Dialogo con los artistas

Jorge Casterán, en el tránsito de la Pintura al Arte Gráfico

por Eduardo Vernazza

Diario El Día (Montevideo)

Título: Conjunto 6
Autor: Jorge Casterán (1944-2016)
Técnica: Técnica mixta - Pintura
Medidas: 100 x 212 cm
Realizado: 1979
Ubicación: Museo Nacional de Artes Visuales

Jorge Casterán es un joven pintor y diseñador gráfico. En la actualidad es encargado del Departamento de Arte de una importante Editorial. Ha intervenido en exposiciones y salones; pero su mayor dedicación ha sido la de investigar las nuevas técnicas y teorías. Es otra la sensibilidad de este artista, entrado a la experiencia de búsquedas combinada y de impresión.

La realización con destino a la multiplicidad y reproducciones, hace que Casterán se inquiete por trabajar en las modernas visiones que se llevan a cabo en el campo de las sugestivas y nuevas posibilidades estéticas.

—¿Ha trabajado mucho en pintura?
—En el período comprendido entre los años 1963-70 desarrollé la mayor parte de mi trabajo en pintura y dibujo. A partir del 70, las cosas cambian fundamentalmente. Todas mis investigaciones se realizan en el campo gráfico, lo que significa nuevos conceptos, nuevas herramientas.

—¿En qué tendencia u orientación sitúa su pintura?
—A pesar de ser bastante coherente y firme en su orientación, me es imposible rotular con acierto esas obras en su conjunto, y aun cada una de las series, incluyéndolas en tal o cual tendencia. Le diría que toda esa producción se ubica en la línea más racionalista del arte contemporáneo. La última serie (años 1969-70) puede en alguna medida incluirse en el arte óptico.

—¿Por qué abandonó la pintura para dedicarse al arte gráfico?
—Dejar de pintar no fue una decisión intempestiva. De una manera o de otra, con el sorprendente desarrollo de la ciencia y la tecnología, todos sufrimos en este siglo las consecuencias de un formidable cambio de escala. Me importa recordar lo que en tal sentido —palabra más o menos— dice Kepes: que la ciencia ha sido como el ángel con la espada que nos echó del mundo pequeño y amigable en el que vivíamos, para precipitamos en otro más grande y extraño, en el que nuestra sensibilidad desacostumbrada, se ve obligada a abarcar una nueva y formidable escala de acontecimientos. Señala luego que está en nosotros el aprender a relacionarnos satisfactoriamente con los nuevos horizontes. Y es en ese sentido en el que la pintura me resulta hoy una forma de expresión francamente insatisfactoria.

—¿De allí su cambio hacia el trabajo gráfico?
—Respaldándose en la máquina y procedimientos industriales, muchos artistas que así entienden las cosas ponen en circulación día a día nuevas imágenes de nuevos repertorios visuales.

—¿Y qué diferencia existe entre uno y otro concepto?
—La secuencia sentir-hacer del artista de ayer, se ve desplazada por la actual posibilidad y producir tal como lo señalaba Vasarely en un manifiesto que cuenta ya con una veintena de año«.

—¿Ha trabajado mucho en su nueva obra?

—En los últimos tres años realicé más de 150 trabajos en el campo gráfico. Portadas de libros, póster y diseños de papeles para decoración. Durante 1972 permanecí varios meses en Brasil, donde tomé contacto con nuevas técnicas de impresión, y realicé numerosas experiencias

—¿En qué consistieron?

—En una familiaridad creciente con los medios foto - mecánicos que me permitió entender a las máquinas como herramientas complejas que multiplican las posibilidades de expresión y comunicación.

—¿Y en el momento actual?

—Trabajo en una serie de serigrafías producidas en ediciones de 150 ejemplares. Se trata de “retratos” concebidos como representaciones de universos personales, en los que recurro a las cualidades de asociación de las imágenes visuales. La organización visual de cada trabajo posibilita la fusión reveladora de elementos diversos (fotos, dibujos, imágenes documentales) que el espectador habrá de resolver en una imagen visual unitaria y significativa. Los dos primeros retratos son: el de Freud, y el de Picasso, que estoy terminando.

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