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Rivero Castro, Justino "Viterbo"

Nace el 23 de febrero de 1938 en la Ciudad de Montevideo.

Pese a no ser el séptimo hijo varón consecutivo, sino el mayor de un trío matizado (nene - mujer - nene), a los 16 años descubre que es lobizón.

Feliz por tan peculiar cualidad, decide encauzarla a través de una actividad particularmente afín con la licantropía: el estudio del Derecho, disciplina que acomete en la facultad respectiva durante aproximadamente dos años.

En esta misma época detecta, bajo el influjo de la luna llena, su profunda vocación por el periodismo humorístico, la cual complace en la revista "Lunes" con el seudónimo de Viterbo. Luego hace lo propio en los diarios "Hechos" y "La Mañana", y en las revistas "La Pipeta", "La Bocha", "El Dedo" y "Guambia".

Su afición a la carne humana lo lleva, en 1960, a ingresar en el IPA (Instituto de Profesores Artigas), donde se aboca a los estudios que, eventualmente, podían conducirlo (para satisfacción de Kant, no lo hacen) al ejercicio del profesorado de Filosofía.

En 1961, convaleciendo de la herida que le había producido una bala de plata, decide convertirse en publicitario. Ingreso entonces en Publicidad Oriental como encargado del departamento de Redacción.

No obstante sus marcada tendencia al canibalismo, se le permite integrar el equipo creativo que ha obtenido varios primeros premios (veinte en total) en diversos certámenes publicitarios: Kaspar KLM (1977 y 1985); FIAP (1981); CLIO (1983); CAMPANA DE ORO (1987 y 1989); FESTIVAL LATINOAMERICANO DE PUBLICIDAD, ALAP (1968); FESTIVAL DE NUEVA YORK, EEUU., (1989); LAPIZ DE ORO, (1990).
En Publicidad Oriental hace buenas migas con Margarita Ellis -Maggie, secretaria y única mujer lobizón reconocida hasta ahora en la historia del Uruguay. Su hogar resulta bendecido por la llegada de dos prometedores cánidos -Hernán y Diego- hoy por hoy felizmente adultos y justificadamente temidos en vastas zonas de la ciudad.

Fue escrita para ser publicada en la revista Comunicación PUBLICITARIA. Debido a su enfermedad, nunca pudo publicarse, pero esta presentación hecha por él mismo no debía faltar en este libro.

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