Tres épocas de Prevosti en Exposición Homenaje

por Eduardo Vernazza

Diario El Día (Montevideo, jueves 5 de abril de 1973)

El texto publicado en el diario carece de imágenes

La incluida aquí se tomó del acervo del Museo Nacional de Artes Visuales

Título: Paisaje de Chartres
Autor: Carlos Prevosti (1896-1955)
Técnica: Óleo
Soporte: Cartón
Medidas: 60 x 71,5 cm
Realizado: 1927
Ubicación: Museo Nacional de Artes Visuales

La Galería Losada rinde homenaje a Carlos Prevosti, que fuera destacado pintor uruguayo.

Fallecido hace ya diecisiete años, se reúnen en esta muestra algunas obras de las tres épocas que definen su personalidad: 1916-26, 1926-32 y 1932-55.

Los cuadros de sus principios denotan, en el “paisaje”, el colorido fresco, joven, alegre, y podríamos decirlo, feliz. Como Barradas, Blanes Viale y otros, incluso Guillermo Rodríguez, ofrecen este panorama de sus estudios y obras naturalistas primeras. Con una positiva visión de la luz en el color.

Ya en el “Puerto” se vislumbra otro tenor que trasciende con atributos de observación en la pincelada cuidada en sus valores.

De sus otros trabajos se da el caso en que la coloración se va haciendo roja y en grises, o aristas blancas y horizontes densos, que destacan toda la gama constructiva en la cual se embarca Prevosti con notable acierto, dentro de una gran sencillez de medios.

La luz, una luz creada para expresarse, sostiene los dos extremos del primer plano y el cielo. Queda todo el cuadro en una penumbra de tonos, en cuya armonía el artista se manifiesta con fuerte elocuencia plástica. Alguna acuarela, sobre todo una del Sena, mantiene el romántico gris, con la escasez de medios que ya mostrara en sus estudios y que ahora se dan con la calidad y seguridad de la madurez.

Se advierte, frente a los temas que desenvuelve, sus propias creaciones.

En un plano modesto, si se quiere, con respeto, que trasciende de los motivos que elige.

Rincones, fábricas, figuras de estudio, desnudos, paisajes humildes, o envueltos en la cerrazón de un espíritu que usa sordina en la poesía de la naturaleza, sentida y convertida por una especial sensibilidad.

La depuración, el razonamiento, solucionan y no dejan embargar la síntesis por el desborde sensual del color o la forma.

Existe más bien un misterioso don en el pintor. Que parece esconder e» la simplicidad todas sus experiencias y su saber. La composición toma carácter en la “Naturaleza muerta” ya entrada en la búsqueda de la expresión pictórica con sólidos medios. Pero éstos tan bien ubicados, que apoya con acentos de dibujo y sostiene los valores ricos en tono.

En su cuadro “Fabrica”, simplifica distintamente. Busca los pianos y el color caliente y luminoso. Aun los reflejos subrayan tal condición, que denota en parte una escala más en su producción.

Estudió Prevosti en la Escuela Italiana, Industrial y Círculo de Bellas Artes (Montevideo). Con André Lothe, Fernand Leger, Bissiere y el Arq. Souvaje (París) Academia Biera (Milán). Se extienden sus estudios en París al metal e iluminación y vestuario, en la Escuela Teatral de Medgyes, así como en los talleres cinematográficos de Joinville. Vivió largos años en Europa. Fue profesor de dibujo y manualidades.

Pinta, graba y expone en la Argentina y en nuestro País. Obtiene el 2^º premio al grabado en la Gran Exposición del Centenario en 1930. y la beca de estudios a Europa.

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