Llegan los Turistas...

por Eduardo Vernazza (Texto e ilustración)

Diario El Día (Montevideo)

Edición Punta del Este 10 de enero de 1970

El turismo ha tomado la Península con los mil colores que pasean por sus calles y playas. Todas las mañanas y las tardes, se agolpan al descender de los ómnibus, con la alegría de escapar a la ciudad, y ver el verde azul del mar. Un mar transparente, lleno de crestas blancas que desde ya, mucho antes de pisar tierra, se divisan bordeando una costa privilegiada, Cuando asoma Punta del Este frente a Las Delicias, la vista de los edificios nuevos, casi rascacielos, se turnan como moles de inmensos obeliscos, que anuncian esa nueva ciudad bañada de mar.

Con los ojos ávidos, los turistas van acortando el camino que les llevará a su primer baño. Al destino de descanso, en donde los días apacibles y soleados les dejen estirar sus músculos y liberar el cuerpo de ataduras que 'a mente dejó atrás, en la visión de unas vacaciones largas y provechosas, como sólo puede depararle esta Punta,

Descienden apresurados unos, más lentamente otros, esperando las valijas o tomando detalles en la misma esquina en donde familiares o amigos les esperan. Las risas alegran esas entre-horas en que el ómnibus aparece con su proa blanca, y frena sus enormes ruedas, mientras respira hondo el motor caliente que ha recorrido kilómetros y más kilómetros en una fuga por llegar.

Al fin Punta del Este se reencuentra con viejos y nuevos amigos. Que siempre parecen mirarla con admiración. Como si cambiara de rostro en cada nuevo año que pasa. Y, en realidad, el viajero turista debe verla distinta. Muchas nuevas edificaciones y galerías han enjoyado sus avenidas. Cruza el turista la calle, y ya entra en la vorágine de una feliz vacación que tomará el giro que él desee darle.

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