La
tinta Cristina Wajswol |
Una
gota de tinta azul se colgó de la lapicera. Quede
quieta, sabía que ensuciaría todo lo escrito. La
dejé hacer. Así
que de esto se trataba, este era el plan. Se
mezclaron signos y designios, la tinta es la misma, como sangre. Avanzaba
en líneas, sumando saltos de página y espacios en blanco. Una
gota sola, en un momento no cualquiera. Llevaba
casi dos años escribiendo el texto. Las hojas encimadas, blanquísimas hojas con negras y
parejas letras, absorbieron la tinta. Las dejé hacer. Sentía una jota mayúscula en letra de imprenta
clavada en mi garganta como un anzuelo. Ahogo anunciado. Mio y de las letras. El mar de tinta de una sola gota crecía al beberse las palabras. |
Cristina Wajswol
19
de junio 2006
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