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Con el jingle no hay quien pueda
Justino "Viterbo" Rivero Castro

Es como te digo, viejo. En materia de publicidad política, la última palabra es el jingle.

-Pero m'hijo... si lo sabré yo.

-Pará un poco, que vos te las sabés todas. Yo te hablo de jin-gles po-lí-ti-cos. Pequeñas piezas musicales con fines de publicidad partidaria. No me vendrás con la historia de que en tus tiempos ya se hacían... ¡Un día me vas a contar que el apéndice te lo extirparon con rayo láser!

-Si te digo que había jingles, es digo que había jingles.

-Claro, me imagino. "La marcha de Tres Árboles" de los blancos: "Las juventudes Iluminadas..."

-Perdiste como en la guerra. Ese es una suerte de himno partidario, y cada cual tiene el suyo propio. Los colorados, por ejemplo, solían cantar aquello de "Fuerza joven y vibrante..." No hay concentración frentista por su parte, donde no se corre el "No, no, no nos moverán..." Pero si nos referimos a jingles, se trata de otra cosa.

-La oferta insuperable. Bueno, bonito y barato.

-Depende. El más antiguo que recuerdo tenía un franco yeito de muñeira gallega y prometía -allá por 1946, creo- el advenimiento de un amanecer dorado para la vida de todos los uruguayos.

"No hay quien pueda con Herrera una nueva era vendrá con Herrera, vendrá con Herrera".

-Suena manifiestamente triunfalista. Herrera se debe haber fatigado de ganar elecciones.

-Perdió alrededor de diez, comicios más, comicios menos. Y cuando por fin, en 1958 el herrerismo llegó al gobierno, quedó fuera del asunto porque no había sido candidato.

-Entonces, podían.

-¿Con quién?

-Con Herrera.

-Malgré aquel jingle semigalaico, hasta el más enfervorizado herrerista te reconocería que sí. Pero vos, que estás tan embalado con el rescate de la murga canto popular mediante, debieras haber escuchado un jingle colorado que hizo roncha en las elecciones de 1962. Lo cantaba una agrupación carnavalera con la música de la segunda parte de "Barrilito de cerveza", canción alemana otrora de gran difusión popular.

-Colorados, alemanes, murgas... Aguantate, viejo, que me enloquezco.

-¿Y te lo canto? ¿Tenés agallas para bancártelo?

-Dale.. pero con anestesia.

-"Se van, se van los blancos, 
se van y no vuelven más.
Se van los Chicotazos 
y los Ubedes se van.
¡Después de cuatro años 
de tenerlos que aguantar 
votando la lista 15
ya no volverán jamáas... !"

-Se fueron, seguro.

-¿Los blancos?

-Los blancos.

-¡Qué se van a ir! Ganaron nuevamente las elecciones en 1962, y así la UBD (Unión Blanca Democrática, ¿te suena?), se dio el gustazo de conquistar el poder luego de haber musicalizado -con ritmo de marshinha carioca- un slogan que supo adquirir singular notoriedad en 1958.

-Pah. Otro jinglazo en puerta.

-Pero en este caso, la concepción ideológica del contenido, así como la formulación poética que le servía de envoltura, eran de una factura literaria impecable. Un pequeño tratado de filosofía política en apenas nueve palabras.

-Así de diferente. A ver, gratificarme con esa maravilla del siglo de oro español.

-"Por una solución
definitiva
UBD es la única
alternativa".

-¿Quién pergeñó semejante joyita? ¿Idea Vilariño?

-No estoy seguro de que fuera blanca.

-Curiosamente, noto, en estas eclosiones de partidarismo, una sugestiva ausencia de la onda telúrica. Muñeiras, lieders germánicos, marchas brasileñas... ¿Nadie recurría al folklore de raigambre orientala?

-Y cómo te va. A lo mejor te dice algo este scondido, o algo por el estilo, que conmovió nuestras fibras patrióticas en 1971:

"Vienen los orientales 
cargando a fondo, 
para salvar la patria 
con Aguerrondo"

-¿Y cargaron?

-Los orientales, según lo mires. Aguerrondo había cargado con ímpetu arrollador cuando fue jefe de Policía de Montevideo. También hay ejemplos ilustres de jingles musicalmente híbridos pero de pujante militancia democrática y estilo bizarramente devidista.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo:

"El comunismo no pasará
porque Pacheco lo detendrá...
Pacheco ..." Y así sucesivamente.

-Diez puntos. Un capolavoro pinochetista. Ahora, si entramos a comprar, el hombre se nos ha vuelto medio chirle, porque según veo, en las internas cambió ese tono militante por una modalidad más bien elegancia: "El de la mirada limpia..."

-Con el paso del tiempo, los ímpetus mozos se atenúan. Considerándolo desde otra perspectiva, "la mirada limpia" quizás haya aludido a una conflictiva vocación de abstemio.

-¿Sabés una cosa, viejo? Te lo voy a reconocer: los jingles de antes tenían más garra. Más polenta.

-Y eso que me guardé un as en la manga.

-Sacalo, que debe ser el de triunfo.

-No sé si estarás preparado para...

-Metele con fe, que ya me estoy fogueando.

-¿Le doy, nomás?

-Con todo.

-"¡Que ninguno, ninguno, ninguno 
deje de votar la 51!
¡Que ninguno, ninguno, ninguno 
deje de votar la 51!
Es la mejor, es la mejor lista que hay, 
es la esperanza del Uruguay. 
Es la mejor, es la mejor lista que hay, 
es la esperanza del Uruguay. 
Fernández Crespo, Fernández Crespo. 
¡honestidad y capacidad! 
Fernández Crespo, Fernández Crespo:
¡honestidad y capacidaaad...!"

-El hombre se merecía una calle. 

¿Pero se habrá merecido ese jingle?

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