Inteligencia y lucidez en José Emilio Pacheco Ensayo de Óscar Wong
|
Reflexión y lirismo. El habla poética frente a la Historia. Una propuesta estética peculiar, por su combinación de agudeza y sagacidad es la que plantea José Emilio Pacheco, cuya obra ha sido recogida en tres antologías: Tarde o temprano (1980), Fin de siglo y otros poemas (1984) y, en España, Alta traición (1985), selecciones en que se destaca la lucidez como un don, como un estado de gracia, y el sentimiento, la emoción misma que se contrapone como núcleo central. En términos generales, puede destacarse que “el lirismo como forma de inteligencia y la sabiduría como sentido del tiempo” (Guelvenzu, 1985) determinan la obra del poeta que ahora me ocupa y que le valiera el Premio Hispanoamericano de Poesía José Donoso en el 2001. Desde Los elementos de la noche (1958-1962) hasta El silencio de la luna (1983), Pacheco ha conformado una obra donde alterna el orden sonoro de la imagen con la reflexión; la historia y con el cántico sagrado; la inteligencia con la modulada acentuación; el enunciado con algunos recursos rítmicos.
Registro del mundo, revolución y crítica, pero también inteligencia sensible. La
poesía como instrumento de conocimiento, como una realidad contenida en el
lenguaje. Hay, en sus inicios, una visión cósmica prefigurando el poema;
gravedad, el transcurso del mundo permeando ritmos y acentos. Una marcha
sonoramente sensitiva que prefigura espacios; transformaciones profundas que
pretenden modificar la esencia de las cosas: “Mientras avanza el día se
devora”,acepta Pacheco. En este orden de ideas la presencia del mundo deja su
huella imperativa: “... el tiempo abre las alas/ con mansedumbre y odio de
paloma y pantera”. Por supuesto que la revelación surge irrebatible. Todo es
fugaz. El transcurso duele, limita: Más cercano a la prosa, el verso de este autor soslaya el orden sonoro de la imagen, la voz humana oficiando, revelando verdades fundamentales y desemboca en un lenguaje más crítico, más reflexivo. Acaso por lo mismo, otro libro del autor que me ocupa, Los trabajos del mar (1983) contiene, según los editores, lo que postula Marianne Moore: el sentido de compactación, el tono “absolutamente nítido, absolutamente eficiente, para hacer del lenguaje poético un verdadero vehículo del pensamiento”. Curiosamente, el poema titulado Prosa de la calavera observa una enorme dosis de poesía. |
El aliento es grave, solemne, casi grandilocuente, con el sentido trágico
heredado de la tradición judeocristiana: “Como Ulises me llamo Nadie. Como/
demonio de los Evangelios mi nombre es Legión”. El tono satírico es inmejorable.
Creo que este es el tono exacto del cantor que me ocupa. Versos irregulares,
amétricos; expresión discursiva, arrítmica, sin variedad estilística, soslayando
los cánones del discurso placentero. El aparente agotamiento preceptivo lleva a
Pacheco al tono narrativo. En otros términos: aquí no hay intenciones líricas:
el lenguaje va del enunciado a la ligereza; irreverente, busca desacralizar el
estilo expresivo, la acentuación regular, isocrónica. Sin embargo, no llega al
desaliño, aunque esta actitud estética tampoco elude el sentido substancial de
la lengua poética.
Para finalizar, El silencio de la luna, volumen con el que obtuvo el
Premio de Poesía José Asunción Silva en 1994, retoma en muchos momentos el
repertorio rítmico para percutir un cántico inicial, donde el reconocimiento a
la mujer es evidente. Pacheco forja, en la primera parte, una visión histórica
con sabiduría, con justa precisión. Riesgos y temores del hombre frente a la
cruel naturaleza femenina. Prehistoria es un canto preciso, hermoso,
perturbador, donde confluyen el sentimiento y el pensamiento. |
|
Recapitulando, puede advertirse la diversidad de registros en la poética de José Emilio Pacheco. De la métrica y la rima de sus inicios, a la paulatina entrega al tono narrativo, muchas veces soslayando los cánones de acentuación y las figuras de dicción y de pensamiento. Del tono sacro a las expresiones discursivas. La lucidez como estado de gracia, el aspecto lírico como forma sensible y de sapiencia. La objetividad histórica frente a la transformación lúdica del habla poética. Historia y lenguaje crítico, confluyendo en una estética significada por el prosaísmo. |
|
El poeta asume la condición del cronista y del escriba, del sacerdote y del
amanuense. Su función es fluctuante; la remembranza histórica se revela y se
condensa, por eso es factible y conveniente, anotar los acontecimientos. La
poesía es crónica, memoria, sucesión de hechos; por eso, también, el registro de
los poetas novohispanos, los guiños a Las Casas y a López Velarde. Islas a
la deriva (1976) resume la condición reflexivamente lírica de José
Emilio Pacheco. Historia y revelación; técnica y exaltación; posibilidades,
intenciones, propuesta estética: categoría artística. Más cercano a la prosa, el verso de este autor soslaya el orden sonoro de la imagen, la voz humana oficiando, revelando verdades fundamentales y desemboca en un lenguaje más crítico, más reflexivo. Acaso por lo mismo, otro libro del autor que me ocupa, Los trabajos del mar (1983) contiene, según los editores, lo que postula Marianne Moore: el sentido de compactación, el tono “absolutamente nítido, absolutamente eficiente, para hacer del lenguaje poético un verdadero vehículo del pensamiento”. Curiosamente, el poema titulado Prosa de la calavera observa una enorme dosis de poesía. |
El aliento es grave, solemne, casi grandilocuente, con el sentido trágico
heredado de la tradición judeocristiana: “Como Ulises me llamo Nadie. Como/
demonio de los Evangelios mi nombre es Legión”. El tono satírico es inmejorable.
Creo que este es el tono exacto del cantor que me ocupa. Versos irregulares,
amétricos; expresión discursiva, arrítmica, sin variedad estilística, soslayando
los cánones del discurso placentero. El aparente agotamiento preceptivo lleva a
Pacheco al tono narrativo. En otros términos: aquí no hay intenciones líricas:
el lenguaje va del enunciado a la ligereza; irreverente, busca desacralizar el
estilo expresivo, la acentuación regular, isocrónica. Sin embargo, no llega al
desaliño, aunque esta actitud estética tampoco elude el sentido substancial de
la lengua poética. |
|
|
Ensayo de
Óscar Wong
Publicado, originalmente, en: Periódico de Poesía Nº 21, Julio - Agosto de 2009
Link del texto: http://www.archivopdp.unam.mx/index.php/997
Periódico de Poesía es una publicación editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Dirección de Lteratura
Ver, además:
José Emilio Pacheco en Letras Uruguay
Editado por el editor de Letras Uruguay
Email: echinope@gmail.com
Twitter: https://twitter.com/echinope
facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/
Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay
Ir a índice de ensayo |
Ir a índice de Óscar Wong |
Ir a página inicio |
Ir a índice de autores |