Montevideo antiguo y moderno en su pintura

por Eduardo Vernazza

Diario El Día (Montevideo, 24 de diciembre de 1976)

"Plaza Constitución", obra del pintor Zoma Baitler, que se encuentra en ia ciudad de Minnesota, EEUU.,

y que fuera obsequiada por ¡a Municipalidad de Montevideo (foto de https://www.mutualart.com/ , figura, originalmente, en blanco y negro, en la nota del diario)

Desde los primeros dibujantes y acuarelistas ingleses y franceses que llegaron a estas márgenes del Plata, la silueta del río como mar, y la incipiente Ciudad de Montevideo, fueron ligando a los artistas sus bellezas conformadas por su puerto ancho y sus calles empedradas.

Precisamente, en la actual exposición del Cabildo están documentados cantidad de panoramas relativos a este fin. Y es trascendente que por medio del arte o la cartografía, Montevideo encuentre la interpretación evolutiva de los pintores que hasta hoy le rinden pleitesía...

Casi ningún artista escapó al sortilegio de sus costas, de sus playas pegadas casi a sus calles, a sus antiguas casonas coloniales, al símbolo de los hechos históricos que la poblaron de valor y sacrificio.

Volvamos atrás. A las acuarelas de Besnes Irigoyen, a los grabados de las invasiones, y al sitio de Montevideo (dibujos), al óleo de 'Escardó; el Templo Inglés, en el Cubo del Sur; los grabados italianos de la segunda mitad del siglo XVIII. A los soldados de las milicias, acuarelados por Sanay,.. Las acuarelas de Matthis, “Vestíbulo del Cabildo", óleos de Elío y Pérez Castellano, Zabala, por Alonso, Bocetos del concurso para los Fundadores de Montevideo, de Amézaga, el desembarco de los primeros habitantes, reparto de solares, de Pagani, "II Cabildo” (1º enero 1730). Están los óleos de Benzo, dibujos y acuarelas de Pierre Fossey, y los viejos teatros, la casa de comedias. También las amplias perspectivas (óleos) de Menek, muy documentadas. Y los murales de Garino, recientes, en sus dos grandes panneaux “2º Sitio de Montevideo", y “La Brecha”. Y entre algún anónimo, como “La Batalla de Ituzaingó”, litografías y dibujos, las siluetas graciosas de color y de expresión de Figari dan la tónica de aquella sociedad de nuestra muy fiel y reconquistadora. Rivera, óleo de Verazzi (1864), Lavalieja, copia de Benzo de un retrato de Goulu (1835). Y del Prócer, en su retiro del Paraguay.

Seria imposible en una nota resumir todo el proceso plástico que llevó a nuestras pintores a plasmar la vida de la capital del Uruguay.

Pero es factible hacerlo en algunos de sus puntos importantes. Hubo artistas que entre sus motivos predilectos, siempre agregaron las calles, el puerto, los parques y jardines, las casonas señoriales y las ya derruidas paredes.

Los hubo y los hay, que justifican tal tema, tratándolo constantemente, Alfredo De Simone, para acercarnos algo más a la época, evocó en sus lienzos el Barrio Reus Norte y Sur), telas que se adelantaron en su técnica al proceso nacional de la pintura moderna. Sus hermosas vivencias en los reflejos, no dejaron, sin embargo, de apuntalar el documento. Era de por sí esa especiadísima parte de la ciudad como un retazo del antiguo París. Arzadun trató mucho sus calles y culmina en la avenida Agraciada (que también pintara Dura). Va en busca de la facete moderna de su transformación. Por lo demás, se arrimó a sus costas, detectando las ricas fuentes de su cromatismo. Zoma Baítler fue quizás uno de los que más pintó la ciudad en todos sus rincones. Callejuelas, retazos de parques, vistas del Cerro y su panorama. Toda una guía que se impregnó en sus pinceles, en uina concreción que vio crecer sus barrios... Sabemos que no podemos nombrarlos a todos los que, en una u otra forma han dejado constancia de la riqueza urbana avancista. Pero indudablemente hay que retroceder, y contar con la presencia de los que, como Blanes, pintaron aquella sociedad. Larravide con sus marinas del puerto, y Carlos María Herrera, en la galería de las damas del tipo 1800-900. También Queirolo Repetto. Y Rúffalo, en las cercanías de la costa y el Parque Rodó. Sáez dio la clave de la documentada vestimenta de aquel Montevideo en retratos imperecederos (Retrato de la madre, 1900), Torres García, Urta, Marchand, Feldman, Domingo De Santiago, por nombrar algunos que nos vienen a la memoria. Y en la faz casi risueña, rever aquel gracioso cuadro de Nicanor Blanes, “Pesca de aficionados en la Bahía”.

Por otra parte, hubo pintores que reflejaron sus barriadas o sus estaciones de ferrocarril, como Barcala y Presno. Las Usinas, como Volpe Jordán y Aguerre, las calles adyacentes al puerto; Feldman en “Escollera Sarandí"... Recientemente, apareció la serie del Montevideo antiguo de Mazzey, notable documento. Los apuntes del café de Barradas, dejan señalada una época de oro en el Montevideo intelectual.

El Taller Torres García pintó calles y rincones, retazos que, aunque con lo concreto de la pintura, dejaban un margen para apreciar el motivo.

En su faceta humorística, Montevideo tiene su intérprete en Jorge Páez, que reunió una cantidad de escenas relativas a sus personajes, en homenaje precisamente a les 250 años de su Fundación.

Sin internarnos en la condición plástica pura, los pioneros de las vistas del Montevideo, anticipan ya en 1794 a un dibujante francés, “Vista de Montevideo desde la Aguada”, por Fernando Brambila, y en 1820 aparecen acuarelas de Emeric Vidal, “Bahía de Montevideo”; y Adolfo D’Hastrel, en sus verificaciones pictóricas de la ciudad. Palkieri. Y dice Argüí en su libro “Las Artes Plásticas del Uruguay", que los autores que realizaban este trabajo, fueron en su mayoría viajeros, muchas veces tripulantes de no muy recomendables misiones imperialistas; de ahí que el Montevideo visto desde la rada, donde fondeaban los barcos extranjeros en procura de un momento propicio para el desembarco, es uno de los más repetidos motivos. En la faz del retrato, llegó Garino en 1833, pintando, como dejamos ya dicho, a aquella sociedad, y al héroe compatriota suyo, José Ganbaldi.

Ir a índice de ensayo

Ir a índice de Eduardo Vernazza

Ir a página inicio

Ir a índice de autores