Divagues |
Una y mil veces Te he dicho Que no dejes tus secretos A la deriva. Pasa cualquiera Y te los adivina. Después serán dueños De tu vida, de tu sombra; Serás una tumba vacía. Una y mil veces Te digo, te ofrezco Te doy lo que me pidas Menos, si, para eso Tengo que arrodillarme Como si fueras un cristo. Para decir mis secretos A él sí me arrodillaría. Si el domingo vas a misa Piensa lo que te digo: Nunca dejes tus secretos Atrás de una ventanilla... No sabes si del otro lado El que está ahí, te conocía. |
Gladys
Villagrán - febrero, 2006.
Taller de Escritura y Estilo "Atrapasueños"
de la Biblioteca "Carlos Roxlo", barrio
La Teja (Montevideo) Año 2006
Juan Ramón Cabrera - Coordinador
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