El teatro y los niños 2, de
VVAA - Selección y prólogo a cargo de Nora Lía Sormani
(Editorial Atuel, Buenos Aires, 2011,192 páginas) por Juan Carlos Licastro |
En
su esclarecedor y conceptual prólogo, Nora Lía Sormani afirma que “la
función fundamental del niño espectador debe ser la de observar, mirar,
contemplar los mundos poéticos, y dejarse afectar emocional, estética, lúdica
e ideológicamente por ellos”. Y más adelante agrega que las seis
“obras incluidas en esta antología siguen esta línea de teatro de
arte, dramaturgia de calidad que propone un juego simbólico significativo
desde el escenario y estimula la expectación y la autonomía imaginativa
del niño”. Pero esta breve introducción va más allá del teatro para
chicos, es una aguda reflexión que merece analizarse en todo el ámbito
de los estudios dramáticos. Una
aventura en el ciberespacio,
de Germán Cáceres, es una obra encantadora, plena de humor, en la cual
cuatro amiguitos viven una singular experiencia propia de la ciencia ficción.
Registra un mundo tecnológico –computadoras, celulares, juegos de rol-
que, unido a la temática fantástica, captará con seguridad la atención
de los niños. Leonel
Giacometto se inspiró en un cuento popular cuzqueño para componer La
danza del cóndor, un bello y poético texto que expone interesantes
parlamentos entre un cóndor, una mujer y un picaflor. Se respira
sensibilidad y sutileza, la que indudablemente reclamará del mirar
asombroso de la niñez. En
busca de la felicidad perdida,
de Eleonora Lotersztein, adapta y pone en escena
El pájaro azul, de Maurice Maeterlink. Es una pieza ágil,
dinámica y divertida, con canciones y juegos de palabras que señalan que
la felicidad reside en nuestro interior, no siendo necesario salir a
buscarla fuera de nuestro entorno. Popi, la tía mágica, de María Rosa Pfeiffer, es una comedia musical que -con suma alegría y ritmo trepidante- apela a la libertad de conducta, al abandono de la rigidez y los estereotipos. Las pegadizas letras de las canciones contagian su clima celebratorio. Como
el mismo Fabián Sevilla aclara, Nariz fugitiva es una versión más
que libre del cuento “La nariz”, de Nicolai Gogol. Como resultado
ofrece un texto creativo, rico en ocurrencias, y utiliza inteligentemente
el espacio escénico mientras la acción se torna vertiginosa. |
Con talento y audacia, Patricia Suárez pone a prueba la imaginación infantil en Reloj cucú, una obra chispeante, original, de tono y clima lunáticos. Es un lúdico planteo cuyo espíritu abreva en lo más festivo del teatro del absurdo. Muy logrados los diálogos. |
Juan Carlos Licastro
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