¿Puntos netamente comparativos en ubicación de ejemplos? Nosotros dinamos que en la escultura de Pena influyo lo clásico; y pasando por Rodín, tiene su punto de apoyo en Bourdelle. Las distancias son grandes aunque el artista nuestro sea un gran escultor

Como artista que busca una meta, Pena lucha con su estatuaria. Porque no ha tomado una forma de decir, sino que quiere ser el intérprete de lo que desea expresar. Y comienza así la estructura interior de su escultura. Fuerte, neta, sin llegar a la pesadez de columna. Pena había estudiado y sabia mucho de su arte, coma para renunciar al sentido básico de lo clásico. Pero era un moderno. Como moderno de talento, no fue un exaltado, sino que trabajó con la visión de lo antiguo la línea moderna y conjugó su personal forma expresiva. Esas pequeñas piezas que surgen de lo antiguo con el aporte de simplicidad de líneas, o la composición ubicándola en el tiempo, las figuras de amplias formas, rotundas, que no quedan en la redondez de la epidermis, sino que dan su sugestiva plasticidad expresiva.

—“De adentro hacia afuera”, como decía Rodin, no se torturan en el modelado; sostienen una fuerza musculosa al servicio del movimiento, dotado de firme y entera sugerencia hacia el tema. Buscaba Pena las formas curvas que poseen el tacto en la visión natural. No esgrimió falsos conceptos para ir hacia un modelado de efecto, sino de efectivo resultado plástico.

No deformaba para ser original, modelaba a entera libertad. Su modelado provocaba una fuerza contenida ya en la actitud o en la quietud, y si deformaba, era de manera que la armonía lograda no se le entregaba como negación de la forma, sino como un interior sentido de su concepto artístico. Su estudio es riguroso. Lo dicen sus dibujos admirables.

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“Antonio Pena nació en Montevideo, el 3 de diciembre de 1894 y falleció en la misma ciudad el 7 de diciembre de 1947. Con Vicente Puig, por entonces profesor del Círculo Fomento de Bellas Artes, llevó a cabo desde 1919 a 1922, varias e importantes manifestaciones pictóricas. De aquella época data “El Centauro Quirón”. el panel decorativo de la Facultad de Medicina, realizado en colaboración con aquel muestro de la pintura. En 1921 obtuvo por concurso, una beca de estudio, trasladándose luego a Europa, donde permaneció desde 1923 hasta 1927, estudiando en las principales ciudades de Alemania, Italia, Austria. Francia y España. Estudió escultura en Viena, con Antón Hannack y en París frecuentó el estudio de Bourdelle. En Florencia, en el taller de Stella, se dedicó con entusiasmo a la disciplina del grabado, realizando algunos notables aguafuertes. Antonio Pena cultivo diversos géneros artísticos, dejando en ellos la huella de su gran talento. Escultor, dibujante, grabador, medallista, pintor, ilustrador y escenógrafo, todo lo realizó en forma muy personal. Ilustró múltiples libros y realizó importantes proyectos de decoraciones, entre las que se recuerdan: “La Isla de los Ceibos" de Fabini, “La Peri" de Dukas, "El festín de la araña” de Rousell, y la dramatización de algunas parábolas de Rodó. Obras de este artista se encuentran en el Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Municipal “Juan Manuel Blanes”, en el Museo “Juan B Castagni” de Rosario, Rpca. Argentina. Ejecutó gran número de decoraciones, de estelas, de placas, medallas y monumentos funerarios ”.

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Pena dibujaba serie de bocetos para sus trabajos, y en ellos iba plasmando el poder que luego cobraba en el bronce o el granito. Su obra escultórica abarca lo monumental. Las intimas figuras de belleza de excepción, por su plasticidad, su gracia, su contenido moderno y un modelado interior, observadas atentamente, nos recuerdan aquella estatuilla que Rodin hacía girar a la luz de una lámpara, descubriendo en ella pasajes de las formas que él ni imaginaba ... Era una pequeña Venus de Médicis.. Su escultura contiene aspectos diversos en el sentido interpretativo. En la ejecución, eran depuradas de todo lo superfluo. A sus monumentos les unía un ritmo que encuadraba en su estructuración. Las fases del carácter pleno y la uniformidad monumental, igual que el acuerdo en la parte decorativa. Las formas jamás le abandonan y son su creciente ideal. Aún en la estatuaria que requiere la seriedad angulosa, el despojo succionado por el dolor, Pena interpreta, pero el calor de las formas llegará a sus manos como enviadas por dioses paganos.

Realiza el monumento funerario, pero no cae, no renuncia a la fuerza viviente que sufre, no le lleva un sentimentalismo, creado por la vanidad dolorosa —el dolor intenso es intimo y callado— hace su monumento con la protección del dolor sugerido, y el valor de una recia obra escultórica. Sin embargo, en casi todas sus obras monumentales, escogió la suprema sencillez y la plasticidad de una serenidad que hizo carne al contemplar lo clásico.

Pero supo huir de una influencia total que le hubiera sido fatal —tantos fracasaron al intentar siquiera la imitación de aquellos in inimitables eternos del Arte... En plena madurez entra en la completa dignidad de una escultura grande, poderosa. “Monumento a la Cordialidad (Hernandarias)” y cantidad de bustos y monumentos funerarios que le señalaron un gran prestigio.

Ese macizo y sereno monumento que lleva por símbolo a "Minerva" emplazado en la Rambla, es un carácter definido en la escultura; rotando las formas y cayendo los pliegues del ropaje con simple severidad. Obsérvese la grandeza de esta estatua, el concepto ideal que lo forjó con el aporte de un arte pleno.

“La puerta de la Ancap", como conjunto reunido de su estatuaria monumental dándose cita en una composición cerrada con un tema total, ceñido por ramales que interpretan símbolos de la producción del país, así como figuras que encuadran y marginan la puerta decorada con clavos artísticos. Forzosamente Bourdelle dejó en Pena el sentido monumental... Pero Pena posee su fuerza propia y no le imita, sino que de mas allá, llegan los ecos suyos, las voces paganas, y tiene en el modelado la firmeza altiva y el volumen curvo y sensual. El secreto se halla en la combinación de ambas virtudes En el fundido de la masa corpórea, y en la entereza total del espíritu y la materia.

Su escultura no es la vulgar y vacía simplificación superficial y dilatada absurdamente, sino que se trata del conocimiento profundo de las formas y del sentido íntimo de la escultura. Existe el modelado de las formas verdaderas, y no la falsa representación de ellas.

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La vigorosidad de esas obras, vigor interior que fuerza al modelado vibrante hacia la superficie que el escultor deja en el momento de más emotivo sentir, poseen el movimiento libre, desatado de reglas rígidas, o influencias de Escuelas pétreas. La frialdad no existe en las figuras que accionan o están en quietud, nunca en una quietud rígida, y el aire de la vida plena se posa en los poros abiertos de su expresivo modelado. Por ellas entra el movimiento, que va cobrando el juego de los músculos, los que no aparecen con la lisura de un oficio, sino que su fuerza se desplaza hacia el destino que les dio la interpretación del artista. "El cazador", por ejemplo. El volumen de la fuerza se asienta en ese brazo que levanta y arrastra con él, no una forma muscular de perfección tersa, sino una masa hercúlea, de vigor plástico, que acompaña el ritmo de Lis manes y el esfuerzo afirmado en sus piernas. ‘Niobe”, bello concepto y más hermosa realización: sufriente y casi arrollada, nos da sin embargo todo el sentido escultórico, buscado en un carácter de estructura compositiva, que halló el escultor para ofrecernos la emoción de la leyenda clásica.

“La puerta de la Ancap", como conjunto reunido de su estatuaria monumental dándose cita en una composición cerrada con un tema total, ceñido por ramales que interpretan símbolos de la producción del país, así como figuras que encuadran y marginan la puerta decorada con clavos artísticos. Forzosamente Bourdelle dejó en Pena el sentido monumental... Pero Pena posee su fuerza propia y no le imita, sino que de mas allá, llegan los ecos suyos, las voces paganas, y tiene en el modelado la firmeza altiva y el volumen curvo y sensual. El secreto se halla en la combinación de ambas virtudes En el fundido de la masa corpórea, y en la entereza total del espíritu y la materia.

Su escultura no es la vulgar y vacía simplificación superficial y dilatada absurdamente, sino que se trata del conocimiento profundo de las formas y del sentido íntimo de la escultura. Existe el modelado de las formas verdaderas, y no la falsa representación de ellas.

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La vigorosidad de esas obras, vigor interior que fuerza al modelado vibrante hacia la superficie que el escultor deja en el momento de más emotivo sentir, poseen el movimiento libre, desatado de reglas rígidas, o influencias de Escuelas pétreas. La frialdad no existe en las figuras que accionan o están en quietud, nunca en una quietud rígida, y el aire de la vida plena se posa en los poros abiertos de su expresivo modelado. Por ellas entra el movimiento, que va cobrando el juego de los músculos, los que no aparecen con la lisura de un oficio, sino que su fuerza se desplaza hacia el destino que les dio la interpretación del artista. "El cazador", por ejemplo. El volumen de la fuerza se asienta en ese brazo que levanta y arrastra con él, no una forma muscular de perfección tersa, sino una masa hercúlea, de vigor plástico, que acompaña el ritmo de Lis manes y el esfuerzo afirmado en sus piernas. ‘Niobe”, bello concepto y más hermosa realización: sufriente y casi arrollada, nos da sin embargo todo el sentido escultórico, buscado en un carácter de estructura compositiva, que halló el escultor para ofrecernos la emoción de la leyenda clásica.

“Figura con ánfora" afloran a través de los pliegues las formas. Grafismo que dirige la dirección exacta de lo que ha de rondar sobre el volumen terso y la expresión del cuerpo todo, en su actitud del andar seguro. El notable “Orfeo” y el “Adán”. Aquél con movimiento esforzado y este, en la plenitud de la fuerza contenida, con el asombro de la vida tallado en todo su cuerpo. La ejecución del "Orfeo” creemos sea un punto muy alto en la obra de Pena. Se siente su vitalización espiritual, y la materia del modelado vibra con belleza en una de las composiciones más bellas que haya ideado. La exposición consagra para la historia de nuestro arte y de América, a una figura que, si bien la muerte le seccionó el tiempo para terminar su obra, la dejada ya cuenta para exaltarlo.