Resumen - Introducción |
Resumen
La
investigación objeto de estudio, en el presente trabajo, se funda en la
sistematización y generalización de la concepción de los valores desde
una perspectiva sistémica, diferente a las encontradas en los cuerpos de
doctrinas de las fuentes de información consultadas. En el mismo
se devela la axiología en relación con la formación humana, en
los marcos de una estructura lógico-filosófica, cuya manifestación se
expresa en una relación e interrelación armónica en la esfera de la
actividad humana y su concreción e inserción en la cultura. Se
arriba a la conclusión de que la formación de valores es el punto
central de la formación humana, porque pretende dar dirección y sentido
al ser humano como un todo. En el caso que nos ocupa, su tratamiento ha
sido conceptualizado como uno de los componentes esenciales del saber
filosófico y como un eje transversal en todo el proceso, deviniendo, por
consiguiente, en un aspecto clave de la formación humana. En
la base de todo este proceso se promueve una cultura del diálogo y el
debate, como práctica y producción de valores en la apropiación activa
de la realidad, a través de la creación de espacios para la libre
expresión, lo cual permite que los valores se revelen y florezcan. En
los momentos actuales, tiempo de globalización neoliberal y enajenación
progresiva, el tema
“Revelación axiológica y Formación humana”, debe constituirse en
contenido prioritario de la reflexión y los discernimientos teóricos y
prácticos. Su incorporación a los programas curriculares deviene
necesidad insoslayable. Por supuesto, no para regodearnos en él, sino
para tomar conciencia que su revelación es un problema cultural complejo,
que hay que cultivarlo como hacemos con un árbol para que dé frutos
lozanos. En
esta propuesta partimos de la premisa de que
los valores sólo se revelan cuando son parte de la cultura. No es una
tarea que se forma por decreto o inculcando aquellas conductas y virtudes
que consideramos paradigmáticas. Hay que revelarlos todos los días con
espíritu cultural, yendo a las profundidades del ser humano con ciencia, conciencia y praxis. Introducción La
prueba de cada civilización humana está en la especie de
hombre y de mujer que en ella se produce. José
Martí Pérez (1853 – 1895) El
interés por el tema que se presenta en este trabajo se explica por sí
mismo, ya que posee una gran significación en la vida de la sociedad, por
constituir uno de los principales objetivos en el proceso del desarrollo
moral de nuestros niños, adolescentes, jóvenes y adultos; desarrollo
que, aunque polémico y no exento de contradicciones, debe producirse en
correspondencia con los principales valores que han guiado nuestro
proyecto social. No
existe una investigación específica sistematizada en este sentido, sin
embargo, hay trabajos valiosos que han servido de base a esta investigación[1].
En nuestro medio cultural y académico, tampoco resulta un tópico sobre
el cual se haya escrito mucho; de ahí su importancia científica social[2].
Este criterio es resultado de largos años de investigación, por parte
del autor, de este y otros temas y experiencias afines, entre los que se
encuentran la participación en numerosos eventos nacionales e
internacionales, en algunos de los cuales se han publicado los trabajos
presentados. Para
el desarrollo de la investigación se requirió del análisis de variadas
fuentes: bibliográficas, publicísticas y documentales, en orden de
importancia. De las fuentes bibliográficas obtuvimos la mayor información,
las cuales fueron consultadas en los fondos de las colecciones de libros
de la Biblioteca Nacional, de la Biblioteca Central de la Universidad de
la Habana, de la Biblioteca de Literatura y Lingüística y de otras
instituciones del país; así como de la Biblioteca de la Universidad
Nacional Autónoma de México y de la “Honorable Cámara de Diputados”
del Poder Legislativo, también de México. La
fuente bibliográfica fundamental, la constituyeron las obras del Dr.Sc.
Rigoberto Pupo Pupo, de las cuales obtuvimos
la orientación metodológica para incursionar en otras fuentes. Su
obra “Filosofía e identidad en el pensamiento de Medardo Vitier” y
“Medardo Vitier y la cultura cubana”, nos condujo a la consulta del
artículo: “Notas sobre la formación humana”, concepto que se ha
convertido en brújula orientadora de todo este trabajo. Asimismo, ha
contribuido en este empeño la obra titulada Identidad y “Subjetividad
Humana en José Martí”, en la cual su autor nos revela que una
estrategia investigativa dirigida en estos cauces no puede eludir, en modo
alguno, la asunción de posiciones y el establecimiento de determinadas
primacías en el discurso martiano. “En Martí, debido en parte a la
tradición cubana y latinoamericana y a su condición de artista, la
axiología ocupa un lugar central”. [3] Entre
las fuentes publicísticas destacamos la Revista Cubana, que ha
divulgado problemas sociales fundamentales; así como las revistas Cuba
Contemporánea, Bimestre Cubana y La Reforma Social. De
estas publicaciones, a pesar de lo valiosas que nos resultaron las tres
para la presente investigación, desempeñó un papel fundamental La
Revista Bimestre Cubana, por la diversidad de temas que ha abordado en
diferentes épocas históricas.
Se
consultaron documentos sobre la formación de valores en las nuevas
generaciones, editados por la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y
Tecnología de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Ministerio de
Educación Superior de la República de Cuba respectivamente, de donde
deducimos el alcance institucional de esta problemática en la actualidad.
Como
se puede observar en la bibliografía del trabajo, numerosos fueron los
autores y las obras consultadas que aportaron en mayor o menor medida
información válida para nuestra investigación, pero sólo hemos querido
destacar las que consideramos más importantes.
Resulta
difícil reflejar en una primera aproximación toda la riqueza que
encierra el tema de los valores, ya que muchas de sus aristas y facetas, aún
están por investigarse; no obstante, en los últimos años los problemas
vinculados al mismo atraen, cada vez más, la atención de filósofos,
psicólogos, pedagogos, juristas, etc. Esto no es casual, es resultado, a
nuestro entender, de la influencia de dos factores fundamentales: en
primer lugar, la necesidad del análisis crítico de algunos valores que
se han tornado vulnerables y al no resistir el examen de los nuevos
tiempos se han trasformado en contravalores[4];
en segundo lugar, y estrechamente vinculado con este primer aspecto, la
necesidad teórica y práctica de esclarecer la esencia de estos fenómenos,
así como el lugar que ocupan y el papel que desempeñan en la vida
social; pues se domina mucho
mejor si el dominado no tiene conciencia de ello. Los
antecedentes en el estudio de los problemas axiológicos rebasan los
marcos de este siglo y su concepción, en mayor o menor medida, respondió
siempre al logro de ciudadanos acordes con los principios éticos que
rigieron cada etapa de desarrollo histórico de la sociedad, pero se
adolecía de un ordenamiento que los convirtiera en una disciplina con
objeto de estudio propio e independiente. El
mismo término axiología, (del griego axia: valor, y logos: estudio,
tratado) a pesar de haberse comenzado a utilizar desde los inicios del
siglo XX, ya desde los tiempos de Sócrates, se empleaba, en particular,
el significado de conceptos tales como la belleza, el bien, el mal, etc. y
eran objeto de análisis de la así llamada “filosofía práctica“.
Sin embargo, no es hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando el estudio
de los valores ocupó un lugar propio e independiente, convirtiéndose en
una de las partes integrantes de la filosofía imperante. Durante
un largo tiempo (más o menos hasta mediados de los años 50 del siglo XX)
de la axiología se ocupaban, fundamentalmente, los representantes de la
filosofía burguesa. La llamada filosofía
marxista los estudiaba, aunque no de forma independiente. En
la actualidad el problema axiológico se ha universalizado y ha adquirido
un carácter multidisciplinar. Como resultado, se ha desarrollado
exitosamente la concepción científica de los valores y la valoración,
dando respuestas científicamente fundamentadas a toda una serie de
problemas claves de la axiología. Sin embargo, como se hizo alusión
anteriormente, muchos aspectos siguen siendo objeto de discusión y
necesitan ulterior elaboración. Entre ellos se pueden señalar los
siguientes: el problema de la correlación entre los conceptos valor y
significación, así como entre las valoraciones y los valores, el
mecanismo de reflejo de estos últimos en la imagen valorativa y muchos
otros. Aunque
parezca paradójico, estudiar los valores no es ni resulta algo armonioso,
exento de contradicciones o que concite unanimidad, ya que la primera
polémica surge con la propia denominación a utilizar, pues
resulta difícil apresar en un concepto el sector de la realidad que
denominamos formación humana, teniendo en cuenta que la educación moral
es su elemento clave. Y si esto es así; entonces, ¿cómo tributará la
misma al proceso completo de la formación de valores?, ya que en ella se
expresan al unísono el ser y el deber ser; la honestidad, el valor y la
orientación de valor; el motivo y el acto; el fin y los medios; los
derechos y los deberes; la culpa y la impunidad; etc. En
la Educación Superior cubana está bien delineada la política para la
formación de valores a partir de la conceptualización de integralidad en
el desarrollo de los educandos, como futuros profesionales de nuestra
sociedad. No obstante, existe la disyuntiva de ¿cómo garantizar de
manera consciente la labor educativa y político-ideológica, donde los
valores se erijan como pilares fundamentales de la cultura general e
integral de los estudiantes? Para
llevar a cabo esta política la Universidad cuenta con el “Proyecto
Educativo”. Los planteamientos esenciales sobre cómo orientar este
trabajo en las aulas universitarias, se recogen en el documento:
“Enfoque integral para desarrollar la labor educativa y político-ideológica
de los estudiantes”.[5]
En el mismo se identifican tres dimensiones: la curricular, la extensión
universitaria y la sociopolítica. La esencia de la propuesta es el
desarrollo del mencionado Proyecto Educativo, a partir de la acción
conjunta del colectivo de año con la imprescindible participación de los
estudiantes, pues en el mismo está contenida la guía orgánica para
armonizar todas las influencias educativas que caracterizan la formación
integral de los futuros profesionales, máxima aspiración de nuestra
sociedad. El
proceso de formación de valores, así como los enfoques en que se
sustenta, es el resultado de múltiples experiencias donde el asunto es
abordado en sus diferentes aristas. Para algunos autores este proceso es
tratado bajo el concepto de transversalidad y se asocia a las prácticas
curriculares, donde la labor educativa queda establecida en los objetivos
de cada nivel de enseñanza, adquiriendo diferentes modalidades para su
realización, donde el proyecto educativo tiene una significación
extraordinaria, pues en él se plasma el modelo pedagógico a formar, en términos
de valores, conocimientos, habilidades y convicciones que ha de
desarrollar en el marco escolar.[6] Para
otros autores la didáctica de la formación de valores adquiere su máxima
expresión en la relación bilateral y multilateral del sujeto, en
particular en la relación maestro-alumno en el proceso docente-educativo
donde tiene lugar la formación de valores a través del componente
intelectual mediante el cual las asignaturas pueden establecer la unidad
de lo cognitivo y lo afectivo para la asimilación de los conocimientos y
la formación de convicciones.[7]
Por
su parte, la existencia de diferentes métodos y procedimientos completan
la visión acerca de las diferentes formas en que los axiólogos sugieren
debe ser tratado el asunto, pues aunque no se trata de “recetas”, cada
uno de los procederes expuestos pueden ser utilizados en dependencia de
las circunstancias en las cuales están inmersos los educandos y los
educadores. No obstante, la casi inexistente sistematización del enfoque
de procesos, a nuestro entender, invalidan tales esfuerzos. Dado
que el paradigma de nuestra sociedad es la formación de un “hombre
nuevo”, multifacético e integral, con elevados valores humanos, la
educación está encaminada a cultivar a ese ser humano, ya que en este
proceso la escuela en general y la universidad en particular, desempeñan
el rol fundamental en su preparación para la vida. En esta perspectiva,
aunque existe plena coincidencia con los métodos y enfoques planteados,
consideramos que una propuesta de esta naturaleza requiere de un
tratamiento más amplio y profundo que el que hasta la actualidad se le ha
venido dando. En
el decursar del pensamiento universal son innumerables los valores humanos
que han sido reconocidos por los estudiosos, desde diversas perspectivas
filosóficas. Entre esos valores, los admitidos con mayor frecuencia son
los siguientes: humanismo, solidaridad, colectivismo, justicia, equidad,
libertad, patriotismo, internacionalismo, deber, dignidad, honor, sentido
de la vida, felicidad, independencia, laboriosidad, honestidad, honradez,
responsabilidad, organización y antimperialismo. Desde nuestro punto de
vista, si importante y necesario resulta desentrañar la esencia de cada
uno de ellos, más trascendente aún resulta percatarnos de que se adolece
de un tratamiento sistémico de los valores, como concepción filosófica,
que tribute al proceso completo de la formación humana, dirección y
sentido en toda su
complejidad. Precisamente
de lo anterior se desprende el
Objeto de estudio del presente trabajo: Revelación axiológica y formación
humana, en tanto proceso dialéctico complejo que asume los valores
como cauce formativo, como trinchera de ideas, siguiendo el espíritu
martiano, para la formación
humana. INTERROGANTE CIENTÍFICA: ¿Cómo
desplegar desde la filosofía de la educación, la organización sistémica
de los valores, en función de la formación humana? HIPÓTESIS: La revelación de
valores constituye cauce formativo para la formación humana, en tanto
orienta para la actividad creadora y la vida con sentido, al manifestar el
significado de la comprensión de su despliegue en el marco de la cultura
en que toma cuerpo.
OBJETIVOS:
Objetivo
general:
Develar la esencia de la relación revelación axiológica - formación humana como
un proceso dialéctico
complejo, en sus múltiples mediaciones. Objetivos específicos: 1.
Determinar los aportes realizados por autores cubanos y del pensamiento
universal, en general, sobre la formación de valores, con perspectiva holístico-cultural
y compleja, para fundamentar
teórica y filosóficamente la investigación propuesta. 2.
Revelar la esencia de los
valores en los marcos del sistema: necesidad-interés-fin-medios,
condiciones y resultados del devenir humano. 3.
Aprehender la integración sistémico-filosófica
de los valores en su revelación como proceso dialéctico de la formación
humana. 4.
Valorar la trascendencia cultural que tiene la revelación axiológica en
la formación humana, como
alternativa desalienadora ante los peligros de la crisis de valores y los
vacíos existenciales, presentes en la actualidad.
MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS LÓGICOS: Durante
el desarrollo de la investigación se hace uso, entre otras, de las
siguientes herramientas metodológicas: Método histórico-lógico, con
predominio del segundo; el método analítico-sintético;
Inductivo-deductivo; así como la observación, la generalización, el análisis
de fuentes documentales, los enfoques fenomenológicos, dialécticos y
hermenéuticos, ya que el fin de la investigación coincide con el
esclarecimiento del sentido del texto, partiendo de sus bases objetivas y
subjetivas (significaciones gramaticales de los vocablos y sus variaciones
históricamente condicionadas, propósitos del autor, etc.). TAREAS CIENTÍFICAS: La
metodología antes mencionada se complementa con las siguientes tareas: a).
Constatación de las concepciones teórico-metodológicas sostenidas por
autores cubanos y del pensamiento universal sobre la formación sistémica
de los valores y su revelación en conductas, con énfasis en la axiología
martiana,[8]
mediante el estudio de orientación bibliográfica. b).
Elaboración del marco teórico, sobre la base del estudio exploratorio,
lo cual nos permitió determinar problema y establecer hipótesis. c).
Fundamentación del marco conceptual, mediante la caracterización de los
conceptos centrales y operativos que conformarán la estructura del
trabajo: hombre, formación, actividad, sujeto, objeto, moral, valores,
cultura. d).
Determinación de los temas fundamentales que permitan revelar la
integración de la conducta axiológica en la sociedad. e).
Generalización de los resultados, a través de las conclusiones. f).
Elaboración de recomendaciones, con perspectiva de cambio e incluso de
subvertir el status existente. NOVEDAD CIENTÍFICA: La novedad
científica se funda en la sistematización y generalización de la
concepción de los valores desde una perspectiva sistémica, diferente a
las encontradas en los cuerpos de doctrinas de las fuentes de información
consultadas. Se devela la axiología en relación con la formación
humana, en los marcos de una estructura lógico-filosófica, cuya
manifestación se expresa en una relación e interrelación armónica en
la esfera de la actividad humana y su concreción e inserción en la
cultura. ESTRUCTURA DEL TRABAJO: La
investigación está estructurada en dos capítulos y su desarrollo
transcurre de lo general (las diversas teorías éticas y axiológicas) a
lo particular en la estructuración de los temas principales que tienen
que ver con la integración de la formación humana que debe poseer toda
persona, sin perder de vista las mediaciones plurales en que transcurre la
dialéctica de dicho proceso y que bajo su hilo metodológico nos conduce
a su sistematización. La
consecución de este ideal de racionalidad presupone el reflejo fenoménico
de una transición que viene teniendo lugar en la ciencia: el enfoque de
la complejidad[9]
que, como método de pensamiento, supera las dicotomías de los enfoques
disciplinarios del saber y propone un alcance transdisciplinario, a lo
cual no escapa la filosofía como ciencia que en su desenvolvimiento dialéctico
absorbe el contenido de la presente investigación.
El
primer capítulo, titulado “La formación humana como expresión del
hombre en su plenitud”, contiene tres epígrafes y tiene como objetivo
trabajar el marco teórico general en que se fundamenta la visión
integradora del objeto de investigación. En el mismo, primeramente se
desarrolla una amplia temática donde se despliega una eticidad concreta
en pos de la formación humana, que se convierte en brújula orientadora
de todo el trabajo al aproximarnos a la naturaleza de su configuración
que denominamos educación moral. Esto se concreta en el despliegue del
aparato que evidencia los valores que le dan perennidad
a la formación humana como concepto generalizador y si bien no
agotan su contenido, ni el del capítulo, al menos se aproxima a sus
momentos medulares. Estos son: 1.
La moral como elemento clave de la formación humana, donde se concretan
en la práctica los postulados teóricos expuestos en esta primera parte,
proponiéndose las normas que, en este tema (Moral), deben regir la
integración de la conducta axiológica en la sociedad. 2. La dimensión
axiológica del hombre: Los valores. En este sentido, destacamos que los
valores son una parte importante de la vida espiritual e ideológica de la
sociedad y del mundo interno de los individuos; son una producción de la
conciencia (social e individual) y existen en unidad y diferencia con los
contravalores. Dentro del sistema de valores de la sociedad se encuentran
los valores políticos, jurídicos, morales, estéticos, filosóficos,
científicos y religiosos. El contenido del sistema de valores es una
expresión específica de las condiciones económico-sociales y clasista
de una época histórica concreta, en su dialéctica con el contenido
humano universal que estos encierran. 3. El ideal unitario, conformado por
la bondad, la verdad, la belleza y sus mediaciones esenciales: virtud,
amor, valentía, ya que cada una de las formulaciones y conceptos
empleados conmina a que se demuestre su validez. El
segundo capítulo, titulado “La subjetividad individual en la formación
de valores”, también está dividido en tres epígrafes y en el mismo se
aborda el objeto de investigación a un mayor nivel de concreción, en
tanto el análisis se dirige a elementos sustanciales, de cuyos marcos
conceptuales emergen las premisas para cerrar el mismo con lógica
argumentación. Por eso, son objeto de estudio problemas de índole axiológico,
donde, ante todo, se trata de establecer cuál es la naturaleza propia de
los valores. ¿Representan acaso un producto del intelecto y la voluntad
del hombre?, o ¿constituyen una esencia ideal, la
cual se objetiva y existe a través de los tiempos? ¿Son a la vez
fenómenos objetivos y subjetivos, producto de la actividad práctica de
los hombres? Los contenidos que dan respuestas o encauzan al capítulo,
son: 1.
Especificidad del concepto subjetividad individual, donde se hace hincapié,
fundamentalmente, en las posiciones asumidas ante las interrogantes
planteadas y, en tal sentido, los sociólogos contemporáneos rechazan
tanto la interpretación idealista objetiva como la idealista subjetiva de
los valores. Sin embargo, está bastante difundido entre ellos el punto de
vista según el cual los valores, por su naturaleza, constituyen la unidad
de lo objetivo y lo subjetivo; por cuanto los valores surgen en la relación
sujeto-objeto y sujeto-sujeto (afirman los autores que sostienen este
punto de vista). Ellos son por un lado objetivos, ya que dependen de las
propiedades objetivas de los fenómenos; y
por otro, subjetivos puesto que están determinados por la
correspondencia de esas propiedades objetivas con las necesidades e
intereses del hombre y por lo tanto dependen del sujeto y de sus
particularidades. Los valores son objetivos porque objetiva es la
actividad práctico-material y las necesidades e intereses humanos de la
cual ellos surgen y subjetivos, por las mismas causas, es decir, por el
carácter práctico espiritual del devenir humano y las necesidades e
intereses que les sirven de mediación. Sin embargo, como es conocido, en
valor pueden convertirse también determinadas formaciones espirituales
como son las ideas, las teorías, etc., por eso, en este capítulo
tratamos de analizar más detalladamente cómo asume el hombre la regulación
moral y, lo que es más importante aún, cómo se produce el desarrollo
moral individual. 2.
La felicidad humana en el hombre. En este epígrafe del capítulo,
partiendo de que la esencia del hombre radica en el movimiento perpetuo y
libre hacia sus fines naturales y sociales, apuntalamos la idea general
del mismo, cuestionando ¿cuáles son esos fines naturales de la esencia
humana?, de la cual no podemos hablar sin referirnos
a la búsqueda de la felicidad, percibida desde el punto de vista
cultural. También se sintetizan los elementos consustanciales al capítulo,
expresado en las determinaciones de los conceptos justicia, con particular
énfasis en el derecho; razón; libertad y, a partir de aquí, exponemos
los aspectos esenciales en que toma cuerpo la conducta del hombre en la
sociedad. De
este modo, el segundo capítulo, además de dar cuenta de la pertinencia
del primero y ocupar un peldaño de mayor particularidad, sienta las bases
para comprender y asumir con sentido abierto y dinámico la realidad específica
objeto de investigación que constituye el contenido del epígrafe 3.
“La formación humanista como alternativa desalienadora ante la crisis
de valores”. En el mismo, primeramente nos aproximamos al análisis de
la crisis de valores como pérdida, pero sobre todo, como posibilidad de
crecimiento axiológico; es decir, como punto de partida para la formación
de nuevos valores, un modo de búsqueda de la verdad. Para ello, se
analiza la incidencia de algunas conmociones, desajustes y fealdades que
se han expresado en el ámbito de los valores sociales y cómo el siglo
XX, en sentido general, estuvo acosado por el agobio, las frustraciones,
la zozobra y la desesperación, situación esta que encontró algún eco o
expresión en el sistema de valores prevalecientes de nuestro pueblo.
Asimismo, se intenta explicar, desde nuestro punto de vista, con una
fundamentación adecuada, el peligro que representa para una ciencia
tratar de operar sin tener en cuenta los verdaderos valores humanos.
También
se persigue suplir la carencia teórica de conceptos, como los que
aparecen en los anexos, propuestos para ser perfeccionados paulatinamente
con la participación y colaboración de todos los hombres debidamente
interesados en dicho propósito, pues un ejemplar que contenga modos de
comportamientos como los expresados ahí, no debería faltar en los
hogares e instituciones cubanas, sustituyendo el texto básico que
fundamentara y sirviera de guía para normar la conducta axiológica en la
sociedad. Lo anterior se puede constatar en cada uno de los anexos
derivados de la concepción metodológica aplicada para la formación de
valores en las sedes universitarias municipales, los cuales se fundamentan
en el principio de correspondencia entre lo que decimos y lo que hacemos.
A saber: ANEXO I Escalas
valorativas en que se miden las cualidades propuestas para la revelación
axiológica en la estrategia metodológica aplicada; ANEXO II Conceptos validados en la aplicación de la estrategia; ANEXO
III Esquema ilustrativo de integración de los temas transversales y
las materias o disciplinas curriculares; ANEXO
IV Método propuesto para el análisis y realización de las
cualidades; ANEXO V Análisis
de los resultados de la aplicación de la estrategia; ANEXO
VI Cuestionario (diagnóstico inicial); ANEXO
VII Cuestionario (diagnóstico final). Consideramos
que estas directrices del trabajo metodológico serán de una
extraordinaria importancia para los especialistas y estudiosos del tema;
así como para los maestros y profesores, que se encargarán de aplicarlos
en su quehacer profesional, ya que hemos hecho uso de un lenguaje directo,
preciso, sin rebusques o entrampes psicológicos, siempre honesto,
llamando a las cosas por su nombre, sin concesiones ni eufemismos, sino
con el afán de que se reconozca, sin exageraciones manipuladoras, lo
inconveniente o grave que resulta un proceder específico. En este libro se han trabajado las definiciones de los vocablos más importantes, que según criterios de expertos figuran en la vida del hombre, los que podrán localizarse por medio del índice en cada uno de los diferentes capítulos. Los términos expuestos, en cada uno de ellos, no son exclusivamente una recopilación de palabras extraídas del diccionario o de la enciclopedia, sino una exposición interesadamente científica de conceptos mejor precisados, corregidos, reformulados o formulados de propio puño, siempre que ha sido necesario y se ha podido hacer; refiriendo dentro de una estructura lógico-filosófica la manifestación de una relación e interacción armónica en la esfera óntico-lógica de los valores humanos, siempre presentes de manera real en la existencia, pero hasta ahora enormemente pasados por alto por formuladores de cuerpos de doctrinas filosóficas, lógicas, éticas o religiosas.
[1] En nuestro medio filosófico los valores se han estudiado por diferentes autores como son: Zaira Rodríguez Ugidos, Rigoberto Pupo Pupo, Armando Chávez Antúnez, José Ramón Fabelo Corzo, Luis R. López Bombino, María Isabel Domínguez, Nancy Chacón Arteaga, América Pérez, Edgar Romero, etc. También se han analizado en el Centro de Perfeccionamiento para la Educación Superior; en el Centro de Estudios de la Unión de Jóvenes Comunistas; en el Centro de Estudios Psicológicos y Sociológicos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; En la propia Academia de Ciencias de Cuba y se han hecho otros trabajos en la Universidad de Matanzas, Camagüey, Santiago de Cuba e incluso por directivos del Ministerio de Educación Superior. En el ámbito internacional se destacan los trabajos de Adela Cortina, Victoria Camps, Tomás Lickona, Silvio Pellico, A. Maslow, R. Frondizi, Erich From, Mauro González Luna, G. Celis, Francisco Alberoni, A. Heller, José R. Régil Vélez, José Luis Aranguren, E. Gevilla y otros. [2]
En opinión de un estudioso de esta temática, Dr. Luis R. López
Bombino, “La interiorización del valor y su formación ha sido poco
o nada estudiada en nuestro medio académico y cultural. De ahí,
justamente, su importancia teórica y práctica”. Véase López
Bombino, Luis R. (2002): Ética y Sociedad, Tomo I, P. 165. [3]
Pupo Pupo, Rigoberto (2004): Identidad y Subjetividad Humana en José
Martí. Editado por la Universidad Popular de la Chontalpa, Tabasco,
México, P. 30 -31. [4] Se llaman contravalores y no “valores negativos”, a todas aquellas cosas, defectos o vicios que se contraponen a las virtudes o valores. [5] MES (1997): “Enfoque integral para desarrollar la labor educativa y político-ideológica de los estudiantes”. [6] Díaz D., Teresa (1998): Pedagogía y Didáctica. CEDAL. 1era Edición. Rizadla. Colombia. [7] Viciedo D., Consuelo (1998): Una didáctica de la formación de valores. Revista Bimestre Cubana. SE.AP.Vol. LXXXIV. No. 9. [8] Hacemos énfasis en José Martí, ya que en él la axiología aparece inserta en la cultura como devenir humano, en todos sus componentes estructurales (valores) y sus expresiones jerárquicas; pues ningún valor le resultó ajeno. Esto no niega los eslabones precedentes y subsiguientes que aparecen en el proceso. Todo lo contrario, lo presupone; pues toda síntesis (y Martí lo es) incluye, de modo superado, las múltiples determinaciones y mediaciones de la totalidad orgánica que refleja y reproduce. [9] Véanse: Morín, E. (1990): Introducción al pensamiento complejo. Editorial Gedisa, Barcelona; C. Maldonado (1990): Visión sobre la complejidad. Ediciones El Bosque, Santa fe de Bogotá; Ruiz, A. (1998): Humberto Maturana y su contribución a las ciencias de la complejidad. Metapolítica, vol. 2, N0. 8, DF. México. |
Jorge Valmaseda Valmaseda
De “Revelación Axiológica y Formación Humana”
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