Museo Nacional de Bellas Artes Exposición Alfredo De Simone Crónica de Eduardo Vernazza Suplemento dominical del Diario El Día Año XXXIV Nº 1694 (Montevideo, 4 de julio de 1965) pdf
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Quien haya observado las técnicas modernas en la pintura, no dejará de advertir, como el pintor Alfredo De Simone, mucho antes de que éstas afluyeran y desarrollaran, dejó sentada una premisa en el sentido de absorber elementos conjuntamente con el óleo, para hacer más densa la materia, y plenas las texturas de variedades en las superficies. Lo “informal”, basó luego su juego cromático en una experiencia que ya había sido tentada en parte por este pintor, que aplicó al naturalismo interpretativo , la riqueza de un concepto radicado en el hacer plástico. Aún en los cuadros de reducidas dimensiones, De Simone hace sentir la fuerza de una pasta neta, amasada con un colorido de pálidas armonías rosas, ocres, azules y rojos, pero amalgamados dentro de una característica especial. También el tema fue cambiando a través del tiempo. Ayudado por la expresión del pintor, los motivos fueron adquiriendo relevancia, y en los últimos cuadros, o en su última época, madura una idea que conforma la totalidad. El tema y la técnica se conjugan, llegando así a la realización de las mejores obras. Entran entonces a ser las “calles" y los “barrios", los rincones y los puertos, la naturaleza muerta y la figura, densos exponentes de una personalidad definida, entera, que dentro de un humilde espíritu, adquieren la grandeza, sencillez, y simplicidad de transparencias, que a pesar del empaste rotundo, se manifiestan frescas, por una depuración del color, que es llevado a la fineza por medio de una gama clara, que se hace ocre con los reflejos de otras tonalidades, en esos cuadros a que aludimos. |
No quiere decir esto que De Simone haya sido el creador de una técnica, sino que coincidió al usar la espátula con el hechizo que sintieron otros artistas, de realizar una pintura mas sabrosa, menos “limpia” en el sentido frío; poderosa en la expresividad conjunta. Cuando el impresionismo, convergieron los pintores en buscar la luz, expresada, no con el claroscuro, como hasta entonces, sino con la complementaron y el efecto científico de los colores. El hecho de mancha, halló la preferencia a la pintura "cuidada”, y se entendió que la técnica puesta en la superficie, daba un interés agudo, más colorista, ya que se hallaban tonos en las sombras. Así nació la paleta clara. Y luego esta misma, con el agregado del empaste, y de la combinación de elementos como arena, aserrín, masilla, etc. De Simone halló en dichas formas su manera. Encontró el rol expresivo y coincidió con ser adelantado en parte de lo que más tarde seria una de las bases del “arte informal" moderno. La muestra, que el Museo Nacional de Bellas Artes ha organizado, dentro del ciclo que responde a las asignadas a las más destacadas figuras del arte nacional, es bastante completa. Con la sesión de obras por parte de coleccionistas particulares, el Museo Municipal, y la propia Institución organizadora se ha reunido un buen conjunto. La impresión que se ofrece al visitante es la de un pintor que, dentro de su evolución, ha culminado con una verdad propia, siguiendo un derrotero que nobles virtudes supieron encauzar hacia un exterior que se hizo subjetivo a fuerza de emoción y leal ejecución. *** Alfredo De Simone nació en Latarico, provincia de Cozenza en la Baja Italia (rezan sus datos) el día 29 de octubre de 1898. Cuando contaba tres años emigró con sus A padres y hermana a Uruguay, radicándose en Montevideo. El 11 de agosto de 1924, obtuvo la carta de ciudadanía uruguaya. |
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De humilde condición, y temperamento inadaptado y solitario, tuvo que soportar durante su vida las consecuencias físicas y morales de un grave accidente ocurrido en su primera infancia. Trabajó en empresas privadas, y por último en el Museo Nacional de Bellas Artes hasta su muerte, acaecida el 27 de enero de 1950. De joven concurrió al curso nocturno del Círculo de Bellas Artes, becado por la Institución, siendo su profesor Guillermo Laborde. En 1929 intervino en el Salón de Otoño, logrando el premio “La Giralda". 1930, Sevilla. Exposición Iberoamericana. Medalla de plata 1930, Montevideo. Salón del Centenario. Tercer premio. De 1933 al 1937, figuró en todas las exposiciones realizadas por la Escuela Taller de Artes Plásticas". Intervino en los Salones Municipales, donde le fueron adquiridas cuatro obras; en los Salones Nacionales desde el año 1938, en los cuales logró distinguidas recompensas. En 1927 concurrió, con un grupo de pintores y escultores, a la exposición de Arte Uruguayo, realizada en Buenos Aires en “Amigos del Arte”. Está representado en los Museos de Arte de Montevideo y en el Eusebio Ximénez de Mercedes (Soriano). |
Crónica de Eduardo Vernazza
Suplemento dominical del Diario El Día
Año XXXIV Nº 1694 (Montevideo, 4 de julio de 1965)
Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación
Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)
Ver, además:
Eduardo Vernazza en Letras Uruguay
Dennis David Doty en Letras Uruguay
Catálogo pinturas y dibujos del artista de Uruguay Eduardo Vernazza por el cineasta Dennis Doty (Irlanda/Estados Unidos)
Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce
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