Un tema constante

Pio Baroja y Unamuno: la raza vasca y la libertad
por Lic. María González Rouco
mgonzalezrouco@gmail.com

Miguel de Unamuno

Pio Baroja

El ansia de libertad tiene sus raíces en la raza a la que el escritor pertenece; forma parte de la idiosincrasia de una raza que él valora y admira. Este afán tiene su manifestación en la literatura, tanto en los personajes que forja cuanto en el estilo con el que da ser a Ios mismos. Es un caso muy claro de coherencia entre vida y creación; Baroja fue libre y esa libertad ha quedado plasmada en las páginas que nos dejó, testimonio de una fidelidad completa a sus principios filosóficos y morales.

Una raza libre

El país vasco encarna los valores mas caros al autor de El árbol de la ciencia. Eugenio Matus sostiene que Baroja arna sus raíces vascas porque ve en ellas una actitud de independencia; también -agrega- el País Vasco Ie gusta porque en él tiene importancia todo lo particular. Mary Lee Bretz coincide con Matus en la valorización de este aspecto, afirmando que en ese mundo se permite la diferenciación personal. El individualismo es Ia constante de ese modus vivendi.

En "Alma vasca", Miguel de Unamuno enumera los rasgos de esta comunidad y presenta a Iñigo de Loyola como el mejor ejemplo: "Si hay algún hombre representativo de mi raza, es Iñigo de Loyola, el hidalgo guipuzcoano que fundó la Compañía de Jesús, el caballero andante de la iglesia, el hijo de la tenacidad paciente. La Compañía, me decía una vez un famoso exjesuita, no es castellana, como se ha dicho, ni española, es vascongada. Y vascongada hasta en sus defectos. Es vascongada en su terquedad pacienzuda, en su espíritu a la vez autoritario e independiente, en su horror a la ociosidad, en su pobreza de imaginación artística, en su fuerza para acomodarse a los mas distintos ambientes, sin perder su individualidad propia". Una vez mas aparece la independencia, y es otro escritor quien lo afirma.

Los protagonistas -en especial Martín de Zalacaín- son la encarnación de lo que Baroja creyó ver en sus paisanos; son -a criterio de Luis S. Granjel- quienes ostentan 'los rasgos distintos de la raza a que pertenece", los habitantes de una -"imaginada utopía" de libertad e individualismo. En un estudio sobre el quijotismo y la raza en la generación del 98, Helene Tzitsikas advierte las características que comentamos, presentes en la personalidad de Martín de Zalacaín: "El hondo individualismo y el amor a la libertad e independencia que vimos en Martín en un principio, se fue acentuando, junto con la colaboración de una moral y de un derecho propio. Tellagorri Ie ayudó a ser valiente, decidido, sereno y cauto. Su inteligencia y el conocimiento de su propia fuerza contribuyeron a formar su propia visión del mundo y sus posibilidades".

La vida errante

En un estudio referido a la obra de Pío Baroja, José Ortega y Gasset analiza el tema del vagabundo, constante en la narrativa del escritor vasco. Ortega nota que esta predilección por los personajes andariegos no tiene raigambre en la realidad histórica ni en la sociedad en que surge la obra de Baroja; la existencia era -al menos en Madrid- de una opacidad, de una monotonía del todo opuestas a la que el narrador relata. Y considera que ese personaje, libre de ataduras, de convencionalismos, tenia por destino, irremediablemente, el fracaso.

A simple vista -continua Ortega y Gasset-, la vida errante puede parecernos negativa, poco valiosa para la sociedad y el individuo. pero, en lo que a la esencia se refiere. esta inadaptación cobra un sentido profundo. El trashumante marcha impulsado por un espíritu inquieto, que no acepta las imposiciones del medio, que no renuncia a su destino personal.

Federico de Onis, catedrático de la Universidad de Columbia, considera que e] personaje itinerante es de la mas pura cepa española. Podemos encontrarlos en la literatura peninsular de todas las épocas, pero -señala- estos proliferan a principios de siglo, por razones políticas: la decadencia nacional y la consiguiente disolución de los ideales colectivos fueron un terreno propicio para este tipo de personajes.

La vida errante es el claro síntoma de una inadaptación a la sociedad y al momento en que el autor (y el ser de ficción) desarrollan su existencia; es también la manifestación de un ansia de libertad, de rnarginarse de convencionalismos e hipocresías. Otra de las formas -afirma Eugenio Matus- es el trabajo independiente, aunque deben sacrificarse lujos y comodidades. El vagabundo presenta, como tipo literario, una condición que no suele darse en los personajes firmemente ligados a la sociedad: son individuos que luchan por su independencia.

En la literatura

Una de las principales preocupaciones de Pío Baroja es la libertad de que debe gozar todo hombre que se aboca a la literatura. No Ie interesan las reglas ni la corrección en el uso del idioma; lo único verdaderamente importante para el es la expresión del yo, de sus propias vivencias y aficiones.

Ignorante de todo aquello que a técnica se refiere -pues la niega deliberadamente- Baroja pide al arte una libertad que no todas las sensibilidades admiten. En uno de sus escritos teóricos sobre la novela afirma: "Haremos todas las extravagancias, y nos permitiremos todas las libertades"; este ha sido su postulado a través de décadas de incansable producción.

Donald Shaw analiza esta faceta de la concepción artística del vasco: “El creia que la capacidad de crear obras literarias es algo totalmente inexplicable, un don misterioso, al que no puede reemplazar el conocimiento de las doctrinas y técnicas literarias, y que elude constantemente sus dictados"; evidentemente, era la única posibilidad estética de un hombre que se destacó por su individualismo y su ansia de independencia.

En su discurso de ingreso a la Real Academia Española, Baroja definió su concepción artística con esta frase: "Me considero dentro de la literatura como hombre sin normas, a campo traviesa, un poco a la buena de Dios"; habiendo leído la obra de Baroja, nada nos autoriza a pensar que el desconocimiento de reglas y técnicas haya menoscabado sus condiciones literarias. El escritor manifestó: "Yo, cuando leo obras excesivamente trabajadas y bien escritas, pienso: si esto tuviera partes descuidadas y un poco abandonadas a la inspiración, quizá se leyera con mas facilidad"; el novelista considera que una obra lograda de acuerdo a rígidos cánones, una obra perfecta, es como el producto de una maquina de hacer tarjetas o chocolates.

A pesar de lo irreverente de estas palabras, debemos reconocer que surgen como reacción a la concepción estética imperante en su momento. Debemos reconocer, por otra parte, que Baroja está en lo cierto cuando habla del valor afectivo de la incorrección gramatical, de su calidez y espontaneidad.

Estos postulados estéticos son los que subraya Ortega y Gasset en un articulo de EI Espectador, cuando escribe: "Leemos página tras página y vamos adquiriendo la convicción de que no interesan al autor los personajes, ni lo que hacen, ni el aire que entre ellos se desliza, ni el arte de Ia novela, ni el arte en general". Entonces, ¿qué es lo que interesa a Baroja? Nada mas ni nada menos que expresarse, que exteriorizar ese espíritu en el que -al decir de Ortega- se evidencia "un desden de indio nuevo hacia nuestra vieja excelencia literaria".

La vocación por la libertad, que tiene su origen en la etnia del escritor, es uno de los aspectos mas interesantes de la obra barojiana, ya sea ficción a autobiografía. La independencia de criterio en lo relacionado con la creación es sólo una evidencia de la postura que Baroja adoptó en su vida cotidiana. frente a las cuestiones fundamentales que se plantearon a los hombres de su generación. Esta forma de encarar la existencia no impidió que sus contemporáneos lo designaran Académico, demostrando que la autenticidad que siempre lo caracterizó fue respetada y comprendida.

 

Documentos RNE - Los últimos días de Unamuno - 25/10/14 Audio

MIGUEL DE UNAMUNO: SALAMANCA, 1936

 

Miguel de Unamuno falleció el 31 de diciembre de 1936 con la reprobación de los dos bandos que combatían en la Guerra Civil Española. Defensor de la República desde su instauración en 1931, acabó enfrentándose a sus dirigentes, sobre todo a Manuel Azaña, disconforme con el rumbo que tomaba. Acogió favorablemente el golpe militar del 18 de julio pero, cuando descubrió las verdaderas intenciones de los sublevados, también se distanció de ellos. El colofón de ese desencuentro fue el altercado con Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca.

 

Este documental de José Manuel Delgado recrea los seis últimos meses de la vida de Unamuno, con sus dudas y contradicciones, en aquella Salamanca donde Franco asentó su cuartel general.

 

Además de escuchar la voz del propio Unamuno y testimonios sonoros de la Guerra Civil, ese periodo se reconstruye con la ayuda de escritores e historiadores, algunos ya fallecidos. En el programa intervienen Luciano González Egido, Jon Juaristi, Pedro Ribas, Elías Díaz, Carlos Rojas, Julián Marías, José Bergamín y Manuel Quiroga de Unamuno,  nieto del pensador.  

 

No-Do Nº 461B 5 de noviembre de 1951

Un gran novelista. Pio Baroja sorprendido en la intimidad. El trabajo del escritor. Etc., etc.
 

Biblioteca básica - Zalacaín el aventurero - 17/07/10 Audio

Esta obra se editó en 1909. Pio Baroja se sentía orgullosa de esta obra porque la información que utilizó fue de primera mano ya que su padre participó en la tercera guerra carlista. Traducida desde 1923 sigue siendo de máximo interés. (17/07/10)
 

Marcapáginas - 'Las horas solitarias' de Pío Baroja - 17/03/12 Audio

19 mar 2012

Las horas solitarias es el único diadio escrito por Pío Baroja.

Para el editor Jesús Blázquez esta obra influyó en otros grandes autores del género como Plá o Trapiello.
 

por Lic. María González Rouco
mgonzalezrouco@gmail.com

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

Email: echinope@gmail.com

Twitter: https://twitter.com/echinope

facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/ 

 

Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay

Ir a índice de ensayo

Ir a índice de González Rouco,  María

Ir a página inicio

Ir a índice de autores