Homenaje a Carmelo de Arzadun

Comisión Nacional de Artes Plásticas

por Eduardo Vernazza

Suplemento dominical Huecograbado del Diario El Día

Montevideo, 27 de abril 1969

 

Este texto, al día 11 de junio de 2022 está inédito en Internet. 

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Los dos cuadros incluidos son parte del acervo del Museo Nacional de Artes Visuales

"Niña", obra de Carmelo de Arzadun

La Comisión Nacional de Artes Plásticas rinde homenaje a uno de nuestros más destacados pintores, fallecido el pasado año: Carmelo de Arzadun.

Fue Carmelo de Arzadun de esos pintores que gustaron de la naturaleza en el ambiente intimista de su emoción y sensibilidad.

Si bien pasó su obra por evoluciones más o menos marcadas por movimientos modernos que le sacaron de un luminismo muy propicio de la época de su juventud, también lo es que su pintura maduró y se consagró en definitiva a través del encuentro de su personalidad con la técnica que serviría para su interpretación del paisaje costero nacional.

Fue en “Amigos del Arte” en donde aparecieron sus primeras telas o cartones relativos a dicho tema, y fuimos de los primeros en destacar esta virtud de Arzadun sobre los caracteres del mar-cielo y arena, en que se fundamentó su nuevo tema.

Si la figura había alcanzado en varias vibrantes riquezas tonales, una valoración muy de su mano, la cual le valió distinciones en Salones Nacionales, algunos retratos lograron encender una particular demostración de su escala de artista. Asimismo, motivos del campo, como ser “Pulpería” y otros, no se concretaron como elementos constantes del valor pintura que llegaría a cimentar totalmente el prestigio de nuestro artista.

El paisaje costero, los médanos, el mar, el cielo surcado por algún pájaro, las sierras, fueron sin duda los motivos que más alentaron su pincel, que al extenderse por las viejas callejuelas de París y sus plazas, cubrieron otra de sus fervientes aristas que en sus últimos años recordaron sus primeros de pintor, con una madurez y solidez consagratorias.

Título: Paisaje
Autor: Carmelo de Arzadun (1888-1968)
Técnica: Óleo
Soporte: Tela
Medidas: 87 x 116 cm
Realizado: c.1920
Ubicación: Museo Nacional de Artes Visuales

El matiz, la sutil búsqueda del tono fue en Arzadun una conquista de todos los días. Podría decirse que su pintura era por sobre todo una escala de tonos puestos con sabiduría técnica y con solvencia expresiva. Porque la riqueza en la gama del color fue patrimonio de su mano. Estas gamas nunca expresaron estridencias. Más que nada se valió Arzadun de la fineza del color.

Una fineza que se entretenía en un juego meticuloso, en el cual no era sin embargo nada fácil el descubrir elementos que el artista sabía como ubicarlos, para dar de sí toda esa rica armonía. Era un poco ese pintor escondido en su técnica. Y si ésta, como podría ubicarse en pos-impresionista, denotaba a superficie la forma y puesta del color y tono, también cierto que sus cuadros tuvieron ese misterio en cual insiste la visual para descifrar un problema resuelto tan simplemente.

La armonía de su colorido encontró en los ocres suaves, blancos y azules, en las transparencias de los verdes, y en la densidad de éstos, en la levedad del movimiento de las arenas, su razón de ser.

Muy apegado al paisaje, Arzadun lo vivió constantemente durante años. La naturaleza se convirtió en el espejo de una sensibilidad emotiva ante los cambios de color que los elementos desencadenaban a distintas horas. No fue por supuesto el impresionista que se dejaba arrastrar por la variante del motivo según las horas, y atrapaba éstas en su luz.

Arzadun estructuró más. Por algo estudió o concurrió al taller de Torres García, y sus obras mantienen a pesar de cierta levedad en el trazo, la conquista de una base firme que no deja de asumir.

Desde que descubre el filón de su temario, no cesará de buscar en las costas que marginan el Plata toda una revelación de secuencias en las que, como un itinerario, dejan constancia de la belleza plástica que ha sido protagonizada por un pintor que siente el motivo.

Es indudable que Arzadun llegó a la maestría en tal aspecto. El hecho de que sus telas y cartones demanden tanta atención a un tema nacional ha constituido uno de sus fuertes en cuanto a cimentar la base de su arte. Su concepto naturalista interpretativo encuentra en tales formas la vertiente, el manantial que ha de surgir en permanentes transparencias de un poema nacional que toca a un motivo nuestro.

El fenómeno impresionista dejó huellas efectivas para abrazar los pasos de infinidad de búsquedas individuales, Lleva esto a comenzar la interpretación fuera de una lógica puramente objetiva. El pintor acude a facetas de inventiva deformante, o simplemente como en este caso mantiene, aun objetivamente, los caracteres definidores de una escala y concepto propuesto más allá de los márgenes que la naturaleza supone.

Arzadun tomó como complemento en su primera transformación el planismo. Asimismo trabajó con acierto y felicidad en retratos, y todavía más en escenas y figuras de niños, finas y expresivas.

Nacido en Salto, en 1888 estudió en Bilbao, España. Llegado a Montevideo gana una beca y estudia en la Academia Vity en París, con Van Dongen y Anclada Camarasa. Comienza la planificación de su obra luminista, intensa y de calidades vivas. Luego la transformará en sus cuadros más analizados, que culminan en dicha época con uno de los que trató de la “Avenida Agraciada”. De allí su contacto con Torres García. Al bajar la paleta y hallar el secreto de la tonalidad, la modulación del color arranca definitivamente hacia el logro de su temática.

Usa el negro. Por vez primera el plano se traduce en- modelado de tonos. Corta e investigadora gama de medios tonos y pasajes, modelan las “Sierras”, los “Médanos”, los árboles, y todos los elementos coadyuvantes para la armonía compositiva del color. Es el pintor nato frente al tema que en los paisajes costeros despierta del letargo y se convierte en el intérprete de una soledad atmosférica que marca su sensible espíritu, adaptándola en una captación sincera, sin recursos falsos o conceptos que no están en su mente ni en su imaginación.

El pintor, ya en nuestra época más definida, trata de individualizar su expresión. Si existe cantidad de grupos coincidentes en sus inquietudes plásticas, muchos encuentran también la forma de expresarse dentro de influencias. El pos-impresionismo posee numerosos ramales de los cuales el pintor toma corrientes derivadas de aquella renovación primordial que sacudió los cimientos mismos de la pintura.

No podía faltar esta muestra homenaje a Arzadun. La Comisión de Artes Plásticas ha cumplido con un deber hacia uno de los más capacitados pintores nacionales aue lograra en dicha institución, interviniendo en sus Salones y Becas, los más altos triunfos y premios que le consagraron totalmente dentro y fuera del ámbito nacional.

Título: Amanecer con luna
Autor: Carmelo de Arzadun (1888-1968)
Técnica: Óleo
Soporte: Tela
Medidas: 63 x 78 cm
Realizado: 1948
Ubicación:
Museo Nacional de Artes Visuales

 

por Eduardo Vernazza
Suplemento dominical Huecograbado del Diario El Día (Montevideo, Uruguay)
Montevideo, 27 de abril 1969

 

Ver, además:

 

                     Eduardo Vernazza en Letras Uruguay

 

                                                                        Dennis David Doty en Letras Uruguay

 

Catálogo pinturas y dibujos del artista de Uruguay Eduardo Vernazza por el cineasta Dennis Doty (Irlanda/Estados Unidos)

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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