Resumen - Introducción 
De “Revelación Axiológica y Formación Humana” 
Autor: Dr. Jorge Valmaseda Valmaseda
Profesor Titular de la Universidad de La Habana, Cuba.

Resumen

 

La investigación objeto de estudio, en el presente trabajo, se funda en la sistematización y generalización de la concepción de los valores desde una perspectiva sistémica, diferente a las encontradas en los cuerpos de doctrinas de las fuentes de información consultadas. En el mismo  se devela la axiología en relación con la formación humana, en los marcos de una estructura lógico-filosófica, cuya manifestación se expresa en una relación e interrelación armónica en la esfera de la actividad humana y su concreción e inserción en la cultura.

 

Se arriba a la conclusión de que la formación de valores es el punto central de la formación humana, porque pretende dar dirección y sentido al ser humano como un todo. En el caso que nos ocupa, su tratamiento ha sido conceptualizado como uno de los componentes esenciales del saber filosófico y como un eje transversal en todo el proceso, deviniendo, por consiguiente, en un aspecto clave de la formación humana. En la base de todo este proceso se promueve una cultura del diálogo y el debate, como práctica y producción de valores en la apropiación activa de la realidad, a través de la creación de espacios para la libre expresión, lo cual permite que los valores se revelen y florezcan.

 

En los momentos actuales, tiempo de globalización neoliberal y enajenación progresiva,  el tema “Revelación axiológica y Formación humana”, debe constituirse en contenido prioritario de la reflexión y los discernimientos teóricos y prácticos. Su incorporación a los programas curriculares deviene necesidad insoslayable. Por supuesto, no para regodearnos en él, sino para tomar conciencia que su revelación es un problema cultural complejo, que hay que cultivarlo como hacemos con un árbol para que dé frutos lozanos.

 

En esta propuesta partimos de la premisa de que los valores sólo se revelan cuando son parte de la cultura. No es una tarea que se forma por decreto o inculcando aquellas conductas y virtudes que consideramos paradigmáticas. Hay que revelarlos todos los días con espíritu cultural, yendo a las profundidades del ser humano con ciencia,  conciencia y praxis. 

 

 

Introducción

 

La prueba de cada civilización humana está en la especie

de hombre y de mujer que en ella se produce.

José Martí Pérez (1853 – 1895)

 

El interés por el tema que se presenta en este trabajo se explica por sí mismo, ya que posee una gran significación en la vida de la sociedad, por constituir uno de los principales objetivos en el proceso del desarrollo moral de nuestros niños, adolescentes, jóvenes y adultos; desarrollo que, aunque polémico y no exento de contradicciones, debe producirse en correspondencia con los principales valores que han guiado nuestro proyecto social.

 

No existe una investigación específica sistematizada en este sentido, sin embargo, hay trabajos valiosos que han servido de base a esta investigación[1]. En nuestro medio cultural y académico, tampoco resulta un tópico sobre el cual se haya escrito mucho; de ahí su importancia científica social[2]. Este criterio es resultado de largos años de investigación, por parte del autor, de este y otros temas y experiencias afines, entre los que se encuentran la participación en numerosos eventos nacionales e internacionales, en algunos de los cuales se han publicado los trabajos presentados.

 

Para el desarrollo de la investigación se requirió del análisis de variadas fuentes: bibliográficas, publicísticas y documentales, en orden de importancia. De las fuentes bibliográficas obtuvimos la mayor información, las cuales fueron consultadas en los fondos de las colecciones de libros de la Biblioteca Nacional, de la Biblioteca Central de la Universidad de la Habana, de la Biblioteca de Literatura y Lingüística y de otras instituciones del país; así como de la Biblioteca de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la “Honorable Cámara de Diputados” del Poder Legislativo, también de México.

 

La fuente bibliográfica fundamental, la constituyeron las obras del Dr.Sc. Rigoberto Pupo Pupo, de las cuales obtuvimos  la orientación metodológica para incursionar en otras fuentes. Su obra “Filosofía e identidad en el pensamiento de Medardo Vitier” y “Medardo Vitier y la cultura cubana”, nos condujo a la consulta del artículo: “Notas sobre la formación humana”, concepto que se ha convertido en brújula orientadora de todo este trabajo. Asimismo, ha contribuido en este empeño la obra titulada Identidad y “Subjetividad Humana en José Martí”, en la cual su autor nos revela que una estrategia investigativa dirigida en estos cauces no puede eludir, en modo alguno, la asunción de posiciones y el establecimiento de determinadas primacías en el discurso martiano. “En Martí, debido en parte a la tradición cubana y latinoamericana y a su condición de artista, la axiología ocupa un lugar central”. [3]

 

Entre las fuentes publicísticas destacamos la Revista Cubana, que ha divulgado problemas sociales fundamentales; así como las revistas Cuba Contemporánea, Bimestre Cubana y La Reforma Social. De estas publicaciones, a pesar de lo valiosas que nos resultaron las tres para la presente investigación, desempeñó un papel fundamental La Revista Bimestre Cubana, por la diversidad de temas que ha abordado en diferentes épocas históricas.   

 

Se consultaron documentos sobre la formación de valores en las nuevas generaciones, editados por la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Ministerio de Educación Superior de la República de Cuba respectivamente, de donde deducimos el alcance institucional de esta problemática en la actualidad.

 

Como se puede observar en la bibliografía del trabajo, numerosos fueron los autores y las obras consultadas que aportaron en mayor o menor medida información válida para nuestra investigación, pero sólo hemos querido destacar las que consideramos más importantes. 

 

Resulta difícil reflejar en una primera aproximación toda la riqueza que encierra el tema de los valores, ya que muchas de sus aristas y facetas, aún están por investigarse; no obstante, en los últimos años los problemas vinculados al mismo atraen, cada vez más, la atención de filósofos, psicólogos, pedagogos, juristas, etc. Esto no es casual, es resultado, a nuestro entender, de la influencia de dos factores fundamentales: en primer lugar, la necesidad del análisis crítico de algunos valores que se han tornado vulnerables y al no resistir el examen de los nuevos tiempos se han trasformado en contravalores[4]; en segundo lugar, y estrechamente vinculado con este primer aspecto, la necesidad teórica y práctica de esclarecer la esencia de estos fenómenos, así como el lugar que ocupan y el papel que desempeñan en la vida social; pues se  domina mucho mejor si el dominado no tiene conciencia de ello.

 

Los antecedentes en el estudio de los problemas axiológicos rebasan los marcos de este siglo y su concepción, en mayor o menor medida, respondió siempre al logro de ciudadanos acordes con los principios éticos que rigieron cada etapa de desarrollo histórico de la sociedad, pero se adolecía de un ordenamiento que los convirtiera en una disciplina con objeto de estudio propio e independiente.

 

El mismo término axiología, (del griego axia: valor, y logos: estudio, tratado) a pesar de haberse comenzado a utilizar desde los inicios del siglo XX, ya desde los tiempos de Sócrates, se empleaba, en particular, el significado de conceptos tales como la belleza, el bien, el mal, etc. y eran objeto de análisis de la así llamada “filosofía práctica“. Sin embargo, no es hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando el estudio de los valores ocupó un lugar propio e independiente, convirtiéndose en  una de las partes integrantes de la filosofía imperante. Durante un largo tiempo (más o menos hasta mediados de los años 50 del siglo XX) de la axiología se ocupaban, fundamentalmente, los representantes de la filosofía burguesa. La llamada filosofía  marxista los estudiaba, aunque no de forma independiente.

 

En la actualidad el problema axiológico se ha universalizado y ha adquirido un carácter multidisciplinar. Como resultado, se ha desarrollado exitosamente la concepción científica de los valores y la valoración, dando respuestas científicamente fundamentadas a toda una serie de problemas claves de la axiología. Sin embargo, como se hizo alusión anteriormente, muchos aspectos siguen siendo objeto de discusión y necesitan ulterior elaboración. Entre ellos se pueden señalar los siguientes: el problema de la correlación entre los conceptos valor y significación, así como entre las valoraciones y los valores, el mecanismo de reflejo de estos últimos en la imagen valorativa y muchos otros.

 

Aunque parezca paradójico, estudiar los valores no es ni resulta algo armonioso, exento de contradicciones o que concite unanimidad, ya que la primera  polémica surge con la propia denominación a utilizar, pues resulta difícil apresar en un concepto el sector de la realidad que denominamos formación humana, teniendo en cuenta que la educación moral es su elemento clave. Y si esto es así; entonces, ¿cómo tributará la misma al proceso completo de la formación de valores?, ya que en ella se expresan al unísono el ser y el deber ser; la honestidad, el valor y la orientación de valor; el motivo y el acto; el fin y los medios; los derechos y los deberes; la culpa y la impunidad; etc.

 

En la Educación Superior cubana está bien delineada la política para la formación de valores a partir de la conceptualización de integralidad en el desarrollo de los educandos, como futuros profesionales de nuestra sociedad. No obstante, existe la disyuntiva de ¿cómo garantizar de manera consciente la labor educativa y político-ideológica, donde los valores se erijan como pilares fundamentales de la cultura general e integral de los estudiantes?

 

Para llevar a cabo esta política la Universidad cuenta con el “Proyecto Educativo”. Los planteamientos esenciales sobre cómo orientar este trabajo en las aulas universitarias, se recogen en el documento: “Enfoque integral para desarrollar la labor educativa y político-ideológica de los estudiantes”.[5] En el mismo se identifican tres dimensiones: la curricular, la extensión universitaria y la sociopolítica. La esencia de la propuesta es el desarrollo del mencionado Proyecto Educativo, a partir de la acción conjunta del colectivo de año con la imprescindible participación de los estudiantes, pues en el mismo está contenida la guía orgánica para armonizar todas las influencias educativas que caracterizan la formación integral de los futuros profesionales, máxima aspiración de nuestra sociedad.

 

El proceso de formación de valores, así como los enfoques en que se sustenta, es el resultado de múltiples experiencias donde el asunto es abordado en sus diferentes aristas. Para algunos autores este proceso es tratado bajo el concepto de transversalidad y se asocia a las prácticas curriculares, donde la labor educativa queda establecida en los objetivos de cada nivel de enseñanza, adquiriendo diferentes modalidades para su realización, donde el proyecto educativo tiene una significación extraordinaria, pues en él se plasma el modelo pedagógico a formar, en términos de valores, conocimientos, habilidades y convicciones que ha de desarrollar en el marco escolar.[6]

 

Para otros autores la didáctica de la formación de valores adquiere su máxima expresión en la relación bilateral y multilateral del sujeto, en particular en la relación maestro-alumno en el proceso docente-educativo donde tiene lugar la formación de valores a través del componente intelectual mediante el cual las asignaturas pueden establecer la unidad de lo cognitivo y lo afectivo para la asimilación de los conocimientos y la formación de convicciones.[7] 

 

Por su parte, la existencia de diferentes métodos y procedimientos completan la visión acerca de las diferentes formas en que los axiólogos sugieren debe ser tratado el asunto, pues aunque no se trata de “recetas”, cada uno de los procederes expuestos pueden ser utilizados en dependencia de las circunstancias en las cuales están inmersos los educandos y los educadores. No obstante, la casi inexistente sistematización del enfoque de procesos, a nuestro entender, invalidan tales esfuerzos.

 

Dado que el paradigma de nuestra sociedad es la formación de un “hombre nuevo”, multifacético e integral, con elevados valores humanos, la educación está encaminada a cultivar a ese ser humano, ya que en este proceso la escuela en general y la universidad en particular, desempeñan el rol fundamental en su preparación para la vida. En esta perspectiva, aunque existe plena coincidencia con los métodos y enfoques planteados, consideramos que una propuesta de esta naturaleza requiere de un tratamiento más amplio y profundo que el que hasta la actualidad se le ha venido dando.

 

En el decursar del pensamiento universal son innumerables los valores humanos que han sido reconocidos por los estudiosos, desde diversas perspectivas filosóficas. Entre esos valores, los admitidos con mayor frecuencia son los siguientes: humanismo, solidaridad, colectivismo, justicia, equidad, libertad, patriotismo, internacionalismo, deber, dignidad, honor, sentido de la vida, felicidad, independencia, laboriosidad, honestidad, honradez, responsabilidad, organización y antimperialismo. Desde nuestro punto de vista, si importante y necesario resulta desentrañar la esencia de cada uno de ellos, más trascendente aún resulta percatarnos de que se adolece de un tratamiento sistémico de los valores, como concepción filosófica, que tribute al proceso completo de la formación humana, dirección y sentido en  toda su complejidad.

 

Precisamente de lo anterior se desprende el Objeto de estudio del presente trabajo: Revelación axiológica y formación humana, en tanto proceso dialéctico complejo que asume los valores como cauce formativo, como trinchera de ideas, siguiendo el espíritu martiano, para  la formación humana.

 

INTERROGANTE CIENTÍFICA: ¿Cómo desplegar desde la filosofía de la educación, la organización sistémica de los valores, en función de la formación humana?

 

HIPÓTESIS: La revelación de valores constituye cauce formativo para la formación humana, en tanto orienta para la actividad creadora y la vida con sentido, al manifestar el significado de la comprensión de su despliegue en el marco de la cultura en que toma cuerpo.

 

 OBJETIVOS:

Objetivo general: Develar la esencia de  la relación revelación axiológica - formación humana como un proceso dialéctico complejo, en sus múltiples mediaciones.

Objetivos específicos:

1. Determinar los aportes realizados por autores cubanos y del pensamiento universal, en general, sobre la formación de valores, con perspectiva holístico-cultural y  compleja, para fundamentar teórica y filosóficamente la investigación propuesta.

2. Revelar la esencia de los valores en los marcos del sistema: necesidad-interés-fin-medios, condiciones y resultados del devenir humano.

3. Aprehender la integración sistémico-filosófica de los valores en su revelación como proceso dialéctico de la formación humana.

 4. Valorar la trascendencia cultural que tiene la revelación axiológica en la  formación humana, como alternativa desalienadora ante los peligros de la crisis de valores y los vacíos existenciales, presentes en la actualidad.

 

MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS LÓGICOS: Durante el desarrollo de la investigación se hace uso, entre otras, de las siguientes herramientas metodológicas: Método histórico-lógico, con predominio del segundo; el método analítico-sintético; Inductivo-deductivo; así como la observación, la generalización, el análisis de fuentes documentales, los enfoques fenomenológicos, dialécticos y hermenéuticos, ya que el fin de la investigación coincide con el esclarecimiento del sentido del texto, partiendo de sus bases objetivas y subjetivas (significaciones gramaticales de los vocablos y sus variaciones históricamente condicionadas, propósitos del autor, etc.).

 

TAREAS CIENTÍFICAS: La metodología antes mencionada se complementa con las siguientes tareas:

a). Constatación de las concepciones teórico-metodológicas sostenidas por autores cubanos y del pensamiento universal sobre la formación sistémica de los valores y su revelación en conductas, con énfasis en la axiología martiana,[8] mediante el estudio de orientación bibliográfica.

b). Elaboración del marco teórico, sobre la base del estudio exploratorio, lo cual nos permitió determinar problema y establecer hipótesis.

c). Fundamentación del marco conceptual, mediante la caracterización de los conceptos centrales y operativos que conformarán la estructura del trabajo: hombre, formación, actividad, sujeto, objeto, moral, valores, cultura.

d). Determinación de los temas fundamentales que permitan revelar la integración de la conducta axiológica en la sociedad.

e). Generalización de los resultados, a través de las conclusiones.

 f). Elaboración de recomendaciones, con perspectiva de cambio e incluso de subvertir el status existente.

 

NOVEDAD CIENTÍFICA: La novedad científica se funda en la sistematización y generalización de la concepción de los valores desde una perspectiva sistémica, diferente a las encontradas en los cuerpos de doctrinas de las fuentes de información consultadas. Se devela la axiología en relación con la formación humana, en los marcos de una estructura lógico-filosófica, cuya manifestación se expresa en una relación e interrelación armónica en la esfera de la actividad humana y su concreción e inserción en la cultura.

 

ESTRUCTURA DEL TRABAJO:

La investigación está estructurada en dos capítulos y su desarrollo transcurre de lo general (las diversas teorías éticas y axiológicas) a lo particular en la estructuración de los temas principales que tienen que ver con la integración de la formación humana que debe poseer toda persona, sin perder de vista las mediaciones plurales en que transcurre la dialéctica de dicho proceso y que bajo su hilo metodológico nos conduce a su sistematización.

 

La consecución de este ideal de racionalidad presupone el reflejo fenoménico de una transición que viene teniendo lugar en la ciencia: el enfoque de la complejidad[9] que, como método de pensamiento, supera las dicotomías de los enfoques disciplinarios del saber y propone un alcance transdisciplinario, a lo cual no escapa la filosofía como ciencia que en su desenvolvimiento dialéctico absorbe el contenido de la presente investigación.   

 

El primer capítulo, titulado “La formación humana como expresión del hombre en su plenitud”, contiene tres epígrafes y tiene como objetivo trabajar el marco teórico general en que se fundamenta la visión integradora del objeto de investigación. En el mismo, primeramente se desarrolla una amplia temática donde se despliega una eticidad concreta en pos de la formación humana, que se convierte en brújula orientadora de todo el trabajo al aproximarnos a la naturaleza de su configuración que denominamos educación moral. Esto se concreta en el despliegue del aparato que evidencia los valores que le dan perennidad  a la formación humana como concepto generalizador y si bien no agotan su contenido, ni el del capítulo, al menos se aproxima a sus momentos medulares. Estos son:

 

1. La moral como elemento clave de la formación humana, donde se concretan en la práctica los postulados teóricos expuestos en esta primera parte, proponiéndose las normas que, en este tema (Moral), deben regir la integración de la conducta axiológica en la sociedad. 2. La dimensión axiológica del hombre: Los valores. En este sentido, destacamos que los valores son una parte importante de la vida espiritual e ideológica de la sociedad y del mundo interno de los individuos; son una producción de la conciencia (social e individual) y existen en unidad y diferencia con los contravalores. Dentro del sistema de valores de la sociedad se encuentran los valores políticos, jurídicos, morales, estéticos, filosóficos, científicos y religiosos. El contenido del sistema de valores es una expresión específica de las condiciones económico-sociales y clasista de una época histórica concreta, en su dialéctica con el contenido humano universal que estos encierran. 3. El ideal unitario, conformado por la bondad, la verdad, la belleza y sus mediaciones esenciales: virtud, amor, valentía, ya que cada una de las formulaciones y conceptos empleados conmina a que se demuestre su validez.

 

El segundo capítulo, titulado “La subjetividad individual en la formación de valores”, también está dividido en tres epígrafes y en el mismo se aborda el objeto de investigación a un mayor nivel de concreción, en tanto el análisis se dirige a elementos sustanciales, de cuyos marcos conceptuales emergen las premisas para cerrar el mismo con lógica argumentación. Por eso, son objeto de estudio problemas de índole axiológico, donde, ante todo, se trata de establecer cuál es la naturaleza propia de los valores. ¿Representan acaso un producto del intelecto y la voluntad del hombre?, o ¿constituyen una esencia ideal, la  cual se objetiva y existe a través de los tiempos? ¿Son a la vez fenómenos objetivos y subjetivos, producto de la actividad práctica de los hombres? Los contenidos que dan respuestas o encauzan al capítulo, son:

 

1. Especificidad del concepto subjetividad individual, donde se hace hincapié, fundamentalmente, en las posiciones asumidas ante las interrogantes planteadas y, en tal sentido, los sociólogos contemporáneos rechazan tanto la interpretación idealista objetiva como la idealista subjetiva de los valores. Sin embargo, está bastante difundido entre ellos el punto de vista según el cual los valores, por su naturaleza, constituyen la unidad de lo objetivo y lo subjetivo; por cuanto los valores surgen en la relación sujeto-objeto y sujeto-sujeto (afirman los autores que sostienen este punto de vista). Ellos son por un lado objetivos, ya que dependen de las propiedades objetivas de los fenómenos; y  por otro, subjetivos puesto que están determinados por la correspondencia de esas propiedades objetivas con las necesidades e intereses del hombre y por lo tanto dependen del sujeto y de sus particularidades. Los valores son objetivos porque objetiva es la actividad práctico-material y las necesidades e intereses humanos de la cual ellos surgen y subjetivos, por las mismas causas, es decir, por el carácter práctico espiritual del devenir humano y las necesidades e intereses que les sirven de mediación. Sin embargo, como es conocido, en valor pueden convertirse también determinadas formaciones espirituales como son las ideas, las teorías, etc., por eso, en este capítulo tratamos de analizar más detalladamente cómo asume el hombre la regulación moral y, lo que es más importante aún, cómo se produce el desarrollo moral individual.

 

 2. La felicidad humana en el hombre. En este epígrafe del capítulo, partiendo de que la esencia del hombre radica en el movimiento perpetuo y libre hacia sus fines naturales y sociales, apuntalamos la idea general del mismo, cuestionando ¿cuáles son esos fines naturales de la esencia humana?, de la cual no podemos hablar sin referirnos  a la búsqueda de la felicidad, percibida desde el punto de vista cultural. También se sintetizan los elementos consustanciales al capítulo, expresado en las determinaciones de los conceptos justicia, con particular énfasis en el derecho; razón; libertad y, a partir de aquí, exponemos los aspectos esenciales en que toma cuerpo la conducta del hombre en la sociedad.

 

De este modo, el segundo capítulo, además de dar cuenta de la pertinencia del primero y ocupar un peldaño de mayor particularidad, sienta las bases para comprender y asumir con sentido abierto y dinámico la realidad específica objeto de investigación que constituye el contenido del epígrafe 3. “La formación humanista como alternativa desalienadora ante la crisis de valores”. En el mismo, primeramente nos aproximamos al análisis de la crisis de valores como pérdida, pero sobre todo, como posibilidad de crecimiento axiológico; es decir, como punto de partida para la formación de nuevos valores, un modo de búsqueda de la verdad. Para ello, se analiza la incidencia de algunas conmociones, desajustes y fealdades que se han expresado en el ámbito de los valores sociales y cómo el siglo XX, en sentido general, estuvo acosado por el agobio, las frustraciones, la zozobra y la desesperación, situación esta que encontró algún eco o expresión en el sistema de valores prevalecientes de nuestro pueblo. Asimismo, se intenta explicar, desde nuestro punto de vista, con una fundamentación adecuada, el peligro que representa para una ciencia tratar de operar sin tener en cuenta los verdaderos valores humanos. 

 

También se persigue suplir la carencia teórica de conceptos, como los que aparecen en los anexos, propuestos para ser perfeccionados paulatinamente con la participación y colaboración de todos los hombres debidamente interesados en dicho propósito, pues un ejemplar que contenga modos de comportamientos como los expresados ahí, no debería faltar en los hogares e instituciones cubanas, sustituyendo el texto básico que fundamentara y sirviera de guía para normar la conducta axiológica en la sociedad. Lo anterior se puede constatar en cada uno de los anexos derivados de la concepción metodológica aplicada para la formación de valores en las sedes universitarias municipales, los cuales se fundamentan en el principio de correspondencia entre lo que decimos y lo que hacemos. A saber: ANEXO I Escalas valorativas en que se miden las cualidades propuestas para la revelación axiológica en la estrategia metodológica aplicada; ANEXO II Conceptos validados en la aplicación de la estrategia; ANEXO III Esquema ilustrativo de integración de los temas transversales y las materias o disciplinas curriculares; ANEXO IV Método propuesto para el análisis y realización de las cualidades; ANEXO V Análisis de los resultados de la aplicación de la estrategia; ANEXO VI Cuestionario (diagnóstico inicial); ANEXO VII Cuestionario (diagnóstico final).

 

Consideramos que estas directrices del trabajo metodológico serán de una extraordinaria importancia para los especialistas y estudiosos del tema; así como para los maestros y profesores, que se encargarán de aplicarlos en su quehacer profesional, ya que hemos hecho uso de un lenguaje directo, preciso, sin rebusques o entrampes psicológicos, siempre honesto, llamando a las cosas por su nombre, sin concesiones ni eufemismos, sino con el afán de que se reconozca, sin exageraciones manipuladoras, lo inconveniente o grave que resulta un proceder específico.

 

En este libro se han trabajado las definiciones de los vocablos más importantes, que según criterios de expertos figuran en la vida del hombre, los que podrán localizarse por medio del índice en cada uno de los diferentes capítulos. Los términos expuestos, en cada uno de ellos, no son exclusivamente una recopilación de palabras extraídas del diccionario o de la enciclopedia, sino una exposición interesadamente científica de conceptos mejor precisados, corregidos, reformulados o formulados de propio puño, siempre que ha sido necesario y se ha podido hacer; refiriendo dentro de una estructura lógico-filosófica la manifestación de una relación e interacción armónica en la esfera óntico-lógica de los valores humanos, siempre presentes de manera real en la existencia, pero hasta ahora enormemente pasados por alto por formuladores de cuerpos de doctrinas filosóficas, lógicas, éticas o religiosas.    

 

Notas:

 

[1] En nuestro medio filosófico los valores se han estudiado por diferentes autores como son: Zaira Rodríguez Ugidos, Rigoberto Pupo Pupo, Armando Chávez Antúnez, José Ramón Fabelo Corzo, Luis R. López Bombino, María Isabel Domínguez, Nancy Chacón Arteaga, América Pérez, Edgar Romero, etc. También se han analizado en el Centro de Perfeccionamiento para la Educación Superior; en el Centro de Estudios de la Unión de Jóvenes Comunistas; en el Centro de Estudios Psicológicos y Sociológicos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; En la propia Academia de Ciencias de Cuba y se han hecho otros trabajos en la Universidad de Matanzas, Camagüey, Santiago de Cuba e incluso por directivos del Ministerio de Educación Superior. En el ámbito internacional se destacan los trabajos de Adela Cortina, Victoria Camps, Tomás Lickona, Silvio Pellico, A. Maslow, R. Frondizi, Erich From, Mauro González Luna, G. Celis, Francisco Alberoni, A. Heller, José R. Régil Vélez, José Luis Aranguren, E. Gevilla y otros.           

[2] En opinión de un estudioso de esta temática, Dr. Luis R. López Bombino, “La interiorización del valor y su formación ha sido poco o nada estudiada en nuestro medio académico y cultural. De ahí, justamente, su importancia teórica y práctica”. Véase López Bombino, Luis R. (2002): Ética y Sociedad, Tomo I, P. 165.  

[3] Pupo Pupo, Rigoberto (2004): Identidad y Subjetividad Humana en José Martí. Editado por la Universidad Popular de la Chontalpa, Tabasco,  México, P. 30 -31. 

[4] Se llaman contravalores y no “valores negativos”, a todas aquellas cosas, defectos o vicios que se contraponen  a las virtudes o valores.

[5] MES (1997): “Enfoque integral para desarrollar la labor educativa y político-ideológica de los estudiantes”.

[6] Díaz D., Teresa (1998): Pedagogía y Didáctica. CEDAL. 1era Edición. Rizadla. Colombia.

[7] Viciedo D., Consuelo (1998): Una didáctica de la formación de valores. Revista Bimestre Cubana. SE.AP.Vol. LXXXIV. No. 9.

[8] Hacemos énfasis en José Martí, ya que en él la axiología aparece inserta en la cultura como devenir humano, en todos sus componentes estructurales (valores) y sus expresiones jerárquicas; pues ningún valor le resultó ajeno. Esto no niega los eslabones precedentes y subsiguientes que aparecen en el proceso. Todo lo contrario, lo presupone; pues toda síntesis (y Martí lo es) incluye, de modo superado, las múltiples determinaciones y mediaciones de la totalidad orgánica que refleja y reproduce.  

[9] Véanse: Morín, E. (1990): Introducción al pensamiento complejo. Editorial Gedisa, Barcelona; C. Maldonado (1990): Visión sobre la complejidad. Ediciones El Bosque, Santa fe de Bogotá; Ruiz, A. (1998): Humberto Maturana y su contribución a las ciencias de la complejidad. Metapolítica, vol. 2, N0. 8, DF. México.

Jorge Valmaseda Valmaseda

De “Revelación Axiológica y Formación Humana”

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