El personaje del "Café" en la pintura de Sartore

por Eduardo Vernazza

Diario El Día (Montevideo)

Edición Punta del Este 1 de febrero de 1970

Título: Bodegón tablero
Autor: Hugo Sartore (1934-2014)
Técnica: Óleo
Soporte: Cartón
Medidas: 98 x 110 cm
Realizado: 1965
Ubicación: Museo Nacional de Artes Visuales

Todos los días las vidrieras de grandes comercios, bancos y galerías aparecen con nuevas obras de cotizados pintores nacionales y extranjeros.

En la “Style” de la Av. Gorlero se exhiben, en dos grandes salones, exposiciones que reúnen pinturas conjuntas de varios artistas y una muestra individual de Sartore.

En ella el pintor muestra varios aspectos de su escala pictórica y temática. Su época naturalista y su moderna concepción toman ciertos colores y estilizado de dibujo. Vuelca con sentido personal motivos de “Café" que han sido y siguen siendo sus preferidos y en donde el pintor parece hallarse en su “salsa”.

El dibujo aspira en parte a ser constructivo. A componerse, dentro del retablo del cuadro, en figuraciones y fondos complementarios. Los que estructuran, por otra parte, geométrica función rítmica que se une con la expresividad de los tipos.

Es indudable que la figuración que inquieta a Sartore y que, como decimos, tiene su teoría en una imagen que tipifica un tema especial en su vigencia humilde, sostiene riquezas emocionales que el artista capta primero y adapta luego.

El hombre y la mujer de la mesa de café encuentran a un intérprete por demás sabido de las condicionantes que emanan de esa estática actitud. Denuncian caracteres abotagados, rojos semblantes con tonos violáceos, ocres que fustigan algunos verdes ligeros como color reflejo, y la .madeja y detalle que como adornos, actúan detrás de su figuración como símbolo fundamental de la cantina, café o el simple “boliche” de barrio.

No está lejana su buena paisajística, que aparece en la exposición con algunas telas de acierto impresionista. Una paleta baja, porque generalmente su motivo de paisaje van a contraluz o, de lo contrario, 'centran su poema en el atardecer.

Un atardecer de nubes cargadas, rojizas o plomo is "i manchas tratadas con fuerte contenido pictórico.

Tal vez en alguna plaza un personaje acurrucado en el banco sea el punto oscuro que contrasta con los verdes cambiantes que oscilan en un tono fresco como punto de mira y de luz.

Otros temas de no tan cercana época encuentran a! pintor en su lucha por ablandar ese naturalismo y levarlo a la interpretación. A la búsqueda de lo que hoy es el cuadro de Sartore.

Un encuentro con típicos personajes que, como en un escenario, desfilan grotescamente sentados ante copas, botellas o tazas de café a la generosa mesa. Tan cotidiana para los asistentes, que dejan allí el recuerdo de sus problemas o los arreglos infaltables de todo tipo de discusión pública.

Reunión que Sartore deja un poco en el suspenso de una adivinada intención.

Siempre son algo solitarios sus personajes. Esperan o están pensativos y concentrados en su roja visión objetiva.

La sugestión que de ellos se desprende puede caber en la fantasía de cualquier imagen. Porque estira su composición en sillas vacías o en espacios que guardan el silencio de algo que se fue o que viene.

Bastante completa en el aspecto variado de su temática y de su ¡evolutiva búsqueda hacia la expresión, esta exposición de Sartore despierta el interés de los tranquilos paseantes de Gorlero.

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