Grabados de Antonio Frasconi

Crónica de Eduardo Vernazza

Suplemento dominical del Diario El Día

Año XXX Nº 1509 (Montevideo, 17 de diciembre de 1961)

Cabeza de Einstein

Pocas veces puede decirse que el Uruguay, ha logrado en la técnica del grabado, la consolidación de una personalidad tan amplia y completa como la del artista Antonio Frasconi que expone en el Subte Municipal, una serie de 160 obras. Todas las posibilidades de dicha técnica tienen asidero en Frasconi, mediante una simplicidad espontánea y límpida de ejecución.

Su concepto, entrado en las sugerentes formas, y partiendo de la naturaleza, justifican una vez más, la teoría que sostenemos, en que el arte completo, radica allí donde el artista ubica su interpretación, sin apartarse del cometido humano de comprensión, y dentro de los medios que le brinda el género que cultiva. Frasconi no escapa a esta vital importancia del arte plástico, y sus grabados, constituyen lo más generoso que hemos visto desde hace años en tal material. Su concepto se acentúa, y en cada versión sabe colocar el tema y motivo consiguiente a su ideal, el que llega a sobrepujar lo común, y ofrecernos dimensiones desacostumbradas, incluso a verdaderos frescos o caracteres que nosotros llamaríamos "gobelinos", en una paradoja explicable, dada su conexión con el sentido estilizado y el colorido aplicado. Ha llegado Frasconi a dominar completamente su arte, a realizarlo con la jerarquía y sencillez que se ajusta a temperamentos elegidos, y que se han entregado totalmente al cultivo de su especialidad. No tengamos en este caso, esta palabra al borde del abismo equivocado, o sea de una habilidad sujeta a determinado don, sino que se manifiesta por el hacer en todas las posibilidades determinantes de un oficio neto, y de una concepción universal del grabado. Para ello no necesitó eludir lo comprensible, a pesar que las formas interiores, y la densidad de las composiciones bordadas en hilos de luz, y tratadas al tono bajo de colores superpuestos, ofrecen ricas sugerencias, para sentirnos atraídos por la acción del artista fuera del motivo en especial. Existe un persistente dinamismo en toda su obra, que se conjuga a través de la línea o de la composición, así como del ritmo que imprime al temario. Este es elocuente en cuanto a discernir la sutileza de la herramienta, y así vemos cómo el oficio desaparece a los ojos, para darnos, no cual un virtuoso el tejido detalla de la maniobra ejecutiva, sino esa férrea y avasallante puja del artista neto, que escapa al dominio fácil de la herramienta, para dar en la ejecución un sentimiento plástico, una versión sutil, una subyugante sensación, o la decorativa faz de curvas envolventes: en total una expresión cabal de su humanismo.

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Niña que escapa a la lluvia

Veamos su trayectoria biográfica, que va hilvanando su actividad desde que saliera del Uruguay con una modesta beca.

Antonio Frasconi — Nació en abril de 1919 de padres italianos. Inició su trabajo artístico como pintor y a los 21 años hizo su primera exposición individual en Montevideo, pero desde 1941 empezó a dedicarse al grabado que es hasta ahora su principal actividad. En 1945 se trasladó a los Estados Unidos en viaje de estudios; después de un tiempo en California, pasó a Nueva York donde siguió los cursos de Yasuo Kuniyoshi y Camilo Egas en la Students League; al año siguiente hacían primera exhibición en el Brooklyn Muse of Art. Desde entonces ha realizado numerosísimas muestras, algunas de las cuales circularon bajo el patrocinio de la Smitsonian Institution en Washington, y del Art Mseum of Modern Art Ea considerado uno de los primeros grabadores norteamericanos e integra, por tanto, toda colección panorámica de ese arte que se envía al extranjero o se organiza dentro del país; pero siempre mantiene, en las referencias personales, origen uruguayo. Obtuvo varios premios de la Guggenhein Memorial Foundation, del National Institute of Arts and Letters, Nort School for Social Research (donde además ejerció la docencia varios años) e Institute American Fellowship. Expone anualmente,  desde 1948, en la Weyhe Gallery de Nueva York. Dirigió también una película basada en su propia obra cuyo título es “La cercana orilla" en la que se muestran más de cien grabados en madera, con textos extraído de poemas de Walt Whitman, obtuvo con ella el Gran Premio Internacional de Venecia del año 1959. Realizó importantes y numerosas ediciones de libros de tiraje limitado, entre las que se cuentan también obras para niños; el último de ellos “La nieve y el sol” fue presentada al concurso que realiza anualmente el “Time" de Nueva York; se lo distinguió con el primer puesto en la selección de diez obras elegidas a su vez entre más de 400 publicaciones.

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Al hablar de obra espontánea, la relativa expresión de tal concepto, radica en la directa versión que aparece a los ojos de admirador, en obra que sin complicaciones visuales, han llevado sin duda una ejecutoria en proceso, dadas las calidades del color, en armonías finas o en quemantes y fuertes aplicaciones.

Así los fondos, observados detenidamente, nos ponen en contacto con una matización de las tintas oscuras, por medio de trazas ligeras o yuxtapuestas, en rayados, que se adivinan en sólo medias sombras: valorizaciones  se quiere sensibles al efecto deseado. Sin embargo, es necesario meditar sobre la aparente fuerza neta que se sostiene del blanco y negro o del grabado a color.

Queremos sintetizar que, aún cuando el artista maneje esos hilos sensibles y tonales del grabado, la apreciación del carácter de este arte, se halla sujeto a la preponderante sensación del corte seguro y de la sombra y la luz en primera instancia y en grandes planos. Tales zonas que entretiene el grabador con el juego de un grafismo que nunca llega al preciosismo, sino que se mantiene siempre en la justa medida, sirven para ofrecer la manifestación variada de recursos, de adornos, o de fantaseosas versiones, que acumulan el misterio y el choque imprevisto que hace gustar dos veces su visión.

Como una obsesión, la composición va extendiéndose... adquiriendo formas verticales .. u horizontales. Casos en que se emparientan con algo del antiguo Oriente, sin tener nada de ello en lo original, y si mucho en la fineza. El sabor del grabado se siente en esta muestra de Frasconi. Se acentúa a medida que se compenetra de la inquietud vital de todos esos medios que ofrecen; ya aquellas maravillosas series de aves que toman vuelo en un desierto de llanura verde, o las mismas a través del azul del cielo; la nieve, notable efecto difícil de superar. Todo su estilo en los "Pescadores de sardinas" a través de mares multicolores.

Si a esta altura anotamos que su grabado se traduce sólo sobre la madera y algunos linóleos, tenemos ante sí, explicado todo el amplio impulso que dio a este camino, un uruguayo establecido en EE.UU., abriéndose paso con empuje poco común.

Frasconi vive de su arte, y las ediciones de libros para niños, y otras enjoyadas en hermosas encuadernaciones, con tirajes limitados, han dado al artista asiento en un pilar que parece inamovible, a juzgar por el rumbo que ha tomado su obra, y por todo lo que tiene todavía que realizar. “Las posibilidades son infinitas", nos dijo. Ello configura el deseo de lucha, y la no conformidad de Frasconi, a pesar de haber llegado a ser de los primeros.

En cuanto al dibujo que emplea, es siempre sujeto a una interpretación de estilo, modificado por la red compositiva, que hace superar todo el frío discernimiento de una copia o de una vulgar vista del motivo. El ritmo es enérgico o dulce, pero siempre acorde a la intención de enraizar los elementos afines dentro de la esfera que comprenda su idea. Así, árboles y hombres, animales y paisajes, fondos y primeros planos, líneas y sombras, luces y colores —recordemos su autorretrato —bordean la línea siempre eficaz y cortante, limitando simplemente su acción de contorno a la justeza de la expresión. ..

Sobre tela y papel, la impresión es impecable, llega a veces a la sordina de una tonalidad ocre muy apropiada para loa grandes espacios, y el empuje decorativo, ayuda por la estilización, a buscar la faz geométrica de los elementos que envuelve en el dinamismo de un arrebato siempre claro y limpio, aún cuando repitamos, e| “duende" se meta entre las sombras, y nos atraiga con una rara envoltura, en la que se atisba el fervor de un más allá, por dar, y en el que el artista, llega casi inconscientemente a producir la versión visual de la imaginación.

Paisaje

Hemos dicho imaginación. Sobra en esta exposición. Acumula en el paisaje sólido, y aprovecha las vetas sutiles de la madera. .. u ordena con cierta ingenuidad las plantaciones y el redondo anillo del astro... La observación, pues, está; y si sufre la transformación de un orden establecido por el artista en una depuración de los accidenta naturales, el hombre su ve su rancho, se ve plantando, orilla loa bordes de los cerros o pesca al reflejo de la luna .

Pero están luego los retratos; los de sabios como Einstein; lineales casi, y enredados por trazos de recorte imperiosamente establecidos y fuertemente arraigados en las características vitales del grabado. Hechos humanos y sencillos como la , tapándose con un diario; detalles casi de orfebre por sólo un sector, y luego la manifestación plena de la acción en movimiento lúcido, recortada en el negro diamantado por las finas líneas blancas del agua...

Un lugar metafísico, que no podía escapar a la máquina; manos que se emplean para conversar casi con el visitante, ya ejecutando un grabado, o desgranando una idea, o en la cosecha generosa y amplia de grandes plantíos. Toda esta parte de humana y modesta poesía que anotamos, no excluye aquella de profunda vitalidad interior, que va directa al espíritu, y que se proyecta a través de la interpretación de poesías o cuentos... de escenas que necesitaron esa música para que Frasconi, como un poeta más les diera vida visual.

 

Crónica de Eduardo Vernazza (Especial para EL DIA)

Suplemento dominical del Diario El Día

Año XX Nº 963 (Montevideo, 15 de julio de 1951)

Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación

Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)

 

Ver, además:

 

                     Eduardo Vernazza en Letras Uruguay

 

                                                                        Dennis David Doty en Letras Uruguay

 

Catálogo pinturas y dibujos del artista de Uruguay Eduardo Vernazza por el cineasta Dennis Doty (Irlanda/Estados Unidos)

 

Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce   

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