La figura de Rafael Barradas se sostiene en el tiempo, a pesar del correr de tantas evoluciones por las cuales ha pasado y pasa el arte moderno.
Fue Barradas de los pioneros que conllevaron junto a muchos artistas que en Europa se rebatían por imponer y descubrir nuevas formas expresivas, la existencia de lucha probada en cien dificultades. Radicado en España, encontró allí su razón de ser. 5us dibujos, tanto en historietas para niños, ilustrativo de libros de diversos aspectos, o sus apuntes y caricaturas, así como el contacto con el Teatro, al cual sirvió como notable escenógrafo (sobre todo en la Compañía de Martínez Sierra con Catalina Bárcena como primera actriz) fueron, junto a sus trabajos de estudio, los que le llevaron a lo que luego seria sus “magníficos". Hermosa colección de tipos que aún hoy son de lo mejor pintado de su obra. Y la etapa mística, última elocuencia de una vida totalmente entregada a la pintura. En la Galería Moretti se exhiben, en la actualidad, una serie de dibujos que constituyen aspectos de la primera época de Montevideo.
Fue indudablemente Barradas un bohemio en el más amplio sentido de la palabra. Un bohemio que sabia vagar por las calles y detenerse en los viejos cafés de la ciudad en donde solían atrincherarse los tipos que él ansiosamente buscaba, tratando de definir los caracteres. Así su dibujo fue cobrando una línea firme y decidida además de una tendencia a la simplicidad. El ahorro de la línea fue en Barradas poco menos que una obsesión. Con pocos trazos logra una figura, ampliada, aún así, en su más clara definición. Este dibujo, evolucionado con el tiempo, al cual compuso con una maravillosa intuición, cubrióse de una límpida ejecutoria, depurándose en sus más variados aspectos y cobrando riqueza especial que le distinguió siempre con una diáfana personalidad.
Dibujos inéditos, pertenecen a una carpeta guardada durante años, celosamente y con gran cariño, por Don Pedro Moretti, antiguo y querido dueño de una de las más asistidas galerías de exposiciones. Dicha carpeta fue regalada a su sobrina, Julieta Moretti quien siguiendo la tradición de la familia, se halla al frente de la Galería desde hace años. Hoy los exhibe como homenaje al artista.
En ellos puede admirarse el trazo de Barradas. Si es ágil, es por sobre todo constructivo, buscando lo sintético, apuntando allí donde el carácter acusa el rasgo mas saliente de la fisonomía, de la figura entera, a la que presta un proverbial encanto. En la colección de Moretti, aparecen los típicos personajes de las barriadas, de le cafés, intelectuales, y conocidos que, por tener aspectos más destacados en su físico encuentran en estos traviesos trazos de Barradas su más constante vivir.
