El “Constructivismo” de Torres García
y su derrotero Uruguayo
por Eduardo Vernazza
A los veinte años de la muerte del maestro Joaquín Torres García, se reúne un conjunto de sus obras constructivas y de sus discípulos más destacados en el Subte Municipal. La muestra es organizada con el auspicio de la Intendencia de Montevideo. Usaron de la palabra, en el acto inaugural, en nombre del Dr. Rachetti el Secretario Correa Vallejo y el Arq. García Esteban como Director del Centro de Arte. Dijo entre otras cosas el Prof. García Esteban: “Esta pintura hace treinta años estaba bien y se discutía, hoy está bien y es una obra afirmativa en la pintura moderna". “No sólo la obra que confiere al Maestro —continuó el orador—, sino la que dejó en la docencia, lo que hace que capacite el artista de hoy ante su figura de importancia capital”.
La exposición es indudable que confiere jerarquía a las teorías de Torres García. Teorías que sustentó y defendió en polémicas, libros y conferencias con todo fervor y fe. Esta pintura se nos revela como la de un clásico moderno.
Hace años Montevideo era impactado por ese primitivo con concepto que en frontal técnica aparecía oscureciendo toda la raigambre que habían traído los pintores modernos nacionales hasta entonces. El objeto adquiría otra concreción en la pintura naturalista. En lo constructivo, en la teoría universal que sostenía Torres García, se inculcaban otros signos y ritmos más abstractos, pero también expresivos en lo concerniente a la intención de su eterna vigencia. La sesión áurea confirma una composición severa de una disciplina clásica que marca los lineamentos de estas teorías. Luego se extenderán a la aplicación y al volumen, en maderas superpuestas que se exhiben también en la presente exposición. Los trabajos de Matto, Pailos, Fonseca, Alpuy, Gurwist, Horacio y Augusto Torres siguen la ruta del Maestro, pero asimilando sus enseñanzas y disponiendo en parte de cierta libertad personal para la composición y la inclusión del tema. La serie de cuadros y maderas del Maestro revelan sus sugestivos aportes a una pintura plana, en la que el principio de una búsqueda y hallazgo de significación de símbolos, encontró razón para .sostenerse en la mística de una idea que mantuvo implacable, como el ritual de un primitivismo. Hoy estas pinturas que denotan un orden aparecen serenas y sobrias ante la evolución caótica que siguió alternándola en el mundo actual. El equilibrio logrado merced al sentido compositivo de la medida de oro. compaginó todo un mundo elocuente, en el cual el hombre y los objetos que le rodean, así como los astros, son el motivo cambiante, de acuerdo a cómo interprete el artista su solución.
En la técnica se refiere a un contorno fuerte y decidido en negro que margina planos generalmente grises y ocres, los cuales toman luz con trazos blancos. Todo este numeroso y ambientado pórtico posee algo de mosaico de rara vivencia. La piedra madera que tallan sus discípulos, así como los documentos que ilustran la exposición, detallan didácticamente la obra de este “Taller”.
