Territorios literarios: Imágenes corporales en Julio Cortázar

Expositora Lucía Caminada Rossetti [1]

lucia.caminada@qmail.com

Resumen: La presencia de imágenes corporales en la literatura se produce por la inserción de un dispositivo visual y en este caso, se considera que dicho dispositivo a veces juega en una maquinaria de sentidos entre la interrelación de discursos que apuntan a resaltar aspectos ligados al cuerpo y su sexualidad. Por este motivo, proponemos el concepto de “territorios literarios” como nuevas zonas discursivas a explorar. Es importante aclarar que con el concepto de imágenes corporales nos referimos a la construcción éstas en la literatura relacionadas con la sensualidad, el erotismo y la sexualidad como resultado de la inserción de dispositivos visuales (fotografía, dibujos, etc.). Se tendrá en cuenta que se incorpora un campo novedoso en la producción Julio Cortázar cuando se cruzan imágenes corporales y texto, particularmente en obras como “Territorios"y “Ultimo Round”.

Palabras clave: Cuerpo - Territorio - Imagen - Literatura - Fotografía

Abstract: The presence of body images in the literature is produced by inserting a visual device, and in this case, it is considered that the device sometimes plays in a machine of senses between the interrelationship of speeches that pointed out aspects linked to the body and its sexuality. For this reason, we propose the concept of "literary territory" as new discursive area to explore. It is important to note that the concept of body image we refer to the construcion of them in the literature related to sensuality, eroticism and sexuality as a result of the inclusion of visual devices (photographs, drawings, etc.). It is consider that incorporating images we confront a new field in the production of Julio Cortázar when crossing body images and text, particularly in works like "Territory" and "Last Round".

Key words: Body - Territory - Literature - Image - Photograpy

Entrando en los territorios literarios: imagen y texto

El vínculo entre literatura e imagen, o específicamente con la fotografía, en general es un territorio literario poco explorado desde la crítica literaria. Más aún cuando hablamos de literatura argentina y al retomar la lectura de los relatos de renombrados autores como es el caso de Julio Córtazar. Nos interesa destacar cómo la incorporación de imágenes en la escritura, muchas veces se paragona con la construcción erótica y el sensualismo. Dichas manifestaciones no constituyen una mera cuestión de representación o de exposición, sino que abre algunas vetas para cuestionar las formas del ensayo y el relato.

Se parte de la concepción según la cual se piensa que la presencia de imágenes corporales en la literatura se produce por la inserción de un dispositivo visual. Y, en este caso, se considera que dicho dispositivo visual a veces juega en una maquinaria de sentidos entre la interrelación de discursos; entre imagen y palabra, que apuntan a resaltar aspectos ligados al cuerpo. Por este motivo, proponemos el concepto de “territorio literarios” como nuevas zonas discursivas a explorar

Es importante aclarar que con la noción de imágenes corporales nos referimos a la construcción de éstas en la literatura relacionadas con la sensualidad, el erotismo y la sexualidad, ya sea por medio de la inserción de dispositivos visuales (en general, fotografías o dibujos). Se tendrá en cuenta que se incorpora un campo novedoso en la producción Julio Cortázar cuando se cruzan imágenes corporales y texto, particularmente en la selección de obras como es el caso de Territorios editada en 1978 y de los tomos de Último round de 1969.

Territorios, indica ya desde el título una sugestiva caja de herramientas teóricas y por otro, una redundancia, en cuanto refiere al planteamiento de lo que -desde nuestro punto de vista- son los llamados territorios literarios. Por eso, en dicha indagación, se apunta hacia la construcción del concepto más amplio de las narraciones como territorios: “....de tela y papel que amábamos...”(Cortázar, 2002: 11).

Pero hay algunos interrogantes que surgen desde el momento en que sostenemos este libro rectangular con forma de manual de viajes o de recetas de cocina. ¿Nos proponemos analizar un libro raro?¿Su proceso de creación?¿Un manual de fotos y cuentos? ¿Las condiciones de producción o recepción? En realidad, decir que pretendemos analizar la relación entre literatura e imagen es bastante amplia. Lo que llama nuestra atención es la manera de leer las imágenes y las palabras en sus intersticios. Indagar de qué manera la literatura argentina ofrece estos apuntes visuales que nos quedaron un rincón, ese es el propósito en esta exposición. A lo que añadimos: ¿Cómo pensar la relación entre cuerpo y escritura a partir del ingreso de la imagen en el campo literario?: “Comprendimos que la mano que había trazado esas figuras y esos rumbos con los que teníamos alianza, era también una mano con la que ascendía desde adentro, el aire engañoso del papel" (Cortázar, 2002: 12)

Muchas veces tiene que ver con la inserción de intertextos, de la clara interferencia que nos crea la imagen en la literatura. En otras oportunidades, el cuerpo es materia principal de la narración o puede ser que funcione también como visualización del relato erótico o viceversa: la imagen sugiere aquello presente en la narración. Como la literatura está ligada a lo gráfico, sólo en medida que se hace lenguaje es imposible recurrir a un “cuerpo de experiencia” del arte contemporáneo: “Si los puntos pintan o bailan o sacan fotos es porque no necesitan que vengas a llenarles la cara de palabras” (Cortázar, 2002: 7).

El erotismo a través de lo visual transforma al lector en “un voyageur”, en “un ser dotado de mirada, pero no de voz, que terminará convirtiéndose en irremisiblemente en confidente y a veces cómplice de las imágenes que se reflejan en su retina”. (Ledesma Pedraz, 1). En este viaje literario en donde se trata “...de portulanos vertiginosos y de brújulas de tinta, con citas con el color en las encrucijadas de la línea, de encuentros pavorosos y alegrísimos, de juegos infinitos” (Cortázar, 2002: 12).

Arte y literatura: hacia una corporalidad visual

Ahora bien, en el libro encontramos fundamentalmente dos dispositivos visuales: la fotografía y el dibujo. La estructura se dispone en lo que son llamados “territorios” que son una suerte de discurso que lucha entre el relato y el ensayo. Cada sección, se ancla en la figura de algún artista, fotógrafo o escritor y desde esta imagen inicial se entre en determinada área signada por una serie de imágenes que desencadenan una narración. Dichas narraciones, no siempre están directamente ligadas con la imagen o con la figura, sino más bien se asocian a la caracterización del territorio. Por ejemplo, en el territorio de Pierre Alechinsky se enfatiza en la línea y el color como creadores de la danza; mientras que el territorio de Rita Renoir se explora “la impugnación, el cuerpo femenino como mero objeto” (Cortázar, 2002: 16) en torno a la danza dramática expuesta en las fotografías de la actriz.

En el artículo “Cuerpo escrito, cuerpo a la vista”, Joaquín Manzi formula que en la práctica y contemplación de la fotografía se explaya un laboratorio pulsional, es decir, la constitución de un lugar del revelado y revelaciones de los deseos tanto del cuerpo ajeno como del propio (Manzi, 2003: 192). En el territorio de la joven bruja, el cuerpo de Rita Renoir pone en escena a través de la fotografía en blanco y negro: “la expresi6n artística es aquí un agente que al modificar el comportamiento del espectador ayuda a la creación del “hombre nuevo”.’’ (Cisneros, 1978: 314)

Con esto, lo que pretendemos esclarecer es la experimentación literaria que supone la presencia de la imagen. La palabra y la imagen interaccionan de diferente manera, de acuerdo al territorio literario. Cada apartado presupone una posición de lectura diferente: en general, ésta presenta el proceso de resignificación de la literatura misma, es decir, el diálogo con otros elementos: “...la salida de una pequeña pintura en la que los senderos se enmarañaban y se contradecían como en un acto de amor interminable...” (Cortázar, 2002: 10).

Al detenerse en “Carta del viajero”, nos encontramos en el territorio del deseo: se pone en discusión la dualidad cuerpo-escritura. Además al cuerpo como territorio discursivo en el que la imagen corporal se confunde con geografías literarias: “Más vale decírtelo de entrada: a este país no se llega con armas y bagajes y propósitos. Ni siquiera se entra en él: nunca pude delimitar sus fronteras...” (Cortázar, 2002:41)

Manzi señala que en el acto de fotografiar el cuerpo deseado, el deseante proyecta sin cesar sus imágenes perdidas, como si las volviera a sacar a la superficie del “pozo de la memoria”. Cortázar asocia el acto de fotografiar como parte de un proceso de escritura y de creación que surge de lugar de la memoria.: “Fijar imágenes en la memoria o en un papel sensible no lleva a ninguna cartografía”. En este caso, los usos del cuerpo delinean una tekné que acerca la práctica amorosa y artística (Manzi, 2003: 191)

No es menor el detalle de la incorporación de las fotografías de Frédéric Barzilay que se destacan por “su manera de particularizar y segmentar el cuerpo humano, hacen que el escritor se convierta en viajero que se desplaza por un país nunca lo suficientemente conocido” (Cisneros, 1978: 313), miramos un viaje por el cuerpo y leemos un ensayo sobre el erotismo en la literatura “en donde el viaje se realiza a través del perfume y del silencio del tacto; el texto resultante es una exploración poética del cuerpo desnudo de una mujer1(Cortázar, 2002:38)

En consecuencia, al proponemos hablar de literatura con términos geográficos es porque nos permite repensar las interzonas de la literatura. Interzonas en cuyos intersticios se plantea el erotismo como expresión: “País de dulce orografía, de sabores naciendo al término de un día que no acaba, país sin palabras”(Cortázar, 2002:41)

En el territorio de Rita Renoir, en cambio se “hace del escenario un sillón ginecológico; de sobra sabe las ambivalencias del terreno” (Cortázar, 2002: 26). Es interesante ver de qué manera, hay una resemantización del erotismo en la lectura del cuerpo a cuerpo:

.... cómo el erotismo de tu biblioteca que es la nuestra se viene abajo en una lenta lluvia de polillas frente a un gesto tras el cual todo debería ser pensado y vivido de otro modo, porque lo que estamos viendo no es erótico y sólo podría serlo para masturbadores y funcionarios de carrera; en ese tablado hay un signo, ese atroz nihilismo abre una de las muchas puertas de la revolución por venir (...) otra manera de mirarse, otro camino al orgasmo y al verbo, otra edificación del socialismo del cuerpo liberado... (Cortázar, 2002: 24)

En el proceso de lectura de la imagen corporal, notamos una interpretación de la misma, es decir, no sólo como una fuente de experimentación literaria, pero además como motor de análisis a un nivel teórico sobre la corporalidad:

...un texto que reniega con un pasado que la volvía de sobremesa, ella que denuncia un erotismo capaz de integrarse a la existencia, acorralado entre las sábanas y puertas cerradas (...) franque el límite aparente de lo erótico a lo obsceno sabiendo que ese pasaje contra toda convención equivale para ella y ojalá para otros a la abolición del límite, a la denuncia de su mentira más profunda (Cortázar, 2002: 24, 26)

Cortázar replantea la interpretación superficial de la imagen como mera representadora del desnudo y lo erótico como forma banal y más bien agrega que

...desde lo que otros llamarán pornografía, un martirio agresivo que hace trizas las convenciones más aferradas al sistema, la joven bruja dará la espalda al diablo, al público (uso dos palabras del teclado), se agachará hasta tocar el suelo para ofrecer la grupa a ese deseo que la humilla y la arranca a sí misma, su rostro asomará por entre las piernas, el pelo barriendo el suelo, la boca torcida en una mueca de sabbath, y el sexo se abrirá como una almendra...”(Cortázar, 2002: 22)

De hecho, George Bataille en El erotismo (Bataille, 2006), interpreta la ligazón que existe entre el erotismo, el sacrificio, la violencia, la muerte y el exceso. Dentro de la armonía pautada en una sociedad regida por convenciones “el exceso se pone de manifiesto allí donde la violencia supera la razón” (Bataille, 2003: 45). Según Bataille, el objeto de las prohibiciones es la violencia y el trabajo excluye la violencia de la representación sexual y de la muerte. En conexión con este aspecto, Cortázar se popone desplazar o más bien, desterrar el tabú de narrar y mirar la sexualidad, los cuerpos desnudos:

...lo que estamos viendo no tiene nada de nuevo, ocurre en toda alcoba feliz, entre toda pareja enamorada, qué mujer o qué hombre no ofrece su entero cuerpo al juego de los nueve orificios que ensalzan los textos indios, de los cinco sentidos que bañan y celebran el mapa de la piel y los olores y los gustos y las quejas del delirio (Cortázar, 2002: 24)

Territorios funda una manera de posicionarse frente al arte, para darla la espalda o para apoyar el proceso creativo. Más allá del propósito de crítica feroz o de apoyo total, Cortázar incorpora la imagen para que también se pueda “mirar” la materia de escritura. A su vez, en la selección de territorios en los cuales indagamos, las imágenes corpoales construyen, de forma recíproca, los territorios literarios.

Último round: entre dibujos y fotos

Pasamos a Último round que es un libro que contiene desde poemas del Mayo Francés del '68 a crónicas de boxeo pasando por relatos de viajes, a lo que se suman todo tipo de relato imaginable. Pero resulta todavía más curioso encontrarse frente a la versión del libro de la primera edición de 1969. Qué libro extraño, pensé. ¿Qué pretende del lector? En este caso, qué quiere que haga, cómo se lee. ¿Una lectura lineal? De frente al libro, uno se siente perdido. El juego está expuesto a la vista. Paralelamente, el libro está dividido en dos partes (o “pisos” haciendo referencia a las categorías arquitectónicas que el mismo Cortázar utiliza): arriba, hay un libro más grande que indica el título, y en la zona inferior un libro rectangular más pequeño conteniendo una imagen.

Esta la primera invitación a entrar en el mundo de las palabras y la imagen. Propuesta cortazariana que posteriormente ( y es lo que llega actualmente a nuestras manos) lo que se editó como libro 1 y libro 2, de la misma forma y tamaño, es decir, rompiendo la lógica lúdica que nos proponía Cortázar. Pero no sólo eso: se nos plantea el dilema de la doble lectura de forma directa cuando tenemos que dar vuelta las páginas. Creemos que también en esta elección de cómo disponer de la estructura del libro, se re-definen las narrativas como territorios, como zonas para experimentar con la escritura y la lectura, con la teoría y la ficción, con las interdisciplinas.

En “Que sepa abrir la puerta para ir a jugar”, se entabla la discusión de la literatura erótica a la cual se argumenta que “...en nosotros el subdesarrollo de la expresión lingüística en lo que toca a la líbido vuelve casi siempre pornografía toda materia erótica extrema...” (Cortázar, 1969a: 143). Se pone en evidencia la crítica a la literatura latinoamericana y la carencia o dificultades en escribir temáticas relacionadas con lo erótico: “...obispos y machos puros vuelven incomunicable todo lenguaje a nivel del amor de los cuerpos” (Cortázar, 1969a: 141).

Al incorporar las imágenes, refuerza el sentido “... capaz de transmitir información erótica más sutil y más rica que la de estos libros/territorio lingüístico que sólo se esboza o parodia en lo que escribimos en América Latina...” (Cortázar, 1969a: 141), ya que a través de la fotografía se refuerza con la imagen la critica dirigida a la carencia de escribir incluyendo la sexualidad.

En “Tu más profunda piel”, las fotografías y dibujos se vinculan más allá del erotismo, y nos ofrecen un recorrido que finaliza con la foto de Salvador Dalí (). En un viaje por el recuerdo de un cuerpo, la escritura se homologa a las imágenes del cuerpo expuesto, del cuerpo abierto:

Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer de las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso de esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes de tanto desembarco amable o resistido... (Cortázar, 1969a: 93).

Siguiendo la perspectiva de Manzi, “Una de las modalidades privilegiadas del retorno pulsional del pasado es sin lugar a dudas la figuración metafórica y animal del cuerpo. En “Tu más profunda piel”: “...en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar su recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas” (Cortázar, 1969a: 93). Con la metáforas que figuran la persistencia mamífera de lo humano, cesan las fronteras entre la apariencia social y la realidad somática para dar paso a un latido, una latencia que justamente prescinden de las palabras (Manzi,2003: 185).

A modo de ensayo, en esta serie de relatos que se miran y se leen, se retoman cuestiones teóricas conectadas con el proceso de escritura, la experimentación y los modos de literatura. Asimismo, funciona como una manera de posicionarse frente al arte y ponerla al desnudo, confrontarla o elogiarla. Estas materias discursivas interartísticas se ponen de manifiesto y Cortázar responde: “Poco me importa, créeme, si mi viaje se ha cumplido o se cumple en territorios que creí uno solo” (Cortázar, 2002).

Con hemos visto en estas narrativas se establecen territorios literario y la incorporación de imágenes muchas veces se paragona con la construcción erótica y el sensualismo. Territorios es una de sus obras en donde se instituye por un lado el contexto de la foto en sí mismo relacionado con lo narrado y por otro, el soporte visual completa el narrativo. Cada “territorio” o “relato” es fundador de narrativas. De modo similar, en “Último round”, las interzonas entre palabra y lo visual, se filtran en algunos de los relatos configurando imágenes corporales. En este sentido, podemos leer esto como zonas a explorar, como modos de experimentar la práctica de escritura en relación con el juego de la imagen.

Bibliografía:

Bataille, Georges (2006) El erotismo. Buenos Aires: Tusquets Editores.

Caminada Rossetti, Lucía (2013): Julio Cortázar, entre fotografías y performance. Interzonas y Heterodoxias en la literatura argentina. En: Corona Martinez, Cecilia (coord): Mapas de las heterodoxias y sincretismos en la literatura argentina del S.XX argentina. Babel: Córdoba, Argentina.

Cisneros , José (1978): “Reseña” En: Julio Cortázar, Territorios. Mexico: Siglo XXI (P. 311-315).

Cortázar, Julio (2002): Territorios. Siglo XXI: México.

-----------------------------: (2004): La vuelta al día en ochenta mundos (Tomo I y II). Siglo XXI Ed: Buenos Aires.

-----------------------------: (2009) Último round Tomo I y II. Siglo XXI Editores: Buenos Aires.

Ledesma Pedraz, Manuela (2000): Consideraciones sobre la presencia del erotismo en la literatura y presentación del seminario. En: Seminario 98/99. Erotismo y literatura. España: Universidad de Jaen.

Mateo del Pino, Ángeles. La literatura erótica frente al poder. El poder de la literatura erótica. En: Santana Henríquez, Germán (2002) La palabra y el deseo. Estudios de literatura erótica. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Sánchez Gárcia, Remedios (ED) (2005) Un título para Eros. Erotismo, Sensualidad y Sexualidad en la literatura. Ed Universidad de Granada, España.

Manzi, Joaquín. Cuerpo escrito, cuerpo a la vista. En: Escribir el cuerpo : 19 asedios desde la literatura hispanoamericana /coord. Por Carmen de Mora Valcárcel, Alfonso García Morales, 2003, España.

Speranza, Graciela (2006): Fuera de campo: Literatura y arte argentinos después de Duchamp. Anagrama: Barcelona.

Nota:

[1] Lucía Caminada Rossetti es Becaria del Doctorado del Programa Europeo “Cultural Studies in Literary Interzones” en la Universidade Federal Fluminense, Brasil; Universidad de los Estudios de Bergamo, Italia y Univesidad Paris X, Francia. Realizó el Master en “Crossways in Literary Narratives” en Italia, Francia y España y es Lic. en Letras por la UNC donde actualmente participa del grupo de Investigación del Ciffyh “Heterodoxias y sincretismos en la literatura argentina”.

 

Expositora Lucía Caminada Rossetti

lucia.caminada@qmail.com


Publicado, originalmente, en: Actas del III Congreso Internacional "Cuestiones Críticas"

Actas del III Congreso Internacional "Cuestiones Críticas"   son editadas por el Centro de Estudios de Literatura Argentina y Centro de Teoría y Crítica Literaria de la

Facultad de Humanidades y Artes de Universidad Nacional de Rosario  

Link del texto: http://www.celarg.org/trabajos/rosetti_caminadacc.pdf

Ver, además:

                     Julio Cortázar en Letras Uruguay

Editado por el editor de Letras Uruguay

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