Silvina Bullrich: escribir en la Argentina
Lic. María González Rouco

Para saber sobre la vida y la obra de Silvina Bullrich, recurrimos al Diccionario biográfico de mujeres argentinas de Lily Sosa de Newton. Allí leemos que la escritora nació en Buenos Aires en 1915. Se desempeñó como profesora de Literatura Francesa en la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Plata y en el Instituto Francés de Estudios Superiores. Entre sus obras mencionamos La redoma del primer ángel (1943), Segundo Premio Municipal de Literatura en Prosa; Bodas de cristal (1951), Un momento muy largo (1962), Primer Premio Municipal de Novela y Los pasajeros del jardín (1971), Segundo Premio Nacional. Su obra fue traducida a varios idiomas. En 1982, recibió las Palmas Académicas de Francia. Viajó por el mundo y escribió reportajes y crónicas para La Nación. También colaboró en otras publicaciones y realizó programas televisivos.

En un trabajo dedicado a estudiar la obra que las escritoras produjeron entre 1940 y 1970, las investigadoras Renata Rocco-Cuzzi e Isabel Stratta incluyen a Silvina Bullrich. Se la relaciona con el "fenómeno del bestsellerismo", esos libros "escritos con una premisa básica: la repetición de fórmulas de éxito {un poco de amor, un poco de sexo, un poco de violencia) tematizados en asuntos de rigurosa actualidad" que tienen como antecedente principal a la novela de folletín.

"Diversificados los sistemas de consagracion y los gustos literarios, ampliado cierto hábito de lectura a nuevas capas de la población -en buena medida mujeres- y desarrollada la industria editorial nacional, 'los muy leidos' -que en la década del cuarenta y cincuenta eran autores extranjeros como Vicky Baum, Pearl Buck o Virgil C.Georghiu- han pasado a ser en la del sesenta autores argentinos. Beatriz Guido, Marta Lynch, Silvina Bullrich y más recientemente autoras como Poldy Bird, comparten el éxito de ventas con las traducciones de los principales best-sellers internacionales".

Cuando aun vivía la escritora -que es cuando escriben este trabajo-, Rocco-Cuzzi y Stratta la consideraban "sin lugar a dudas, la autora argentina de best-sellers por excelencia", condición que, segun demuestran, ella asumía. Recuerdan que en Escándalo bancario (1981). no hesita en afirmar: 'Considero que al argentino actual le interesan los temas económicos y a mi, legitimamente, me interesa interesar a mis lectores", enmarcando en tal declaración la línea -escribir para el éxito de mercado- hacia la cual se han ido angostando las dos anteriores en las que podía bifurcarse su producción: la de la temática política y la del intimismo feminista”.

Se ocupan de estas dos vertientes, a continuación: "Moralizar lo político y desviar de los cauces de la moral tradicional a las relaciones amorosas podrían ser, esquemáticamente, los dos gestos básicos que definen a cada uno de los dos grupos de novelas de esta autora que comenzó a publicar en 1943. Así, en las inscriptas en el primero de ellos: Los burgueses, Los salvadores de la patria, La creciente, la crítica es en realidad una admonición moral a los individuos que tienen de un modo u otro la responsabilidad del ejercicio del poder. La hipocresía de una clase en la primera, la inescrupulosidad y oportunismo de los miembros del poder legislativo en la segunda y la pusilanimidad de un gobernante en la última, es lo que resulta cuestionado en cada caso, no la determinada acción o posición política.

En el otro grupo, del que son representativos Bodas de Cristal (1952), Teléfono ocupado (1956), Mañana digo basta (1968), adulterios, amantes, conflictos existenciales de mujeres de la burguesía constituyen también un seguro pasaporte a las ventas".

La creadora y su obra

A este segundo grupo pertenece Te acordarás de Taormina, publicada en 1975, novela en la que Bullrich hace interesantes consideraciones sobre la creación. Se trata de una extensa carta que una mujer de la clase alta escribe a su hija, nacida al finalizar la Primera Guerra Mundial. La fecha de nacimiento de la escritora y la de la destinataria de la carta coinciden, así como también coinciden otros datos que se van vertiendo a lo largo de las paginas. En la extensa epístola se plantea la contraposición entre la forma de vida que llevaron las mujeres en nuestro país durante varias décadas, ejemplificada en las existencias de madre, hija y nieta, principalmente, y también evidenciada en otras mujeres de la familia.

A la madre, que escribe el texto, le ha nacido una hija escritora; consternada le dice: "Debes hacerte cargo de que tengo mas de ochenta años, no entiendo nada del mundo actual y soy además como una gallina que ha empollado un huevo de pato". La educación que se dio a la hija y a sus hermanas, es resumida con estas palabras: “Debían casarse, tener hijos, manejar algunos criados como yo. Debían saber que la platería tenia que ser limpiada todos los viernes, que apenas había que almidonar las sabanas de hilo... pero pensándolo bien tampoco les enseñé eso, ni eso ni nada. Debía ser la mujer de un hombre, lo demás viene siempre por añadidura".

En cambio, contra sus expectativas, se encuentra la madre con una hija "marcada sabe Dios por qué con la aureola del éxito, con una capacidad que nadie intentó desarrollar en ti, con un imprevisible y enorme pie de geisha con raíces potentes que rompe las vendas y crece hasta que su dueña puede calzar un zapato que no le estaba destinado". Y, aunque luego ira modificando su actitud, al iniciar la novela, le dice: "De haberlo yo sabido hubiera preferido verte nacer muerta como a tu único hermano varón, te hubiera evitado esa cruz refulgente, esa corona de espinas que parece de brillantes y llevas con orgullo mientras sangras por dentro".

En esta obra vuelve a ocuparse del tema de la vocación, que ya había tratado en varios ensayos. "Vocación quiere decir llamado" –recuerda-, y se refiere a lo que sucede a quienes escuchan ese llamado: "En tu país te hacen lo mismo que les hicieron a tus demás colegas, a los que se suicidaron aunque ahora tienen estatuas o eligen sus fechas para el día del escritor; o te hacen decir sandeces; el mas humilde empleado de banco contestaría mejor que tú al leer la trascripción de tus palabras".

En boca de la madre pone Bullrich la valoración de la carrera de esta escritora: "Tu carencia total de frivolidad, tu desdén por el pasatiempo, tu sed de inmortalidad pudieron haberte llevado por caminos menos mundanos que esos éxitos literarios que te hunden ante mi sorpresa en vanidades transitorias y te alejan de esa sed insaciable de perfección que marcó tu vida y tu obra hasta que te descubrieron los flash de los fotógrafos con lentes deformantes, las adaptaciones cinematográficas falseando tu obra, los reportajes monótonos y rastreros, y esa etiqueta con una palabra que no sé cuando entro en el lenguaje: bestseller".

En cuanto al éxito, y a la importancia del mismo en las relaciones sociales, la consideración de la narradora no es menos amarga: "No te invitan porque tengas talento sino por el hecho fortuito de que ese talento te ha sido reconocido en la plenitud de la vida y tu popularidad te hace caer por propia gravitación en la lista de los invitados, como cae una mosca en un papel dulce y engomado preparado para ese fin".

Al finalizar la obra, la hija escritora le dice a la madre agonizante: “Yo soy libre y eso cuesta caro. Cuesta soledades, calumnias, injurias, falsedades, rótulos inexactos que nos cuelgan al cuello, celos, envidias, reportajes deformados, toda una retahíla de interpretaciones maliciosas, de mala fe, de un odio que se alimenta sólo en eso: en mi libertad, en lo que ellos llaman mi éxito y yo mi realización como ser humano. Mi verdad que ellos transforman en mentira. Todo lo pago, conozco el premio y sigo adelante".

Aunque Te acordaras de Taormina no es una autobiografía explicita, como otra que escribió la autora, encontramos en esta obra a la creadora haciendo un balance de su vida, desdoblándose en dos personajes que nos hablan de las alegrías y sinsabores que conllevó escribir en la Argentina en una determinada época y a la luz de ciertos principios.

María González Rouco
Lic. en Letras UNBA, Periodista

La Capital, Mar del Plata, 20 de junio de 1999

Gentileza de María González Rouco
Libros, trabajos, artículos periodísticos, cuentos y poemas
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