sade, psicodrama, teatro vivo
por Jorge Arias
ariasjalf@yahoo.com

 

La trama de “Los heridos” sigue dos líneas de acción que no alcanzan una síntesis y por ello instalan al fin una atmósfera ambigua. Llamaríamos a la primera línea Marat–Sade. Se presenta un psiquiatra uruguayo diplomado en Suecia, que coordinará una sesión de psicodrama con intervención de un grupo de enfermos mentales, internados en un manicomio. Hasta aquí Peter Weiss, con los locos como actores; pero el psiquiatra no hará con ellos  drama ni comedia sino una sesión de psicodrama, donde los pacientes no intentan ser actores y deben actuar sus vidas, más que  contarlas. A partir de aquí Peter Weiss deja la escena a Jakob Levi Moreno, el creador del  psicodrama; y la autora de “Los heridos” cede el paso, como es forzoso en el psicodrama, a las improvisaciones de los participantes.

El paralelo con “Marat – Sade” continúa sin embargo, psicodrama adentro, cuando los alienados se salen de los papeles, vociferan, tienen crisis de nervios; cumplido el paralelo, las diferencias son tajantes y rebajan la forzosa comparación de “Los heridos” con “Marat Sade a un clima que tiene algo de imitación, de farsa y de parodia. En la obra de Weiss los actores representaban a un grupo de asilados del hospital psiquiátrico de Charenton los que, sin ninguna intención terapéutica, representaban a su vez una obra del marqués de Sade, la muerte Jean Paul Marat a manos de Charlotte Corday. En el psicodrama esto no sucede: el terapeuta indica, sugiere, guía y controla; las sesiones deben desarrollarse en un clima de comprensión y autoexamen; pero en ”Los heridos” se

llega muy pronto a un clima desbordado. En el examen de las diversas escenas propuestas, más ruidosas que significativas, no se ve el progreso del análisis ni el esfuerzo común hacia alguna conclusión. El psicoanálisis y su derivado el psicodrama han sido empleados, en general, en terapias de grupo para el tratamiento de las neurosis en enfermos ambulantes; no tenemos noticia de que se empleen o hayan empleado en el tratamiento de enfermedades mentales graves como las que padecen los agonistas de “Los heridos”. Las alucinaciones, los delirios, los trastornos depresivos graves, la paranoia y la esquizofrenia no se tratan normalmente con psicodrama, terapia de grupo o psicoanálisis sino con medicamentos y, hasta hace poco tiempo por lo menos, con electroshocks.

La idea de la cura psicoanalítica que nos ofrece la pieza es ingenua, mal documentada, un tanto brutal y seguramente desaconsejable. Guillermo (Carlos Rompani), el único enfermo que veremos bajo tratamiento, ha matado accidentalmente a su hija, una niña, con una desatentada marcha atrás de su automóvil. Ha expulsado el hecho de su memoria; todo el “tratamiento” consistirá en hacerle recordar el episodio. Pero luego de escenas a grito pelado que en nada contribuyeron a la salud de Guillermo, uno de los asilados le sacude la verdad a boca de jarro. ¡Milagro! Guillermo está curado; el espectador escéptico se pregunta por qué no se lo dijeron en la primera escena

Hasta aquí las fallas de organización de la obra. Sobre aquel frágil andamiaje el fantástico instinto teatral de la autora y directora, Valeria Fontán, ha sido suficiente para salvar todo el espectáculo. Logró una pieza de gran intensidad escénica, donde las improvisaciones de los actores se fundieron homogéneamente en una pieza compacta, con  diálogos refinados y expresivos, situaciones que suenan a verdad, ritmo que no da tregua, escenas bien armadas y resueltas; todo ello sin coloquialismos, repeticiones o tiempos muertos. Siempre está sucediendo algo, y lo que sucede es siempre vivo, interesante, comprometedor. Ciertamente, las diversas tentativas de escenificación de conflictos terminan por repetirse sin crecer y el final aparece como un decreto de la autora; pero todo tiene nervio, buen oído para el habla común, impacto dramático. Como directora Fontán ha hecho maravillas con el despojado ambiente de “El Mura” y ha obtenido un rendimiento ejemplar de todos sus actores.

LOS HERIDOS, de Valeria Fontán, con Fernando Amaral, Maite Bigi, Mauricio Chiessa, Emiliano Duarte, Marías Folgar, Daniel Jorysz, Magdalena Long y Carlos Rompani. Vestuario de Luciana Abella y Pablo Rivero, escenografía e iluminación de Agustín Romero, dirección de Valeria Fontán. Estreno del 14 de noviembre de 2015 en teatro “El Mura” del Mercado Agrícola de Montevideo.

Los heridos de Valeria Fontán

Jorge Arias
ariasjalf@yahoo.com 

 

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